Ya había hecho algún comentario al respecto en semanas anteriores. Algunas de las más interesantes recomendaciones en cuestión de fotógrafos y fotografías procedían estas últimas semanas de los comentarios sobre las exposiciones y actividades de la edición de 2013 de PHotoEspaña (PHE13). Probablemente este es el principal certamen de fotografía, con exposiciones, seminarios, conferencias, etcétera que se celebra en España. Quizá le principal problema es que se celebra en Madrid en los meses de verano. Para los capitalinos, tal vez sea una buena solución a salir y meterse de vez en cuando a ver una exposición o escuchar una conferencia en un lugar refrigerado. Pero si vas a pasar el día a la capital para ver algunas de las exposiciones (imposible todas, ni siquiera de la sección oficial, en un día), y te sale un día de calor, puedes acabar agotado. Pero bueno. Os cuento lo que vi.
Llegué poco antes de las 10 de la mañana a Madrid en el AVE y vi por mi cuenta un par de exposiciones antes de las 12 y media.
Por un lado, en la sala de exposiciones de AZCA de la Fundación Mapfre, la completa exposición sobre la obra de Emmet Gowin, en la que encontramos su faceta de fotógrafo de su mujer y entorno familiar, que comparte como veremos con algún otro fotógrafo de este certamen, y en sus paisajes comprometidos con el medioambiente o con la espectacularidad de algún fenómeno natural. Y más cosas. Me gustó. Mucho.
Emmet Gowin en Fundación Mapfre.
Por otro lado, en la sala de exposiciones Canal de Isabel II de la Comunidad de Madrid, la exposición La oscuridad natural de las cosas de la fotógrafa contemporánea Laura Torrado. Mucha trabajo escenográfico, y diversas técnicas de la imagen además de la fotografía, para un trabajo de los últimos veinte años donde se analiza el cuerpo y la identidad. Se me ha olvidado decir que el tema alrededor del cual giran la mayor parte de las exposiciones de este años es la persona, su cuerpo y su identidad y su expresión social y política. No estuvo mal la exposición, y compré el librito catálogo.
Tras encontrarme con algunas buenas gentes que tienen el capricho de vivir y trabajar en un sitio como Madrid, antes de comer aprovechamos para ver tres exposiciones más, en el entorno de la Gran Vía y la calle de Alcalá.
En el Espacio Fundación Telefónica encontramos la exposición con obra fotográfica y cinematográfica de Shirin Neshat, artista iraní que profundiza en la mujer musulmana, en su relación con el cuerpo y su condición como musulmana, con todos lo problemas que ello parece conllevar en su identidad cultura y con los prejuicios de occidente. Algunas muy interesantes fotografías, pero las partes cinematográficas todavía son mejores. También nos gustó bastante. Compré el catálogo de la exposición.
Shirin Neshat en el Espacio Fundación Telefónica.
Shirin Neshat en el Espacio Fundación Telefónica.
En la Calcografía Nacional, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, apreciamos una estupenda colección de Desnudos modernistas (1923 – 1929) del checo František Drtikol. Me gusta mucho la fotografía de la década de los 20 del siglo pasado, en sus diversas corrientes, y también disfruté mucho con esta exposición. A partir del 15 de julio, en este lugar también se podrá vees.r una exposición de Rafael Sanz Lobato, fotógrafo documental, que desgraciadamente no estaba todavía lista ayer, claro. De la misma forma que me hubiera gustado ver la exposición de Manolo Laguillo, apostol español del sistema de zonas, cuya obra se podrá ver en el Museo ICO a partir del 21 de junio. Mecachis.
Real Academia de Bellas Artes.
Estos dos últimos, y Darren Almond que presentaba su exposición Atmos en la Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid, dan la impresión de alejarse del tema principal del certamen alrededor del cuerpo humano. En el caso de Almond, encontramos diferentes técnicas de pintura, escultura, audiovisual y fotografía para elaborar un discursos, según los organizadores, alrededor del tiempo y la historia. A mí no me llamó mucho la atención, y de acuerdo al folleto de la exposición, nos quedamos con la sensación de que no estaba expuesto todo lo anunciado. No sé. Igual nos despistamos.
Darren Almond en Alcalá 31.
Darren Almond en Alcalá 31.
Tras comer, llegamos tarde, por una mala información, a las exposiciones en la Casa de América, y nos bajamos a lo más cercano abierto en esas tempranas horas de la tarde. Fuimos al Jardín Botánico, donde siempre hay un par de exposiciones significativas del tema del certamen, además de la librería oficial del mismo. Las dos exposiciones que pudimos encontrar en el Pabellón Villanueva fueron:
El cuerpo revelado en los fondos de la Colección Alcobendas, colectiva de fotógrafos españoles de actualidad, muy diversa, pero toda ella alrededor de del tema del cuerpo humano y de la identidad. Más de 60 fotografías que tienen su interés, aunque como conjunto no tenga la coherencia que encontramos en otras exposiciones. En mi humilde opinión.
Colección Alcobendas en el Jardín Botánico.
Conocimiento es poder, otra colectiva con doce artistas de ocho países que también nos hablan del cuerpo humano como objeto ideológico. Tampoco carece de interés, con nombres significativos, aunque tampoco fuera de la que más nos entusiasmaron.
Savoir c’est pouvoir en el Jardín Botánico.
Quizá el centro de exposiciones que lleva el mayor peso de la sección oficial del certamen sea el Círculo de Bellas Artes, algo que viene siendo ya una tradición, con algunos de los pesos pesados de la propuesta expositiva del certamen. Vamos a verlo.
Libros colgantes en el Círculo de Bellas Artes.
El, ella, ello. Diálogos entre Edward Weston y Harry Callahan. Ahí es nada, dos pesos pesados de la fotografía del siglo XX. Recientemente ya manifesté que Weston es uno de los fotógrafos que más me gustan, un auténtico clásico que revolucionó muchas cosas en este arte. Pero Callahan, de quien conocía cosas pero no había tenido la oportunidad de aprecia su obra en su conjunto, me ha gustado en esta ocasión tanto como Weston, y en alguno de «los diálogos», más. Más tarde, en La Fábrica compré un libro de este autor, dedicado a su esposa Eleanor, que fue su modelo en muchas ocasiones. Esta exposición se podría considerar imprescindible. Por favor, no confundir al fotógrafo con un famoso carácter cinematográfico con quien comparte el nombre.
Weston y Callahan en el Círculo de Bellas Artes.
La que para mí ha sido la exposición sorpresa, por lo que me impactó es la del mejicano Fernando Brito, Tus pasos se perdieron con el paisaje. Preocupado por la violencia en su país, aborda la situación de las personas violentamente asesinadas tal y como se encuentran en el paisaje donde son abandonadas. Pero con un tratamiento estético perturbadoramente bello, porque el autor combina las cuestiones documentales con una técnica paisajista y un dominio de la luz absolutamente impecables. En la Sala Minerva inmaculadamente pintada de blanco para la ocasión, las fotografías en formato grande, resaltan e impactan. Me gustó mucho.
Fernando Brito en el Círculo de Bellas Artes.
En la Sala Picasso, encontramos la exposición Mujer – La vanguardia feminista de los años 70 (Obras de la SAMMLUNG VERBUND, Viena). Colectiva con 21 fotógrafas muy diversas que dieron un vuelco a la representación de la mujer en la fotografía en particular y en el mundo del arte en general. Una exposición también muy interesante, y que da bastante que pensar. Y a pesar de los 40 años que han pasado desde que se realizaron esas fotografías, creo que están de plena actualidad.
Autorretrato en obra de la exposición Mujer (fotógrafas vanguardistas en los 70) en el Círculo de Bellas Artes.
Mujer (fotógrafas vanguardistas en los 70) en el Círculo de Bellas Artes.
En la todavía para mí desconocida Sala Juana Mordó, encontramos las fotografías del polaco Zbigniew Dlubak, Estructuras del cuerpo. En la Polonia de finales de los años cincuenta del siglo pasado, este fotógrafo empieza a preocuparse por el desnudo femenino cambiando por completo la visión que de este tema se tenía en general, y su país natal, tan complejo en general. Es una visión más analítica del cuerpo femenina que como objeto erótico o afectivo. Me resultó más curiosa que otra cosa, sin negar ni mucho menos, sería un atrevimiento, las cualidades del fotógrafo.
Ya avanzando la tarde comenzamos a dirigirnos hacia Atocha. Pero paramos en las renovadas instalaciones de La Fábrica, ya que han reunido en un mismo espacio la librería, la sala de exposiciones y lo que llaman una gastroteca (restaurante/bar). Lo llaman el Espacio abierto. La tienda está más diversificada y, además de las publicaciones relacionadas con la fotografía, también venden ahora regalos, vinos, y «amenazan» con vender artículos de la Lomography Society. Allí estuve, mientras dialogaba con ellos y les deseaba suerte en el empeño global, trasteando una Belair, que con su capacidad para obtener negativos de 6 x 12 centímetros es el único producto de esta gente que me ha llamado la atención. Aunque en la mano, me parece un chisme plasticoso, sin ningún tipo de confianza en su fiabilidad. De repente, al verla, su asequible precio de 300 euros me pareció caro. Pero a lo positivo, me parece muy bien que diversifiquen y procuren a los clientes y aficionados a la fotografía y al arte un espacio más agradable y variado. Por si fuera poco, dentro de la sección Festival Off de PHE13, presentan obras de Nobuyoshi Araki, Flower Pradise. Parece que el prolífico fotógrafo japonés ha cambiado de técnica fotográfica, pero sus aparentemente inocentes bodegones que combinan coloridas flores, muñequitas y dinosaurios, están sus temas de siempre. Belleza, sexo, muerte, decadencia,…
Araki en La Fábrica.
Finalmente, quedaba algo de tiempo para pasar por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, donde dentro de la sección oficial de PHE13 se presentaba la obra de Azucena Vieites, Tableau Vivant, con técnicas mixtas de collage, dibujo, serigrafía y fotografía,… de las que yo no supe ver la gracia. Como los sábados por la tarde el museo es gratis, y hay en estos momentos una temporal dedicada a Salvador Dalí, habían un follón horrible, y nos despedimos pronto y me fui a la estación, cansado por el calor y las horas de pie contemplando obra fotográfica. Que está muy bien, pero es agotador. He de decir que es una de las ediciones de PHotoEspaña que más he disfrutado de las obras, aunque me hay quedado con muchas cosas sin ver. Ya veremos si hay ocasión. Probablemente, no, pero…
Azucena Vieites en el Reina Sofía.
Colas para ver a Dalí los sábados tarde, que es gratis, en el Reina Sofía