Ya hacía tiempo que quería volver a visitar el museo dedicado al escultor de Maella, Pablo Gargallo, instalado en el renacentista Palacio de los Condes de Argillo, en la Plaza de San Felipe de Zaragoza. Es un museo que ya había visitado en varias ocasiones desde su apertura en los años 80; pero todavía no había tenido ocasión de volver desde su reapertura en octubre de 2009, tras una remodelación y ampliación. Y ayer encontré el momento y la ocasión.

El museo, en su localización de la Plaza de San Felipe en Zaragoza - Panasonic Lumix GF1, G 20/1,7 ASPH.
He de decir que el edificio, con su patio central, siempre me ha parecido un lugar tremendamente agradable, y estéticamente muy atractivo. Es una pena que no dejen tomar fotografías, porque he tenido que improvisar algúnas imágenes tomadas con el iPhone, que no destaca precisamente por sus cualidades fotográficas. Pero en cualquier caso, ahí tenemos esa entrada al patio central, con la escultura de El Profeta en el centro dando la bienvenida al visitante y gobernando el conjunto.
No obstante, es en las obras de la siguiente planta, algunas de ellas pequeñas y poco llamativas, pero llenas de gracia y belleza en su aparente sencillez. No soy entendido en escultura, pero las obras del autor bajoaragonés cada vez me gustan más.
La visita incluya algunos dibujos, bocetos de sus obras, así como plantillas en cartón a partir de las cuales crearía posteriormente el escultor las diversas copias de sus obras. También son muy interesantes de visitar para una mejor comprensión del proceso creativo.
Finalmente, hay salas para exposiciones temporales, que en estos días ocupan las obras del pintor Anglada-Camarasa.



