[TV] Cosas de series; desdichas, sexo e intercambios de cuerpos

Televisión

Traigo hoy tres series muy diversas pero que ya tengo vistas desde hace días y no había encontrado momento para comentar. Quizá alguna se hubiera merecido una entrada específica. Y otra apenas un comentario. Pero las voy a agrupar.

Una anécdota más o menos divertida es cómo podemos calificar la miniserie coreana con formato de comedia de situación con el título en castellano de Pasarela (My Runway, en inglés, 마이 런웨이, en coreano, que es una transcripción fonética a la escritura de ese país del título inglés), donde una estudiante de instituto aspirante a modelo, algo tarambana, intercambia el cuerpo con un modelo masculino de alto nivel, y bastante engreído. Comedia simplona y simpática en seis episodios de apenas media hora, realizados a mayor lucimiento de alguna estrella del pop coreano. Para matar el rato sin romperse la cabeza.

Sex Education está localizada en un interminado lugar del Reino Unido… así que nos iremos a Inglaterra, al condado de Somerset, a las bonitas ciudades de Glastonbury, llena de leyendas artúricas, y a la city de Wells.

Mucha más chicha tiene la primera temporada de Sex Education, serie británica que me ha sorprendido muy gratamente, con Asa Butterfield y Gillian Anderson, haciendo de hijo y madre que viven solos, y una casi novata Emma Mackey, sorprendentemente sólida, como tercera pata de una comedia con tintes dramáticos de adolescentes,… pero no para adolescentes. A partir de dos consultorios sexológicos, una profesional y otro «amateur», vamos a entrar en una disección muy entretenida y con mucha miga de las relaciones humanas. Muy muy recomendable, con excelentes interpretaciones, y con mucha más profundidad de lo que pueda parecer en un principio.

Y quizá habría que haberle dedicado más espacio a la temporada final de A Series of Unfortunate Events, que ha adaptado durante tres temporadas la serie de libros de Daniel Handler, escritos con el pseudónimo Lemony Snicket. Han adaptado los libros que escribió a un ritmo de un libro por cada dos capítulos. Y creo que ha sido un acierto en cuanto a ritmo y extensión. La serie está globalmente bien interpretada con una abundancia de actores y actrices relativamente conocidos en papeles de diversa entidad, destacando Neil Patrick Harris como el malvado conde Olaf. Aunque bien es cierto que no es su mejor papel. Quizá tira demasiado de un histrionismo que cansa. El diseño de producción es excelente y quienes realmente brillan son los jóvenes actores que interpretan a los hermanos Beaudelaire, que aguantan el tipo durante toda la series, la pequeñita y encantadora Presley Smith, Louis Hynes y la «madura» Malina Weissman. Los «libros» de la primera temporada y parte de la segunda resultan un tanto repetitivos en cuanto a su estructura argumental, pero luego la trama se va serializando y mejora. Un entretenimiento familiar que es ampliamente recomendable.

[TV] Cosas de series; desdichas infantiles y amores cursis

Televisión

En primer lugar, comentar que en Amazon Prime Vídeo han añadido recientemente un puñado de series japonesas, que dicen que son de producción propia. Esto nunca se sabe con las series niponas, ya que muchas veces en realidad hacen colaboraciones con la televisiones del País del Sol Naciente, por lo que son producciones propias para el resto del mundo. Hace unos días ya comenté la primera serie de este puñado, la sangrienta serie de vampiros de Sion Sono.

Okochi Sanso - Kioto

Pasearemos por las calles, los bosques de bambú, los templos y los santuarios de Kioto, que son realmente muy monos. Incluso nos tomaremos un té matcha con su pastelito incluido, como la ceremonia manda.

Hoy vamos con otra, con un tono muy distintos. Se trata de Fukuyado Honpo [福家堂本舗] – Kyoto Love Story, y lo del «Kyoto Love Story» suena a coletilla destinada a atraer al público no japonés… para que se hagan una idea de qué va la cosa. Y la cosa va de una señora, propietaria de una pastelería con 450 años de historia, en lo más clásico de la ciudad de Kioto, que quiere ir preparando su sucesión. Y puesto que su hija mayor ha decidido casarse con un tipo, un bancario, y dejar el entorno familiar, le toca a la segunda hija hacerse cargo… y casarse con el «chef pastelero». Que es el macizo de la serie. Aun hay una tercera hija adolescente.

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Probablemente sea la serie más cursi que he visto en muchos, muchos, muchos, muchos, muchos, muchos años… si es que alguna ver en visto algo más cursi en mi vida. Todos son muy guapos… las chicas realmente son muy guapas, pero eso sí, bajo los criterios nipones de belleza. Que no están mal. Y todo el mundo viste a la primera de cambio todo tipo de kimonos y ropajes tradicionales, y se pasean o discuten en los jardines, o en la miriada de santuarios y templos, y beben el té con las ceremonias consabidas… y puafff… Motivos para verla. Comprobar si era capaz de reconocer los diversos lugares típicos de la ciudad. Peligros… coma diabético. Entre el azucar de los pastelitos y el empalago argumental, los niveles de glucemia suben a niveles extremadamente peligrosos. Ver sólo como curiosidad y con una jeringuilla de insulina rápida a mano. Inverosimil, por lo demás.

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Mientras, me he merendado la segunda temporada de Lemony snicket’s A Series of Unfortunate Events, cuya primera temporada tanto gustó,… por lo menos a mí. Por lo que he leído, a mucha gente. Así que tenía ganas de ver la segunda. Ha seguido el mismo ritmo que la anterior. Cada dos episodios adapta uno de los 13 libros de la serie literaria original escrita por Daniel Handler, que la escribió con el pseudónimo de Lemony Snicket, narrador de los acontecimientos, y de alguna forma un personaje más de la serie. Como esta temporada ha tenido dos episodios más que la primera, en total se han adaptado nueve libros. Quedan cuatro, para una tercera y última temporada, salvo que lo alarguen con historias nuevas. Que no sé por qué, no creo.

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El esquema de la serie sigue el mismo. Los huérfanos Beaudelaire siguen cambiando de tutores, colegios o guardianes mientras siguen acechados por el malvado Conde Olaf (Neil Patrick Harris) que busca quedarse con su fortuna. Aunque finalmente suelen frustrar sus intentos, aunque acaban cayendo de «guatemala a guatepeor», y en la siguiente etapa de su peregrinar las vuelven a pasar canutas. Mucha gente les intenta ayudar, aunque la mayor parte son unos ineptos. Y hay algunos valientes que se arriesgan más… pero no vamos a contar más de la cuenta. El principio de la temporada dio señales de cierta monotonía en el esquema, aunque progresivamente la serie ha ido engarzando mejor las historias de los libros entre sí, y entrando en un tono más oscuro, que no le ha sentado mal. Sigue siendo una buena serie, especialmente en el aspecto visual, con buenas interpretaciones, aunque corre el riesgo no aguantar bien su prefijado esquema argumental.

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