[Libro] La casa de Liljecrona – Selma Lagerlöf

Literatura

Cómo noto las vacaciones. Para bien. En lo que a la lectura se refiere. Y en otras cosas, claro. Comencé a leer este libro de la escritora sueca ganadora del premio Nobel Selma Lagerlöf, supongo que podemos decir que jugaba en casa con lo del premio, poco después de volver de Estocolmo en agosto, cuando lo encontré de oferta en mi tienda habitual de libros electrónicos. Y me estanqué. Y desde que comencé las vacaciones hace casi dos semanas, no sólo lo terminé sino que he leído cuatro más. Ciertamente, como es habitual últimamente, no muy extensos. Pero en total cinco libros he terminado en lo que llevo de vacaciones. Pero hablemos primero de esta novela de Lagerlöf, en la que traslada el cuento de Blancanieves a una novela escrita dentro de la corriente del realismo en 1911.

Fotografías de un parque etnológico en Sollentuna, en el área metropolitana de Estocolmo.

En primer lugar, no me gusta la traducción del título de esta edición en castellano. Creo que sería más acertado, por lo que he visto por ahí, y de acuerdo al contexto de la novela, El hogar de los Liljecrona. Pero igual estoy siendo demasiado quisquilloso. El problema de los idiomas germánicos donde home/hem/heim puede ser tanto casa como hogar. En cualquier caso, casa con el sentido del hogar de alguien. Aunque escrita en tercera persona, hemos de asumir que, hasta cierto punto, la historia se ve desde el punto de vista de una jovencita de doce o trece años que entra a servir en la casa del párroco local, en la Suecia rural de 1800, un puesto de prestigio. Más si además combina su situación como párroco con la de ser terrateniente. Viudo con una hija de diecisiete años a quien todo el mundo en los alrededores quiere, se casa con la que fue ama de llaves de una condesa, que toma las riendas de la hacienda y comienza a hacer la vida imposible a la joven adolescente. A partir de ahí se desarrolla una intriga que combina las maquinaciones de la malvada madrastra con los sentimientos románticos de la chica hacia un herrero de una parroquia próxima. O lo que parece un herrero…

No sé si es la primera novela que leo de Lagerlöf. Me explicaré. Cuando tenía doce o trece años, sé que fue tras la muerte de Franco, «leí» la que se considera una de las novelas más famosa de la escritora sueca, El maravilloso viaje de Nils Holgersson. Pero si entrecomillo el «leí» es porque no sé si realmente leí la novela de Lagerlöf o si fue alguna edición abreviada, resumida o adaptada para niños y preadolescentes que eran tan frecuentes en aquella época del tardofranquismo. Y no puedo comprobarlo porque no tengo el libro, fue un préstamo de biblioteca. Lo que mas recuerdo del libro es al protagonista volando agarrado a un ganso, con una bandada de estas aves recorriendo el país. En cualquier caso, me entró la curiosidad. Y motivado por la estancia en Estocolmo, lo adquirí, muy económico.

Lo cierto es que parece que dentro de la obra de Lagerlöf sería una obra menor. En cualquier caso, es un cuento moral, con la extensión de una novela. Las aventuras de Nils también tenían un fuerte componente de cuento moral, por lo menos, el texto que yo leí, destinado a quitar malos hábitos de los niños y adolescentes. Ya he comentado, y la sinopsis que he planteado así lo muestra, que se inspira en el cuento de Blancanieves. Pero rompe con todo elemento de fantasía. No hay reyes y brujas, ni enanitos, ni príncipes azules. Párrocos, amas de llaves, campesinos, herreros y administradores de herrerías. De lo más cotidiano. Pero indudablemente, escrito con encanto. Y con el personaje secundario, Pequeñita, con la que nos colamos por la casa del párroco, también descubrimos elementos «fantásticos» en las historias que se cuentan del valle donde transcurre la acción, cuando era el fondo de un lago. Y donde la malvada madrastra, ¿sería el espíritu maligno del hada del lago desaparecido? Bueno, como lo veáis. Simplemente, el hogar de los Liljecrona no es el de los protagonistas; es el del «príncipe encantador». Más o menos. Me ha gustado. Bastante.