[TV] Cosas de series; los mejores zombis… ¿son coreanos?

Televisión

Esta semana toca una de mis ya clásicas rondas de teleseries surcoreanas. Lo que veo los fines de semana. Son tres las que traigo, de las cuales seré somero en el comentario de dos de ellas, y me extenderé más con la tercera.

Sonyeon Simpan 소년 심판, traducida como Juvenile Justice o Tribunal de menores según cómo se denomine esta jurisdicción en cada país, es un drama judicial que tiene como escenario un juzgado de menores en un ciudad ficticia surcoreana, y los dramas a los que allí se enfrentan los jueces y menores que pasan por el juzgado. Me interesó por que a su protagonista, Kim Hye-su, ya la conocía de alguna serie o película previa y me parecía interesante. Pero lo cierto es que me ha convencido muy poco. Tira de mucho sensacionalismo en los casos, los papeles de los jueces no tienen nada que ver con la realidad que yo conozco, y que no será tan distinta en el país asiático, y en varias ocasiones resulta inverosímil y excesiva. La terminé por ser más corta de lo habitual en las series surcoreanas, 10 episodios de una hora frente a los 16 de 70 minutos habituales. Ha gustado más al público que a la crítica.

El área metropolitana de Seúl es tan enorme… que no sé si Suwon entra o no, como la ficticia ciudad de la serie de zombis de hoy. Está a unos 30 kilómetros. En cualquier caso, algunas escenas de la ciudad en día de fiesta me servirán para ilustrar la entrada de hoy.

Bulgasal 불가살 es una serie fantástica, con demonios inmortales, reencarnaciones y maldiciones que siguen a sus protagonistas en todas sus vidas, aunque centrada en sus reencarnaciones de finales del siglo XX y principios del XXI. Su protagonista femenina, Nara, una cantante de k-pop que también tenía un papel destacado en otra serie que vi recientemente, me llamó la atención… hace un papel digno, pero no es una gran actriz. Tiene su lado oscuro, y momentos muy entretenidos, aunque no creo que explote todas sus posibilidades. Queda deslucida por el falso happy end, algo que acostumbran los coreanos en sus series…

Y con interesantes antecedentes en el cine (y su precuela de animación) y en series de televisión, llegó recientemente una de zombis,  Jigeum Uri Hakgyoneun 지금 우리 학교는 [se traduce como ahora, en nuestro instituto], conocida como All of us are dead en inglés o Estamos muertos en castellano. Zombis en el instituto… lo cual me hizo pensar si estaría relacionada con una animación japonesa que vi hace un tiempo, pero no. Su origen está en webtoon publicado entre 2009 y 2011, con una estética muy distinta a la de la serie actual, y con un tono definitivamente muy distinto al anime referenciado. El caso es que, siendo que a mí los zombis me cansan pronto, salvo que aporten algo distinto a lo de siempre, esta variante del terror, cuando es de nacionalidad surcoreana, siempre tiene algo que me atrae. Y esta ocasión no ha sido distinta.

En una ficticia ciudad satélite del área metropolitana de Seúl, en un instituto grande, normal y corriente, se da el caso 0 de una epidemia vírica desencadenada por un científico que pretendía dotar a su hijo de la capacidad de enfrentarse a los abusadores del instituto. Pero lo que sucede es que convierte a los infectados… en zombis, claro. La epidemia se extiende rápidamente, y la serie sigue a varios grupos de gentes. La principal línea argumental es un grupo de adolescentes del instituto que las pasan canutas intentando sobrevivir, algunos, no todos lo conseguirán, a la invasión de zombis. Luego está el militar que tiene la misión de contener y combatir la plaga, a veces con métodos de ética dudosa. Finalmente, diversos individuos, bomberos, policías, políticos, yutubers, otros… que se ven metidos en el área infectada con distintos objetivos y propósitos.

Como buena fanta-ciencia-ficción, la serie usa su planteamiento de fantasía/ciencia ficción, cada cual que lo califique como le parezca, para realizar crítica social a distintos niveles. El acoso escolar, la presión sobre el estudiante, los abusos sexuales, el embarazo adolescente, la discriminación ante las personas enfermas, el militarismo irracional, el oportunismo político… y todo ello con una serie de dramas y conflictos internos, especialmente en el grupo de adolescentes, que hacen la serie especialmente disfrutable. A lo que se añade unas escenas de acción muy divertidas, aunque no muy verosímiles. Pero a quién le preocupa la verosimilitud si de entrada estamos hablando de zombis… Su principal lastre es que se alarga quizá en exceso, por lo que algunas situaciones se empiezan a vivir como repetitivas. Todo ello nos lleva a un final abierto en una última escena ante los ojos de los adolescentes supervivientes, que para mí es un final perfecto, que cada cual puede interpretar y darle el significado que prefiera. Aunque dadas las buenas cifras de visionado de la serie, no sería de extrañar una segunda temporada. No está confirmada de momento, que yo sepa.

[TV] Cosas de series; la chica de «La Bruja», auténtica robaescenas…

Televisión

Comentaba hace unos días la sorpresa que me di al ver una película coreana en Netflix que había desechado hasta el momento, porque tenía una confusión sobre el género al que pertenecía, e incluso, correctamente encuadrada, no era un tipo de película que habitualmente disfruto. Sin embargo, la película, sin ser una gran maravilla, funcionaba muy bien como entretenimiento. Y buena parte de su mérito radicaba en la idoneidad de su protagonista principal, una joven actriz surcoreana de nombre Kim Da-mi o Kim Dami. Yo creo que habría que escribirlo de la segunda manera, pero se suele ver de la primera. En cualquier caso, recordar que en Corea, como en otros muchos países asiáticos, el apellido, Kim, va delante del nombre propio, Dami. La cuestión es que esta actriz ha trabajado muy poquito todavía, pero siempre con éxito. Y tiene dos series en Netflix que paso a comentar, porque las he visto en las últimas semanas.

El barrio por donde se mueven los protagonistas de la segunda de las series que comento hoy recuerda al Bukchon Hanok, donde abundan las casas de estilo tradicional coreano. Por ello traigo algunas fotografías de ese barrio de Seúl para ilustrar esta entrada.

Itaewon Class 이태원 클라쓰 es una serie distribuida por Netflix fuera de Corea de Sur, lleva el apelativo de «una serie de Netflix», que lleva ya un tiempo en programación, a muchos les alivió el confinamiento por la pandemia de la primavera de 2020. Cuando se estrenó, vi el primer episodio, en el que no aparecía Kim Dami, y no me enganchó. Me parecía la típica serie de tipo pobre y desgraciado (Park Seo Jun) que se enfrenta al ricachón poderoso y sumamente malvado (Yoo Jae-myung)… todo lleno de tópicos… y, no sé… en aquellos tiempos me apetecía algo más ligero. De hecho, parecía que la chica protagonista e interés romántico del chico era otra (Kwon Nara, nombres cogidos de IMDb, obsérvese la falta de homogeneidad en como transcribir el nombre de pila, casi siempre bisílabo; a esta actriz volveré cuando termine una serie que tengo ahora en marcha). Lo dejé… y se me olvidó. Pero con el tiempo me sorprendió la cantidad de buenas referencias que había a la serie, y los premios y reconocimientos que había recibido en su momento. Tras ver la película mencionada de Kim Dami, le di una segunda oportunidad y…

… la serie gana muchísimos enteros cuando entra en escena nuestra protagonista de hoy. Que incluso al principio parece ser un personaje secundario que funciona como una auténtica robaescenas, en las que siempre destaca sobre sus interlocutores, sea el protagonista de la película, sea su rival femenina, la ya mencionada Kwon Nara. Su papel es la de una jovencita influencer en las redes sociales, de buena familia, que asume el papel de gerente en la empresa de ocio y restauración que ponen en marcha el protagonista junto con un par de marginados sociales, para pelear y desbancar al malvado ricachón. Su presencia en pantalla hace que la serie funcione a un nivel superior que cuando no está. La serie, en su conjunto, resulta bastante entretenida. Como casi todas las series coreanas, dieciséis episodios de 70 minutos son excesivos para lo que ha de contar… pero se sostiene bastante bien. Y se nota el interés de tentar a otros mercados, planteando temas de mayor diversidad e integración, con un personaje transexual, interpretado por una mujer, eso sí, y un coreano de piel negra, que nadie reconoce como tal coreano. Sin provocar demasiado al conservador público de su país eso sí. Hay una tensión sexual no resuelta entre el personaje transexual y un compañero de trabajo masculino, no formalmente declarada, y que mantienen dentro de los límites de la amistad… sin atreverse a dar el paso siguiente. Nunca sabré si realmente estaba planteado que Kim Dami fuese la coprotagonista femenina de la serie, o que fuese Kwon Nara, como parecía al principio. Quizá fuese este segundo caso, pero los responsables de la serie, viendo como funcionaban, la adaptaron para dar el protagonismo a la primera. Esa es la sensación que me da en ocasiones. El caso es que funciona. Y la serie es perfectamente visible, sin necesidad de incluirla en el cajón de los placeres inconfesables.

Geu hae urineun 그 해 우리는 (Aquel año, nosotros…), titulada en inglés y castellano respectivamente Our beloved summer o Aquel verano inolvidable es una serie muy reciente también en Netflix. Comedia romántica en la que los protagonistas son dos personas de 28, 29 años, que fueron pareja durante cinco años, desde que terminaron el instituto y hasta que ella cortó cinco años antes de la época actual. Se conocieron en el instituto cuando protagonizaron un documental debido a sus caracteres opuestos, siempre discutiendo. Ambos arrastraban complejos desde la infancia, por pérdidas importantes en su vida. Él, poco ambicioso, tranquilón (Choi Woo-sik), mal estudiante, ha acabado por tener éxito y dinero como dibujante e ilustrador. Ella, muy ambiciosa, nerviosa (Kim Dami), con calificaciones altas, trabaja con intensidad por su salario en un empresa de relaciones públicas. Diez años más tarde, por el éxito del antiguo documental en las redes sociales, un amigo y compañero común, les propone rodar un nuevo documental.

De Kim Dami ya he hablado. Su coprotagonista fue conocido por ser uno de los personajes de la afamada película coreana que triunfó en los Oscar. Y ambos coincidieron en la película a la que me he referido al principio de esta entrada,… donde se hicieron novios. Son pareja en la vida real. Y eso se nota. La serie es una comedia romántica amable, sobre personas que arrastran sus lastres emocionales y tienen que encontrar su rumbo. Todos los personajes, principales o secundarios, arrastran consigo la tristeza de la pérdida o el abandono. Con dificultades. Pero también con buen rollo, en realidad. Son buena gente. Todo el reparto cumple muy bien con su tarea, aunque sea con personajes más o menos estereotipados. Pero que despiertan la empatía del espectador. La gran baza de la serie es la enorme química que hay entre los dos protagonistas. Supongo que el ser pareja en la vida real hace que se sientan cómodos interactuando, y eso se nota. Todavía faltan de emitir dos episodios, para el 14 de febrero, casualmente, pero yo he tenido la oportunidad de verlos ya. Tiene un final muy típico de las comedias románticas coreanas. Muchos piden una segunda temporada. Pero yo lo dejaría como está. Aunque la vería.

[Fotografía] Fotografiando el patrimonio cultural de la humanidad: Monumentos históricos de la antigua Nara – Fotografía y otras artes visuales

Fotografía

Fotografiando el patrimonio cultural de la humanidad: Monumentos históricos de la antigua Nara – Fotografía y otras artes visuales.

En el enlace anterior, la última de las entradas dedicadas a los monumentos que visitamos del patrimonio de la humanidad según la UNESCO en nuestro viaje a Japón del pasado mes de septiembre.