Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Paseando por las calles de Bergen, en Noruega.
No hace mucho comentaba en estas páginas un libro de la premio Nobel sueca Selma Lagerlöf. Hoy en día, la literatura escandinava es conocida por eso que se llama el nordic noir, es decir el género negro desde el punto de vista de unos escritores escandinavos que optan por paisajes sombríos, escasas licencias a las metáforas y al lenguaje complejo, y escenas del crimen complejas, a veces macabras, y con tendencia a la misoginia, tanto si la mujer es la víctima como si es la investigadora. Pero a caballo entre el siglo XIX y el XX, la realidad parecía más compleja. Desde el realismo / naturalismo de Lagerlöf, a los tormentos neorománticos de Knut Hamsun, premio Nobel de literatura también, noruego, que encontramos en esta interesante novela situada en el norte del país escandinavo.

Hay que decir que la sueca Lagerlöf y el noruego Hamsun nacieron en un momento en que sus países estaban en unión personal bajo el mismo monarca, sueco, y con una política común de asuntos exteriores, aunque con parlamentos y gobiernos propios. Pero hay muchas diferencias de fondo entre ambos autores, ya que Hamsun se manifestó como un derechista filofascista y racista a partir de los años 30 del siglo XX, con posterioridad a haber recibido el premio Nobel, llegando a alabar el liderazgo de Hitler. Al cual, sin embargo, consiguió cabrear en una recepción en Berlín, cuando le pidió que liberase a los presos políticos noruegos. Originalmente, su germanofilia fue resultado de su anglofobia, pero evolucionó hacia posturas políticas más impresentables. Murió habiendo perdido el favor del público, especialmente el noruego, que en su mayoría tenían mala opinión de la invasión de su país por la Alemania nazi.
La novela que nos ocupa fue publicada en 1894 y es considerada una de sus obras más importantes. Ambientada en una de las provincias del norte de Noruega, pero por debajo del cículo polar ártico,… más o menos. Un oficial del ejército pasa una temporada en una cabaña, propiedad de un comerciante del lugar. Se dedica a cazar y pescar, alimentándose de lo que la naturaleza le proporciona al paso de las estaciones. Pero también cae prendado de una joven, la hija del comerciante, poco más que una adolescente, hermosa, voluble, que también se siente atraída por el oficial. Pero con frecuencia, sus encuentros, anhelados y buscados, acaban en rumbo de colisión y malentendidos. Estos desencuentros los dirigirán a un final de su relación con tonos trágicos. El libro termina con un epílogo que, al contrario que la narración principal, narrada en primera persona por el oficial, es narrada en tercera persona por quien es testigo de los últimos días y la muerte del oficial en Ceilán.

Como ya he dicho, el cuerpo principal de la narración se nos cuenta en primera persona. Si normalmente se considera al narrador en primera persona como un narrador poco o nada fiable, pronto comprenderemos que más allá de sus auténticos sentimientos por la naturaleza que le rodea y que le da vida, no podemos confiar en lo que nos cuenta de sus contactos con sus semejantes. Cuando debe integrarse en una sociedad con normas morales, en las que se desenvuelve mal. Se ve a sí mismo como poco atractivo, a pesar de su facilidad para atraer a las mujeres. No le cuesta encontrar compañeras de cama. Sin embargo, aquella de la que realmente se enamora, lo que exige un esfuerzo de comunicación y de sentimientos por encima de las necesidades físicas básicas, le supone una dificultad en la práctica insalvable. La propia deformidad en su visión sobre sí mismo y sobre los demás acabará generando desconfianzas, celos, envidias y confrontaciones. El engaño no sólo es hacia el lector, es hacia sí mismo
Me costó un tanto entrar en la narración. El estilo del escritor, en no pocos puntos más cercano al romanticismo que al realismo o naturalismo propio de se época, me supone una cierta barrera. Los estilos y las formas del romanticismo siempre me han resultado difíciles… por poco atractivas. Pero conforme avanza la narración y vas comprendiendo mejor el cuadro general del escenario natural y de relaciones humanas y sociales, el libro me fue enganchando, con una fuerte carrerilla hacia el final de la narración realizada por el protagonista, en el que vivimos la tragedia que su inseguridad y su malhadada relación con la joven van a provocar en sí mismo y, sobretodo en las vidas de otras personas. Un libro que quizá no sea para todo el mundo, pero que posee indudables virtudes literarias. Y también hay que superar el rechazo que puede suponer la ideología filofascista del autor, que apareció unas décadas en el futuro respecto a la publicación de este libro.

