Upside Down (2012), 6 de abril de 2013.
Esta película la he visto en versión original subtitulada y por ello conservo su título original en inglés. También se puede encontrar en la cartelera española con el cursi título de Un amor entre dos mundos.
Este sábado ha sido un día relativamente desapacible, especialmente para la época que estamos. Y en un tris estuve de quedarme en casa, tranquilamente, a terminar mi libro de fotos del viaje a Italia, o viendo alguna película que me apetecía añadir a mi colección de películas relacionadas con el mundo de la fotografía. Pero al final, conseguí sacudirme la pereza y acompañé a un grupo de amigos que habían optado por la que se suponía una película de ciencia ficción. Aspecto sobre el cual discreparé hasta cierto punto un poco más adelante. En cualquier caso, veremos qué ha dado de sí esta película del relativamente desconocido Juan Solanas.
Estamos en un sistema planetario que tiene la peculiaridad en que dos planetas se encuentran entre sí lo suficientemente juntos como para compartir atmósfera y que resulte factible relativamente pasar de uno a otro, pero en el que los habitantes y la materia de cada uno de ellos se ven atraídos por su propio mundo hacia el que caen, y en el que los habitantes del planeta de «arriba» son ricos y tienen una buena vida, y los del mundo de «abajo», pues todo lo contrario. Y un muchacho del mundo de «abajo», Adam (Jim Sturgess), conoce en un momento dado a una muchacha del mundo de «arriba», Eden (Kirsten Dunst). Y se enamoran. Pero huyendo de una persecución de la policía fronteriza, Eden sufre un golpe y pierde la memoria, y Adam es detenido y trasladado a otra parte de su mundo. Sin embargo, cuando Adam, años más tarde, entre a trabajar en una corporación que quiere aprovechar su ingenio y sus inventos químicos, tendrán la oportunidad de volver a reencontrarse y, quizá, retomar su romance.
Vamos a ver. Esta película, aunque presentada como de «ciencia ficción», es ciencia ficción tan blanda, tan alejada de lo plausible científicamente hablando, que la única forma de afrontarla aplicando la consabida suspensión temporal de la incredulidad es como una película de fantasía, más que de ciencia ficción. Desde este punto de vista, tiene más en común con The Princess Bride (La princesa prometida) o Stardust que con cualquier película de ciencia ficción que se os ocurra. Eso sí, aunque comparte el tema fundamental de chico persiguiendo el amor de chica aparentemente inalcanzable, es francamente inferior a las dos mencionadas. La primera es para mí una cinco estrellas y la segunda, con el tiempo, la voy poniendo en la categoría de las cuatro estrellas. No estamos ante una mala película. Los efectos especiales, escenarios digitales especialmente, sin ser de primer nivel son razonables. Y la historia avanza con razonable agilidad y coherencia interna. Eso sí, el corolario final difícilmente se deduce del desenlace de la historia de los dos enamorados.
Las interpretaciones son suficientes, y quizá echo de menos que no aparezca más a menudo Timothy Spall, secundario con un papel importante en la película, ilustre de la interpretación británica, que es probablemente lo mejor del filme. Uno esperaría que Kirsten Dunst, que parecía que había dado un giro a su carrera, estaría en papeles un poco más serios que este, donde ronda el rol de florero, pero…
Estamos ante un entretenimiento, un mero entretenimiento que funciona como drama romántico de fantasía razonablemente bien, resultando en un película que puede ser adecuada para un ambiente familiar o niños mayores o adolescentes jóvenes. No hace daño, pero tampoco pasará a la historia del cine como nada del otro mundo. Probablemente olvidable. Aunque yo pasé el rato de forma razonablemente agradable.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: **
- Valoración subjetiva: **

Pues no tengo ninguna foto de dos mundos absolutamente imposibles desde el punto de vista físico como los cuentan en la película; pero puedo poner una estructura que se yergue vertical hacia un mundo «arriba» que no existe. Supongo.