La mayor parte de la animación que traigo a estas páginas es de origen japonés. Y esto se debe a dos motivos. El primero es que los nipones son mucho más prolíficos y estrenan mucho más títulos en las diversas plataformas digitales, especialmente Netflix y Amazon Prime. El segundo es que tienen una panoplia de temas y situaciones mucho más curiosa, «marciana» e intrigante que la animación occidental. Muchas veces no tienes ni idea de qué te vas a encontrar. La próxima vez que hable de animación japonesa intentaré recordar que tengo que ampliar esta idea. Pero si hay animación occidental interesante entre las series de las plataformas tampoco la rechazo. Ni mucho menos. Como las dos series que vienen a continuación.

Por un lado, la segunda temporada de Star Trek: Lower Decks. Os voy a poner un gráfico.
Como podéis ver, para los votantes en IMdb, la valoración de los episodios de cada temporada van en aumento sistemáticamente. Y no sólo es eso. Para mí, en este sistema de votación hay que acercarse al siete para que la cosa merezca la pena, aunque hay excepciones. La mayor parte del excelente cine de autor tiene valoraciones discretas. La fast food cinematográfica tipo Marvel o DC tiene valoraciones altas y es entre floja y mala. Pero en este caso, creo que la cosa se ajusta. La primera temporada empieza en lo que yo considero un discreto aprobado. Pero el final de la segunda serie es un sostenido sobresaliente. Y esto me permite resumir mi opinión. Esta segunda temporada sobre la tripulación del montón de una nave espacial del montón es uno de los más divertidos productos que he visto en mi vida de la franquicia Star Trek. Muy recomendable. Se puede ver en Amazon Prime.
Inside Job, Ultrasecretos en España, es una serie reciente de Netflix con la que me lo he pasado bien. Coge la idea de las conspiranoias habituales de los pirados de los extraterrestres, el asesinato de Kennedy, los misterios de la Luna, a la que según algunos pirados no fuimos nunca, según otros fuimos y había marcianos, o la del círculo de misteriosos magnates que realmente gobierna el mundo, y nos busca como protagonista una antiheroina asocial (Lizzy Caplan, voz). Una chica que es un genio, pero que no se sabe relacionar socialmente, en parte por pertenecer, de alguna forma, al espectro autista, tipo Savant syndrome, en parte por la nefasta pareja de progenitores que le tocaron en suerte. Y la rodeas de tipos absurdos y extremadamente freaks, y situaciones no menos absurdas dentro del género conspiranoico, para hacer una divertida burla de los problemas políticos y sociales actuales. No es una genialidad, pero es muy divertida y merece la pena. Yo tengo ganas de una segunda temporada.