[TV] Cosas de series; tristeza galáctica, tristeza renacentistas y alegrías detectivescas en la campiña británica

Televisión

Los comentarios de las series de esta semana arrastran la tristeza de las expectativas altas que se ven muy defraudadas. Tal cosa ha sucedido en dos de las series que comento. Y apenas encuentro paliativo en que de la tercera de las series no esperaba nada de particular, y ha resultado entretenida.

The acolyte es la enésima serie que amplia el universo Star Wars de la mano de Disney. La colección de series que se han ido emitiendo en los últimos años han traído alegrías y tristezas. Pero en líneas generales, salvo alguna digna excepción como esta y esta, han sido más bien decepcionantes o muy decepcionantes. En esta ocasión, con un reparto aparentemente interesante, retrocedemos en la línea del tiempo a la época de la antigua república. Unas décadas antes del Episodio I de la saga estelar. Cuando se producen atentados contra algunos jedi por parte de quien parece ser una aprendiz que dejo el entrenamiento, un grupo va en su búsqueda. Pero las cosas son más complejas de lo que parece, y hay una hermana de la chica involucrada, una historia oculta del pasado que envenena las relaciones, y un posible señor del Sith acechando. En estos momentos ya digo que la serie me parece mala. Con un guion mal llevado, y con recursos argumentales que parece sacados de una serie barata de fantasía para relleno de un canal de entretenimiento. Una tristeza, para una saga que en un momento dado tuvo prestigio. Rechina hasta la banda sonora, que parece una mala copia de la de John Williams para el Episodio I, que no es de las mejores de la saga precisamente. Pero haré un comentario añadido.

La serie ha recibido muchas críticas negativas de los fanáticos más conservadores, y especialmente sexistas, de la saga. Determinadas líneas argumentales de la serie, asociadas a grupos de mujeres, han causado un rechazo visceral hacia la serie. He de decir que a mí no me molesta nada de eso. No estoy en esa postura en absoluto. Cualquier opción argumental, bien hecha, bien tratada, me parece bien, si tiene coherencia e interés. Mi problema con esta series es que se ha hecho mal. Que el desarrollo de la trama es simplón y mal llevado. Y especialmente me cabrea esto, porque da combustible a esos críticos cerriles y cenutrios. No estoy de acuerdo en los motivos por los que se quejan, pero no puedo defender cómo se han hecho las cosas. Como digo, una tristeza. Y con intérpretes que han mostrado su oficio en otros trabajos, y que lo hacen de pena en esta ocasión, véanse los casos de Lee Jung-jae, Dafne Keen o Carrie-Anne Moss. Pocas ganas me han quedado de seguir esta trama en un futuro.

Hace pocos meses me enteré que Netflix iba a estrenar una serie basada en el Decamerón de Giovanni Bocaccio. Muy oportuna después de la pandemia de Covid-19, porque el libro es una colección de relatos cortos, absolutamente maravillosos, variados e ingeniosos, algunos dramáticos, otros cómicos, no pocos pícaros con un tratamiento muy libre de las relaciones humanas y de la sexualidad, especialmente teniendo en cuenta que se escribió en el siglo XIV. En casa, mi madre compró un ejemplar en el Círculo de lectores, y lo fui leyendo durante la adolescencia, ya que mi madre confiaba en mi sesera a la hora de entender lo que allí se contaba, que en aquella época tenía dos rombos. Las gentes de la época entenderán la alusión. Así que me hacía ilusión la serie. Imaginé que en cada episodio irían adaptando algunos de los cien relatos, diez relatos por parte de cada uno de los diez jóvenes refugiados en una villa en la Toscana, durante la peste en Florencia, durante diez noches. Decamerón. Pero no. La serie The Decameron es una comedia negra desmadrada y paródica sobre un grupo de ridículos nobles florentinos en una villa toscana durante la peste, y donde se dan lugar una serie de situaciones absurdas totalmente alejadas de la elegancia y el tono con el que Bocaccio narró aquellas cien historias. Tras tres episodios, empecé el cuarto… y apagué la tele cabreado, porque me parece una falta de respeto a una de las obras más interesantes de la narrativa mundial. La mayor parte de las críticas ignoran la oportunidad perdida. No son tan negativas como mi punto de vista, pero no dejan de ser tibias. No ver.

Y finalmente, A good girl’s guide to murder. Cuando la vi llegar a Netflix, no le di mucha importancia porque parecía una más de las muchas series destinadas a adolescentes. Pero empecé a ver alguna crítica o algunos comentarios positivos, la serie parecía entrar entre las más vistas de la plataforma, que siendo sólo 6 episodios de alrededor de 40-45 minutos de duración, decidí darle una oportunidad. La serie sigue las andanzas de una adolescente, Pip (Emma Myers), que tiene que hacer su trabajo de final de bachillerato o algo así, con vistas a la entrada en la universidad. Pero desde cinco años atrás está con la mosca detrás de la oreja por el asesinato y desaparición de una joven del instituto, y por la acusación al novio de origen inmigrante que acabó suicidándose. Así que con la ayuda del hermano del suicida, decide hacer su trabajo sobre el asesinato, convirtiéndose en una insospechada detective, de aspecto inofensivo, generalmente bien vista por la pequeña comunidad de provincias inglesa, pero que acabará tocando las pelotas de todo Dios hasta que de con la clave del misterio. No es la octava maravilla de la televisión, es la típica serie de factura correcta y bien interpretada, producto de la BBC, que distribuye Netflix en el resto del mundo. Pero es entretenida, le coges simpatía a la joven Pip, que muestra simultáneamente perspicacia e ingenio con una considerablemente capacidad para meterse en líos por la ingenuidad con la que afronta las situaciones, resultado de haber vivido en un hogar feliz, tolerante, sin mayores conflictos, que le haga desconfiar del ser humano. Importante el buen trabajo del reparto en general, y de la protagonista, Myers, en particular. La recordaba de otra serie de corte adolescente y más fama.

[TV] Cosas de series; en el terreno de la fantasía y de la realeza

Televisión

Series de origen europeo, suponiendo que podamos considerar que el Reino Unido sea parte de Europa, que no es lo mismo que la Unión Europea, y no se haya convertido en un universo paralelo y alienígena. En cualquier caso, dos de Netflix y una de HBO. Dos británicas y una alemana. Y con mucha fantasía por el medio, incluso en la que se basa en hechos reales, me parece a mí.

Como hay mucho británico en las series de hoy, ilustraré la entrada con fotografías de mi visita a Stratford-upon-Avon, la ciudad natal de William Shakespeare en las Midlands inglesas. ¿Que cosa más británica/inglesa puede haber, dejando de lado a los rancios y apolillados Windsor?

Con cambio de protagonistas, como era de esperar para ajustarse al envejecimiento de los personajes, hemos asistido a la quinta temporada de The crown. La celebrada serie de Netflix, una ficción razonablemente verosímil, pero ficción, basada en hechos reales entorno a la difunta Isabel II de Inglaterra (Imelda Staunton) y su familia. Con especial atención en esta temporada al actual Carlos III de Inglaterra (Dominic West), a su anterior y difunta exposa, Diana de Gales (Elizabeth Debicki), y en menor medida a Felipe de Edimburgo (Jonathan Pryce) y otros miembros de la familia, allegados, apegados y advenedizos. Con la aparición estelar del erotismo de retrete de Camilla Parker-Bowles (Olivia Williams), actualmente reina consorte Camila de Inglaterra. Cuando digo «de Inglaterra» hay que considerar que habría que incluir también el resto de los «dominios» del Reino Unido y países de la Commonwealth que reconocen al soberano británico como jefe del estado. Los acontecimientos de esta quinta temporada han correspondido a la ajetreada época que sufrieron en los años 90, muy centrados en las desavenencias entre los príncipes de Gales, aunque con otros derivados o asuntos en paralelo. Pensaba que terminaría con el finiquito al personaje de Diana de Gales… pero no. Eso lo dejan para la sexta temporada. En cualquier caso, sigue siendo una muy buena serie, aunque haya perdido ya el factor sorpresa y novedad de las primeras temporadas. Las nuevas «chicas», Staunton, Debicki, Williams y otras, siguen haciendo papeles tremendamente creíbles y bien adaptados, mientras que a los nuevos «chicos» me cuesta más verlos en sus personajes. No porque lo hagan mal, hacen lo que pueden… pero no los veo. En cualquier caso, sigue siendo una serie muy recomendable.

Hace unos años, una serie alemana de fantasía/ciencia ficción, no sé cómo calificarla porque no terminé de verla, sorprendió al público de Netflix, y tuvo gran éxito. No terminé de verla porque era tan compleja, que a lo que llegó su segunda temporada se me había olvidado casi todo y no tenía ganas de volver a ver la primera temporada para que la segunda y la última tuvieran sentido. Pues bien, de sus creadores ha llegado 1899, que empecé a ver con reticencia por si me sucedía lo mismo. Esforzarme en una primera temporada para que luego me costase excesivo esfuerzo retomarla al cabo del tiempo. Pues bien, sin preocupaciones, porque a pesar del éxito y las buenas críticas, a Netflix no le han salido las cuentas y la han cancelado. Con un reparto coral y multinacional, recorremos la peripecia del pasaje de un trasatlántico tipo «Titanic» que recibe una llamada de socorro de un gemelo suyo desaparecido, y que como consecuencia también empieza a sufrir las consecuencias de una realidad alterada que va afectando profundamente al pasaje. Evitando destripar la serie, esta se mueve entre la intriga y la fantasía hasta desembocar en el ámbito de la ciencia ficción en sus últimos compases. Que para mí es cuando la cosa empieza a tener más interés… pero nos quedaremos sin saber qué narices pasa en realidad. Netflix no encuentra su rumbo y lleva un tiempo dando bandazos. Todas las plataformas los dan; la cuenta de resultados pesa mucho en la toma de decisiones, lo que genera la frustración de los espectadores tarde o temprano. Por mi cabeza ha pasado ya en varias ocasiones la idea de mandarlos a freír espárragos. Es difícil recomendar una serie de misterio inacabada. Pero no está mal si te gusta este tipo de ficción.

Y la que sí que ha llegado a término es la fantasía basada en las novelas de Philip Pulman, His dark materials. Reconozco que estuve a punto de abandonarla en algún momento durante la segunda de las tres temporadas que la componen. La serie tiene logros notables, pero también tiene momentos débiles. También es de las que complican enormemente la trama, como múltiples ramificaciones, que son llevaderas en forma literaria, pero que en formato audiovisual, no siempre es fácil equilibrar el seguimiento y el cierre progresivo de todas las subtramas. También hay un problema de reparto, con algunos logros notables, entre los que he de considerar la presencia de Ruth Wilson, solidísima actriz británica, encarnando el personaje más complejo e interesante de la historia. Sin embargo, los dos protagonistas juveniles, Dafne Keen como protagonista principal y Amir Wilson como su partenaire principal, no siempre me convencen. Son dos intérpretes que empezaron en su preadolescencia y han terminado la serie hacia el final de su adolescencia, pero con todavía una falta de madurez interpretativa, que no han terminado de alcanzar. La chica protagonista resultaba más convincente al principio, por su aire más espontáneo, con una edad más temprana, pero no me ha parecido que mantuviera la solidez con el tiempo. No es que lo haga mal. Ninguno de los dos. Pero no sé si están a la altura de la encomienda de sostener una serie de por sí compleja. No obstante, la tercera y última temporada ha estado bien desarrollada, proporcionando buenos cierres a todos los hilos pendientes, y lo único que me ha chirriado ha sido el prescindible último episodio, que no sé hasta que punto interpretarlo como un pie a futuras secuelas. Bien. Visible. Con momento muy buenos. Pero sin más.

Como curiosidad, Ruth Wilson/Mrs. Coulter y Dominic West/Carlos de Gales coprotagonizaron hace un tiempo una serie que tuvo momentos excelentes… como amantes.

[TV] Cosas de series; lo destacado de diciembre

Televisión

Llevo bastante retraso en esto de comentar finales de series o de temporadas. Y tardaré todavía un poco en ponerme al día. Salvo que me dedique una semana a hablar mayoritariamente de televisión, cosa que no me apetece. Así que vamos con lo más destacado de diciembre,… como llamo a aquellas series que forma parte de lo que podríamos llamar la «primera división» de la seriefilia. Aquellas series que por presupuesto y pretensiones aspiran al éxito de crítica y público como planteamiento base. Una de ellas ya la conocíamos, las otras son novedades de este último trimestre del año.

La serie fantástica de HBO… una de ellas… va de viajar al norte. Un norte que recuerda mucho a Noruega. Y aunque no tengo fotos de Noruega invernal… pues Noruega son las fotos de hoy.

Ya lo sabéis de mi comentarios anteriores sobre The Marvelous Mrs. Maisel. Es una de las mejores comedias del momento. De hecho, es una de las mejores series del momento. Es la serie con la que hemos recuperado los chispeantes diálogos de la chicas Gilmore. Pero más adulta; no para todos los públicos. Y además, con mayor nivel interpretativo. Dicen que esta tercera temporada no ha tenido el mismo nivel que las dos primeras. Mmmmmm… evidentemente, la serie ha perdido el factor novedad. Y ha sido una temporada de transición para los personajes. Frente a las crisis manifiestas de las dos primeras temporadas, se han abierto nuevos caminos que todavía están en marcha. Y es cierto que ha habido alguna subtrama un poco más floja, como la de Sophie Lennon (Jane Lynch), que ha trabado el desarrollo de Susie (Alex Borstein). Y que estuvo muy claro el momento en que Midge (Rachel Brosnahan) la cagó… Pero sigue siendo una serie de gran nivel. Y ante todo, quiero más presencia de Mei (Stephanie Hsu), un personaje potencialmente muy divertido. En fin… hasta dentro de unos meses, Mrs. Maisel.

Mmmmm… His Dark Matterials. Primera temporada. En HBO. Buscando un nuevo pelotazo estilo «tronos». Hasta la presentación es similar. Pero nada más salvo el ámbito fantástico tan distinto. Cuenta a priori con un reparto interesante. Pero por algún motivo, esta historia adaptada de las novelas de Philip Pulman, no me acaba de enganchar. Quizá hay que darle más tiempo. Ya tuvo una adaptación al cine, que iba camino de la típica trilogía, pero que se quedó en un película aislada sin más recorrido. Y es que creo que hay un problema de base. Se plantea como una historia para niños mayores y adolescentes,… pero que la única forma de que realmente funcione es adaptándola como una historia para adultos, mucho más oscura y más agresiva en sus críticas sociales de fondo. Y creo que nadie se atreve a tal. La niña protagonista, Dafne Keen, sin ser una catástrofe no aba de tener carisma suficiente para cargar a cuestas con la serie. Veremos que pasa en un futuro.

No soy aficionado al género superheroico, que con excepciones, me aburre. Así que acogí Watchmen, también en HBO, con notable excepticismo. Pero me ha sorprendido. Para bien. Y mucho. Una historia que se construye poco a poco, con piezas aparentemente inconexas en algunas ocasiones, pero en la que al final todo encaja con finura y elegancia. Impresionante labor de guion con mucho más fondo y enjundia que la mayor parte de las tontadas que se hacen en este género. Pero vamos… sin comparación. A años luz, para bien. Tanto me ha gustado, que voy a leerme el cómic que la inspira y que creo que me contará lo que pasó décadas antes de los acontecimientos de la serie. Creo. Ya os diré. Pero espero con ganas una segunda temporada.