[Cine] Passengers (2016)

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Passengers (2016; 672016-3012)

Antes de hablar de esta película, permitidme que os ponga un vídeo que recomendaron hace unos días en Microsiervos.

Para quien no se maneje bien con el inglés, en él, Lisa Yaszek, profesora de literatura en Georgia Tech, distingue tres tipos de obras en la ciencia ficción. Aunque es profesora de literatura, es evidente por el contenido del vídeo que se refiere a cualquier medio por el cual se cree una obra de ciencia ficción. Literario o audio visual.

SF o la ciencia ficción (Science Fiction) con mayúsculas; la seria, la que especula con el desarrollo de la ciencia pero dentro, más o menos de la plausibilidad, y que además reflexiona en profundidad sobre el ser humano y sus circunstancias.

Sci Fi o la ciencia ficción dedicada al entretenimiento sano. Se toma muchas más libertades con las leyes de la naturaleza y con los desarrollos científicos y tecnológicos, y su reflexión sobre el ser humano o las sociedades humanas es más superficial o elemental.

Skiffy o la ciencia ficción absurda. Donde todo es tomado a la ligera. Aunque pueda ser muy divertido.

La verdad es que la categorización, tal y como la explica Yaszek, me ha convencido. Me parece operativa. Más que la tradicional división entre ciencia ficción «dura» y «blanda».

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Una de las escenas más bonitas de esta película me recuerda mucho a la versión literaria de «2001, una odisea del espacio», en la que el destino de la «Discovery One» es Japeto, la luna de Saturno, y no Júpiter como en la película. Pero sí que utilizan Júpiter como una honda gravitatoria para impulsar el vuelo de la «Discovery One» hacia el planeta de los anillos. Como en esta película que nos ocupa hoy todo hay que hacerlo a lo grande, pues la enorme «Avalon» también usará una estrella, Arturo creo, para una maniobra similar… Pero de forma más inverosímil, bonita, pero inverosímil.

Con esto en mente, cuando me propusieron ir el viernes pasado a ver esta película del danés Morten Tyldum, un director que en los últimos años ha alcanzado cierto prestigio en el panorama internacional, y con un reparto breve pero de campanillas, teniendo en cuenta los avances que habíamos podido ver previamente, esperaba que en el peor de los casos estuviéramos ante una película de «Sci Fi». Y si teníamos suerte, «SF»… Pues ya lo adelanto, nuestro gozo en un pozo… nos quedamos en la «Skiffy». Eso sí, con un derroche visual y formal. Para un fondo… en el mejor de los casos «dudoso».

La premisa de partida es interesante. Un viaje de colonización espacial. Nada de FTL, hiperespacio o «warp». 120 años de travesía interestelar a velocidades casi relativísticas. ¿Mencionan un desplazamiento al 50% de la velocidad de la luz? Primer signo de alarma. No os podéis imaginar la cantidad de energía necesaria para acelerar semejante nave espacial hasta esas velocidades. Y la necesaria para frenarla sin pasarse de largo. Y cuando no están ni a mitad de camino, un incidente… y dos pasajeros, dos desconocidos entre sí, que se despiertan y se encuentran solos en la nave y en la inmensidad del espacio. Y tienen que aprender cómo vivir su vida en estas condiciones…

Empecemos con las cuestiones positivas. Tyldum consigue montar un espectáculo visualmente muy atractivo. El diseño de producción y el departamento de efectos visuales están de sobresaliente. Aunque se pasen las leyes de la física por el forro de la entrepierna. Disimulando eso sí. Pero se las pasan. Y tiene dos intérpretes de campanillas. Chris Pratt, a quien sólo recuerdo nítidamente de cierta gamberrada espacial, es un tipo que llena la pantalla, que tiene presencia, incluso cuando su posición es relativamente de antihéroe. Jennifer Lawrence es la actriz del momento. Para esta película se permitió conseguir un millonario contrato, superior ampliamente al de su «partenaire», suele suceder al contrario, e incluso tener una sustancial parte en los beneficios. Esto… igual le sale rana. La película no está funcionando lo bien que pensaban en taquilla. Pero no se puede negar, dejando aparte lo guapa que es y que está, llena muchísimo la pantalla, tiene una presencia impresionante, y es capaz incluso de llevar con su compañero de reparto a este despropósito a un cierto nivel de visibilidad.

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Nosotros no tenemos a mano una gigante naranja como Arturo, y nos tenemos que conformar con una tipo espectral G en la secuencia principal que llamamos Sol, y que nos ha tenido abandonados en Zaragoza desde hace semanas.

Porque una vez consideradas estas partes positivas, si analizásemos en detalle el planteamiento del filme, que no vamos a hacer para no destripar el argumento, veríamos que está lleno de despropósitos. Uno asume la famosa «suspensión temporal de la incredulidad«, necesaria para disfrutar de una obra de ficción. Más cuando hablamos de ciencia ficción, y más todavía en el terreno de la creación fantástica. Pero lo que el cerebro educado no admite son las estupideces. La suma de elementos que tienen que añadir los creadores del evento para que pueda resultar la trama que resulta.

Y a esto hay que añadir las cuestiones relacionadas con la ética que hay detrás de la película. Porque todo este decorado interestelar está al servicio de una trama que no deja de ser la vulgar y manida trama de tantos y tantas dramas y comedias románticas. Chico conoce chica, chico y chica se enamoran, chico mete la pata, chico y chica se distancian… y luego ya depende. En los dramas puede que vuelvan o puede que no, en las comedias suelen volver. Especialmente si media un comportamiento heroico del chico metepatas… No revelaré cuales son los derroteros de este filme. Pero es que «la metedura de pata» del chico y las consecuencias finales de la película me parecen que es como tratar a las mujeres de idiotas. Si yo fuese mujer, me sentiría muy indignada… Hay cuestiones que descalifican a una película, como cuestión de planteamiento.

La película en sí misma es entretenida, y como digo, visualmente atractiva. Pero globalmente, y cuatro días después de haberla visto, hay elementos que me parecen una tomadura de pelo. Y el problema es que gente como Jennifer Lawrence pueden empezar a perder el crédito. Da igual lo buena que seas (o estés, o ambas) si lo que vendes es lamentable. Y desde mi punto de vista lleva ya dos avisos. Soy buena persona y le perdono la tontería de los superhéroes o el hacerse pasar por una chica de 16 años con la presencia que tiene. Ni SF, ni SciFi,… Skiffy… y de la que no hace gracia.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: *
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Pero eso sí, nos proporciona muy bellos amaneceres y ocasos, cuando el tiempo es propicio.