[Libro] Confesiones – Kanae Minato

Literatura

En la primavera del año pasado leí mi primer libro de Kanae Minato. Y en el comentario que publiqué en estas páginas ya concluía con mi deseo de leer más obras de la autora japonesa. Autora especializada en novelas de misterio y crimen. Pero con un tono de introspección psicológica de los personajes que las aleja de las tradicionales whodunit de forma muy notable. De hecho, no importa quién ha cometido el crimen. En muchos casos, esa información se nos comunica de forma temprana en el libro… al menos de forma parcial. Lo que importa es la naturaleza del crimen en sí misma, y las motivaciones de los que participaron. Los criminales, las víctimas, los familiares y amigos que sobreviven a las víctimas, los familiares y amigos de los criminales, los que estaban allí y no hicieron nada…

Transcurre la acción de la novela en una ciudad de provincias japonesa. Sin especificar. He elegido algunas fotografías de Toyama para representarla.

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Como en el libro que leí hace año y medio, también en esta ocasión la historia se nos cuenta desde los puntos de vista de distintos personajes. Empieza el libro con el final de curso en un instituto japonés del equivalente a la española enseñanza secundaria obligatoria. La tutora se despide de sus alumnos y les anuncia que el siguiente año no estará con ellos, porque se retira de la docencia. Su hija falleció hace unos días, con sólo cuatro años. Aparentemente, ahogada en la piscina del instituto. Pero la profesora les anuncia que no fue así, que fue un asesinato cometido por dos de los alumnos, a pesar de que la policía concluyó que fue un accidente, y da suficientes referencias como para que todos sepan qué alumnos son. Adolescentes que no han alcanzado todavía la edad de responsabilidad criminal. En las siguientes partes del libro conoceremos el punto de vista de todos los implicados, los dos alumnos que según la profesora mataron a la niña, los de algunos de sus familiares y de algunos de sus compañeros de clase.

El asesinato de una niña de cuatro años es algo que nos horroriza a todos. Es un ejemplo de lo peor del ser humano. Y horroriza más si es cometido por personas que muchos consideraríamos todavía niños, o poco más que niños, aunque hayan iniciado su recorrido por la adolescencia. Pero lo que horroriza más es la ceguera que muchas veces sufren los perpetradores y sus entornos sobre la responsabilidad ética de todos los implicados que han llevado a estos crímenes. Minato hace una dura crítica a la forma en que la sociedad afronta estos hechos. Ella es docente. El padre de la niña muerta es docente. Y uno de fama, admirado por todos. Cuyas tesis son benevolentes para los adolescentes potencialmente criminales. El nuevo profesor de los alumnos también es docente, y es incapaz de orientar y enfocar el trauma subsecuente. Y la sociedad se debate entre extremos. Entre la mano dura contra el criminal, no importa la edad del mismo, o de las responsabilidades de su entorno, y las posturas en las que considerando a los menores como no responsables, permiten que salgan de rositas de sus crímenes. Un debate social y político polarizado y sin soluciones prácticas. Y luego está… la venganza. ¿Es justificable la venganza, por sutil que sea, por demorada que parezca, cuando la justicia no funciona y el crimen original es terrible? Porque es ese el segundo hecho terrorífico del final de este libro, que lo convierte en casi magistral.

Si me gustó la primera de las novelas que leí de Minato, esta me ha gustado más todavía, siendo además de las que crecen en el recuerdo. Las historias de Minato son duras. No se anda con chiquitas. Sin recrearse morbosamente en los detalles, no dejan de ser historias crudas, de las que ninguno de sus personajes sale indemne. Y si el lector tiene una mínima responsabilidad, tampoco. Y lo más terrorífico es… que son plausibles. que pueden suceder. Qué sabemos que es así… En fin. He leído las dos únicas novelas de Minato traducidas al castellano. Si quiero leer más de esta interesante autora, tendré que buscar las traducciones a otros idiomas. Pero creo que me apetecería mucho.

PS: Un día después de escribir esta entrada, tengo la oportunidad de ver en el televisor de casa la película de 2010, dirigida por Tetsuya Nakashima, que adaptó la novela de Minato. Es fiel al libro, pero falla en generar el mismo tipo de emoción, incluso si el público votante de IMDb la puntúa bastante favorablemente. A ratos confusa, peca además de una interpretación a veces un tanto dispersa y algo exagerada. Algo que se ve con cierta frecuencia en determinadas producciones japonesas. Quizá sea algo cultural. No del todo convencido.

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