Cuando terminábamos el viaje por Italia hace poco menos de un mes, me encontré que para el viaje de vuelta tenía que comenzar nueva lectura. La noche anterior terminé el libro que comenté recientemente. Y todavía no tenía claro cual de los que tenía en reserva en el lector de libros electrónicos quería empezar. Pero como hemos hecho en otras ocasiones, dado que llegamos a la estación de Torino Porta Nova con mucho tiempo para coger el Frecciarossa que nos dejaría en Milán donde enlazaríamos con otro tren a Bérgamo, nos dirigimos a la sucursal de La Feltrinelli de la estación turinesa. Creo que ya lo he comentado en alguna ocasión. Hay dos grandes cadenas de librerías en Italia, Mondadori y La Feltrinelli, pero nunca entramos en la primera, propiedad del entorno familiar del ya finado Berlusconi. La Feltrinelli, como editorial, siempre ha tenido una orientación progresista, y ha dedicado espacio y esfuerzos a otras literaturas.

La cuestión es que opté por dos fumetti, como denominan los italianos al género de la historieta o cómic. Son los dos próximos libros que voy a comentar, el de hoy y el próximo, dentro de unos días. El de hoy lo leí en el viaje de regreso a Zaragoza desde Turín, el siguiente en los pocos días entre el regreso de Italia y el viaje a San Sebastián. Y he de decir que el libro de hoy,… ya lo había leído. Pero cuando lo compré pensé que era otra aventura de Corto Maltés en el Asia Oriental, que yo no conocía, distinto del Corto Maltés en Siberia, que ya había leído, castellano. Este volumen de las obras de Hugo Pratt que compré en la estación de Turín está en italiano, con un título totalmente distinto a su traducción al castellano, que es el de las presuntas aventuras siberianas del marinero de La Valetta.

La traducción del título vendría a ser El patio escondido llamado arcano. Y se refiere a un bonito patio veneciano que creo que visité en 2008 en el sestiere del Castello, y que hoy, por la masificación ha quedado cerrado al público, aborrecidos los lugareños. Y es que las primeras escenas de la aventura transcurren en la Serenissima, y durante la aventura hay algún momento de nostalgia por volver a ella. La cuestión es que la aventura, en contra del título de la traducción española, no transcurre en Siberia sino en China. Aparte de unas secuencias en Hong Kong y en el trayecto hacia el norte, fundamentalmente transcurre entre la Manchuria dominada por los japoneses, aún no convertida en estado títere del imperio nipón, y Mongolia. Región donde tras la Gran Guerra y la Revolución Soviética, campaban todo tipo de fuerzas militares, cada una buscando su propio beneficio. Y en ese entorno entra la aventura de Corto, buscando el oro de uno de los señores de la guerra, por encargo de una sociedad secreta china femenina… más o menos.
No me importa haber errado en la compra. En estos momentos ni siquiera lo considero un error o, si acaso, un error afortunado. La lectura en versión original, el título original de la obra, y el haber podido dedicar atención a los detalles, al conocer ya la trama, me han permitido disfrutar de elementos nuevo de un relato que es uno de mis favoritos de las aventuras de Corto Maltés, si no el favorito. Con un álbum en un formato más manejable y agradable de leer, que los tradicionales, disfruté mucho de su lectura. He decidido regalar mi ejemplar en castellano, que está en muy buen estado, y conservar el italiano. Y esto es todo por ahora.

