[Cine] Anatomie d’une chute (2023)

Cine

Anatomie d’une chute (2023; 67/20231208)

La semana de los festivos múltiples de principios de diciembre, con los estrenos descolocados de su día habitual, los viernes, para llevarlos a un miércoles, nos trajo esta película de la francesa Justine Triet, que venía precedida de una serie de éxitos en festivales y premios, y con críticas extremadamente favorables. También se había hablado mucho de la interpretación de su protagonista, la alemana Sandra Hüller, que parece estar en estado de gracia absoluta, ya que estamos esperando una película que también protagoniza sobre los campos de exterminio nazi, que también está recibiendo buenísimas críticas. Ya adelanto que este drama judicial que nos ocupa hoy es la primera película del año, y a la altura que estamos probablemente la única, que me merece una matricula de honor sin paliativos en todas sus dimensiones, con consideración de obra maestra absolutamente imprescindible. Intentaré explicarme.

Los Alpes franceses, no en Grenoble sino cerca de Chamonix, pero es lo que tengo a mano. No he tenido ocasión de vistar (todavía) Grenoble. Pero me lo debería plantear. Más por las montañas cercanas que por la ciudad en sí misma.

Un matrimonio con un hijo con una discapacidad visual consecuencia de un accidente vive en un chalé de los Alpes franceses, no lejos de Grenoble. Ambos cónyuges son intelectuales que viven de la escritura o de la enseñanza. Y tras una entrevista de una periodista a la esposa, interrumpida por el esposo de forma auditivamente violenta, música a gran volumen, el esposo se precipita por una ventana y muere. En la casa sólo había tres personas. Ambos cónyuges y el niño con escasa capacidad visual. Y el perro lazarillo del niño. En realidad, el niño estaba dando un paseo con el niño. Y la esposa también sale en algún momento de la casa. Pero sólo hay tres posibilidades; o es un accidente, o es un suicidio, o la esposa ha matado al marido. Descartado el accidente, se encausa a la mujer como sospechosa y se lleva a juicio. Hay que decidir si los indicios indirectos que existen en la escena del fallecimiento son suficientes para declarar que es la escena de un crimen cometido por ella, o no.

Siempre he dicho que no me gustan especialmente los dramas judiciales. Eso sí, cuando me gustan, me gustan más que nada. El título de la película, en castellano Anatomía de una caída, nos lleva de inmediato a pensar en otra gran película del género judicial, Anatomy of a Murder de Otto Preminger, excelente drama interpretado por James Stewart, Ben Gazzara y una guapísima Lee Remick. Excelente producción que recibió siete candidaturas a los Oscar, aunque no ganó nada porque se tuvo que enfrentar a Ben Hur, The Diary of Ana Frank y Some Like It Hot (Con faldas y a lo loco) entre otras. Menudo año el de los Oscar de 1960. Pero si aquella película de Preminger diseccionaba el proceso judicial ante jurado con sus bondades y con sus trampas (con la maravillosa música de Duke Ellington… es que lo tenía todo), la de Triet disecciona otras cosas. El propio título de la película tiene un claro doble sentido. Una caída. Pero, ¿estamos hablando de la caída de un cuerpo al vacío desde un balcón? ¿O estamos hablando de la caída al vacío de un matrimonio condenado por el duelo ante las secuelas del niño, por los sentimientos de culpabilidad, o por los reproches entre los cónyuges? ¿O por los celos profesionales de uno ante el éxito como escritora de la otra? ¿O qué tienen que ver las infidelidades que surgieron tras el accidente?

Asistimos en la película a una presentación, en los momentos previos y los que se dan durante la caída del fallecido, a una somera investigación, no es una película policial, y en lo que se hace incidencia tiene más que ver con el niño y su capacidad para actuar como testigo fiable que otra cosa, y fundamentalmente a un juicio. Pero el juicio, lo que desgrana con minuciosidad, con testimonios diversos, es la crisis de un matrimonio burgués en todos sus frentes. Crisis con una serie de elementos que se pueden dar en cualquier matrimonio de clase media de cualquier país de la Europa occidental contemporánea, y que es lo que realmente disecciona la película en esta particular lección de anatomía. Todo apoyado en una realización absolutamente impecable. Muchos dirán que sobretodo apoyado en la interpretación de Hüller, pero no es cierto. Siendo esta de primerísimo nivel, y muy bien acompañada por el resto del reparto, especialmente por el niño Milo Machado Graner, fenomenal, no hay que quitar el menor mérito a la excelente puesta en escena que nos ofrece Triet, y al preciso guion que también firma junto a Arthur Harari. Todo funciona como un reloj.

Dos preguntas surgen tras ver la película. Una, ¿es recomendable?… Es obligatoria. En serio. A poco que tengas una mínima afición al séptimo arte, no te la puedes perder. De lo mejor. Dos, ¿fue un crimen?… ¡A quién coño le importa!

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: *****