[Recomendaciones fotográficas] Tiradoras olímpicas, fantasmas, bombas atómicas y otras fotografías interesantes

Fotografía

Ayer alcancé el hito de 50 días seguidos publicando en este Cuaderno de ruta. Soy muy regular publicando desde 2005. Al año que viene cumplirá este blog 20 años. Pero yo creo que el promedio debe estar en seis publicaciones a la semana. Pero llevo siete semanas publicando todos los días sin excepción. Incluso con algún viaje entre medias. Pero claro… cuando salgo de viaje no suelo fallar en lo de publicar todos los días algunas fotos de lo que hemos visitado ese día. En fin. Vamos con las recomendaciones de estas dos últimas semanas, junto con algunas fotos de ayer mismo, un breve comentario sobre las cuales encontraréis en el substack Carlos en plata.

Durante dos semanas se desarrollaron recientemente los Juegos Olímpicos de París 2024. Ya comenté algo. Y, por supuesto, ha habido fotografías del evento para dar y vender. Sinceramente, no he estado muy al tanto ni he hecho mucho seguimiento. Estaba ocupado con otras cosas. Pero me alegró saber que el veterano Dave Burnett sigue llevándose su Graflex Speed Graphic de 1943 para hacer otro tipo de fotografía del evento. Y lo que ha sido curioso es la expectación que han levantado las fotografías de algunos tiradores olímpicos, entre ellos el turco Yusuf Dikeç y la surcoreana Kim Yeji. El primero por su pose despreocupada, como quien va de campo y playa, la segunda por su aspecto de ser una cyborg salida de un anime o manga cyberpunk. Aunque con un elefantito de peluche de su hija colgando del cinturón. En Another Magazine han dedicado un artículo a los atuendos femeninos en los juegos y sus significados, apoyado en las fotografías y en capturas de transmisiones de televisión.

En los tiempos más tempranos de la fotografía, cuando las exposiciones duraban segundos, si no algún minuto, los fotógrafos más creativos jugaron con las dobles exposiciones para «fotografiar fantasmas». Presencias ectoplasmáticas, que resonarían en el espiritualismo de muchos movimientos religiosos que se dieron en las últimas décadas del siglo XIX, especialmente en países anglosajones. Y que probablemente culminaría con las hadas de Cottingley, donde más allá de los espíritus, se adentraban en la fotografía de seres fantásticos. Otro ámbito de la fotografía de la época fue la fotografía de los familiares fallecidos, otra extraña forma, por lo menos desde nuestro punto de vista actual, de mantenerse unidos a sus finados. En una época en la que las muertes prematuras, niños incluidos… o especialmente,… eran mucho más frecuentes. En My Morning Muse, Susanne Helmert, reflexiona sobre la «fotografía de fantasmas».

Como todos los años, llegados los primeros días de agosto, rememoramos el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki, deseando que nunca más vuelva a suceder. Aunque hay demasiadas armas atómicas en el mundo y demasiados dictadores con acceso a ellas como para ser optimistas. De los supervivientes de los bombardeos atómico, ya van quedando pocos. Han pasado casi 80 años. El año que viene. Los que sobreviven eran niños o adolescentes, y están mayores. En Flakphoto nos recordaron y nos mostraron los retratos de supervivientes que ha venido realizando el japonés Kentaro Takahashi (Instagram). Porque hay cosas de las que no debemos olvidarnos. Nunca.

Siguiendo con fotógrafos japoneses, en Lenscratch nos hablaron, una entrevista en realidad, de las fotografías de Yamamoto Masao, que ya conozco desde hace un tiempo, y que me gustan bastante. Fotografáis que parecen de otra época. Con una estética minimalista y muy expresiva. Y finalmente, George Appletree en su boletín Boundary layer, hace una interesante comparativa entre el japonés Daidō Moriyama y el norteamericano Saul Leiter. Dos fotógrafos aparentemente distintos, pero que tienen más semejanzas de lo que parece. Ambos me gustan. Tengo especial debilidad por el color de Leiter, eso sí.

[Recomendaciones fotográficas] Ironías, oscuridades, solarizaciones y otras cosas

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A pesar de que a mitad de semana empecé a experimentar problemas con mi agregador de noticias que me hicieron perderme muchos titulares, alguno de ellos quizás, sólo quizás, interesante, esta semana he podido acumular un cierto número de potenciales recomendaciones para este domingo de abril, en el que quizá disfrutemos de primavera, si el viento no lo impide. Las fotografías proceden de una caminata que hicimos ayer, de unos 12 kilómetros, entre el barrio de Santa Isabel y el de la Cartuja baja, en Zaragoza, caminando por los sotos de la ribera izquierda del Gállego y del Ebro.

En Oldskull nos hablaron de la obra de Martin Kollar, un fotógrafo eslovaco, que se centra en fotografiar personas comunes realizando tareas comunes pero en en situaciones o lugares poco comunes. Lo cual hace que se obra se maneje entre el absurdo, algunos dirían surrealismo, pero yo no, y un cierto grado de crítica social, sin mucha acritud, pero con cierto humor fino.Sus fotografías son directa, sin complicaciones estéticas, pero eficaces. Y creo que nos cuentan muchas más cosas de las que parece, especialmente revisadas en conjunto.

En Lenscratch podemos ver las fotografías y leer una entrevista realizada a la suiza Shari Yantra Marcacci. Esta fotógrafa suiza llevaba viviendo durante 18 años en Los Ángeles, cuando se trasladó a su Suiza natal como consecuencia de la pandemia de covid-19. En Suiza se llevó mejor que en EE.UU. Aun así le alcanzó, y le impulsó a realizar un trabajo en su tierra natal que mezcla, según nos cuenta, los sentimientos de pérdida, la nostalgia, la intimidad, y la oscuridad de los tiempos. Sus fotografías en blanco y negro, clave baja, con predominio de las sombras, me llamaron mucho la atención. Me cuesta mucho jugar con las sombras como aficionado a la fotografía, y con los espacios negativos en negro, a la hora de componer. Quizá por ello me admire de los fotógrafos que las emplean con habilidad.

Tengo varios libros de Mona Kuhn. Me gustan sus primeras obras. Aunque ahora hace un tiempo que le tengo un poco perdida la pista a esta brasileña de origen alemán que vive en Los Ángeles y que veranea en el suroeste francés. En Aesthetica Magazine han entrevistado a la fotógrafa y nos han mostrado una parte de su trabajo, retratos principalmente, realizados mediante la técnica de la solarización, lo cual nos lleva mentalmente a los tiempos de entreguerras, al surrealismo, a Man Ray y a su discípula Lee Miller.

En cuanto a lo que me llega a través de algunas de las suscripciones en Substack, me han gustado mucho los fotogramas de Susanne Helmert. Cuidado con la palabra fotograma. En el mundo del cine, y también en fotografía, es cada una de las muchas imágenes individuales que encontramos en una tira o en un rollo de película fotográfica o cinematográfica, impresas fotoquímicamente en la misma. Pero en el arte fotográfico es la técnica de impresionar con luz directamente el papel fotográfico, sin cámaras, sin ampliadoras, colocando sobre el mismo objetos opacos o translúcidos. Volviendo a Man Ray, él, más centrado en sí mismo, los llamaba rayogramas. En inglés no hay confusión, pues hablan en el primer caso de film frame y en el segundo de photogram. En cualquier caso, los fotogramas de Helmert, realizados con plantas, me han parecido muy elegantes y expresivos a la par que sencillos.

Y del Photosnack de Tomasz Trzebiatowski he seleccionado tres recomendaciones:

  • La primera, el trabajo de Yasuhiro Ogawa, muy expresivo, y que nos lleva de alguna forma a otras épocas, incluso si se trata de fotografía contemporánea.
  • La segunda, las suntuosas fotografía, retratos directos o ambientales, aunque también hay paisaje urbano e interiores, que la neerlandesa Marie-Jeanne van Hövell realiza con su medio formato sobre película.
  • La tercera, la fotografía documental en blanco y negro, con algo de paisaje y también retrato, de Marti Friedlander, una inglesa que inmigró a Nueva Zelanda, desde donde lanzó su trabajo, aunque ha recorrido bastante mundo.