[Libro de fotografía] Libro de Óscar Monzón y algunas recomendaciones más

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Hace un par de semanas, en las recomendaciones fotográficas del festivo lunes 6 de diciembre, comentaba cómo en una entrada de un perfil de Instagram había conocido la serie Order del fotógrafo español Óscar Monzón (Instagram), y que me había interesado. Tal fue la cosa que seguí navegando en la obra de este fotógrafo y en esta serie de fotografías sobre la vida cotidiana en la gran ciudad, una visión a medias entre la crítica y la simpatía o empatía hacia las personas, a pesar de la cierta distancia que imponen las focales utilizadas por el fotógrafo, y en algunas de cuyas escenas no falta el humor. En ocasiones, nos recuerda al Times Square de Philip Lorna diCorcia, aunque entiendo que la técnica utilizada es distinta, a ratos, son otros los fotógrafos que parecen haberse colado entre el ojo y la cámara de Monzón. Pero supongo que esa es la gracia de las artes, el diálogo entre los artistas con sus obras y sus temas. Recibí el libro a principio de esta semana. Y todos los días he hojeado algo. Muchos fotógrafos hoy en día se reivindican como street photographers, pero pocos me cuentan o me proponen un punto de vista personalizado. Afortunadamente, este es de los pocos.

No voy a entrar, por no enrollarme demasiado, en la peculiar asociación de ideas que me ha llevado a utilizar las fotografías de la cámara desechable en las cataratas del Niágara para ilustrar esta entrada. Unas fotos que, a pesar de sus deficiencias técnicas, cada vez me gustan más. O me dicen más.

Hoy no es un día en que me encuentre en un estado de ánimo maravilloso, precisamente. Y eso que ayer disfruté de una estupenda velada, muy muy moderada en el consumo de vituallas y bebidas alcohólicas, con unos amigos con los que la conversación es cordial, animada y optimista. Sin embargo, la pequeña copa de vino blanco que tome en la cena ligera me sentó como un tiro, aunque fue agradable de sabor. Y me costó un poco conciliar el sueño, este ha sido intranquilo y, paradójicamente, cuando me he despertado más relajado eran ya las 9:59 de la mañana. No puedo recordar cuanto tiempo hacía que no amanecía tan tarde. Me he asomado a la ventana… y las nieblas seguían ahí… lo cual me ha generado un bajón considerable. No me apetece salir a la calle. He aprovechado para actualizar sistemas operativos en diversos dispositivos… y en repasar con tranquilidad las recomendaciones fotográficas que tenía recogidas. No muchas. Y he eliminado varias.

Me he quedado con la serie Shikawatari, como nos proponen en Pen ペン Magazine, de la fotógrafa japonesa Shiraishi Chieko, a quien sigo desde hace ya un tiempo en Instragram. La fotógrafa tiene su base en Tokio, pero se siente claramente atraída por el paisaje de la más norteña de las grandes islas del archipiélago nipón, Hokkaido. La serie está dedicada a los ciervos (shika シカ) de la fría pero hermosa isla septentrional. Con un monocromo melancólico, con contrastes suaves, busca transmitir los silencios de los espacios naturales del paisaje, fríos y majestuosos, con la presencia de lo shika animando ligeramente el paisaje. Y me ha despertado el deseo de viajar wanderlust,… justamente ahora que con la nueva onda epidémica regresan muchas de las restricciones al viaje levantadas en los últimos meses. No es que tuviera pensado viajar de forma inmediata en los próximos tres o cuatro meses… pero la situación no colabora a mejorar mi estado de ánimo. Tampoco la inminente llegada de las fiestas navideñas, que desde hace muchos años tienen un profundo efecto depresivo y melancólico en mí.

También paisajes abiertos, aunque mucho más soleados y luminosos son los que nos propone el norteamericano Patrick Warner (Instagram), que recorre su estado natal, Montana, entre el paisaje natural y el humano sociológico, reflexionando sobre los cambios introducidos por la polarización ideológica de las sociedades y por los cambios que empiezan a notarse por la crisis climática global. Nos lo han propuesto en Booooooom.

También en Booooooom tenemos la visión de Jenny Kim (Instagram), una fotógrafa norteamericana de origen asiático, supongo que coreano, que dirige su cámara a la familia, las presiones asociadas al envejecimiento, especialmente asociado a la fertilidad o su ausencia en la mujer, sin desdeñar acompañar las fotografías de las personas con las del paisaje que las rodea. Por algún momento, a pesar de la distancia social que nos separa en varias dimensiones, sus fotos han resonado en mi cabeza en estos momentos.

[Recomendaciones fotográficas] Mas adolescencia y otras cosas

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He retrasado un día mis habituales recomendaciones fotográficas, aprovechando el «superpuente» de diciembre, esa extraña acumulación de festivos, en los que al mismo tiempo se celebra de forma discreta y sin alharacas el hecho de que España tenga una constitución democrática y con más bombo las tradiciones más irracionales del fenómeno religioso. Y es que siempre lo he dicho… podremos debatir sobre el concepto de dios o su probable o improbable existencia/inexistencia. ¿Pero sobre que la tal María de Galilea fuera virgen cuando concibió al muchacho? ¡Anda ya!

Algunas de las fotos realizadas con película tradicional, Ilford HP5 Plus en cámara de un sólo uso, durante nuestro último viaje a Japón. En Tokio.

La semana pasada comentaba la visión de la adolescencia por una fotógrafa holandesa. Esta traigo otra fotógrafa, pero que procede del Oriente Medio, del Líbano, para mostrarnos otra visión de esa misma época de la vida. Se trata de Rania Matar (instagram), libanesa de origen palestina expatriada, y que apunta su cámara a chicas adolescentes de dos entornos culturales y sociales muy distintos, lo que nos permite indagar en lo que es común y lo que es diferente en las jóvenes de esa edad. Retratos ambientales en los Estados Unidos y en el Oriente Medio. Matar dota de más glamour a las chicas que lo que hacía Disktra. Pero me parece interesante contrastar las distintas visiones. Lo hemos visto en Blind Magazine.

También en Blind Magazine nos han hablado de la obra del norteamericano Ralph Gibson, un fotógrafo que ha recorrido temas y estilos muy diversos. Desde el blanco y negro más contrastado y con una mirada que se ha considerado por algunos como simbólica o surrealista, hasta un color brillante saturado y flirteando con la abstracción. No ha dejado de mostrarnos sus retratos o sus naturalezas muertas. Estas últimas me gustan mucho. Con 82 años, se le puede considerar ya un histórico de la fotografía contemporánea. Incluso un clásico de la misma.

En el perfil instagramero de Matt Stuart nos hablaban de la obra fotográfica del español Óscar Monzón (instagram) y su reciente libro buscando mostrar la diversidad y la escenografía de la gran ciudad, de la metrópolis moderna, que puede estar más influida de lo que pensamos por la intensa actividad publicitaria y propagandística que despliegan los medio desde hace unas décadas. Lo cierto es que me ha interesado bastante.

Issei Suda es uno de los fotógrafos documentales más notables del final del siglo XX. No tan conocido en Occidente como Araki o Moriyama, por ejemplo, per Suda tiene un cuerpo de obra importante que refleja con una mirada muy penetrante la vida cotidiana de la sociedad japonesa. Con una acercamiento más humanista a la figura humana, en su obra está la permanente tensión en los artistas japoneses entre la modernidad y las tradiciones, entre la realidad y la fantasía o lo extraordinario. Nos lo han recordado en Pen Magazine y es uno de esos fotógrafos que conviene conocer.

Y también desde Pen Magazine nos asomamos al trabajo de Nora Rupp… para darme cuenta al empezar a redactar sobre ello de qué ya hablé de él hace unos meses. Así que allí os dirijo.