Compré este libro en formato electrónico por un precio absolutamente ridículo, 99 céntimos de euro, en una promoción de libros en inglés. De la escritora japonesa Shion Miura, no está traducido al castellano. Sólo he encontrado un libro de esta escritora, muy apreciada en su país, traducido a nuestro idioma. Curiosamente, ese libro dio lugar a una adaptación a serie de animación que vi hace un tiempo en Amazon Prime Video, sobre un grupo de trabajadores de una editorial que elaboran un diccionario, al mismo tiempo que viven sus vidas. Un homenaje al lenguaje y a trabajadores poco conocidos pero que hacen un gran trabajo al servicio de la sociedad. Aunque los diccionarios que usamos hoy en día ya no tengan el aspecto de los de antaño… ¿realmente todavía se usan diccionarios en forma de libro en lugar de diccionarios en línea, actualizables sobre la marcha?
En 2019 visité la región en la que transcurre la acción. Los montes de la península de Katsura en la región de Kansai con enormes cedros de gran altura como los que se describen en el libro. Las fotos que traigo aquí son de esa región, de los bosques en torno al templo de Nachi en las rutas de peregrinación de Kumano, próximos a la famosa cascada de Nachi. Aunque no están en la prefectura de Mie, sino en la vecina de Wakayama, más al sur.

El caso es que pocas semanas después de comprarlo, llegadas mis vacaciones de final de septiembre y principios de octubre me puse a leerlo mientras viajaba en solitario por el sur de Francia. Nos habla de un joven que acaba de terminar su época de estudiante de bachillerato, pero vive su vida sin planes de futuro, y sin especial interés por entrar en la universidad. Con esta perspectiva, sus padres, sin consultarle ni pedirle permiso los inscriben en un programa de promoción de empleo. Y así, el joven urbanita de Yokohama acabará trabajando en los cultivos forestales de las zonas montañosas de la península de Katsura, en la prefectura de Mie. Y durante un año seguiremos sus andanzas en un lugar remoto, de trabajo duro, relacionándose (casi) exclusivamente con los lugareños con su particular dialecto y sus costumbres y creencias, muchas de origen ancestral.
De entrada, dos cuestiones. La primera es que la lectura es muy entretenida y fluida. Como ya he dicho, adquirí la traducción al inglés, que no tuve dificultad alguna en leer. Y el estilo de la escritora es ágil y directo, incluso en sus descripciones del paisaje y entorno. La segunda es que estos textos en los que se idealiza un entorno rural, de contacto con la naturaleza, y a sus habitantes… nunca me han convencido demasiado. Nunca me los he creído mucho. Si tan estupendo es… ¿por qué son comunidades que envejecen, en la que los jóvenes emigran buscando otras oportunidades y otras formas de crecimiento personal? Es la gran pregunta que nunca responden con franqueza quienes escriben estas historias. Y por otro lado, plantea un acuerdo entre el hombre y la naturaleza que también me plantea mis dudas. Si entrar a hablar en la supersticiones y en las burradas machorras que se describen en algún momento, por entretenida que sea su lectura.

Dicho lo cual, es fácil empatizar con los personajes de esta historia. Y te quedas con las ganas de conocer «en persona» a las guapas mujeres que parecen habitar en estos lugares y que encandilan al chaval. Especialmente la joven maestra que se convierte en su interés amoroso. Que por cierto, también es una joven urbanita trasplantada, con éxito, al entorno rural. Por lo tanto, con las reservas sobre el tema, el mensaje y algunos aspectos del contenido que ya he expuesto, es una novela que está razonablemente bien. Quien quiera conocer algo más de determinados aspectos de la cultura japonesa, puede agradecer su lectura.
Para terminar, no he encontrado ningún Kamusari en la región de Kansai, ni en la provincia de Mie ni en ninguna otra que se pueda corresponder a los lugares descritos en el libro, por lo que asumo que son ficticios. Y hay una película japonesa que adapta la historia y que parece bien valorada… pero no sé nada más.
