[Libro] Sostener el cielo – Liu Cixin

Literatura

Tengo pendiente de comentar la adaptación de Netflix de la más famosa novela de Liu Cixin. La que le gustó a Obama, entre otros muchos. Que mira tú qué narices tendrá Obama, un abogado de Chicago, para que su opinión sobre una novela de ciencia ficción sea más importante o interesante que la de otros. En fin… la tontería del personal. El caso es que mientras iba viendo la serie, apareció en oferta esta colección de relatos cortos de Liu. Y la cosa es que con antelación, yo, había llegado a la conclusión que Liu es mejor cuentista que novelista. Así que me animé con ella, y me la leí durante las vacaciones de Pascua.

Démonos un paseo por China, para ilustrar la entrada. Por la bonita ciudad de Suzhou. Bonita por lo menos en su centro histórico. Que es una «pequeña» ciudad de diez millones de habitantes, que a saber cómo será en sus barrios más modernos.

Se trata de una colección de once cuentos. Y les voy a llamar cuentos en lugar de relatos cortos, para algunos son términos sinónimos, porque varios de ellos llevan consigo la sensación de ser, eso, como uno de los cuentos con más o menos moral añadida que nos contaban en la infancia. Hay contactos con extraterrestres más o menos avanzados, hay desastres naturales, hay guerras tecnológicas, pero con muertos de verdad con balas y bombas, y hay alguna que otra paja mental, elucubración más o menos tonta a partir de conceptos físicos. Como eso de que si estuviésemos en un universo con big bang y big crunch, en el momento en que se produjese el final de la expansión y comenzase la contracción… bueno, no lo voy a destripar. Además, parece que no este no acabará en un un big crunch, que parece que se morirá de aburrimiento y frío.

La cuestión es que me parece que es una colección hecha de retales. Relatos cortos que no fueron incluidos en colecciones anteriores. Muy diversos y de épocas diversas. Porque en algunos casos maneja o especula con conceptos científicos hoy en día poco considerados, aunque hace un tiempo tuvieran sus quince minutos de fama. Y que no son los relatos cortos más brillantes del autor. Alguno hay majete, o ingenioso. Pero también hay alguno que roza lo infumable. Te quedas con la sensación de que su editor le ha dicho, «mira majo, vendes; vamos a exprimir la gallina de los huevos de oro y vamos a publicar todo lo que has escrito».

Particularmente chirriante resultan aquellos en los que a Liu Cixin se le ve el plumero y se pone en plan «pelota» del Partido Comunista Chino. O del comunismo en general. La tesis habitual del todopoderoso PCCh que dice que puede haber algún corrupto en el partido, que recibirá su merecido, pero que el partido es sagrado y no se pueden decir sobre él nada más que alabanzas. Lo cual es falaz. Cualquier organización que adquiere un poder omnímodo en un determinado entorno social y político acaba siendo corrupta por definición, por no existir elementos de control reales. Eso se vislumbra en varios relatos, incluso si al mismo tiempo critica alguna de las situaciones sociales del gigante asiático. Y anda que no chirría ese relato en el que hay una guerra entre una hipotética Rusia renovadamente comunista que se defiende contra los malísimos capitalistas de la OTAN de forma heroica… Chirría especialmente cuando vemos la realidad sobre las guerras que impone la Rusia de Putin, que es de todo menos heroica y justa. Muy inoportuno… salvo que el escritor, como el PCCh, esté encantado del rifirrafe entre Rusia y el resto de Europa porque suponen que eso «les beneficia a ellos». Por estos detalles, esta colección no me ha dejado especial buen sabor de boca.