En las proximidades de la primavera, en las últimas semanas de un benigno invierno, tomo la decisión de volver a una fotografía sencilla, sin experimentos, sin inventos. Y dedicar un tiempo al blanco y negro. Últimamente hago color la mayor parte del tiempo. Y se me ha oxidado un poco mi visión en blanco y negro. Lo explico un poco más despacio en…
Regreso a la fiabilidad y al control de los resultados
Canon EOS 650 con EF 50 mm f1.8 e Ilford FP4 Plus


Por lo demás, las fotos son sencillitas. Jugar un poco con las sombras, con las rejas, con las perspectivas. Documentar alguna de las moderadas avenidas del Ebro de este año. Esas cosas. Simplemente pasear por la ciudad, sin complicaciones. La buena vida es simple… tiene que ser simple. Creo.



