Este domingo no habrá recomendaciones semanales. Algunas las guardaré para el próximo domingo. O a lo mejor comento algo entre semana. Pero hoy quiero hablar del regalo que me he hecho a mi mismo coincidiendo con un cumpleaños terminado en 0. Que por aquello que tenemos diez dedos en la mano y por ello los sistemas decimales de numeración y medición son especialmente populares, pues cuando nuestro aniversario de nacimiento termina una decena parece que sea especial.
Quienes conocéis este Cuaderno de ruta, sabéis de mi afición de ir coleccionando algunas cámaras Leica, una marca emblemática en la historia de la fotografía. Leica CL, Leica IIIf, Leica M2,… incluso una Panasonic disfrazada con el punto rojo de la marca alemana, la D-Lux 5. 60 años de historia en cámaras. Dado que el diseño básico de la IIIf se estableció en los años 30 del siglo XX, 80 años en realidad de historia.
Claro está, que siempre he soñado con comprar una nuevecita. No como la D-Lux 5, que ya he mencionado que es una cámara japonesa disfrazada. Aunque muy eficaz. Uno telemétrica de la serie M nueva. Y desde hace unos años, digital. Pero claro,… no las regalan precisamente. Pero no hablemos de dinero, que es vulgar. El caso es que desde hace un tiempo he ido planificando la compra, abrí una hucha al respecto por si acaso terminaba decidiéndome (me cuesta este tipo de compras, soy muy racional y estas cámaras se compran desde otros puntos de vista distintos de la razón), y al final he roto el cerdito, y… una Leica M-E.
Ya adelanto una serie de cuestiones críticas. No necesitaba una cámara más; simplemente me apetecía dar este paso. Porque uno se tiene que autopremiar de vez en cuando por las cosas que hace o le pasan. No es una cámara perfecta. De hecho hay una serie alucinante de defectos, que están abundantemente comentados por la red de redes, impensables para una cámara con este nivel de precio. Esta por ver si realmente me sirve para hacer mejores fotografías que las que hago hasta el momento. Bien. Todo eso es así. El único punto que realmente me ha molestado es que es un poquito más grande de lo que esperaba. De fondo. Es gordota.
Pero,… es muy, muy divertida de usar. Es mucho más eficaz de lo que la gente se piensa. El hecho de que sea de enfoque manual y con el visor telemétrico es en determinadas ocasiones más eficiente que los sistemas «inteligentes» de enfoque automático que nunca aciertan con el objeto que me interesa, o van y bien porque la escena no se ajusta a lo previsto por el ingeniero japonés de turno Y el simple exposímetros de medición parcial del tercio central de la escena es sorprendentemente más predecible y fiable que muchos de los sofisticados sistemas de medición complejos de la luz que llevan las modernas cámaras digitales. Pocas fotografías fallo con esta cámara en lo que se refiere al nivel de exposición. Pero eso sí, tienes que saber lo que tienes entre manos. Tienes que saber como usarlo. Si no, puede ser exasperante. Pero hace años que descubrí el placer de fotografiar con una telemétrica.
Tengo una gama de diversos objetivos que valen para la cámara. Alguno de la marca, otros no. La he probado con todos ellos. Os enseño algunas muestras.
Gran angular – Voigtländer Snapshot-Skopar 25/4
Lo compré hace diez años para usarlo con la Leica CL, con un adaptador de montura. También se puede usar con la Leica IIIf. Con película diapositiva daba una calidad que me pareció siempre muy razonable. Las peculiaridades del sistema M digital me hacían temer un mal resultado. Codificándo la cámara para que lo reconozca como un 21 mm de la cámara, los problemas de viñeteado y de colores anómalos previsibles, no me han aparecido o son imperceptibles. Incluso utilizada a su apertura máxima.
Objetivo estándar – Canon S 50/1,8 II
Este objetivo lo compré en París hace 10 años, en el bulevar Beaumarchais. Válido tanto para las cámaras con rosca estándar de Leica, como para las que tienen bayoneta M con un adaptador, siempre lo había tenido como un objetivo de contraste suave aunque con una imagen agradable. Los resultados que he obtenido con él han sido sorprendentemente agradables. No dará la calidad de un objetivo Leica, pero es totalmente usable. Y con él he empezado ha notar algo. La sorprendente nitidez de las fotografías de esta cámara, probablemente debido a la ausencia de filtro de paso bajo para evitar los efectos como el moiré. Las fotografías que vienen a continuación apensas están modificadas sobre el original tal y como se abre el DNG en Lightroom 4.
Objetivo estándar – Leitz Summicron-C 40/2
Objetivo estándar de la Leica CL, este objetivo me convenció de las bondades de esta longitud focal, que para mi carácter siempre ha sido más agradable que el 35 mm o el 50 mm, más usuales y entre los que habita. El único problema es que cuando lo montas en cualquier Leica con bayoneta M, que no sea la CL, aparecen las marcas de encuadre de un 50 mm en el visor, y no las propias de un 40 mm. Por lo tanto, hay que encuadrar a ojímetro. Salvo por esta cuestión, es un objetivo muy compacto y discreto con una calidad de imagen más que buena en mi humilde opinión.
Objetivo estándar – Leitz Elmar 5 cm 1:3,5
Es el objetivo clásico de Leica por excelencia. Cuadro lentes en tres grupos cuya fórmula básica viene de los años 20 del siglo XX, sólo modificada por el recubrimiento antirreflejos de las lentes por la modernización de los vidrios usados en su construcción. Este es del año 1951, y venía como compañero de la Leica IIIf. Se usa en la cámaras con bayoneta M mediante un adaptador. Bien. Pues aun cuando creo que es el que tiene el contraste más bajo de todos los que he probado, da unos resultados muy agradables. Especialmente si tenemos en cuenta que lo probé en horas en las que la luz no era especialmente buena. Muy dura y contrastada.
Tele corto – Leitz Elmar-C 90/4
Es el segundo de los objetivos diseñados específicamente para la Leica CL. Siempre he tenido aprecio por este telecorto, que en los últimos años he usado como tele medio-largo en las micro cuatro tercios con un adaptador. Es el objetivo más difícil de usar con la M-E. El recuadro de enfoque de 90 mm es muy aproximativo, y pequeño, por lo que es más probable que haya que reencuadrar al procesar la imagen. Por lo demás, da una calidad de imagen bastante aceptable, aunque mejor si no se usa a su máxima apertura.
Angular – Zeiss C-Biogon T* 35/2.8 ZM
Este es el único objetivo que compré pensando en nuevas adquisiciones de cámaras Leica. Lo estrené con la M2, pero siempre tuve en mente que sería el angular de uso cotidiano de una futura Leica digital. Y aquí digo una cosa, aunque con un nivel de construcción ligeramente inferior a los de Wetzlar, pero superior a casi cualquier otra marca, ópticamente compiten perfectamente con los primeros y son considerablemente más económicos. Tienen una ventaja enorme sobre casi cualquier otra marca de objetivos. Su resistencia a la pérdida de contraste por la luz frontal. Su revestimiento múltiple (T*) es una de sus características más notables. Este es un diseño ya clásico, pero que con los métodos de fabricación modernos compite perfectamente con summicrones y summarits de la misma focal. Y desde mi punto de vista da unos colores estupendos. Ya hace unos días os puse una serie hecha con este objetivo, cuando la cámara estaba en periodo de pruebas. Os dejo algunos ejemplos más, y me despido hasta otro rato.
¡Felicidades! ¡Y a disfrutar del regalo, que un nuevo aniversario lo merece!
Una gran selección fotográfica.
Se hará lo que se pueda.