[TV] Cosas de series; magia, ciencia y la insoportable levedad de las relaciones interpersonales

Televisión

Ya tocaba una entrada televisiva dedicada a la animación. Japonesa, más exactamente. Anime como dirían muchos. Pues eso, animación, puesto que la palabra japonesa anime アニメ viene del ingles animation, aunque también he oído alguna versión que dice que vendría del francés dessin animé. No sé. El caso es que me lo he pasado bastante bien con las series de animación nipona que traigo esta semana. Todas se pueden ver en Netflix, aunque las de Index y Railgun creo que se pueden ver también en otras plataformas.

Tengo la sensación de que hay muy buen oferta de animación japonesa en la actualidad; también entre las novedades. Hace pocos días me lo pasé muy bien con un episodio de una serie estrenada este verano, de la que os hablaré en su momento, y que transcurría en el templo de Sensō-ji en Tokio, donde tomé las fotografías que os traigo aquí hoy.

Komi-san wa, Komyushō Desu [古見さんは、コミュ症です, literalmente Komi tiene un trastorno de la comunicación], conocida en inglés como Komi can’t communicate y en España como Komi-san no puede comunicarse, ha recorrido en los últimos meses su segunda temporada. Una segunda temporada que ha superado claramente a su muy simpática y entretenida primera temporada. En realidad, el diagnóstico de la simpatica Shoko Komi es un trastorno de ansiedad social, que le impide comunicarse adecuadamente. Y el tema primario de la serie, dirigida al público adolescente, es la aceptación y apoyo del grupo a las personas que pueden sufrir este u otros trastornos de ansiedad. Pero lo más divertido de la serie es que lo hace planteando que en realidad nadie es normal. Prácticamente todos los compañeros de clase de Shoko Komi tienen algún rasgo del carácter o de la personalidad que los hace raros. Salvo quizá Hitohito Tadano, su principal apoyo, que simplemente es tímido con ella. Las numerosas situaciones hilarantes que tienen que ver más con las rarezas de los demás más la tensión romántica no resuelta entre Komi y Tadano (son los apellidos, pero son como se llaman entre sí en el entorno escolar). La serie tiene buen rollo, un excelente ritmo narrativo, personajes muy empáticos/simpáticos, es divertida… ¿qué más se puede querer? De los mejores originales de Netflix. Animación o no animación, todo incluido.

Hace unas semanas hablé de la primera temporada de Toaru Kagaku no Rērugan [とある科学の超電磁砲], A certain scientific Railgun, con la que me lo pasé bastante bien. Disponible en Netflix, es una serie cuya primera temporada es de 2009. Me enteré que era una derivada de Toaru Majutsu no Indekkusu [とある魔術の禁書目録], A certain magical Index. Esta serie, cuya primera temporada es de 2008, y las dos segundas temporadas de ambas series, de 2011 para Index y de 2013 para Railgun, están todas en Netflix. Junto con un largometraje de Index. Los protagonistas de ambas series, Tōma Kamijo y Mikoto Misaka «Railgun», aparecen en ambas series, y existen arcos argumentales que se ven desde el punto de vista de uno y otro en ambas series, principalmente el muy entretenido arco argumental de las Sisters, los clones de Mikoto Misaka.

La principal diferencia entre ambas series la podemos adivinar el título. Mientras que los villanos a los que Railgun ha de enfrentarse son organizaciones científicas que utilizan la ciencia con fines aviesos, Tōma y su aliada la monjita anglicana Index, han de enfrentarse a organizaciones religiosas que utilizan la magia y lo preternatural también con fines aviesos. Los aliados y los adversarios de Tōma son en general versiones curiosas, a veces delirantes, de las religiones cristianas occidentales (angligana, católica,…). Aunque supongo que las versiones que en las producciones occidentales se ofrece de las religiones del Asia oriental les pueden parecer a las personas de aquellas regiones tan delirantes o más. En fin… es lo de menos. Las dos series me parecen muy entretenidas, pero si tuviera que quedarme con una de ellas eligiría Railgun. Su personaje central, Mikoto Misaka, me parece más complejo, con reflexiones más profundas, tanto en la ética como en el crecimiento personal. Son series destinadas en la forma al público adolescente, pero que tratan temas de cierto calado, incluso adultos. Y la violencia, que suele venir acompañada de una fuerte crítica a la misma y a la falta de ética, tiene niveles que muchos podría considerar adultos.

Con el tiempo espero ver las terceras temporadas de ambas series, que hay que buscarlas en otras plataformas, así como otros derivados que parece haber por ahí. No hay que dejarse engañar, son series con más contenido y profundidad en los temas de lo que parece detrás de sus formas aventureras y fantásticas.