[Cine en TV] Mulan (2020) y los absurdos 21,99 euros

Cine

Mulan (2020; 42/20200905)

Desde hace unos años, la todopoderosa Disney ha venido adaptando sus clásicos de la animación a películas de acción real. O sea, con actores de carne y hueso. Porque la abundancia de gráficos generados por ordenador en muchas de estas películas las sitúan a veces en un limbo entre eso que llaman «acción real» y cierto tipo de animación. Estas películas, promocionadas a bombo y platillo, han tenido en general valoraciones de la crítica por debajo de los clásicos de animación en los que se basan, aunque no han dejado de ser una notable fuente de ingresos para la compañía. Yo sólo he visto dos en la gran pantalla, la adaptación de Alicia por Tim Burton, muy decepcionante, y la más reciente de el Libro de la Selva (hubo otra hace un tiempo), entretenida, aceptable, aunque sin el encanto de la de animación. En general, para mí, este tipo de adaptaciones y de eterno ordeño de la misma vaca, presentan escaso interés. Pero desde hace un tiempo, Disney se lanzó a un fuerte promoción de la adaptación de la leyenda china de Hua Mulan con intérpretes humanos.

Los mausoleos de la dinastía Ming en Nankín me servirá de ilustración para esta entrada, aunque sean muy posteriores históricamente al origen de la leyenda de Hua Mulan

Cuando se estrenó la versión animada, a pesar de lo mucho que me puede llegar a gustar el cine de animación, no la vi en la gran pantalla. En aquellos momentos identificaba la animación de Disney con unos modelos sociales, culturales e ideológicos que no me interesaban o incluso me repelían, y además era productos excesivamente orientados al público infantil o familiar. Se dijo que la versión animada de la historia de Mulan suponía un avance en la forma de considerar a las protagonistas femeninas, más independientes, más proactivas, menos «princesas» a la espera del «príncipe encantador». Pero cuando la vi en la pequeña pantalla, si bien resulta entretenida, el final es totalmente decepcionante y sigue siendo un ejemplo del conservadurismo que presentaba la productora. Para la versión actual se anunciaba una adaptación más adulta y puesta al día. Se prometía el espectáculo propio del cine épico chino, con quienes ha colaborado Disney, y mejoras en el argumento. Y ahí, como digo, vino la fuerte campaña publicitaria, impactada de repente por la pandemia de covid-19, que generó numerosas inseguridades para su estreno programado durante el verano de este impredecible 2020. Finalmente, la compañía decidió no estrenarla en la gran pantalla, llevarla directamente a su plataforma de contenidos en línea bajo demanda, con un precio de 29,99 dólares en EE.UU. o 21,99 euros en Europa, más la suscripción mensual a la plataforma. Cosa rara que el precio en Europa sea más barato que en EE.UU. A mí, sin entrar en detalles, me parecía desmesurado, casi descabellado. Y mucha confianza debían tener en la calidad de la película para realizar una apuesta similar. Este precio seguirá durante un par de meses, y a finales de año pasará al régimen general de la plataforma de Disney, justo para motivar las suscripciones en la época navideña.

Obviamente, ni me plantee ver en mi televisor la película con estos precios. Ni siquiera me interesa la suscripción a esa plataforma. Y además, los antecedentes de este tipo de antecedentes no eran tan buenos como para confiar a ciegas en la calidad de la película. Pero este sábado pasado fui invitado a cenar a casa de unos amigos, con las dos generaciones presentes, padres e hijos, y tenían como sorpresa la película en cuestión. Y la vimos.

El argumento de la película, dirigida por Niki Caro, es un calco de la película de animación, salvo que el final es un poco menos carca que el de aquella, y por la introducción de un personaje, una bruja que se transforma en ave rapaz, interpretado por la gran actriz china Li Gong. El papel principal descansa en sobre los hombros la actriz china Liu Yifei, que vivió unos pocos años en EE.UU. en su niñez y que debe hablar en inglés, idioma en el que está rodada la película.

En pocas palabras, la película es más bien mediocre, tirando a malilla. Más allá de cierta espectacularidad en algunas escenas, nada que no se haya visto ya en diversas ocasiones, carece de emoción. En parte por el propio desarrollo de la película, en parte por que es absolutamente predecible, incluso si no hubiésemos visto la versión animada. Y, en general, la interpretación es floja, sosa, carente de corazón. A mí me cuesta empatizar con una protogonista que, más allá de un físico adecuado, aunque con una edad superior a la esperada, aporta poco más al personaje. El resto del reparto,… una pena ver a la excelente Li Gong tratando de aportar algo a su estereotipado personaje, unos malos de caricatura, y el resto absolutamente anodino. Unos diálogos llenos de tópicos y frases hechas que no emocionan ni a Myrtle la llorona.

Me falta poco para calificar a esta película como un fiasco. Quizá no llegue a tanto, y la profunda decepción proceda de las propias expectativas que Disney había generado sobre la misma. Desde luego no me parece recomendable, y mucho menos pagar el precio que pide la compañía para su visualizado precoz, en el cual se pierde el factor «espectáculo» propio de las escenas de acción más espectaculares, previstas para la gran pantalla. No aporta nada nuevo. Ni sobre otras películas de acción épica chinas, que son muy superiores, ni sobre la versión animada, ni… sobre nada. La crítica profesional está dividida ante la misma, pero es que Disney es mucho Disney para recibir críticas muy duras por parte de los medio de comunicación. Y el «populacho», en las diferentes plataformas, la está poniendo a caldo. Si encima resulta que la protagonista se manifestó como una leal seguidora de las consignas del régimen de Pekín ante la represión en Hong Kong de los manifestantes demócratas,… pues pocas simpatías está generando en las partes del mundo todavía no demasiado influidas por los dictadores chinos.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **