Sigo con mi adicción a los seriales surcoreanos, que ya hemos quedado en recientes entradas dedicadas a ellos, que empiezan a no ser, necesariamente, placeres inconfesables. Aunque de estos todavía quedan. Hay algo más que vi recientemente procedente del país asiático. Pero por sus características… le dedicaré una entrada en exclusiva, porque lo merece. Que conste que todo lo que voy a comentar, y lo que me dejo para más adelante, está todo visto antes de irme de viaje a Suiza hace 10 días. Y que tengo acumulado también material para una entrada sobre animación japonesa. Así que… de lo más animado.
Law School (en coreano 로스쿨, ro seukul, que es la transcripción a su alfabeto de la expresión inglesa) es… la visión surcoreana de How to get away with murder (Cómo defender a un asesino), una serie americana, de la productora de Shonda Rhimes, y por lo tanto un culebronazo y placer inconfesable por definición, en la que los protagonistas son profesores de derecho y sus alumnos, que tanto investigan crímenes como son protagonistas de los mismos de una u otra forma. La versión surcoreana, que no es una versión realmente, pero que claramente se inspira en la americana, es más sobria y no carece de entretenimiento, con alguna actuación notable. Pero es de las que están en el límite entre el producto «decente» y el «guilty pleasure». Avisados quedáis.

Yi Guyeokui Michin X [이 구역의 미친 X, algo así como Loco X por esta zona] titulado en inglés Mad for each other y en español Un amor loco, es una comedia romántica, con tonos dramáticos, que nos cuenta el romance entre una joven (Oh Yeon-Seo) que fue maltratada por su novio, que en realidad estaba casado, al mismo tiempo que fue despreciada por sus conocidos y compañeros de trabajo y conocidos como «rompematrimonios», a pesar de que ignoraba la circunstancia, quedando traumatizada por la experiencia y con miedo a la interrelación social, y un policía que está suspendido de trabajo (Jung Woo) por una acción violenta en la que además quedó gravemente herido un compañero. Ambos acuden a la misma terapeuta, ambos son vecinos, puerta con puerta, pero no se conocen… hasta que lo hacen y se lía todo. Por el buen trabajo interpretativo y por la seriedad de los temas que toca, que no son banales, bajo ningún concepto la clasificaría entre los placeres inconfesables. Creo que es una serie muy digna, muy divertida en ocasiones, sensible en otras, y que además son episodios de 30 minutos, 13 en total, que la hacen mucho más ágil que la mayor parte de las series de su país. Buen trabajo de interpretación, con bastante carisma en los protagonistas, es el dato a tener en cuenta.
Y finalmente tenemos Mine [en coreano 마인, main, o sea la transcripción del título en inglés], un drama familiar, culebronazo en toda regla, aunque solo en 16 episodios, en una familia de ricos ricachones que te cagas, donde nadie es lo que parece, todo el mundo esconde secretos, salvo la única que parece normal, la esposa de uno de los hijos del patriarca (Lee Bo-young) que junto con la esposa del otro, ambiciosa pero relativamente decente ser humano (Kim Seo-hyeong), intentarán sobrevivir a un asesinato y una serie de intrigas que harán tambalear la estructura social de la familia. Con la ayuda de la nueva tutora del hijo, no biológico de la primera (Ok Ja-yeon), que también lleva lo suyo a cuestas. Drama de empoderamiento femenino, que pierde en parte el mensaje por los excesos de la trama, por los excesos en la presentación de una sociedad que vive en el lujo y la extravagancia y por la anormalidad manifiesta de muchos de los personajes. Pero tiene momentos muy divertidos en sus intrigas. La protagonistas femeninas son realmente muy atractivas en muchos sentidos, eso hay que reconocerlo. Y trabajan bien. En general, los intérpretes coreanos son buenos, lo que son malos en muchas ocasiones son los guiones y los personajes con los que han de trabajar.
