[Cine] Spotlight (2015), el «hombre de los caramelos» estaba «dentro» y no «a la salida» del colegio

Cine

Spotlight (2015; 092016-0131)

Como el fin de semana pasado fue «largo» en Zaragoza, hubo tiempo para dos películas. Al fin y al cabo, estamos en plena temporada previa a los óscars y hay que «trabajar» a destajo si uno quiere saber porqué tiene que considerar una vez más que estos premios están «devaluados», «no significan nada» y «no son más que un montaje de la industria del cine». Para dado que estos hechos son así, o más o menos,… pues vamos al curioseo y al comentario previo. Que luego llegará el cotilleo posterior alabando a las chicas que estaban realmente guapas en la alfombra roja y poniendo a caldo a aquellos, o aquellos, a quienes viste su peor enemigo.

Es frecuente escuchar o leer que la película que hoy nos ocupa trata de los abusos sexuales, violaciones hablando claro, perpetrados por sacerdotes y otros clérigos católicos sobre víctimas menores de edad, incluso en edad francamente infantil. Abusando de la autoridad que sobre estos menores ejercen estos individuos en el marco de sus parroquias o sus colegios privados. Pues no va de eso.

¡¡¡¡¡?????

¡Dejad que los niños se acerquen a mí, porque suyo es el reino!... parece que muchos sarcerdotes no han entendido el mensaje. Santa Maria in Cosmedin, Roma (Italia).

¡Dejad que los niños se acerquen a mí, porque suyo es el reino!… parece que muchos sarcerdotes no han entendido el mensaje. Santa Maria in Cosmedin, Roma (Italia).

Bueno,… sí que va de eso… Pero no solamente. Es más, si la película que dirige Tom McCarthy es interesante es porque es más que eso. Bastante más que eso. Sobre los abusos sexuales a menores, perpetrados por clérigos o no, se han hecho ya una diversidad de filmes. Sobre los abusos que los clérigos de la Iglesia Católica u otras confesiones ejercen sobre las comunidades que dominan moralmente, retorcidas morales muchas veces, aunque no sean de naturaleza sexual, también se han visto películas. O hemos leído interesantes obras de ficción. Pero hacía falta algo más. ¿Qué faltaba?

Pues lo que nos ofrece este relato basado en la investigación periodística del Boston Globe sobre los casos de abusos en la significativa ciudad de Nueva Inglaterra. Una reflexión crítica sobre la postura del resto de la sociedad ante estos hechos. Porque nos encontramos en una sociedad, que presume de ser de las más avanzadas, ricas y progresistas de los Estados Unidos, cuyos policías, cuyos jueces, cuyos abogados, cuyos políticos, cuyos tenderos, cuyas abuelas,… todo el mundo, incluidos los periodistas que son protagonistas en esta historia, hasta que se dan las circunstancias adecuadas miran para otro lado, ignoran la realidad, se niegan a plantar cara a una institución, la Iglesia Católica, que no es más un poder fáctico más de los que parasitan las sociedades humanas.

Parece que el cardenal de Boston, lejos de ser castigado por el Vaticano, fue destinado a Santa Maria la Maggiore, una de las basílicas vaticanas en suelo romano, un destino prestigioso.

Parece que el cardenal de Boston, lejos de ser castigado por el Vaticano, fue destinado a Santa Maria la Maggiore, una de las basílicas vaticanas en suelo romano, un destino prestigioso.

Miren. Con frecuencia se mezclan los conceptos de moral y ética. Yo los distinto. La ética es el comportamiento guiado por una reflexión personal, sobre unos valores reconocidos y admitidos por el individuo que los posee, y que busca alcanzar la felicidad, generalmente con un comportamiento prudente. Sin hacer daño a nadie por el camino, vamos. La moral es el comportamiento dictado por las costumbres. Miren la etimología de la palabra, del latín «mores». O tempora o mores, decía Cicerón en una de sus Catilinarias. ¡Qué tiempos, qué costumbres! Y las costumbres son producto de la presión del grupo. De la presión social. De la presión de los grupos de poder fáctico. Entre ellos las jerarquías religiosas. Y las costumbres, la presión de los grupos no tienen porque ser buenas para la persona. Para las personas. Especialmente para los más débiles. Por ello debe haber vigilantes. De los grupos fácticos. Tradicionalmente, el papel que se otorgaba a la prensa libre. Un papel al que parece que la prensa está renunciando a marchas forzadas, en manos como está de potentes grupos económicos. Poderes fácticos, por lo tanto. Ya la hemos jodido.

Pero en Boston, en el año 2001, quedaban algunos periodistas que todavía estaban dispuestos a hacer su trabajo. Y esta película nos lo cuenta. Con sobriedad. Sin alaracas. Yendo al grano. A los hechos. A lo que documentalmente se puede probar. Con ganchos directos al hígado del tejido social de una sociedad más o menos privilegiada, pero con más carencia de equidad de la que están dispuestos a reconocer. Y debemos dar gracias a quienes han trabajado en este filme por enseñarnos la lección. Porque hay otros grupos de poder fáctico ahí. Porque hay otras morales hipócritas. Porque hay otros indefensos que sufren. Y no lo vemos. O no lo queremos ver. Y nadie nos lo cuenta. O nadie nos lo quiere contar.

El reparto estupendo, por cierto. Todos.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****
Nos contaban los padres escolapios que todos los niños teníamos un angel de la guarda, dulce compañía... que se debe tomar un rato libre e irse a beber unas birras cuando hay algún cura cerca. Puente de Sant'Angelo, Roma (Italia).

Nos contaban los padres escolapios que todos los niños teníamos un angel de la guarda, dulce compañía… que se debe tomar un rato libre e irse a beber unas birras cuando hay algún cura cerca. Puente de Sant’Angelo, Roma (Italia).

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