Dos series de corte más o menos gore han confluido para estas semanas atrás. Una fue una sorpresa que encontré en Amazon Prime Video que no me pude resistir a ver; la otra, una segunda temporada de una serie que se está viniendo arriba en mi opinión.
Tokyo Vampire Hotel
Desconozco cuántos de mis potenciales lectores conocerán o habrán oído hablar del director japonés Sion Sono. Director y artista contemporáneo en general, puesto que combina su trabajo en el cine con la escritura, poesía especialmente, aunque no solo. Se ha caracterizado tradicionalmente por realizar un estilo de cine muy transgresor, donde sexo violencia, religión y una estética muy vistosa o particular se combinan con frecuencia como ingredientes de platos que no son de todos los gustos. Eventualmente, he visto alguno de sus trabajos en Filmin y otros medios, con división interna de opiniones. A veces me gustan, a veces no, o una de sus obras puede resultar en sensaciones contrapuestas.

Si no recuerdo mal, la mayor parte de las escenas tokiotas de la serie de Sion Sono se desarrollan en Shinjuku,… y ya que estamos con vampiros, pues nos vamos a la noche de este popular distrito, el Tokio por excelencia.
En fin, todo lo anterior no podía hacer más que animar mi curiosidad por una serie dirigida por este director. Por lo que he visto en IMDb, esta producción debe tener dos montajes, una en forma de serie de nueve episodios (en realidad el octavo está desdoblado, por lo que son diez), o en forma de largometraje de casi dos horas y media de duración.
Es una de vampiros, como habréis deducido. Con el trasfondo de una guerra de siglos entre dos facciones de estos seres de la noche, y con la amenaza de un catástrofe apocalíptica, una de ellas reúne en un hotel de Tokio a un buen número de jóvenes de ambos sexos, y aficionados o desinhibidos para el sexo, con el fin de sobrevivir a la catástrofe, sirviendo de «sustento» a los vampiros durante décadas. Pero la otra facción tiene una baza en la manga; una joven que al nacer fue destinada a luchar contra sus adversarios, y cuyos poderes se harán patentes al cumplir 22 años, justo el día en que se encierran en el hotel mencionado.
Notable espectáculo visual, con vistosos diseños en los que predominan los colores primarios, los del parchís, en los que abunda la violencia, con no poco rojo sangre, como es propio del género, y su parte de sexo, menos del que aparenta, aunque no falta. El resultado global, es de mucho ruido y pocas nueces. A pesar del notable esfuerzo de producción puesto en marcha, al final te queda la sensación de que no era para tanto. Y sobre si es recomendable… pues hombre, como curiosidad, y si no te resultan estomagantes los excesos visuales y de otros tipos. Menos transgresora de lo que parece. Un poco tarantinesca en algunas ocasiones.
Santa Clarita Diet – 2ª temporada
La primera temporada de esta comedia de situación en la que una esposa y madre de familia de clase media, agentes inmobiliarios ellos, para que la situación sea más tópica, californiana se nos convierte en una especie de zombi que solo satisface su apetito con carne humana.
Con Drew Barrymore al frente de la función, y un inspiradísimo Timothy Olyphant como marido, a él debemos los momentos más inspirados y la mejor interpretación, esta serie, que fue normalita en su primera temporada, se ha convertido en muy divertida, ya que han sabido con inteligencia sacar de quicio cualquier situación de presunta normalidad, alternando los momentos de humor bestia y sangriento con las preocupaciones banales de la clase media norteamericana. Buenas interpretaciones también de la hija de la pareja, Liv Hewson, y como secundario de lujo, la peculiar interpretación de Nathan Fillion, con momentos muy muy muy inspirados.
Yo me lo he pasado de muerte.
Tomo nota, lo intentaré, aunque no soy muy fan de este género
Un saludo 🙋