Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. No tengo fotos del estado de Misisipi… así que unas fotografías de San Francisco habrán de bastar.
Sinners (2025; 20/20250427)
No había oído hablar de esta película casi hasta el día en qué se estrenó. En los medios «especializados» que sigo yo no se había mencionado tan apenas y me había pasado desapercibido. Digo «especializados» porque cada ver hay menos medio fiables sobre cine. En cualquier caso, las críticas inmediatas eran muy buenas, y los datos de taquilla que venían desde los USAmérica eran notables. Así que me apetecía ver esta película dirigida por Ryan Coogler. Uno de los puntos… no voy a decir negativos, pero sí poco atrayentes. Un director que ha destacado dirigiendo películas superheroícas de Marvel… no es un buen currículum para nosotros. Pero me costó convencer para no ir solo. Porque se decía que era un musical…

No lo es. Es una película con canciones, en la que la banda sonora tiene una importancia fundamental, girando alrededor del blues… y de la música folclórica irlandesa… qué cosas. De lo que yo no me había enterado antes de ir a ver la película es de que era una película de vampiros. Y eso que en un artículo había una referencia, pertinente, a una divertida película de Robert Rodríguez. Y así, tras un misterioso comienzo con un joven empuñando el mástil de una guitarra refugiándose en una iglesia… volvemos hacia atrás en el tiempo, 24 horas, cuando dos hermanos gemelos (ambos Michael B. Jordan) reclutan al joven (Miles Caton / Buddy Guy ya octogenario) como guitarrista y cantante para el nuevo garito que han adquirido, y han convertido en un tiempo récord en un Juke Joint. Los dos han huido con cierto dinero del mundo del hampa de Chicago, en los movidos años 30 del siglo XX.
Y en el garito se reunirán por la noche para beber, cantar y bailar con una clientela de negros de Misisipi, entre los que destacan algunos amigos, como la pareja china (Yao y Li Jun Li) que les proporciona los víveres y materiales, la joven pero antigua novia (Hailee Steinfeld), la nueva y joven cantante (Jayme Lawson), el viejo músico callejero (Delroy Lindo) y otros. Pero otro grupito de tres blancos (Jack O’Connell, Lola Kirke y Nathaniel Arcand) también se ha reunido en las últimas horas y se ve atraído por la música que surge del garito. Y no tienen buenas intenciones.

Por partes. En el aspecto técnico, la película es de sobresaliente. Realizada magistralmente en su puesta en escena, en sus encuadres, en el movimiento de los personajes en sus planos, tiene momentos casi sublimes. Algunas de las escenas musicales dentro del garito están a un nivel altísimo. La reproducción del ambiente de los años 30 en el profundo sur norteamericano es buenísima. Y a eso hemos de sumar un reparto en estado de gracia. No hay nadie que desentone, tenga un papel más o menos importante. Por supuesto, la estrella de la función es Jordan, con su papel doble, tan matizado y tan diferenciado. Pero no hay que desdeñar en absoluto la calidad de las escenas que protagoniza O’Connell como principal antagonista de la función. En un ámbito más frívolo, con lo mona que me ha parecido siempre Lola Kirke… está tan caracterizada de cutre que casi no la conocí. Pero eso también es mérito. Como Steinfeld jugando al equivoco de «soy negra, soy blanca… ¿qué soy?». Quien lo iba a decir de aquella chiquilla que con 13 o 14 años fue candidata al Oscar por un excelente western de los Coen.
Finalmente hay que hacer el balance del conjunto de la película. Película muy arriesgada. Por su doble condición. Su reivindicación de la cultura negra a través de su música, especialmente el blues, excepcional la banda sonora de Ludwig Göransson, y del ansia de libertad, de autodeterminación, de expresión personal y colectiva, tiene que encajar en esa segunda mitad de la película en la que se convierte en un «abierto hasta el amanecer», pero con sin el elemento cómico. Y no siempre tienes claro que encaje, aunque yo creo que al final sí, especialmente porque el propio Coogler introduce ese diálogo final, décadas más tarde, con el joven músico octogenario, estableciendo que, aquella noche, por terrible que fuese, hasta la medianoche, fue la más feliz de sus vidas, la noche en que se sintieron libres. Ese pequeño discurso… casi me emocionó. Muuuuyyyy recomendable. Una sorpresa de primavera, que debería tener carrera en la temporada de premios, si no fuera porque ha llegado muy pronto en el año. Y la música. Creo que fue Cifu quien dijo que igual que la música clásica europea surgió de la música del pueblo, la música clásica afroamericana, el jazz, surgió de las cabañas del profundo Sur norteamericano donde se cantaba y bailaba el blues.
Valoración
Dirección: ****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

