En Bari, junto al puerto deportivo de Bari, destaca la mole rosada del teatro Margherita. Y allí, nada más salir a visitar el centro histórico de Bari, nos encontramos con una exposición dedicada a Banksy. El popular artista contemporáneo cuyos estarcidos sobre las paredes de las ciudades británicas se han vuelto muy populares y por los que muchos están dispuestos a pagar una buena suma. O por alguna reproducción original de los mismos sobre papel
Banksy no es conocido públicamente. Hay especulaciones sobre su identidad, pero no certezas. Se le supone nacido en Bristol en 1974. Ya no es ningún jovenzano,… se acerca a su medio siglo de edad. Y se fogueo en la escena graffitera de Bristol en los años 80. Y pintar graffiti es una actividad perseguida por la ley… así que se entiende su anonimato. Indudablemente fue en los últimos años 20 años cuando su obra y su figura se hizo progresivamente más famosa. Su obra es transgresora, pero no me atrevería a decir que de forma extrema. Ni mucho menos, digan lo que digan los sectores más conservadores de la sociedad. Y su mensaje no es complejo, aunque descifrar completamente el sentido de sus obras exige cierto conocimiento de la cultura y de otros movimientos artísticos y culturales. A mí, me gusta. Bastante.
Entre en contacto con su obra a través de alguno de los libros de Will Gompertz, cuando decidí que me tenía que poner al día con la historia y los conceptos del arte contemporáneo, cuando descubrí que me lo paso mejor en un museo de arte moderno y contemporáneo que navegando entre decenas de bodegones, marinas, santos o retratos de nobles de una pinacoteca de arte clásico. Por cierto, que el teatro Margherita de Bari está perdiendo su naturaleza de centro de artes escénicas para convertirse en museo de arte contemporáneo. Tiempo al tiempo.
No fue la única exposición que visitamos en Bari. En el Castello Svevo, además de otras dedicadas a la arqueología y al arte antiguo, encontramos una interesante exposición dedicada al fotógrafo italiano Aurelio Amendola (Instagram). Una retrospectiva de un fotógrafo que no conocía, con gran variedad temática, retrato, reportaje, paisaje, fotografía de arte… y que me gustó mucho por su finura, elegancia y visión clara.
Inevitablemente, uno de los temas que surgen con frecuencia en estas últimas semanas es Afganistan. Los medios, los políticos, la gente… se horrorizan cuando ven cómo los talibanes, prácticamente sin esfuerzo, se hacen con el poder en el país tras la retirada de los Estados Unidos, en escenas que recuerdan a las vividas en Saigon hace casi cuatro décadas. Y es que casi dos décadas de guerra y ocupación del país no han servido para anular al integrismo religioso en la región, para aportar un modelo de convivencia que permita prosperar a las poblaciones, para borrar la corrupción de una sociedad muy enferma. Probablemente, porque la intervención occidental también llevaba consigo los virus de la intolerancia, la corrupción y otros integrismos, económicos o como fueran. De lo mucho que se publica recordando que hace 20 años ya gobernaban allí los talibanes, me ha interado el reportaje en Blind basado en las fotografías de Edward Grazda, que nos recuerda que los problemas de hoy son los problemas de siempre.
Las interrelaciones entre arte y fotografía es uno de los temas de las recomendaciones de hoy. Ayer mencionaba mi probable viaje a Copenhague dentro de dos semanas. Os dejo algunas imágenes de algunos de los estupendos museos de arte moderno y contemporáneo que se encuentran en la proximidad de la capital danesa.
Sigamos con Blind, que me está animando el verano con sus recomendaciones, tan apagadas en otros medios. En otro de sus artículos nos muestra las fotografías de Richard Mosse, que nos propuso en su momento, entre 2010 y 2015 una peculiar visión de la guerra, en concreto la larvada y eterna guerra del Congo, totalmente distinta gracias a la utilización de película infrarroja en color Kodak Aerochrome III Infrared 1443, muy apropiado por ser una película de uso fundamentalmente militar en misiones de reconocimiento y detección. Los falsos colores de la película, que aplica distintos pigmentos en las capas de emulsión sensibles al infrarrojo, genera una visión muy distinta, y a la vez muy cruda, de una realidad todavía más cruda.
Pero estamos en verano, el segundo de pandemia, donde se ha buscado la reactivación de las industrias turísticas, a pesar de que todavía existen riesgos de ondas epidémicas, y que la relajada actividad social asociada a la industria hostelera ha sido uno de los combustibles de estas ondas. Pero como algunos se quejan, todavía es más sencillo que te atienda un camarero a que te vea tu médico de atención primaria. Volvemos a Blind Magazine donde nos muestran un reportaje del fotógrafo Paolo Di Paolo, que en su momento fue acompañado de los textos de Pier Paolo Pasolini, en el verano de 1959, con Italia saliendo de los feos tiempos de la posguerra mundial, y reflejando las vacaciones en la península con forma de bota. Fotografías muy acordes con la estética del realismo del cine italiano de la época, y que nos llevan a un lugar que parece de un tiempo desaparecido al mismo tiempo que nos recuerdan que hay cosas que cambian poco en el ser humano, que permanecen a través de los tiempos.
En Old Skull han dedicado un artículo a Banksy (instagram), el crítico y genial artista callejero, que está dedicando sus últimos murales precisamente a las vacaciones de verano «tras» el covid-19, con un punto irónico y, como digo, crítico. Una obra cuya difusión está asociada indisolublemente a la fotografía. Puesto que toma sentido no sólo en su presencia en las calles de las ciudades británicas, sino cuando las gentes que transita esas calles interacciona voluntaria o involuntariamente con las obras. Y ahí, los medios audiovisuales, vídeo o fotografía, son fundamentales para reflejar esa interacción. Ni en la cuenta en instagram ni en la página del artista se identifica al fotógrafo que ha realizado las imágenes de las obras que se muestran. Pero bastantes de ellas son fundamentales para dar especial sentido a la obra del misterioso artista.
Y esta idea enlaza con una entrada reciente de Leire Etxazarra, que sigue de vacaciones de su blog, pero no de su cuenta en instagram, y que, a propósito de un libro sobre Francis Bacon de Jonathan Littell nos habla del nuevo sentido, o del sentido ampliado, que toman las obras de algunos artistas a partir de sus fotografías. No son pocas las interrelaciones entre la fotografía y otras artes. Como complemento, como transmisora de la información, como transmisora de la noticia… Si consiguiese vencer el bloqueo lector que me tiene preso desde hace meses, creo que leería el libro de Littell.