Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. En 1860, cuando comienza la acción de la serie de hoy, Sorrento, donde están tomadas estas fotos, al igual que Sicilia, formaba parte del reino de las Dos Sicilias. Aunque eso sólo duraría un año más.
Antes de publicar esta entrada, me hubiera gustado volver a ver la película clásica de Visconti, Il Gattopardo, con el fin de poder establecer comparaciones. Y aunque ya hace unas cuantas semanas que terminé de ver la serie del mismo nombre, reciente estreno en Netflix, y que traigo aquí hoy, no he encontrado la ocasión. En principio, no tenía mucha más prisa. Pero los acontecimientos que narraba ayer, que culminaron, tristemente, con la cancelación de nuestro viaje a China, llevaron como consecuencia a que una parte importante de las vacaciones que estos días estoy disfrutando transcurrirán en un viaje a Sicilia. El primero que hago.

Como curiosidad, si el próximo viaje que voy a realizar por Italia será en Sicilia, la principal localización de la serie italiana de Netflix (con coproducción británica), el último que hice por ese país que tanto he visitado fue por Turín y el Piamonte, el origen de la reunificación italiana, capital del reino durante los sucesos que narra la novela de Lampedusa en la que se basa. Otra curiosidad, aunque en inglés la novela/película/serie se titula The Leopard, el gatopardo que es emblema del Príncipe de Salina (Kim Rossi Stuart), personaje principal de la historia, no es un leopardo, Panthera pardus. Es un serval, Leptailurus serval, un felino moteado al igual que el anterior, más pequeño de tamaño, y de distribución exclusiva africana. El anterior, también llamado pantera parda, cuando es moteado, o pantera negra, cuando es melánica, también se distribuye por Asia.
No sé si Lampedusa tenía en mente hacer un novela política. O simplemente, siendo de origen noble, e inspirándose en los antepasados de su propia familia para crear los personajes de la novela, quería reivindicar unos tiempos pasados que quizá percibiera como mejores. Pero en fin, ya se sabe que lo único que se puede afirmar de todo tiempo pasado, no es que fuera mejor, sino que fue anterior. El caso es que el término gatopardismo o lampedusismo ha pasado a la terminología política como sinónimo de los falsos reformismos que en realidad buscan mantener el statu quo bajo nuevas apariencias. Todo gracias a la célebre cita en la que Tancredi (Saul Nanni) le dice a su tío el príncipe aquello de…

«Se vogliamo che tutto rimanga come è bisogna che tutto cambi.»
«Si queremos que todo permanezca como esta, es preciso que todo cambie.»
La serie sigue la transición que la familia Salina, con especial protagonismo de los dos ya mencionados, y de Concetta (Benedetta Porcaroli), la hija del príncipe y sobrina de Tancredi, con quien tiene un romance que no llega a buen término, marcando el destino de ambos, cuando este se casa con la hija (Deva Cassel) de un arribista (Francesco Colella) que se enriquece desde la nada trapicheando y falseando en sus negocios. La historia sigue las transformaciones que se producen desde el antiguo régimen de reyes absolutos y noblezas terratenientes, auténtico soberanos en sus dominios con la bendición real, a un nueva época en la que surge el poder de los que tienen dinero, venga de donde venga, y donde los valores sociales y políticos se transforman, sin que esto repercuta necesariamente en las gentes del lugar. Que, en Sicilia, siguen viviendo como siempre, indiferentes a los poderes que vienen, pasan y se van, sin que se inmuten ni se alteren.

La serie me enganchó desde el primer episodio. Se nota que hay un esfuerzo de producción notable, con unos rodajes que se lucen especialmente cuando recorremos la campiña y las villas señoriales sicilianas. Se ve que han ido buscando un efecto cinematográfico en la serie televisiva. Que además cuenta con un reparto que hace un trabajo más que notable, de primer nivel.
No sé si será de gusto de todo el mundo. A mí me parece una serie muy recomendable. Pero las series de épocas, si no nos hablan de las tontadas de la season londinense, no siempre atrapan a las audiencias. Yo creo que sí merece la pena darle una oportunidad. Es cierto que en sus compases finales se aparta de la novela de Lampedusa, en cuestiones que no voy a mencionar por no destripar la serie, pero que no me parecen esencialmente importantes. Aunque mi sensación es que la novela de Lampedusa es más amarga en sus fases finales. Para la familia de los Salina, trasuntos de los Lampedusa. Lampedusa sabría por qué. Y me queda una duda. Estoy seguro que el libro estaba en casa en mi infancia y juventud, que lo tenía mi madre. Que alguna vez lo abrí y leí algo. Pero no puedo recordar si lo leí entero, o si lo heredé y lo tengo por alguna estantería perdido. Tendré que preguntarle a mi hermana, no sea que lo heredase ella.

