[Cine – obituarios] Am I Blue? – En memoria de Robin Williams y Lauren Bacall

Cine

Siempre se ha dicho. Las gentes del cine nunca se van al otro barrio solas. De dos en dos, de tres en tres. Pero nunca solas. Y se van, seguro, al cielo de las gentes del cine y de los que amamos el cine. El único cielo, la única vida después de esta vida que creo que merece la pena que exista. Cualquier otro sería demasiado aburrido para vivirlo toda la eternidad.

Pero las dos pérdidas de esta semana parece que han hecho más daño que las que se producen en otras ocasiones. Nos han producido más tristeza. En cualquier caso, conviene que los recordemos, y les guardemos un rinconcito cálido en nuestros corazones.

Robin Williams (1951 – 2014)

Williams fue un actor muy prolífico. Quizá demasiado. Cuando uno hace tantas cosas seguro que hace algunas cosas mal, o acaba metiéndose en proyectos de calidad discutible, o indiscutiblemente mala. Si hago repaso de las películas en la carrera de Williams veo que hay un porcentaje elevado de películas que no he visto ni me apetece, y algunas que me arrepiento de haber visto. Esta es la realidad, por mucho que en los últimos días se nos presente de otra forma.

No fue un actor de fama inmediata y juvenil. Tenía más de 30 años cuando empezaron a llegarle los éxitos y el reconocimiento. Es decir, se lo tuvo que currar. Por eso quizá luego no fue todo lo selectivo que podría haber sido. Cuando pasas años de vacas flacas… Y fue entonces cuando empezaron a llegar momentos estupendos en la carrera de este actor de características fundamentalmente teatrales. Formado en las artes escénicas, con una gran expresividad corporal, calificarlo de histrión es no comprender su origen y su modo de entender la profesión. Que afortunadamente es variada. Si no, todos los actores y actrices nos parecería iguales.

Flores en el Slottsparken - Malmö

Hoy recogeremos una flores para ponerlas en el recuerdo e Robin y Betty (como era conocida familiarmente Lauren Bacall).

Realizar ahora un repaso a toda su carrera sería un ejercicio banal. Prefiero detenerme, como he hecho en ocasiones parecidas en aquellos momentos que más se han quedado en mi memoria. Y estos son tres. Y no. No está entre ellos el «O Captain, My Captain»… porque esta película me parece que es bastante tramposa en su mensaje. Hace tiempo que dejé de pensar en ella. Pero de eso no tiene la culpa Williams que puso lo mejor de su parte en ella. Para mí, los momentos imborrables son los monólogos ante el micrófono de Adrian Cronauer en Good Morning, Vietnam, una película que detrás de su disfraz de comedia con canciones esconde un drama que todavía hoy se repite constantemente en muchas partes del mundo. Es también el vagabundo Parry en busca del Santo Grial en The Fisher King (El Rey Pescador). Y es Mel el hombre que se ve desenfocado, qué tremenda metáfora, en Deconstructing Harry (Desmontando a Harry).

Una vez más, insisto. No quiero decir que sean sus mejores papeles, o sus mejores trabajos, o las mejores película en las que participó. Simplemente son el recuerdo que de él me quedará. Una persona que en un momento dado, a pesar del éxito, de la fama, del bienestar económico,… no encontró su lugar en el mundo, y decidió salir de él. Un acto que cuando se produce, siempre nos queda la duda de si fue un acto libre que hay que respetar, o si como tantos nos quieren hacer ver, a veces para no conceder a las personas su últimas decisiones sobre sus vidas, el último acto de una persona enferma. Nunca sabremos con seguridad qué pasaba por su cabeza cuando decidió hacer mutis y pasar a fundido a negro en la pantalla de la película de su vida.

Os dejo con algunas escenas seleccionadas de Good Morning, Vietnam, cuya banda sonora estoy escuchando en estos momentos.

Lauren Bacall (1924 – 2014)

Billy Wilder no le cayó bien en principio Humphrey Bogart, aunque luego fue de los que le visitó y le apoyó cuando enfermó antes de morir. Dijo de él en una ocasión que era «un antisemita que se casó con una judía del Bronx«. No sé. Billy está entre mis favoritos. ¿No sufriría un tremendo ataque de celos como los muchos que tuvieron que darse en los años cuarenta y cincuenta al ver como Bogie acababa llevándose a casa a una de las actrices más interesantes de la historia del cine?

Porque indudablemente esta era Bacall, una de las mejores actrices y una de las mujeres más interesantes del mundo del séptimo arte. Los calificativos que más se repiten estos días suelen ser «elegante», «inteligente», «comprometida», «adelantada a su tiempo»,… Lo que sea. También ha dado muestras de tener genio, y de poder ser bastante cascarrabias. Especialmente cuando la Academia le ha negado a lo largo de su carrera la estatuilla de un «eunuco dorado», teniendo que conformarse con uno de carácter honorífico. Desde luego podemos encontrar en su carrera papeles merecedores de este premio. Desde luego que ha habido muchas actrices que se lo han llevado con mucho menos mérito. Pero así es la industria del cine norteamericana. Si la quieres la coges y si no,… también. Bueno, su única candidatura la perdió contra Juliette Binoche (The English Patient), y se le puso una cara de vinagre inenarrable. Pero creo que Binoche fue justa ganadora esa noche.

Flores en el Slottsparken - Malmö

Las recogeremos frescas y coloridas, con los aromas del verano.

El caso es que Bacall era una de las últimas representantes de una forma de entender el «star system». Buena presencia, buena actriz, adorada por el público, cuando llegó a la fama sin haber cumplido 20 años era otra cosa muy distinta de la panda de «zarrapastrosas» que ahora alcanzan el éxito a esas edades. Era una de esas presencias que justifican el apelativo para Hollywood de fábrica de los sueños.

Si tuviera que escoger algún momento sobre cuál es la imagen que recordaré de ella… Sin duda, Slim de To Have and Have Not (Tener y no tener). Su primera película. Aquella en la que se comía en la pantalla a todo el que se le cruzara por delante, Bogart incluido. O especialmente a Bogart. Aquella película genial concebida a partir de la peor novela de Hemingway como una apuesta personal de Howard Hawks. Aquella que contenía todos los elementos esenciales de Casablanca, pero con el final que todos quisimos. Que le den a los ideales, que el héroe se queda con la chica. Aquella que cuando no quedaba más remedio que soportar siempre las películas dobladas, cuando cantaba con Hoagy Carmichael nos permitía descubrir una voz intensa, profunda, que salía muy desde dentro de ese cuerpo delgado, estilizado, de chica «yo no soy mala, es que el mundo me ha hecho así». Desde luego, conservo muchos otros recuerdos de la actriz, pero este se suele imponer.

Por supuesto, os dejo con esa maravillosa Am I Blue? cantada a duo entre BacallCarmichael. Aunque la respuesta a esta pregunta está muy clara en estos momentos. Sí, estoy triste. Pero nos quedan sus películas. La de Bacall y las de William. Que se habrán encontrado por el camino al cielo de las gentes del cine. El único que merece la pena que exista.

Flores en el Slottsparken - Malmö

En los acogedores jardines del castillo de Malmö.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.