[Cine] Far from the madding crowd (2015)

Cine

Far from the madding crowd (2015); vista el 26 de junio de 2015.

De vuelta de viaje en vacaciones, algunas cosas pendientes en la cartelera. Y aunque hay otras propuestas que teníamos en mente, todo llegará, nos sorprende esta propuesta. Una adaptación de una novela de Thomas Hardy, escritor del realismo inglés especialmente crítico con la sociedad victoriana y con el papel de las mujeres, protagonizada por ese encanto absoluto, me confieso perdidamente enamorado de ella, que es Carey Mulligan, y dirigida por el danés Thomas Vinterberg, ex movimiento Dogma, a quien debemos productos realmente notables tanto de hace tiempo, como mucho más actuales, pero con estilos muy alejados de esta película que nos ocupa. Irresistible.

Y es que la historia que nos ocupa, y que vimos en versión original, por lo que mantengo su título en inglés, ha sido adaptada al cine en distintas ocasiones, pero también al teatro, a la historieta con una actualización de los tiempos, e incluso esta última también llevada al cine. Se puede encontrar en la cartelera española doblada al castellano con el título «Lejos del mundanal ruido». No se una traducción literal, pero es apropiada. El significado es similar, y tanto el título en inglés como el español tiene su origen en sendos versos conocidos en cada uno de los idiomas.

En ella se nos cuenta la historia de la joven victoriana Bathsheba Everdene (Carey Mulligan), una joven culta e independiente pero con escasa fortuna propia, que vive con su tía en algún lugar del oeste de Inglaterra. Y allí recibirá la propuesta matrimonial de Gabriel Oak (Matthias Schoenaerts), un pastor con un futuro económico prometedor, pero tosco y sencillo. Tras el rechazo de la propuesta, la vida de ambos cambiará. Bathseba heredará una granja de considerable tamaño, y mejorará su posición, mientras que Oak lo perderá todo en una desgracia, y tras dar tumbos, acabará como asalariado de ella, abriéndose más el abismo social entre los dos. La joven se debatirá además entre las proposiciones de un vecino terrateniente, el tímido aunque honesto William Boldwood (Michael Sheen) y el apuesto militar Francis Troy (Tom Sturridge), con quien acabará casándose. Pero las circunstancias son mucho más complejas de lo que aparenta. Y la vida no será fácil para la señorita Everdene, convertida en señora Troy.

Nos  vamos a Inglaterra como en la película. Son las Midlands,... que no sé en qué medida se solapan con el ficticio Wessex de Hardy.

Nos vamos a Inglaterra como en la película. Son las West Midlands,… que no sé en qué medida se solapan con el ficticio Wessex de Hardy.

Técnicamente, la película es un alarde de corrección técnica, tan propia de las producciones de época inglesas. Un sonido y música impecables, una iluminación primorosa, unas localizaciones de ensueño, una reproducción perfecta de la vida de la Inglaterra rural que Hardy ponía en solfa cuando criticaba la sociedad victoriana inglesa a finales del siglo XIX. En mi opinión, en su perfección técnica, corre el riesgo de parecer fría en algunos momentos.

Por otro lado, aunque los derroteros van por otros lados, hay momentos en los que Bathsheba Everdene nos recuerda a la Anna Karénina de Tolstoi, mientras que el austero y trabajador Oak sería un alter ego del Konstantin Levin de la misma obra rusa… pero sólo hasta cierto punto. Mientras que el ruso claramente marca las diferencias y las distancias entre la frívola dama y el hacendoso terrateniente, el inglés hace de Bathsheba una mujer menos frívola, que comete errores, pero con voluntad de superarse, mientras que Oak es una amigo, o algo más, que mantendrá su fidelidad hasta el final.

En cualquier caso, la gran baza de la película para sacudirse el riesgo de frialdad formal mencionado es la excelente interpretación de su elenco, procedentes en gran medida de la sólida escena y pantalla británica. Desde luego, con pocas palabras y muchas miradas, Mulligan consigue introducir una amplia gama de matices y motivaciones en sus acciones que hacen de ella una mujer de la que cualquiera de sus pretendientes se pueda enamorar, y que enamora al espectador. Y ya van… Y es perfectamente acompañada por el buen trabajo del resto del reparto.

Pero da igual, el coqueto pueblo de Solihull, cerca de Birmingham me vale para ilustrar un poquito de la campiña británica.

Pero da igual, el coqueto pueblo de Solihull, cerca de Birmingham me vale para ilustrar un poquito de la campiña británica.

No voy a decir que sea la película que más me gusta del director. Tiene otras mucho más redondas, mucho más potentes, con un mensaje mucho más poderoso, y con riesgos formales mucho más interesantes. Pero hay mucho oficio, y una historia que no deja de ser interesante, con un mensaje sobre el papel que se espera de las mujeres en las sociedades modernas. Obviamente, en el tiempo que ha pasado, un siglo de por medio, muchas cosas han cambiado. Pero las reflexiones que se suscitan se pueden adaptar a situaciones modernas. Una película que se deja ver con agrado, y que gustará mucho a los partidarios del cine de época, entre los que me encuentro.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***
Un mundo muchas veces idealizado por los autores británicos... aunque no sé yo si siempre fue tan idílico como nos lo muestran...

Un mundo muchas veces idealizado por los autores británicos… aunque no sé yo si siempre fue tan idílico como nos lo muestran…

[TV] Maravilloso culebrón de época británico; Downton Abbey

Televisión

Que la época victoriana fue un momento importante en la sociedad británica no lo duda nadie. Con el imperio en todo su esplendor, salvo la pérdida de parte de las colonias nortamericanas a finales del siglo XVIII, y con la revolución industrial a toda velocidad, era una de las sociedades más potentes y dinámicas que había en el panorama internacional.

Sin embargo, en la base de esa sociedad todavía existían estructuras generadas mucho tiempo atrás, en el feudalismo agrícola, en una sociedad profundamente separada en un sistema de clases, muy rígido, muy conservador. Y estas estructuras continuaron en vigor hasta las profundas crisis que las turbulencias de la Gran Depresión, y la Segunda Guerra Mundial trajeron, anunciando el ocaso del imperio.

Sin embargo, ningún sistema social se derrumba de repente, siempre hay un periodo de crisis, durante el cual es interesante saber qué sucede. Y ese periodo, para la sociedad victoriana, viene representado por la época que podemos situar entre poco antes de la Primera Guerra Mundial y el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

En la literatura, el teatro, el cine y la televisión británicas, uno de los elementos más analizados son la familia, núcleo básico de la sociedad victoriana. Especialmente las familias de clase alta o media alta, en las que además del núcleo familiar básico, o ampliado a los familiares cercanos, hay que incluir el servicio doméstico, con una estructuras tan rígidas como el conjunto de la sociedad. Hasta ahora, hemos podido admirar obras como Upstairs, Downstairs (Arriba y abajo), Gossford Park, The Remains of the Day (Lo que queda del día), que han tratado de una forma u otra estos temas. Entre otras. Hoy quiero comentar la última producción de la cadena británica ITV, Downton Abbey, que le da una nueva vuelta de tuerca al tema.

Sinopsis:

Abril de 1912. A Downton Abbey, la magnífica residencia de los condes de Grantham, llega un telegrama. En el hundimiento del Titanic a fallecido el sobrino de los condes que iba a heredar la propiedad y la fortuna de los condes, y que estaba prometido con la hija mayor de los condes. Estos sólo tienen hijas, y el heredero necesariamente ha de ser un varón. Por lo tanto, el nuevo heredero es un primo lejano, burgués, procurador en los tribunales. La mansión está servida por un pequeño ejército de sirvientes, que también tienen sus cuitas, agudizadas por la llegada de un misterioso nuevo ayuda de cámara, que sirvió como ordenanza del conde en el ejército.

A partir de ahí, asistiremos a cómo surgen amistades y enemistades, rencores y alianzas, todo un mundo que pretende reflejar lo que sucede en una sociedad cambiante. La acción llega hasta el momento en que se declara la Primera Guerra Mundial.

Producción y realización:

La serie de época más cara de la televisión británica. Localizaciones naturales privilegiadas. Un montón de actores, coordinados perfectamente. Una calidad de imagen, en alta definición, absolutamente envidiable. Una magnífica producción que acompaña muy buenos guiones que hacen que podamos seguir las andanzas de casi 20 personajes, muchos de ellos protagonistas, sin que nos perdamos. Excelente.

Interpretación:

Uno de los puntos fuertes de las producciones británicas, con muchos actores con larga experiencia en las exigentes tablas teatrales inglesas. Comentar las interpretaciones de todos los actores y actrices serían excesivamente prolijo. Pero cuanto son capaces de decir sin mencionar una palabra. Entre los que se desenvuelven escaleras arriba, desde grandes veteranas como Maggie Smith, u otras algo menos pero muy sólidas como Elizabeth MacGovern, o la muy interesante y bastante más joven Michelle Dockery, que poco a poco va componiendo uno de mis personajes favoritos. Entre los que trabajan y se esfuerzan escaleras abajo, la sobriedad y cordialidad de Joanne Froggatt, el estoicismo de Brendan Coyle, o la silenciosa expresividad de Jim Carter. Y no es que los que no nombre estén mal. Es que si no me alargaría en exceso.

Sí que es destacable en general, que los papeles femeninos son mucho más interesantes en la trama. Son las mujeres quienes realmente soportan las decisiones importantes en la acción, las que la hacen mover, las que sufren las consecuencias. Probablemente, como en la vida misma. Eso hace que la labor de las actrices femeninas sea todavía más meritoria. En este sentido, debemos cuidar el sesgo inducido por el envoltorio. Las actrices de «arriba» se nos presentan guapísimas, con maravillosos vestidos y peinados, en un entorno de ensueño. Las de «abajo» con delantales y cofias, con plumeros, o entre cacharros de cocina. No nos debemos dejar engañar. Están excelentes igualmente, y no debemos relegarlas en nuestra consideración a la hora de valorar el conjunto.

Conclusiones:

Decir que sería un producto original sería muy atrevido. Ya he mencionado tres ejemplos anteriormente de producciones relacionadas con los temas y la época, aunque muy distintos entre sí. El antecedente más claro es Upstairs, Downstairs, si bien aquella serie se centraba en una familia acomodada de Belgravia en Londres, y en esta nos hallamos más en el entorno rural de reminiscencias casi feudales. Pero básicamente, estamos en lo que estamos. En un culebrón familiar, que según den las audiencias se puede prolongar durante unos cuantos años, e incluso décadas.

El principal hecho diferencial con aquella es el presupuesto y los medios de producción. Los actuales son absolutamente impresionantes, y estamos ante una auténtica superproducción, que puede tener continuidad en años futuros. Ya está comprometida una segunda temporada de ocho episodios. La primera ha tenido siete.

Yo no puedo dejar de recomendarla vivamente, tanto si a uno le gusta la televisión, como si le gusta el buen cine, pues elementos de ambos encontraremos en la serie.

Nota práctica:

Una de las cuestiones que más confunde es la línea temporal de la acción. Muchos espectadores se han visto sorprendidos cuando en el sexto capítulo se han encontrado en el año 1914, cuando en el primero estaban en 1912. Pareciera que han pasado unas semanas o como mucho unos meses. Sin embargo, entre capítulo y capítulo pasa tiempo. Meses. Algo que se nota en muchos detalles de producción. El vestuarios, los acontecimientos históricos, referencias a las actividades de los personajes principales. Todo muy sutil, pero está ahí. En cualquier caso, para despistados he encontrado un página, en inglés, donde explican el orden cronológico de los acontecimientos.

Sugerencia musical:

Lo primero sería hacer referencia a la banda sonora de la serie, pero sólo he encontrado alguna versión del tema principal. También se me había ocurrido recomendar la música de Sadie and the Hotheads, grupo en el que participa la actric Elizabeth MacGovern y con quienes ha cantado alguna vez la también actriz Michelle Dockery, pero no tienen enlace en Spotify, y no he podido escucharlos adecuadamente. Pero finalmente me iré al conjunto de marchas Pomp and Circumstance de Edward Elgar, de la que es particularmente muy conocida la marcha número 1. Os pondrá inmediatamente en situación. Muy británicas.

El Támesis desde Greenwich

Puesta de sol junto al río Támesis, en Greenwich, en el Gran Londres; también muy británico - Canon Digital Ixus 400