[TV] Cosas de series; lo sobrenatural en series británicas, con suspense y con humor

Televisión

Las series británicas siempre tienden a despertar mi interés. Aunque no necesariamente vea todas que se me ponen a tiro. También depende un poco de que el tema que traten me interese más o menos. Una de las virtudes que tienen es que son cortas en el número de episodios. Muchas veces no pasan de seis por temporada. Y por supuesto, la excelente calidad interpretativa de la que hacen gala los actores y las actrices británicas, muchos de ellos fogueados también en el teatro, lo que se nota. Traigo dos aquí que he visto recientemente. Las dos flirtean con lo sobrenatural, o algo así. Las dos tienen buenos repartos. Y, como curiosidad, en cada una de ellas, uno de los papeles protagonistas es desempeñado por un actor que fue el Doctor en diversas reencarnaciones del personaje principal de Doctor Who.

The devil’s hour es un drama policiaco que flirtea con lo sobrenatural, o algunos dirían con nociones de la ciencia ficción. Temas de universos paralelos y esas cosas. No voy a detallar mucho para no destripar el argumento. Protagonizado por Jessica Raine en el papel de una trabajadora social, en proceso de separación (pero no del todo) de su marido, el cual no acepta el extraño carácter de su hijo, tiene a su lado a Nikesh Patel como policía que busca a un extraño asesino que lleva actuando décadas, y en frente a Peter Capaldi (12ª encarnación del Doctor) como el asesino, con unas peculiares motivaciones. La trama de la acción se centra en los problemas familiares de la protagonista, así como en las consecuencias de permitir que se impida o no se impida una acción aparentemente mala, pero cuando las consecuencias de que no suceda son peores. En el lado de lo positivo, las buenas interpretaciones. Apetecía ver a Raine diez años después de encarnar a la uber charming comadrona de los años cincuenta en Londres. En el lado menos positivo, la trama es interesante, pero tan compleja que las piezas del rompecabezas no siempre encajan con precisión. No obstante, ha sido razonablemente atractiva tanto para público como para crítica.

Y luego está la segunda temporada de Good Omens, basada en la novela del mismo título del inefable, y lamentablemente ya fallecido, Terry Pratchett, en compañía de Neil Gaiman. Hay que decir que fue la primera temporada de la serie la que adaptó la novela de Pratchett y Gaiman, en la que el ángel Azirafel (Michael Sheen) y el demonio Crowly (David Tennant, la 10ª encarnación del Doctor), antiguamente Crawly, «el que se arrastra», la serpiente que tentó a Eva en el Paraíso, se aliaron para detener la batalla entre el Cielo y el Infierno en el Armagedón. Como consecuencia, ambos se han convertido en unos marginados para sus respectivos bandos, por lo que viven eternamente en paz en Londres, a lo suyo. Hasta que un día el arcángel supremo, Gabriel (Jon Hamm), aparece desnudo ante la librería de Azirafel, lo cual genera una nueva crisis en las relaciones entre el Cielo y el Infierno. Y nuevamente serán nuestros héroes los encargados de evitar que esto acabe con el mundo.

La nueva temporada es material original. Se inspira en el universo literario, pero explora en profundidad y desde otros puntos de vista las relaciones entre Crowly y Azirafel. No sólo en los acontecimientos contemporáneos, sino en el contexto de lo que fue su relación desde antes de la caída de Crowly junto con todos los partidarios de Lucifer, y a lo largo de todas las épocas. La historia es más personal, más íntima, más emocional. Más romántica. Romance que se expande a otros personajes, a veces de formas insospechadas. Si ya en el original se destilaba con maestría una parodia de las idea bipolar del bien y del mal, para dotar al mundo y a la ética de los seres pensantes de una amplia gama de matices y colores más allá del blanco y el negro, se insiste en ello en la obra actual, donde nunca es posible identificar al Cielo con «los buenos», ya que incluso ellos tienen planes cuestionables para el futuro del Universo y de la especie humana. Se acortan distancias con el Infierno, aunque aparezcan como blancos, limpios y guapos. Una serie fundamentada por una buena historia, por su fino humor, y por las excelentes interpretaciones de sus protagonistas. Y de secundarios como Derek Jacobi y Miranda Richardson, por señalar algunos nombres entre muchos otros menos conocidos, pero también excelentes intérpretes, como Nina Sosanya, Maggie Service, Shelley Conn… … … Muchos intérpretes aparecen en las dos temporadas, pero con distinto papel.

[TV] Cosas de series; de matrimonios que se rompen y otros armagedones

Televisión

Me entero viendo una de las series que comento esta semana que Armagedón no es sinónimo de Apocalipsis. Que más bien es el lugar que se convertirá en el campo de batalla de la contienda final entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal cuando llegue el Apocalipsis. Lo que pasa es que Apocalipsis, y eso no lo dicen en la serie, tampoco es el fin del mundo. El Apocalipsis de Juan es la revelación que recibió el mencionado Juan, y que luego transcribió en el famoso libro en el que se nos anunciaba que tarde o temprano, todo este tinglado que tenemos montado los humanos, se iba a acabar. Que termine como según Juan le fue revelado… eso me resulta más dudoso.

En cualquier caso, en Good Omens, serie en seis capítulos de la que podemos disfrutar en Amazon Prime Video, nos adaptan la visión que de tal evento tuvo el escritor de fantasía y ciencia ficción Terry Pratchett. Y si alguien ha leído alguna vez algo de Pratchett, podrá suponer que su versión del final del mundo será al menos tan imaginativa, mucho más absurda, y al mismo tiempo infinitamente más sensata que la del mencionado Juan.

Pues síp… tal y como está el Reino Unido últimamente, yo también opino que probablemente el fin del mundo será por esas tierras… probablemente a iniciativa de los «tories».

Los protagonistas de este divertimento, en el que todos los que han trabajado tienen pinta de habérselo pasado muy bien, son un ángel y un demonio. El ángel, Aziraphale (Michael Sheen), es aquel de la espada flamígera encargado de velar por quien entraba o salía del Jardín del Edén. El demonio, Crowley (David Tennant), es aquel que fue encargado de tentar a Eva con una de las manzanas del árbol de la Ciencia del bien y del mal. Pero… a pesar de todo, se hicieron amigos, o algo así. Y ambos deambularon por la Tierra hasta que de repente se enteran que el Anticristo está aquí, y con el se acerca el fin del mundo. Y como ambos se encuentran bien y a gusto entre los humanos… pues decidirán impedirlo. Con la ayuda de una bruja, Anathema Device (Adria Arjona) y otros pintorescos humanos.

Es muy divertida. Es un cachondeo. Está bien hecha. Salen un montón de gente conocida. Mucho británico, aunque no únicamente, para una miniserie que sabe tener la duración justa y necesaria, y que supone un entretenimiento estupendo, no exento de críticas a muchas de las tonterías que entre unos y otros, en el mundo de las religiones y las supersticiones, no tan alejados como ellos creen el uno del otro, se han dicho. Muy recomendable.

Por otro lado, en HBO se puede ver Fosse/Verdon, miniserie que sin duda alguna había que ver aunque no sea porque ahí está Michelle Williams encarnando a la actriz Gwen Verdon, y demostrando, una vez más, que es una de las mejores intérpretes femeninas actuales. Pero es que además, enfrente tiene a Sam Rockwell, que se pone en la piel del que marido de Verdon, bailarín, coreógrafo y oscarizado director, Bob Fosse.

La serie, que se narra a través de flashbacks, coge a la pareja cuando todavía están casados, con el fracaso de la adaptación al cine de Sweet Charity. Poco después, Fosse consiguió hacerse con la dirección de Cabaret, que fue su mayor éxito, al mismo tiempo que el final del matrimonio por la enésima infidelidad de Fosse. Y a partir de ahí… su relación hasta el fallecimiento de Fosse.

La serie, tiene su algo de producto al uso para reivindicar la memoria de ambos personajes protagonistas por parte de la hija de ambos, y quizá sea mejorable en lo que a los guiones y el dinamismo de la misma. Pero las interpretaciones son inmejorables. Y alguno de los episodios, como el quinto, un fin de semana en la playa entre los principales caracteres protagonistas y secundarios, me parece antológico. Muy recomendable, también.