¿Los diez mejores fotógrafos vivos?

Fotografía

No es la primera vez que me refiero en estos artículos al blog de Mike Johnston, The Online Photographer, dedicado a la fotografía, pero no desde el punto de vista técnico sino desde el punto de vista de la estética y de la opinión.

Recientemente ha publicado un artículo sobre los que el considera los diez mejores fotógrafos vivos, que me ha resultado interesante. Como él mismo dice, está absolutamente centrado en los EE.UU.; se disculpa diciendo que el vive y conoce lo de allí (si no he contado mal, de los 10 fotógrafos 9 son norteamericanos). Realmente creo que es excesivo el egocentrismo de estos yanquis. No obstante, la lista es interesante y os sugiero que le echéis un vistazo si os interesa la fotografía. Pero debería llamarla Lista de los diez mejores fotógrafos vivos de los EE.UU.

De compras, un sábado por la mañana, en Zaragoza

Casino Royale (2006)

Cine

Casino Royale (2006), 26 de noviembre de 2006.

Con las de 007, me pasa siempre lo mismo. Nunca me han parecido nada del otro mundo, salvo como colección de excesos pirotécnicos, pero por un motivo u otro en muchas ocasiones acabo viéndolas. Y con esta ha pasado lo mismo.

Había algunos alicientes. El primero es que Casino Royale fue la primera novela de la saga 007 escrita por Ian Fleming. Así que, de alguna forma, podemos considerar este filme como una «precuela» (término que se ha puesto de moda y que me parece horrible), del resto de la saga. Salvo por que los acontecimientos se situan claramente en 2006 y no en 1950. Pero vamos, parece poca cosa de la que preocuparse. Además, con coherencia cronológica imposible servir de vehículo anunciador de todo tipo de coches y gadgets, que es una de las funciones principales de estos largometrajes.

En segundo lugar, ha habido cambio de protagonista, siendo Daniel Craig el encargado de encarnar al agente especial más famoso del cine. Ya adelanto que me parece que no lo hace mal; desde luego mucho mejor que la mayoría del resto. Quizá sólo le supere el genuino Sean Connery. El resto del reparto, pues qué más da. Están para lo que están. La guapa principal en esta ocasión ha sido Eva Green, moza que realmente me parece guapa, pero que todavía no sé si es buena actriz. Y son muchas las que no han levantado cabeza artísticamente después de ser chica bond, aunque hayan ganado óscares. Salen un par de guapasa más, y el consabido ramillete de malos con cara de malos.

En tercer lugar, porque se ha comentado que con este filme, cambia el tono del personaje, que se vuelve más humano y más vulnerable, y menos dado a violar las leyes de la física. Pues sí, le dan más mamporros, y se lo tiene que currar para matar a los malos, pero sigue siendo inverosimil en el universo tal cual lo describe la física moderna.

En general, el filme dirigido por Martin Campbell me parece que está algo por encima de la media del resto de la saga, pero sin más. No dejan de ser aventuretas hechas con mucho dinero, cuyo último fin es vender muchas palomitas (a parte de largo y caro anuncio, como antes he mencionado). El guion presenta altibajos, especialmente en el último tercio de la película, pero tampoco sé si eso tiene mucha importancia en este tipo de filmes. En fin que le daremos un seis tanto en valoración global, como en dirección e interpretación. Y va que chuta. Que hoy me coge generoso y de buen humor.

Como comenté hace un par de meses, esta villa en el Lago de Como (Italia), ya ha servido como escenario cinematográfico en otras ocasiones, así como en la película que aquí nos ocupa

Paseo, pruebo cámara y me horrorizo… ya está aquí la Navidad

ciudad, Fotografía, sociedad

Domingo, ha estado nublado, anoche llovió. Me han dejado una cámara, una Canon Ixus 800 IS; estoy interesado en ver cómo se comporta cuando la luz es menos que ideal. Aunque ha mejorado el tiempo, sigue estando preferente gris. Así que es la situación ideal. Así soy yo. Un loco peligroso. Me gusta torturar los aparatos fotográficos. ¿Pero qué gracia tiene comprobar que un chisme va bien cuando todo el perfecto?

Paso por la Plaza de los Sitios. La Asociación Española contra el Cáncer ha montado un mercadillo navideño. Cielos. Así sin avisar. Con sus papanoeles incluidos. ¿O debería decir mamanoeles? Es que me parece que debajo de las barbas es muy femenina,… Espero no haberme equivocado… y si lo he hecho, que no me lea.


Sigo paseando y haciendo fotos. La cámara es una Ixus, y como ya he tenido alguna, me siento como en casa. Ya veremos como lucen luego las imágenes. Caminando, caminando, recorriendo el Casco Viejo de Zaragoza, llego hasta la Plaza del Pilar. Horror, parece que han aparecido unas ruinas en medio de la plaza. Me tranquilizo, sólo es que están instalando el belén navideño. Aunque de momento más se parece a cómo dejaría Belén o cualquier otra población palestina el ejército israelí. En fin. Ya no lo puedo negar. Se acerca la Navidad. Y nada puedo hacer por evitarlo. Que nos sea leve.

Van dos

Cine

Leí en alguna parte que las gentes del cine mueren de tres en tres. Y van dos en una semana. Tras la noticia del fallecimiento de Robert Alman, nos llega ahora la de Philippe Noiret. En este país, a este actor se le recuerda por pocas películas a pesar de que fue extraordinariamente prolífico en casi seis décadas de trabajo. Il Postino (El cartero (y Pablo Neruda)) o Nouvo Cinema Paradiso (Cinema Paradiso) son los más conocidos en los útlimos tiempos. En ambos excelente.

Lo he visto en alguna que otra película francesa que ha ido llegando en la última década a este país a trancas y barrancas, casi siempre penalizado por el horrendo doblaje que suelen tener los filmes galos. El cine francés es irregular, y por lo tanto esa es la imagen que me queda a mí un poco de lo que he visto de este actor, donde junto con alguna cosa realmente interesante como las mencionadas antes, también ha actuado en soberanos tostones (por guapa que sea la Marceau).

En cualquier caso, vaya también desde aquí un recuerdo para este buen profesional, quizá injustamente poco conocido por estos lares. Y que no se cumpla, a corto plazo, lo del tercero (a larga plazo, inevitable será).

La Piramide, Museo del Louvre, París

Que pillines estos portugueses, ¿y si les regalamos un reloj?

sociedad

Entre los RSS que leo habitualmente, el que dedico a las noticias es el que nos ofrece ElPais.com. En realidad no lo leo; más bien lo «hojeo» puesto que normalmente ando mal de tiempo. Pero de vez en cuando encuentro alguna noticia que me interesa o que me parece curiosa.

Como la que me cuenta que nuestro vecinos portugueses han sido sometidos a la tortura de las encuestas. Y he aquí que los investigadores encuentran que algo más de un 85% se consideran bastante o habitualmente puntuales, mientras que sólo un poco más del 5% de estos considera que sus compatriotas son bastante o habitualmente puntuales. Vaya, vaya. O nuestros vecinos mienten mucho sobre sí mismos, o son bastante intolerantes con la puntualidad de sus compatriotas. O más bien será lo del famoso refrán, aquel de las pajas y las vigas en los ojos.

En fin, que quede claro que a mí los portugueses me caen muy bien. He visitado en diversas ocasiones su país, y pienso volver a hacerlo en un futuro. De hecho, Lisboa es una de mis ciudades favoritas, llena de encanto y de tranvías. Es más, me atrevería a decir que el resultado de esta encuesta se hubiera repetido en muchos otros lugares del mundo, incluido posiblemente el País de los Conejos. Simplemente, me ha divertido esta historia porque pone de manifiesto la eterna incosecuencia del género humano.

Bueno, seguiré trabajando un ratito. Mientras oigo un disquillo de Sara Tavares… qué bien.

República de estudiantes en la universitaria ciudad de Coimbra, Portugal

Aquello fue Corea (in memoriam, Robert Altman, 1925-2006)

Cine

Robert Altman ha sido un director de cine distinto. No voy a decir que todas sus películas fueran buenas; ni siquiera que todas o casi todas me gustasen. Pero era uno de mis favoritos. Uno de los que me caían bien.

Ayer mismo, en el artículo sobre The Queen, hacía referencia a una de sus películas, Gosford Park, en la que Helen Mirren tuvo un papel importante.

Personalmente, lo descubrí con una de las más divertidas y ácidas críticas a la guerra que se han hecho, M*A*S*H (no confundirla con la edulcorada serie de televisión del mismo título, y basada en los mismos personajes). Ahí se veía ya ese estilo de película coral, a veces de apariencia confusa, que se haría característico aunque no exclusivo de su cine. No obstante, hube de redescubrirlo en los años 90, especialmente con cosas tan interesantes como Short Cuts (Vidas Cruzadas) o The Player (El juego de Hollywood), tan divertidas como Cookie’s Fortune (La fortuna de Cookie, nunca estuvo tan deliciosa la guapa Liv Tyler), o tan intensas como la antes mencionada Gosford Park.

Como he dicho antes, no todo fue bueno, e incluso hay que reconocerle algún bodrio. Pero en cualquier caso, supo salirse de los caminos trillados, ensayar nuevas formas, con el correspondiente riesgo de acertar o equivocarse. Particularmente, yo siempre le recordaré con ese cariño que uno le profesa a aquellos que le han ayudado a soñar un poco, a vivir otras vida.

Dar la vuelta a la esquina, irse, no volver, pero algo queda

The Queen (2006)

Cine, política

The Queen (2006), 21 de noviembre de 2006.

Es difícil de plantear con qué animo va uno a ver una película de este tipo. En el lado de los pros:

  • El director, Stephen Frears, nos ha obsequiado con alguna película que ha entrado por derecho propio en la historia del buen cine (aunque otras, no).
  • La protagonista, Helen Mirren, es indiscutiblemente una gran actriz, aunque no siempre haya elegido bien dónde se metía. Particularmente, creo que destacaba en cierta película de carácter coral donde era difícil destacar.
  • Un elenco de actores, no necesariamente muy conocidos, mayoritariamente británicos, lo cual es lo mismo que decir que de gran solidez interpretativa.
  • Unas críticas previas excelentes, en general para la película en sí misma, y en particular para su protagonista femenina.

En el lado de los contras:

  • La verdad es que la historia a priori parece estar hecha a la medida de los consumidores de prensa del corazón; lo cual es desmotivante.
  • La familia real inglesa me parece un anacronismo falto de interés salvo para los propios británicos.
  • Mi escepticismo a una buena recreación histórica (aunque gran parte de los hechos narrados sean reconocidamente ficticios) de acontecimientos tan recientes.

Al final, prevalecieron los factores puramente cinematográficos que estaban todos en el lado de los «pros«.

La película está correctamente dirigida, dejando el peso de la misma al trabajo de los intérpretes. Encaja bien los hechos ficticios «que pudieron haber pasado«, con los hechos reales, generalmente intercalados en forma de imágenes reales de origen documental. El guion transcurre pausado, sin complicaciones, y sin que nos distraiga de lo que realmente importa, que es el estudio de caracteres. Así que por haber hecho lo que debía, sin molestar, la dirección se merecerá al menos un siete.

Lo que importa son los caracteres o, cinematográficamente, las interpretaciones de los mismos. Y ahí la cosa esta en general muy bien. Flojean algunos, como la representación del Príncipe Carlos, pero en general están muy bien. En el filme, aparecen dos bandos:

  1. La familia real, con la Reina Isabel II al frente, que se nos aparecen como una cuadrilla de envarados, insensibles, inconscientes, que son cotidianamente salvados por la relativa eficiencia de la gente a su servicio, discretos, pero mucho más conscientes del mundo que ellos mismos. Me parece también magistral la actuación de James Cromwell, haciendo un absolutamente y perfectamente gilipollas Felipe de Edimburgo.
  2. El entorno del recientemente nombrado Primer Ministro, que aparecen como una caterva de entusiastas pardillos, sin mucha idea de como comportarse. Aparecen en ese entorno dos «angelitos«, relativamente contrapuestos. El personaje de Alastair Campbell (interpretado por Mark Bazeley), personaje que arrastra el menor índice de escrúpulos, oportunista y arribista, sería el diablillo del tridente. Por otro lado, la figura de Cherie Blair (muy bien interpretada por Helen McCrory), republicana convenida, que va soltando sus pullas a diestro y siniestro, que critica con consecuencia, pero que no se dedica a hacer la puñeta, sino que es capaz de ser un apoyo en momentos difíciles; el angelito bueno, aunque travieso.

En general, todo parece plausible, todos (o casi todos) interpretan muy bien. Incluso me atrevería a decir que algunos de los problemas de interpretación que aparecen se deben fundamentalmente al eterno problema del doblaje, esa lacra abominable que sufrimos en este nuestro solar patrio. Así que yo a la interpretación le pondría un ocho.

La película oscila con elegancia entre la comedia, con sus personajes bufos como puede ser la Reina Madre, interpretada con solvencia por Sylvia Sims, y el drama que origina el no menos drama de la muerte violenta de la princesita del cuento. No obstante, tiene algunos peros. La princesita del cuento es presentada como el no va más del futbolín, como si realmente fuera merecedora de esa catarsis colectivas que envolvió a las masas; y a mi me parece que no. Por otro lado, el final es excesivamente complaciente con los dos protagonistas. A mi me parece que ni Isabel II ha evolucionado notablemnte más allá de lo que forzosamente a tenido que tragar, ni Tony Blair ha demostrado ser un chico tan majo, tan progresista y bien intencionado como se nos quiere presentar. Pero supongo que al director y a los productores les interesaba quedar a bien con su prinicpal audiencia, el sufrido pueblo del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Por todo ello, a la película en general, le coloco un siete.

Para terminar, proclamemos con todos los británicos

«Goth shave the Queen»

Multitudes ante el Palacio de Buckingham, Londres

Fotos de cine

Cine, Fotografía

Esta mañana me he dado una vuelta en plan cultural. Así que me he pasado por el Centro de Historia de Zaragoza, donde se ha inaugurado hace poco una exposición de fotografías titulada Un siglo de cine, con la colaboración del Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona.

La exposición hace un repaso a la historia del cine, agrupando temáticamente las imágenes. Así encontramos un grupo de ellas dedicado a los escenarios, artificiales o naturales. Otro a los directores y su interacción con los distintos agentes que llevan a cabo un filme. Imprescindibles las series dedicadas a la transformación que sufrieron algunos de los protagonistas más glamurosos desde sus principios hasta que se convirtieron en leyenda, y así podemos asistir a las metamorfosis de Lana Turner, Clark Gable, Margarita Cansino (Rita Hayworth) o Greta Gustafsson (Greta Garbo).

También podemos ver como distintos actores se convierte en representación de los caracteres estereotípicos del ser humano. Así el optimismo lo vemos representado por estrellas como Gene Kelly o Fred Astaire. La elegancia, cómo no, entre otros está representado por Audrey Hepburn o Ingrid Bergman. Montgomery Clift, Vivien Leight, Jean Seberg o Marlon Brando son algunos de los estereotipos de las almas torturadas. ¿Quién no reconocerá a Gary Cooper como el símbolo de la honestidad? ¿Y no reconoceremos una mirada astuta en la joven Lauren Bacall o en la picardia de Carole Lombard?

Pequeños errores, como encontrar cambiados los rótulos de las dos fotografías que se extraen del rodaje de Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses para los españolitos comunes). Donde vemos al genial Billy Wilder dirigiendo a Gloria Swanson, el letrero nos habla de ésta departiendo con Erich von Stroheim, mientra que en la escena que representa este diálogo, el letrero indica las instrucciones del genial berlinés a la vieja gloria del cine mudo. En fin, minucias que no empañan el buen gusto que deja una exposición sin grandes pretensiones, pero muy agradable de ver.

Centro de Historia de Zaragoza

Cámara oscura de Abelardo Morell

Fotografía

A través del blog ennegativo.com me informo de la obra fotográfica de Abelardo Morell. Su obra en blanco y negro es variada e interesante, pero a mi me llama la atención el apartado denominado Camera obscura.

En muchas ocasiones, se habla de obras en la que el arte se hace referencia a sí mismo. Así, hablamos del cine dentro del cine, o de la literatura como tema de la literatura. Las obras de esta serie de Morell son una especie de obra fotográfica autorreferida. Pues al cabo, una cámara fotográfica no deja de ser una cámara oscura por sofisticada, electrónica y digital que sea su tecnología. Aquí la fotografía toma como motivo habitaciones convertidas en cámaras oscuras en las que el paisaje interior se funde con el paisaje urbano exterior, naturalmente invertido dentro de la misma. Interesante.

Maletas y mochilas en la Calle Méndez Núñez, Zaragoza

Actualización de página ferroviaria (y 2)

ferrocarril, mis páginas en internet

Si ayer anunciaba una actualización de mi pagína ferroviaria con los reportajes de mis viajes por País de Gales, hoy anuncio que en un ataque de fervoroso trabajo también he subido un reportaje de este pasado septiembre realizado en Mallorca, con fotografías del Ferrocarril y del Tranvía de Sóller. Espero que os gusten.

En el Ferrocarril de Sóller, Mallorca

Actualización de página ferroviaria

ferrocarril, mis páginas en internet

Hacía tiempo que no tenía tiempo u ocasión de actualizar mis páginas ferroviarias, en los últimos años sólo la visualización de alguna película de caracter ferroviario me permitió ir añadiendo algún contenido. Pero este año ha habido vacas gordas, y he salido a la caza de más trenes de caracter histórico-turístico. Así que ayer terminé una primera actualización, con los reportajes correspondientes a mi viaje por País de Gales.

Estación de Conway, País de Gales