Si habéis estado al tanto de mis entradas de los últimos días, sabréis que estoy aprovechando mi mayor disponibilidad de tiempo para digitalizar negativos y diapositivas de antaño. Uno de los proyectos más amplios ha sido el viaje a los Países Bajos en mayo de 1993. Este viaje ya lo digitalicé en tiempos y hay pruebas de ello. Pero los archivos no aparecen por ningún lado. En cualquier caso, la nueva digitalización tiene mayor calidad.
Os dejo con algunas muestras. El viaje fue fotografiado con una entonces recién comprada Canon EOS 100, con un EF 28-80/3,5-5,6 y un EF 50/1,8 II que sufrió un accidente en Maastricht y no volvió. Nunca deis un golpe frontal, ni siquiera moderado, al nifty-fifty. El plástico que une el bloque óptico con el cilindro que une todos los mecanismos se rompe con facilidad. Me ha pasado no una sino dos veces. Tengo que celebrar de alguna forma el 20º aniversario de mi sistema EOS que últimamente tengo un poco abandonado. Ya está. Le pondré un carrete a la EOS 100. Si encuentro pilas para esta cámara, claro…

Oosterscheldekering, grandes diques de contención de las mareas del Plan Delta en la región de Zeeland.

Preparados para una fiesta, probablemente un baile o una boda, en Valkenburg, en la región de Limburgo.

Ambiente festivo en Maastricht, donde entregó el alma mi primer «nifty-fifty». Aunque no me la pude ver, por como me miraba el amigo que me acompañaba, la cara que se me debió de quedar. En aquellos momentos, venía a costar lo mismo que ahora, en dinero corriente, al cambio. Pero dada la inflación y la disminución del precio del dinero, era comparativamente bastante más caro, y mis finanzas bastante más escasas.






