[Libro] L’empire du milieu – Olivier Gay y Fabrice Tarrin

Literatura

El haber leído este libro es consecuencia de un malentendido. Este libro me lo regalaron. Yo no lo habría comprado. Ah… por cierto. Este libro es una aventura de Astérix y Obélix. Pero bueno… voy a explicarlo.

Hace un par de mes, con un grupo de amigos, estábamos de tertulia hablando de tebeos y cómics. Y entonces comenté que yo tenía completos todos los cómics de Astérix y de Tintín, en su idioma original, el francés. Nunca se ha retomado el personaje de Tintín tras la muerte de Hergé. Por lo tanto es una colección cerrada. Sin embargo, eso no ha sucedido con Astérix. Tras la muerte de Goscinny, su guionista original, Uderzo siguió como ilustrador y guionista. Y cuando Uderzo dejó la tarea, otros escritores e ilustradores han seguido publicando nuevas aventuras del indomable galo y sus amigos. Y por lo tanto, la colección sigue abierta. De todo esto hablamos. Pero hay algo que no comenté. Sólo colecciono los cómics, las aventuras gráficas. Los álbumes ilustrados, generalmente asociados a las películas de animación o de acción real que se han realizado sobre los personajes de los cómics, nunca me han interesado. Y no tenía ninguno. Nada de estos se mencionó. Y hace unas semanas, me lo encontré al volver de las vacaciones de Pascua, algunos de estos amigos, agradecidos por unas fotografías familiares que les hice, me regalaron este libro, que es un álbum ilustrado basado en la película Astérix et Obélix: L’Empire du Milieu, recientemente estrenada. Por eso… bueno… no forma parte del concepto de mi colección.

Fotografías de las montañas Huangshan… en la Tierra media. O sea, China.

L’empire du milieu, el imperio medio, o reino medio como lo han traducido en el título de la película en castellano, se refiere al Imperio chino. El nombre del país, en su idiomas originales, se escribe como 中国 o 中國, según usemos los caracteres simplificados o los tradicionales. En mandarín, idioma oficial y mayoritario, se transcribiría como Zhōngguó. Y, por ejemplo, la misma grafía simplificada se usa en Japón, 中国, donde se lee como Chūgoku. Y en ambos idiomas, esa combinación de carácteres, 中, centro, y 国, país, vendría a significar algo así como el País del centro o País central. ¿A alguien le suena lo de Tolkien y su Tierra Media? Pues por ahí van los tiros. Así que Astérix, Obélix, sus amigos fenicios, y Julio César acaban involucrados en las trifulcas palaciegas y por el poder del imperio… ¿del medio? Lo cierto que en ese eterno año 50 A.C.E. en el que se fechan las aventuras de los intrépidos galos, estaríamos hablando del Imperio Han o el Imperio de la dinastía Han. Hoy en día, a la etnia principal de China se le llama la etnia han, de acuerdo al nombre de aquella segunda dinastía imperial. Sin embargo, el nombre China se atribuye, no sin debate, a la dinastía Qin, cuya pronunciación sería similar a nuestra sílaba chin. Por lo tanto, el nombre de Imperio del medio sería anacrónico, puesto aunque país central existía como concepto geográfico y cultural desde antaño, como nombre del país es algo de hace poco más de un siglo. Pero los anacronismos son muy propios de las historias de Astérix.

Nunca he estado interesado en este tipo de álbumes ilustrados, basados en las películas, por motivos muy concretos. Sus textos tienen muy poco desarrollo, limitándose a ser una narración relativamente esquemática y muy fiel de la película. Tampoco disfrutas de la narración a través de las ilustraciones como en las aventuras gráficas. Aparecen ilustraciones acompañando el texto, pero no son fundamentales en la narración. Por lo tanto, estos álbumes son una mera operación de mercadería, para sacar más beneficios a propósito del estreno de la película. No tienen categoría literaria ni artística, o por lo menos está muy lejos del nivel de las aventuras gráficas, incluso de las más flojas.

No he visto muchas películas basadas en las aventuras de Astérix. Y no me suelen gustar. Todo el entusiasmo que me suscitan las aventuras clásicas de los galos, y me refiero a las escritas por Goscinny, que son superiores y con mucho a todo lo que vino después, se desvanece con facilidad en el medio cinematográfico. Tanto en las aventuras gráficas originales que son adaptadas a la gran pantalla, como en las historias que directamente se prevén para el medio cinematográfico, como es la que nos ocupa hoy. Quizá la excepción es Astérix et Cleopatre, la película de animación de 1968, dirigida por los propios Goscinny y Uderzo, que adaptaba la aventura gráfica de 1965, una de las mejores de las creadas por esta genial pareja, la mayor aventura jamás dibujada, como anunciaba la portada del libro, en parodia de la película Cleopatra protagonizada por Liz Taylor en 1963, aventura gráfica en la que se requirieron ¡14 litros de tinta china, 30 pinceles, 62 lápices de mina blanda, 1 lápiz de mina dura, 27 gomas de borrar, 38 kilos de papel, 16 cintas mecanográficas, 2 máquinas de escribir y 67 litros de cerveza! Fueron los tiempos gloriosos de las aventuras de Astérix.