[Cine] Conclave (2024)

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Conclave (2024; 65/20241224)

Otra de las tradiciones del final de año, o del principio de año más bien, es que el primer día del año, en este Cuaderno de ruta, publico mi comentario sobre las últimas películas que he visto en el año anterior, con el fin de realizar el resumen del año al día siguiente. El año pasado me quedaron tres películas por comentar del 2023 para el primer día de 2024. Pero este año sólo ha sido una. Los días festivos no me han dado para sumergirme en los estrenos cinematográficos como otros años. Y la última del año la vi en la tarde de Nochebuena, o sea que hace ya más de siete días. Fue una película que, cuando la vi anunciada, me interesó. Hay películas y series muy interesantes sobre la sucesión papal, el reparto de esta película que os traigo hoy me parecía de muy alto nivel, así que me apetecía mucho ver qué visión nos aportaba el director Edward Berger a esta cuestión. Especialmente después de la interesante versión que nos ofreció de un clásico de la literatura bélica. O mejor dicho, antibelicista.

Durante la película que hoy nos ocupa, vamos a seguir los pasos del decano del colegio cardenalicio (Ralph Fiennes) cuando, a la muerte del papa, ha de organizar el cónclave que ha de elegir a su sucesor. Este cardenal británico, encuadrado en el sector progresista de la iglesia católica (en la medida en que un cardenal pueda ser progresista, que no lo es mucho), se preocupa tanto de que todo esté bien organizado. Pero ha llegado a un punto en su vida en el que le consumen las dudas. Y los problemas se acumulan. Cuatro cardenales se disputan a priori la cátedra De San Pedro; un italiano conservador y ultratradicionalista (Sergio Castellitto), un moderado canadiense, pero poco escrupuloso (John Lithgow), un africano cuya postura no es clara, más bien conservador (Lucian Msamati), y un estadounidense claramente progresista (Stanley Tucci). Pero le llegan informaciones que comprometen las posiciones de algunos de ellos por diversos escándalos. También se encuentra con que ha de admitir en el cónclave a un nuevo cardenal mejicano (Carlos Diehz), desconocido, que el anterior papa había nombrado de forma secreta, por la delicada situación en la que se encuentra al ejercer su ministerio en Kabul. Incluso la monja que organiza los asuntos hosteleros del cónclave (Isabella Rossellini), devota al anterior pontífice, puede tener su papel en el resultado. Mientras, en el exterior, comienzan a producirse atentados terroristas, que afectan incluso a las deliberaciones del colegio cardenalicio.

Durante la mayor parte del metraje, la película es estupenda, rozando la excelencia. Bien ambientada, dirigida con precisión, y con unas interpretaciones del nivel que podemos suponer en el reparto que he ido comentando. Profesionales de la interpretación con una trayectoria impecable, con calidades muchas veces demostradas, que no defraudan, con un Fiennes a la cabeza, uno de mis actores vivos favoritos, siempre sólido y versátil, que nos guía en sus dudas por los intrincados recovecos del cónclave. Con unos planteamiento que, aunque ficticios, nos parecen plausibles. Pero… Ah… Hay un gran pero en mi valoración global de la película y en las decisiones argumentales de la historia. Y es que, en el tramo final de la película, cuando ya está electo el que va a ser el nuevo papa, uno de los mencionados con anterioridad, aunque no diré quien, se produce una revelación que… desde mi punto de vista es innecesaria, cambia por completo el sentido de la película, convirtiéndola en una historia sensacionalista, y tirando a la basura, o al menos arrinconando todos los contenidos mostrados hasta el momento. Un giro… que para mí, no tiene sentido. Incluso ni siquiera debiera plantear problema ni dilema, y lo digo desde mi punto de vista como profesional de la medicina.

Es curioso. Esta película, en el 80 % del metraje iba destinada a ser una de mis favoritas del año. No es perfecta. Aunque tiene el mérito de reclamar a la iglesia católica un regreso a virtudes esenciales, a la espiritualidad (esto es imaginar que en algún momento ha tenido estas virtudes, que es mucho imaginar), también es cierto que algunos de sus argumentos son simples. Pero no necesariamente erróneos. Desde luego, la película no ha gustado a la jerarquía católica, les ha debido tocar al punto doloroso, especialmente a los más carcas. Pero sí ha gustado a otras gentes vinculadas a la religión católica fuera de las jerarquías, y que consideran necesaria esa reforma de formas y fondos. Pero, ay, esa salida de tono, sin mucho sentido, que aporta poco, desde mi punto de vista, Hace que todo se valla un poco al traste. Sigue siendo una buena película. Merece una oportunidad del aficionado al cine. Pero se aleja de mis puestos de honor del año.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[Cine en TV] Animación navideña y papas a pares

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Las últimas película que alcanzaron mi base de datos de estreno, y que fueron contabilizadas para mi artículo resumen, aunque sin presencia destacable en el mismo, fueron algunos de los últimos estrenos con pretensiones en Netflix. Vamos con ellos.

The Two Popes (2019; 71/20191227)

El brasileño Fernando Mireilles es considerado y respetado como director que combina un indudable buen hacer cinematográfico con una conciencia social de primer orden. Así que, aunque a priori las posibles conversaciones entre Jorge Bergoglio y Joseph Ratzinger en vísperas de la «renuncia» (o lo que sea que fuera) de este último a la sede papal me importase más bien poco, decidí dar una oportunidad a esta producción de Netflix.

Viajaremos, acompañando a una de las películas de hoy, a la Santa Sede, una de las monarquías absolutas que quedan todavía hoy sobre la faz de la Tierra.

Especialmente porque al frente del reparto encontramos dos excelentes intérpretes, Anthony Hopkins como Ratzinger y Jonathan Pryce como Bergoglio, que de por sí pueden ser un aliciente suficiente para ver la película. Y de hecho SON el aliciente para ver la película. Que por lo demás, es una especie de fan service para los católicos que todavía ven el papado como una institución que va más allá de una estructura de poder más de las que pululan sobre la faz de la Tierra. Película amable con ambas películas. Se menciona, pero no profundiza, en el escándalo permanente que supone la ocultación y protección de los sacerdotes pederastas por parte de la jerarquía eclesiástica, que sería uno de los motivos de fondo de la renuncia de Ratzinger. Y da una visión de la actitud de Bergoglio durante la dictadura militar argentina que a mí me despierta más preguntas que me resuelve cuestiones. Al fin y al cabo, como tantas dictaduras militares de corte fascista, fue más bendecida que criticada por la jerarquía católica.

Pero efectivamente, el trabajo de ambos actores es sobresaliente y justifica el dedicar un par de horas a esta película. Que por lo demás, con una realización funcional y eficaz, desde mi punto de vista no tiene más recorrido.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

Klaus (2019; 72/20191231)

Última película del año, en la sobremesa previa a Nochevieja, una película de animación en Netflix, de producción teóricamente española, en la que el animador español Sergio Pablos firma por fin como director una película tras ser considerado creador, pero no director, de algunas de las películas de animación de más éxito que nos ha enviado Hollywood en los últimos años. En la ficha técnica, aparece como codirector Carlos Martínez López, con un currículum más modesto.

Parece ser que en algún lugar del mundo tuvo un estreno en la gran pantalla. Supongo que para poder entrar en opciones de la temporada de premios. ¿Con la segunda parte de la reina congelada en competición? Poco que hacer. Pero en general es una película para Netflix, que sigue buscando el reconocimiento y el prestigio ante un modelo de exhibición que molesta a algunos sectores de la industria cinematrográfica.

La cosa no tiene mucho misterio. De lo que va es de explicar un posible origen alternativo, que nada tiene que ver con las tradiciones habituales, a la figura de Papá Noel, Santa Claus o como lo queráis llamar. Si habitualmente se considera una transformación de la figura de San Nicolás de Bari, en esta ocasión generan una historia situada en alguna fría isla perdida en algún lugar del norte remoto de Europa, convirtiendo a Klaus en un leñador que fabrica juguetes y que guarda luto por su mujer fallecida años ha, y a un curioso cartero en el catalizador para la conversión en el conocido personaje.

La historia se deja ver. Está realizada con competencia, tanto en la animación, como en el guion, como en la dirección, pero sin destacar sobre otros productos en ninguno de estos aspectos. Es previsible, pero contentará a un público familiar, especialmente infantil. Convencional hasta el hastío, se deja ver no obstante con agrado, siempre que te vayan este tipo de películas. Incluso si no tuvieran que competir contra otros reinos congelados, seguro que en el 2019 ha habido otras películas de animación con más miga que estas.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***