El año pasado fue una actividad colectiva de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ). Lo de salir a fotografiar la maratón, digo. La celebración este año del XII Maratón de Zaragoza ha sido más accidentada. Para empezar, la fecha inicialmente prevista, en el mes de abril, coincidió con la avenida del río Ebro que obligó a desviar los recursos de protección civil, por lo que se consideró previsible suspender el evento deportivo. Aparte de la posible afección de parte del recorrido por la propia riada.
Finalmente ha sido este domingo pasado, 13 de mayo, cuando se ha podido celebrar la carrera. No tenía planes especiales para el acontecimiento. Desde el punto de vista fotográfico, me refiero. Pero habiéndome despertado pronto en ese domingo, y teniendo el paso de la carrera relativamente cerca, eché a la bolsa mi Canon EOS 5D Mark II con un par de objetivos, un 35 mm, y un 200 mm con un duplicador, y me fui a buscarla. Al final, me dio tiempo ha llegar caminando hasta el Parque Grande de la ciudad donde estuve durante una hora fotografiando el paso de los participantes entre los puntos kilométricos del recorrido 19 km y 21 km, si no recuerdo mal. Y alguna foto en algún otro punto, cuando volvía a casa. Salí de casa a las nueve menos cuarto de la mañana, vi el paso de los primeros clasificados en ese momento muy poquito después de las nueve y media, y empecé a volver a casa hacia las diez y veinte. A las once ya estaba calentándome con un té bien caliente… porqué pasé un frío considerable, sobre todo al principio. Os dejo algunas fotos.
1. Los líderes
Como es normal, lo que más interesa a priori es reflejar el paso de los primeros clasificados. Aunque no necesariamente sean las fotografías más divertidas o entretenidas. Pero,… es lo que toca. Primero pasaron los chicos…
Y después, la chica, rodeada por un amplio grupo de maromos con los que iba en animada conversación. Hubo mucha diferencia en el paso entre la primera clasificada femenina y las siguientes.
2. Las chicas
Como he dicho, hubo mucha diferencia de tiempo entre el paso de la primera clasificada y las siguientes. De tal forma, que tuve la sensación de que me había perdido el paso de unas cuantas féminas, aunque tal y como me moví entre los dos lugares donde me aposté con las cámaras, cómo podía haber sido. Finalmente, no me perdí el paso de nadie. Aunque tuve la sensación de ver menos mujeres que el año pasado. Es una sensación. No tengo datos concretos de cómo fue la participación real.
3. Los de las tres horas
La organización de la prueba pone a disposición de los participantes una serie de liebres que van marcando un ritmo que permite culminar la prueba en unos tiempos determinados. Estas liebres no sólo marcan el ritmo, sino que animan y dan indicaciones al grupo. Que al correr juntos también se ayudan mutuamente a cumplir el reto. Vi pasar tres de estos grupos, marcando tiempos para un recorrido de 3:00, 3:15, 3:30 y 3:45 horas. La mayor de las fotos que os muestro corresponden al primero de los grupos. No sólo los vi en el punto kilométrico 19, sino que luego de vuelta a casa me los encontré en el punto kilométrico 27.
4. Los esforzados
El ambiente de la carrera va cambiando conforme avanza la misma. Los primeros corredores que pasan van compitiendo entre ellos. Quieren ganar o hacer la mejor clasificación posible. y eso se nota en sus gestos y actitudes. Son los más esforzados. No quiero decir que los demás no lo sean. No se me entienda mal. Me refiero a que en sus gestos, en su concentración, en su soledad real o aparente, dan más impresión de esfuerzo.
5. Los simpáticos
Y conforme avanza la carrera, el ambiente cambia. La gente no busca clasificarse. Busca conseguir un reto personal. Terminar, con la mayor dignidad y alegría posible. Se agrupan. Saludan a sus amigos que han salido a animarlos. Van de buen humor. Son muchos los que al verme apuntando con el teleobjetivo esbozan una sonrisa, un gesto, una complicidad. No son pocos tampoco los que aprecian que estés allí, contemplándolos y valorando su gesto, y oyes con cierta frecuencia expresiones de agradecimiento. A ellos es a los que habría que expresarlas por su esfuerzo y simpatía combinados.
6. Los «estamos juntos en esto»
Esta pareja me llamó la atención. Desde el punto en el que estaba situado, los vi pasar dos veces. Cuando enfilaban el paseo de los Bearneses del Parque Grande, y cuando salían de él después de recorrerlo en ida y vuelta. A la ida, los vi pero no encontré una situación favorable para hacer la foto. A la vuelta, los estaba esperando. Evidentemente iban como pareja. Uniformados. Pero muy concentrados. Cuando a la vuelta iban a salir de la sombra de los árboles, me vieron. Y entonces quisieron, de una forma simpática, dejar claro que era un esfuerzo conjunto, que estaban juntos en eso. Se cogieron de la mano y luego ofrecieron un gesto de complicidad y una sonrisa amplia. Muy majos.
7. El veterano
Cierro esta pequeña crónica fotográfica, con un señor, ya de cierta edad, sonriente, que me llamó la atención. Porque en su blanca camiseta, había una escueta y sencilla frase; «50 maratons». Es fácil descifrar su significado. Son al menos 50 veces las que se ha enfrentado al reto de los 42 km y 195 m de una maratón. Así que con este señor, cierro esta entrada, de una mañana fría en lo meteorológico, pero cálida en lo humano.