[TV/TV en pantalla grande] Cosas de series; el final del j***do mundo en Downton Abbey

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Hoy va de series inglesas. Una muy buena y otra que nos dejó momentos interesantes y que hoy se ha convertido en una anécdota.

La serie británica realmente buena es The End of the F***ing World. Si la primera temporada fue una excelente road movie de dos adolescentes (Jessica Barden y Alex Lawther) con problemas, serios problemas, de adaptación a su entorno o a sus familias, que se convertía en una historia de amor, no menos bella por poco convencional, y que nos dejaba un final que no sabíamos si era un drama o una tragedia, en esta segunda temporada, que comienza unos años después de los hechos acontecidos en la primera, poco se ha aclarado en la cabeza de estos chicos. Porque todavía viven el impacto de lo sucedido unos años antes. Porque todavía no saben cómo asumir la separación. Porque no saben qué sienten realmente el uno por el otro. Y encima aparece un tercer personaje, que no conocíamos, pero que también sufrió las consecuencias de aquellos actos (Naomi Ackie). Con sólo ocho episodios de apenas 25 minutos, esta serie casi se puede ver como una película de tres horas de duración. Si tienes ese tiempo, todo seguido. Y sigue contando con las solidísimas interpretaciones de sus protagonistas. A lo que, por raros que parezcan, no puedes dejar de cogerles un inmenso cariño. Y por muy pesimista que sea la visión de la sociedad que nos muestra, no deja de ponerle una vela de esperanza a la calidad individual de los seres humanos. Muy recomendable. No habrá tercera temporada. No tendría sentido.

Pompa y boato para un país, el Reino Unido, que parece no asumir que su papel en el mundo no es el que fue, y se aferra a unas tradiciones que a unos les resultan vistosas y otros casposas, al menos conceptualmente. Mientras les asaltan problemas que no tienen en absoluto el glamour que nos venden desde Downton Abbey.

En otro frente, llevamos ya un par o tres de años hablando de si las producciones de largometrajes de las cadenas de vídeo bajo demanda cuentan como cine. Hay muchos intereses en mantener el modelo de exhibición actual de los largometrajes cinematográficos, al mismo tiempo que las nuevas tecnología provocan nuevos modos, nuevos tiempos. No voy a entrar en el debate, aunque dejaré las cosas claras en lo que se refiere a mi postura. Me gusta más ver una buena película en la pantalla grande, pero entre que se vea y no se vea una buena película, acepto gustoso las nuevas propuestas. Y hoy estamos ante el fenómeno inverso. Y de hecho, de la misma forma que aquellos largometrajes que me parecen cine aunque se estrenen en la pequeña pantalla los incluyo en mis entradas sobre cine, hoy voy a incluir uno que se ha estrenado en pantalla grande en una de mis entradas televisivas.

Porque el largometraje Downton Abbey me ha parecido eso. Un episodio más de la serie. Una especia de especial de navidad pero sin temática navideña. Un producto destinado a contentar a los fans de la serie, en la que se puede disfrutar de toda la pompa y el boato de estas series del caduco sistema nobiliario británico a principios del siglo XX, con visita real incluida. Más allá de narrar la mencionada visita real, este episodio de lujo de la serie no tiene un argumento definido. Es un producto del tipo un momento en el tiempo. La vida venía y la vida seguirá. Hay pequeñas líneas argumentales, algunas de las cuales ni siquiera aguantan las dos horas largas que dura la película. Un terrorista por aquí, un romance que surge por allá, un problema conyugal por otro lado, una herencia que no sabemos donde va a parar por acullá… y los sirvientes de la casa haciendo el papel de bufones de la función más que nunca, mientras que los señores se dedican a ponerse guapos y pasearse por la pantalla con carísimos vestidos sin que pase absolutamente nada trascendente. Eso sí, mucha pompa, mucho boato, con parada y revista a los húsares reales incluida. Lo dicho. Episodio de lujo al servicio de los incondicionales de la serie, que poco más aporta a la misma. ¿Donde quedará el ingenio de episodios tales como el del diplomático turco?

[Televisión] Cosas de series; en 3, 6, 10, 13, 20, 22 y hasta 24 episodios

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Es curioso. Desde que decidí que sólo escribiría de series de televisión cuando se me ocurriera algo que contar diverso, se me ocurren más cosas… En cualquier caso, la de hoy viene a cuento de que en estas semanas de mayo suelen terminar su temporada aquellas series que habiéndose estrenado al principio del otoño, finales de septiembre o principios de octubre, llegan hasta la primavera con 20 ó más episodios a cuestas. Esto es algo propio sobretodo de las series de las televisiones generalistas norteamericanas, un tipo de series que ha vivido en los últimos diez-quince años una época de oro, pero que para algunos es un modelo agotado.

Entre 20 y 24 capítulos son muchos. Es cierto que se extienden a lo largo de prácticamente tres trimestres. Entre septiembre de un año y mayo del siguiente suman unas 39 o 40 semanas. Un embarazo, vamos. Es decir, casi la mitad de ellas, especialmente en la época navideña y en otros acontecimientos de la sociedad norteamericana, hay interrupciones. Pero hay otros modelos.

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Repaso a lo que está apareciendo últimamente en mi tumblelog de viajes (al final, los enlaces); la playa de Peñíscola en el encabezado, o las estaciones de ferrocarril abandonadas en el Bajo Aragón en esta fotografía.

Por ejemplo, en la televisión británica existen series, generalmente muy prestigiosas, con temporadas de sólo tres episodios, que suelen ser auténticos largometrajes. Sherlock es un ejemplo claro. O Black Mirror

Es más frecuente que las series británicas, con una hora de duración, menos el tiempo de anuncios que no es mucho, tenga temporadas de seis a ocho episodios. Por ejemplo, Luther, aunque luego se ha asemejado más al grupo anterior. O Downton Abbey,… O Doctor Who,… Las de corte familiar pueden tener algunos especiales navideños. También hay comedias de situación, de menor duración, la mitad, con un número similar de episodios. A veces pueden aumentar el número de episodios, y en ese caso no es infrecuente que dividan la temporada en dos partes. Estamos por lo tanto ante producciones optan por gastar sus recursos en pocos episodios, pero intensos y muy cuidados. Está el tema de los capítulos de relleno… en las más caras… de los que hablaré más adelante.

2000, vacaciones en Menorca. carloscarreter.es | carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook

Recordando las vacaciones en septiembre de 2000 en Menorca.

Un modelo frecuente en las televisiones de pago, bien sea por emisión por cable o en los nuevos modelos de pago por visión o vídeo bajo demanda, las temporadas son de entre 10 a 13 episodios. También suelen ser series bien financiadas, que optan por echar el resto en pocos capítulos pero muy bien hechos. Game of Thrones sería el más representativo en estos momentos, pero también tenemos Shameless, Homeland, Jessica Jones, Girls, entre muchas otras. Como vemos, muchas de estas son de las series más prestigiadas. Como las británicas.

En este modelo, como en otros, solemos estar ante un esquema de una hora de duración para los dramas y media hora para las comedias. La duración exacta dependerá de la cantidad de anuncios que emite la cadena. Si la cadena es de pago, y no hay anuncios, estaremos en la hora de duración o la media hora. Si se financia con publicidad estaremos en los 42 minutos, o en los 23 minutos en el caso de las comedias de situación.

Estas duraciones no se cumplen en la televisión española. Tradicionalmente, en un modelo marcado desde los tiempos de la televisión única, estamos ante tandas de 13 episodios, que suponen un trimestre de emisión. Hay 52 semanas en un año. Lo que pasa es que las televisiones españolas tienen dos malas costumbres. Emiten muy tarde sus episodios, prácticamente a la hora de irme a dormir… por eso no veo casi, salvo alguna en diferido. Y encima son muy, muy, muy largos. Hablamos de 70 – 80 minutos de duración más la publicidad. Hora y media para un episodio, como poco. Si alguien se pregunta por qué veo pocas series españolas, empezará a encontrar algunas explicaciones. No las únicas, pero sí importantes. Si he dedicar hora y medio o más de mi tiempo a la televisión, de forma seguida, probablemente prefiera una buena película.

2001. Viaje a Bélgica. Brujas. carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook.

O un paseo en 2001 por el beguinaje de Brujas.

Y tenemos las series que comentaba de 20 a 24 episodios. A mí, este modelo cada vez me convence menos. El problema es que tiene muchos episodios de relleno, que son mero entretenimiento inane. Es cierto que hay excepciones a esta regla. Por ejemplo, el mejor episodio que he visto de la era moderna de Doctor Who, fue Blink, un episodio de relleno en el que, de hecho, la protogonista era Sally Sparrow (una jovencita y prometedora Carey Mulligan). Fijaos qué puntuación tiene en IMDb… un 9,8 sobre 10. Casi perfecto. O el Unfinished Business de Battlestar Galactica que, aunque menos apreciado por los votantes de IMDb, a mi me parece uno de los mejores de la serie. Y era un episodio de relleno, en el que de hecho no avanza la historia global. Además, y curiosamente, son episodios de bajo presupuesto, pero en los que los guionistas tienen ocasión de demostrar lo que valen. Pero esto no es lo habitual. Y por ello, culebrones como Grey’s Anatomy, que sorprendentemente sigo viendo, un auténtico «guilty pleasure», o comedias como The Big Bang Theory o Modern Family, que recientemente han terminado sus temporadas, cada vez me parecen más cansinas.

Apostemos por series de más calidad y con historias mejor tramadas y contadas. Cosas como Fargo… que es de lo mejor de lo mejor… por poner un ejemplo.

Pero… ¿de verdad que llevo ya 11 años viendo el culebrón de Grey’s Anatomy? Algo malo pasa en mi cerebro.

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O quizá sea hora de tomar unas cervezas en las terrazas de Nyhavn en Copenhague.

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; especiales británico navideños y alguna cosa más

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Poco a poco se van pasando las fiestas navideñas, en las que la actividad seriéfila está con bajas intensidades. Es el momento adecuado para recuperar series que te has perdido o para volver algunas que te han gustado especialmente. Esto último he estado haciendo yo con dos de mis favoritas del año, Jessica Jones y The Man in the High Castle. Dos series con muchos detalles finos, que no viene mal repasar.

También ha habido algunos adelantos sobre series que se estrenarán formalmente próximamente. Una que mezcla lo policiaco con una adaptación moderna del mito de Frankenstein, cuyo piloto me gustó… regular. Se trata de Second Chance. Pensándome estoy si le doy una «second chance».

La primera mañana de 2016 ha sido muy agradable en Zaragoza; por lo tanto, las primeras fotos del año han caído de forma natural.

La primera mañana de 2016 ha sido muy agradable en Zaragoza; por lo tanto, las primeras fotos del año han caído de forma natural.

La segunda es un drama familiar, según el cual una joven adolescente de 14 años entra en un centro de rehabilitación por consumo de alcohol y otras drogas recreativas. Tiene una mezcla de cosas interesantes, inverosimilitudes y moral medio conservadora medio progresista tan americana que todavía no sé si los capítulos que se han podido ver me gustan o me repatean por exceso de corrección política y empalago de tópicos. Se titula Recovery Road, y tampoco sé si le daré una «second chance».

Pero lo fundamental es que para Navidad y el cambio de año llegan los especiales británicos. Veamos…

Ha sido el momento para hacer el, por decirlo de alguna manera, primer selfi del año.

Ha sido el momento para hacer el, por decirlo de alguna manera, primer selfi del año.

Nos han dejado una mini mini mini temporada de Luther, de sólo dos episodios. Vamos, como si hubiesen hecho un largometraje y lo hubiesen emitido partido en dos. Como dijo Jack el Destripador, vayamos por partes. Esta bien, bastante bien. Casi lo mejor es verlos de tirón. Como un largometraje. Mezcla la aparición de un peligroso asesino en serie con tendencias caníbales con la misteriosa desaparición de nuestra bienamada Alice Morgan en Amberes. Pero… Realmente no sale Alice Morgan… lo cual siempre baja algún punto la serie. De verdad. Y además igual no vuelve a salir más, aunque con este personaje nunca se sabe. Para compensar nos han puesto a otra pelirroja, una nueva compañera policía, Emma Lane, interpretada por la majísima Ygritte de Game of Thrones, Rose Leslie. Aunque me ha sabido a poco… Pero bueno. Como digo. Está bien. Se puede ver.

Rose Leslie tuvo sus momentos en Downton Abbey, a la que volvió en un capítulo de su última temporada. Detalle simpático. Ya comenté el final de esta serie en su especial navideño, así que a otra cosa.

No me he ido muy lejos de casa para encontrar suaves paisajes suburbanos, como los que comentaba en la entrada de por la mañana.

No me he ido muy lejos de casa para encontrar suaves paisajes suburbanos, como los que comentaba en la entrada de por la mañana.

Suelen tener especial navideño como prólogo a la siguiente temporada las matronas y las monjitas de Nonnatus House en Call the Midwife. Pero suelen ser episodios que te hacen perder las ganas de seguir viendo la serie. Además de haber perdido ya hace un tiempo a su encantadora protagonista, dando paso a un drama más coral, también se ha acentuado el carácter monjil de la serie en estos especiales navideños. Esperemos que como el año pasado, luego en la temporada regular recupere interés.

En el caso de Doctor Who, con los especiales de Navidad pueden suceder diversas cuestiones. Que sea el colofón a la temporada regular, que sea un prólogo a la siguiente con presentación de algún personaje importante nuevo, o nada de lo anterior, es decir, que sea una aventura que vaya por libre. En este caso han aprovechado para tener como invitada especial a River Song (Alex Kingston)… uno de los personajes favoritos de la serie distintos del Doctor. Y ha dado la impresión de que es una despedida de este personaje recurrente… una pena… todo lo bueno se acaba. Aunque ese acabarse «dure 24 años».

Así que con un par de cámaras, me he ido a probar alguna cosa o simplemente hacer alguna foto a algún rincón curioso.

Así que con un par de cámaras, me he ido a probar alguna cosa o simplemente hacer alguna foto a algún rincón curioso.

Y la televisión británica ha aprovechado el periodo navideño para homenajear a la escritora Agatha Christie en el 125 aniversario de su nacimiento. Y lo han hecho con una miniserie de tres episodios que adapta una de sus novelas más famosas, dicen que la mejor, And Then There Were None. La mayor parte del público español, que yo sepa, conoce esta novela con el título de Diez negritos, que se corresponde con el título original de la obra en Inglaterra, The Little Niggers. Pero este título original nunca fue políticamente correcto en Estados Unidos, y tampoco lo es ya en el Reino Unido, por lo que habitualmente se conoce la obra por el mencionado título, que en castellano se traduciría de un modo no excesivamente literal pero correcto idiomáticamente como «Y no quedó ninguno». He de decir que Christie no está entre mis escritoras favoritas, que la obra adaptada no está entre las que me gusten de la escritora, y que la adaptación realizada por la BBC, aunque extremadamente fiel, me ha resultado fría y excesivamente larga. Se podría haber resuelto con un capítulo menos, me parece a mí. Pero a los fans de la escritora seguro que les gusta.

Y de momento hemos terminado… aunque nos queda ver, que no ha llegado todavía, el especial Sherlock que han preparado para año nuevo.

Y bueno... consideremos los primeros champiñones al horno del año, gentileza de mi hermana, que estaban bien ricos.

Y bueno… consideremos los primeros champiñones al horno del año, gentileza de mi hermana, que estaban bien ricos.

[Televisión] Cosas de series especial; adiós a Downton Abbey

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Para este día de bromas con más o menos gracia que salpican los medios y las redes sociales en el mundo hispánico, tenía varias alternativas. ¿Libro? ¿Cine? … el caso es que en los próximos días me voy a poner en modo fin de año y algo tenía que dejar para comentar con «retraso». De momento, me entero esta semana en que el ordenador desde el que escribo, de finales de 2009, ha pasado a ser considerado «vintage» por su fabricante. Normalmente, en otro tipo de productos esto significa que se revaloriza por sus características añejas… pero en el mundo de la tecnología es lo contrario. Lo consideran camino de la obsolescencia, y tal vez futuras actualizaciones de software ya no funcionen o no lo hagan correctamente. Seis años son al parecer el margen que te dan para aprovechar tus equipos… Bueno. De momento funciona perfectamente. Pero por si acaso, empezaré a ahorrar.

A lo que iba. Downton Abbey. Ese es el tema elegido para este último lunes de diciembre, festividad católica de los Santos Inocentes. Matanza de niños en Belén por mandato de Herodes. Siempre recordaré la representación en mármol en el piso de la catedral de Siena de este episodio bíblico. Con los niños vivos con la cara de mármol blanco y los apiolados de mármol amarillo. Una vez leí que, dada la demografía previsible de la población judía en aquellos tiempos, de haberse ejecutado la matanza, de la cual históricamente no consta prueba documental alguna, habría afectado a 1 ó 2 niños… Muy lejos de las dimensiones desmesuradas que publicita la iglesia católica, que nunca se ha llevado muy bien con los números y las matemáticas… Pero ya estoy en modo disgresión de nuevo. Ya me perdonaréis. Es la pereza vacacional en la que estoy sumido.

Escena de la matanza de los inocentes en el piso de la magnífica catedral de Siena, Italia.

Escena de la matanza de los inocentes en el piso de la magnífica catedral de Siena, Italia.

Como decía, el día de Navidad se despidió, nos dicen que para siempre, Downton Abbey. El año de su primera temporada, este culebrón británico de época causó auténtica sensación. Y lo que es más sorprendente, no sólo lo hizo en sus islas Británicas de origen, donde puede ser muy comprensible, sino también en el resto de Europa, también se puede entender, y sobretodo al otro lado del charco, en la republicana sociedad norteamericana. Cierto es que siempre hubo guiños a los yanquis para que se enganchasen, empezando por la nacionalidad de origen de la condesa consorte de Grantham (Elizabeth McGovern). Y no digamos los duelos dialécticos entre la norteamericana madre de la condesa, la señora Martha Levinson (Shirley MacLaine), y la condesa viuda de Grantham (Maggie Smith), uno de los personajes clave del culebrón por las magníficas y divertidas líneas de guion que los responsables de la serie le han proporcionado a su estupenda intérprete.

Cuando uno ve o lee una obra de ficción, ha de entrar en eso que se ha dado en llamar la suspensión temporal de la incredulidad. Cierto es que una obra de época se podría elaborar con un mínimo de la misma… pero recapitulando, el lapso de tiempo real entre el momento en que empezó el serial hasta que terminó ha sido de cinco años, en tiempo interno de la acción han sido trece años, casi catorce. Los personajes aparecen a lo largo de esos casi catorce años como si no hubiesen envejecido ni un instante. Nada. Incluso parecen más jóvenes gracias a las diferencias en las modas entre los años 20 y los 10 del siglo XX. Entre el 14 abril de 1912, día del hundimiento del Titanic, y la primera semana de enero de 1926, en plenos felices 20. Siempre pensé que acabarían la serie con el crack de 1929, como punto definitivo de inflexión entre el estilo de vida antiguo heredado de la época victoriana y las necesidades de la época moderna. Pero han optado los responsables de la serie por cortar en un momento en que han podido colocar un «comieron perdices y vivieron felices».

En el episodio final, el especial de Navidad de 2015, se ruedan algunas escenas en un castillo que me recordó al de Warwick.

En el episodio final, el especial de Navidad de 2015, se ruedan algunas escenas en un castillo que me recordó al de Warwick.

Y es que hay que reconocer que el tono de la serie ha ido evolucionando notablemente. En las primeras temporadas había una dosis no desdeñable de drama, y de vez en cuando apiolaban a algún personaje, bien por necesidades del guion, o porque su intérprete decidía buscarse la vida en otras aventuras interpretativas. Con el tiempo, esto fue pasando, y la serie, siempre de buena factura, fue un paradigma de buenismo acrítico en ese paraíso de otros tiempos que es la hacienda de los Crawley.

Dentro de la manifiesta condición de drama coral de Downton Abbey, siempre hubo una protagonista en el cotarro, Lady Mary (Michelle Dockery), la hija mayor y más caprichosa de los Crawley. Personaje que a veces te caía mejor, especialmente en los deslices de su juventud, a las «niñas» Crawley les han puesto muchos inconvenientes para llegar vírgenes al matrimonio como mandaban los cánones de la época, y otras peor, cuando se ponía de hermana perra y cruel de su hermana mediana, Lady Edith (Laura Carmichael), la «pupas» de la serie. Sin embargo, en las últimas temporadas el protagonismo se ha ido equilibrando, y los guionistas han decidido compensar a la sufrida Edith de todas sus desgracias. Por supuesto, la auténtica hermana simpática, guapa y que todos quisimos, Lady Lybil (Jessica Brown Findlay), nos duró demasiado poco.

Por el estilo y el entorno bien podría haber valido para los propósitos de la serie.

Por el estilo y el entorno bien podría haber valido para los propósitos de la serie.

Una cuestión que la serie pretendió, al estilo de su referente antecesor más clara que fue Upstairs Downstairs (Arriba y abajo), es dar igual protagonismo a la familia noble y a su brigada de servidores. Pero más allá de las insoportables desdichas de la pareja formada por Anna (Joanne Froggatt) y el señor Bates (Brendan Coyle), los criados de la casa han funcionado siempre más como alivio cómico que con los dramas propios. Creo que Upstair Downstairs fue en general una serie con más profundidad argumental y temática, mientras que Downton Abbey ha optado por la magnificencia y la espectacularidad en la producción, con argumentos más ligeros. Un punto para la serie de los años 70.

Se nos han ido los Crawley. Con ellos el principal drama de época del momento. Da la sensación de que ha dejado un hueco, que será difícil de ocupar, si es que alguien lo pretende. Nunca se sabe si el público quiere más de este tipo de productos, o el éxito de la serie, excelentemente realizada e interpretada, ha sido fruto de estar en un momento y en un lugar adecuado. Ya veremos. Eso si no les da por resucitarla en un futuro, quizá con nuevos intérpretes. Lo intentaron con Upstairs Downstairs, pero aunque consiguieron unas secuelas interesantes, no se consolidaron en la parrilla televisiva.

En cualquier caso, hemos pasado muy buenos momentos con los Crawley, y los conservaremos en nuestra memoria. Hasta siempre.

Pero no,... se trata de otro castillo, el de Anwick, que yo no the tenido la oportunidad de visitar.

Pero no,… se trata de otro castillo, el de Anwick, que yo no the tenido la oportunidad de visitar.

 

[Televisión] Cosas de series; bailarinas en pelotas y un superhéroe con pelotas en las novedades

Televisión

Esta semana, en la que escribo esta sección en viernes en lugar de los tradicionales jueves, sólo hay un cierre de temporada. Más adelante lo comento. Bueno. En realidad también ha acabado ya la última temporada regular de Downton Abbey. Pero todos sabemos que la temporada, y la serie, en realidad no terminarán hasta la emisión del especial de Navidad. Sí, la serie. Se nos va. Tengo la sensación de que nos llevan hacia un final amable… aunque tampoco apostaría por ello. Han ido cerrando, cuando menos aparentemente, bastantes tramas. Pero todavía hay alguna por ahí colgando, más lo que se saquen de la manga para ese especial fin de fiesta ¿Realmente la protagonista va a ser la antipática de la serie, Lady Edith (Laura Carmichael)? Ya veremos. Aunque indudablemente, bastante protagonismo va a tener. En fin. Démosles tiempo a los Crawley para despedirse adecuadamente.

Han vuelto las demenciales aventuras del personas del hospital de larga estancia de Getting On. Pues eso, tan demenciales como de costumbre. Con semejante grado de mala leche, no me los perdería por nada del mundo. No sé por qué pasa tan desapercibida esta serie.

París ha aparecido en un divertido episodio de la británica

París ha aparecido en un divertido episodio de la británica «Catastrophe».

Mientras tanto, se han producido algunas novedades novedades. Por una lado, una de espías, que me está dando bastante mala espina. Se trata Agent X, y venía rodeada de cierto barullo por suponer el desembarco de Sharon Stone en televisión. Los dos primeros episodios han sido flojos. El primero aun fue entretenido, pero no para tirar cohetes. Lo mejor… la rusa mala (Olga Fonda). Y la Stone, aunque formalmente encabeza el reparto, de florero. Tengo la sensación de que no me durará mucho en cartelera.

Mas intenso ha sido el estreno de Flesh and Bone. Ya se sabe que de vez en cuando aparece una serie sobre el mundo de las bambalinas. Que si vamos a hacer un musical, que si una escuela de artes y espectáculos, que si los coros del instituto, que si las orquestas en Nueva York,… pues esta vez ha tocado el mundo del ballet clásico. Con actrices que son bailarinas clásicas reconvertidas. El primer episodio estuvo bastante bien. El segundo flojeó. Probablemente la vea entera, pero está claro que esta historia de caperucitas modernas con tutú, a las que deboran los lobos ricos que patrocinan las compañías de danza, está basando más su promoción en enseñar carnaza, con tetas, culos, «estriptises» y otros polvos, de los que vendrán vete tu a saber que lodos, que en la calidad de sus argumentos o en la definición de sus personajes. Pero tampoco está mal. Ya veremos. Lo que sí que sé que entre tanta bailarina anoréxica en pelotas y tanto baboso mirón, manoseador o putero,… parece más una de terror que de danza clásica.

En realidad, traigo aquí las fotos para aprovechar para comentar que estoy avanzando en el cuaderno de viajero de mi viaje a la capital francesa en diciembre del año pasado.

En realidad, traigo aquí las fotos para aprovechar para comentar que estoy avanzando en el cuaderno de viajero de mi viaje a la capital francesa en diciembre del año pasado.

Y comentaremos la temporada que he cerrado. Ha sido mi recuperación en las últimas semanas de la del superhéroe de turno, Daredevil. Cuando se emitió, la deseché en principio. La versión cinematográfica del superhéroe ciego fue malísima. Si a eso sumas que la mayor parte de las series de superhéroes me cansan enseguida, ni me digné en su momento en probar. Pero las críticas eran tan buenas, hablaban de ella tanto como de la serie de superhéroes más adulta, que al final le di una oportunida. Y oye. Sí. Está bastante bien. Les saca un porrón de ventaja a la mayor parte del resto de series del género. Incluso con momentos de muy buen cine para la pequeña pantalla. Ambiente oscuro. Mamporros de los que duelen. Un malo digno de mención (Vincent D’Onofrio)… aunque se fue repitiendo con el paso de los episodios. Desde luego, volveré a ella cuando vuelva la segunda temporada. Dicen que va a estar imbricada con otras tres series, de las que la siguiente empieza este mes. Si todas están en este tono,… por lo menos les daremos una oportunidad.

Que todavía lo tenía pendiente. El enlace a continuación.

Que todavía lo tenía pendiente. El enlace a continuación.

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

Cuaderno de viajero de París 2014

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; semana de novedades y drama policiaco en Islandia

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Sí. Comienza la temporada grande de series. Vuelven las series que ya tenía incluidas en mi cartelera televisiva desde años anteriores y se suman algunas novedades. He de decir que de momento no he incluido muchas. Estoy siendo a priori muy selectivo con los temas. Luego ya veremos que dicen las críticas de otras series que de momento estoy desechando. No me quiero cargar mucho. Y algunas de las que ahora incorporo se caerán.

Por ejemplo, perdí en seguida el interés por Blunt Talk, una sitcom que parecía con posibilidades hecha a más gloria de Patrick Stewart, pero cuyo tono no ha acabado de entrarme, y tras dos episodios vistos la he descabalgado de mi cartelera televisiva.

Novedades relativas que nos llegan desde el Reino Unido son la novena temporada de Doctor Who, que parece será la última con Jenna Coleman como compañera, y la que parece que es última temporada de Downton Abbey. El Doctor parece haber perdido algo del tirón que tuvo en los tiempos de Amy Pond, pero el primer episodio de esta temporada no ha estado mal. Y espero que al culebrón de época inglés le den el final que se merece. Que supongo llegará con el especial de Navidad.

Tengo una novedad absoluta procedente también de las islas Británicas, Doctor Foster, con un primer episodio que me ha parecido atractivo, un historia de celos que parece que deriva a venganzas en el entorno de una GP inglesa. Puede pasar de todo. A ver si se lucen.

Como en otras ocasiones, aprovecho la entrada televisiva para recordar lo que voy publicando en el tumblr (enlaces abajo). Tras una presentación con el castillo de Peñíscola al anochecer, aquí el puerto de Helsingør, la Elsinor del Hamlet de Shakespeare, en Dinamarca.

Como en otras ocasiones, aprovecho la entrada televisiva para recordar lo que voy publicando en el tumblr (enlaces abajo). Tras una presentación con el castillo de Peñíscola al anochecer, aquí el puerto de Helsingør, la Elsinor del Hamlet de Shakespeare, en Dinamarca.

Novedades relativas desde el otro lado del Atlántico sólo tengo de momento el regreso de The Big Bang Theory, además de alguna anunciada en semanas anteriores. Buen principio de temporada para una serie que da muestras de agotamiento argumental, aunque tenga momentos divertidos.

En lo que se refiere a novedades absolutas tenemos tres que todavía hay que ver por dónde tiran.

Minority Report es una secuela de la película del mismo tipo, que nos plantea un procedimental… que espero que dé algo más de sí. Si no, como mucho se puede quedar en entretenido. Desde luego lejos de la profundidad de la película, que encuentro bastante aceptable a pesar del empaño que me produce su estomagante protagonista. De todas formas, si no mejora, la veo más fuera que dentro de mi cartelera.

Blindspot es una de misterio y conspiraciones a partir de una mujer amnésica y con el cuerpo tatuado con lo que parece un rompecabezas que hay que resolver. Suena a ya vista, a refrito de elementos vistos en otras series, pero tuvo un primer episodio que me entretuvo bastante. Bien interpretado, buena acción y con posibilidades. Esta, de momento la veo más dentro que fuera de mi cartelera.

Life in Pieces es una nueva sitcom que recuerda mucho a Modern Family. Quizá demasiado. Pero el caso es que el primer episodio me pareció divertido y bien interpretado. Espero que encuentren su camino y personalidad propias, aunque de momento parece que el público no se ha quedado demasiado encantado con ella. Tiene un reparto con cierto prestigio. Una sitcom de 20 minutos de duración no molesta en la cartelera. Salvo que derive mal, aguantaré un tiempo con ella a ver por dónde se decanta.

También podemos sobrevolar la sierra de Guara, cerca de Huesca, con una avioneta un día de Nochevieja, ya hace un tiempo.

También podemos sobrevolar la sierra de Guara, cerca de Huesca, con una avioneta un día de Nochevieja, ya hace un tiempo.

Masters of Sex está a punto de llegar a su final de temporada. Ya comentaré. Quizá no tiene el mismo tirón que en sus dos primeras temporadas. Pero simplemente por ver si sale un episodio como el 11 de esta temporada, ya merece la pena tenerla en cartelera. Colosal episodio. Magnífico guion y recital interpretativo. Todos bien, superlativas las damas.

Y como había tiempo y oportunidad, me acogí a unas recomendaciones recientes leídas en un artículo sobre series islandensas (con «s», de la fría y volcánica isla próxima al ártico). Así que he visto una miniserie de cuatro episodios titulada Hraunið, que significaría lava, la de los volcanes, y que se puede encontrar también con el título internacional en ingles de The Lava Field. Un ricachón islandés es encontrado muerto en su domicilio. Al principio parece un suicidio, pero se trata un asesinato. Dos policías tendrán que colaborar para desenmarañar la trama a su alrededor. Mmmmmmm… Menos interesante de lo que las recomendaciones indicaban, aunque se deja ver. Lo mejor, y al mismo tiempo lo más desaprovechado, lo estupenda que está, desde todos los puntos de vista, la detective Gréta (Heida Reed), una actriz que está encontrando su camino también en el cine y la televisión internacionales.

La semana que viene más novedades.

O podemos acercarnos a visitar el museo Guggenheim en Bilbao. Estas fotografías corresponden a los años 2000 y 2001.

O podemos acercarnos a visitar el museo Guggenheim en Bilbao. Estas fotografías corresponden a los años 2000 y 2001.

De viaje con Carlos (Tumblr)

De viaje con Carlos (Cuadernos de viajero)

Una foto de mis viajes, al azar

 

[Televisión] Cosas de series; especiales navideños británicos

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Dedicaremos esta entrada de año nuevo, que como es jueves toca televisión, a los especiales navideños británicos, que en en algunos casos también suponen el final de la temporada de la serie correspondiente, por lo que igual toca un comentario sobre el conjunto de la temporada. En orden más o menos cronológico.

El especial White Christmas de Black Mirror se adelantó una semana a las navidades. Una fórmula nueva para esta serie que nos advierte de los peligros del uso de la tecnología, especialmente de las tecnologías de la información y la comunicación. Cosa a puntualizar. La tecnología no es peligrosa; los peligrosos son los seres humanos que le buscan aplicaciones dañinas. Aviso a posmodernos antitecnológicos y anticientíficos, que por según que demagogias no paso. Al grano. Dos personas se encuentran en una cabaña, en un lugar desconocido y atemporal. Y a partir de ahí nos van a contar una serie de episodios sobre aplicaciones de la tecnología que convierten este cuento de navidad en un auténtico cuento de terror. Nuevamente los creadores de esta serie británica nos generan la inquietud y la preocupación. El futuro dominado por la tecnología que nos presentan tiene mucho de distópico. Y desde luego, poca confianza tienen en las relaciones humanas y en cómo estas van a verse modificadas por las tecnologías. O simplemente es un aviso para navegantes. En cualquier caso, como producto televisivo es totalmente recomendable.

La comedia de situación Cuckoo tuvo su especial navideño. Esta simpática serie británica no tiene más interés que el de rellenar con una sonrisa algún rato muerto. Y para eso sirve también su especial navideño, que también ha servido para cerrar alguna de las tramas de su corta segunda temporada y dejar abierto el camino para una tercera.

No son exactamente mis últimas fotografías del año 2014, pero sí las últimas inmediatamente disponibles que pueden comunicar algo.

No son exactamente mis últimas fotografías del año 2014, pero sí las últimas inmediatamente disponibles que pueden comunicar algo.

Un clásico entre los clásicos es el especial de navidad de Doctor Who, Last Christmas, que en este caso también sirvió para cerrar algunos temas pendientes de la temporada regular de este otoño. Esta ha sido una temporada extraña, de transición. Con Peter Capaldi nos hemos encontrado con un Doctor muy distinto a los últimos. De aspecto más añoso, nos llega con una tono escéptico, casi cínico. Un Doctor al que parece que le empiezan a pesar mucho los cientos de años que acumula. Por otro lado, hemos tenido a una acompañante, Clara (Jenna Coleman), a la que le ha costado mucho encontrar su sitio en la serie, ya que en sus primeras apariciones era más un elemento argumental para empujar la acción que un carácter con personalidad propia. En una temporada menos espectacular y más oscura que las precedentes, el carácter se ha ido conformando a costa de no poco sufrimiento. Y su ambigua relación con el Doctor puede evolucionar hacia cualquier punto. En todo caso, es un personaje que ha crecido. Ha pesar de un especial de navidad que no me ha gustado demasiado, sí que tenemos una temporada que ha ido construyendo un nuevo escenario que veremos cómo se aprovecha en un futuro. Pero es distinta serie de la de los tiempos del anterior DoctorAmy Pond.

Con el especial de navidad de Call the Midwife se ha confirmado la deriva hacia la mojigatería y excesivo conservadurismo de esta serie que empezó mucho más interesante. Desde mi gusto personal sufre la pérdida de su protagonista original, la uber-encantadora Jenny Lee (Jessica Raine) que en el episodio navideño sólo hemos en fotos o representada por su versión anciana encarnada por la eterna y aparentemente incombustible Vanessa Redgrave, que en esta ocasión no sólo pone la voz en off, sino que también se deja ver en pantalla. Pero lo que nos queda es pasteloso y monjil en exceso. Con la insoportable por momentos historia entre el médico y la monja que se sale de monja, con la divertida Trixie (Helen George) de novia de un cura anglicano, con la excesivamente acomplejada Cynthia (Bryony Hannah) camino de los votos religiosos,… Buffff, empieza a ser un poco estomagante para mi gusto. Mucho tendrá que moverse en los primeros episodios de su siguiente temporada para que no acabe apartada de mi cartelera televisiva.

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Hace ya tiempo que las fiestas de navidad y fin de año me suelen colocar en un estado de ánimo más bien melancólico. Un poco brumoso.

 

Y finalmente, cómo no, el especial navideño de Downton Abbey. Este ya tradicional episodio nunca es banal. Siempre sirve para cerrar tramas de las desarrolladas en la temporada regular y para indicar por dónde puede ir el futuro. Encontramos despedidas, muy emotivas este año. Nos presentan nuevos personajes, para lo cual son propicias las vacaciones en los páramos de Northumberland previas a la navidad. Donde también encontraremos algún escandalillo que otro… No sé. Hemos tenido una temporada en su conjunto agradable, más tranquila, con menos sobresaltos. Con momentos divertidos como los amoríos de las mas provectas damas. Con algunas tramas un poco latosas como la maternidad de Lady Edith (Laura Carmichael) o los problemas con la justicia de John (Brendan Coyle)Anna Bates (Joanne Froggatt). Y esperemos que el cambio de vida de Lady Rose (Lily James) no nos robe esta encantadora joven tan despierta. Hay quien dice que están preparando el cierre de la serie. Que eso vendrá de la mano de un aumento del protagonismo de Lady Mary (Michelle Dockery), que ha estado mareando la perdiz, o mejor dicho los pretendientes, durante toda la temporada, pero parece que le ha salido uno digno de su nivel. E incluso parece que a la desamparada Edith le puede haber salido un posible novio que la saque de sus desdichas. Y qué vamos decir de la declaración de matrimonio final… No desvelaremos de quién a quién ¿vale? Hasta otoño.

Y hasta aquí estos especiales navideños. La próxima semana ya tendremos el retorno del ritmo habitual de series, con las incorporaciones que se producen en enero. Pero antes de comentar esas novedades, dedicaremos la entrada de la semana que viene a un par de series que he recuperado estas vacaciones y que me han parecido de buen nivel, e incluso una de ellas de altísimo nivel. Pero eso será la semana que viene.

Un estado de ánimo al que le vienen que ni pintadas estas crepusculares vistas, un tanto impresionistas, del bosque de ribera de Cantalobos.

Un estado de ánimo al que le vienen que ni pintadas estas crepusculares vistas, un tanto impresionistas, del bosque de ribera de Cantalobos.

[Televisión] Cosas de series; novedades y falsos finales de temporada

Televisión

Muchas novedades esta semana, que expondré de forma telegráfica. Aunque antes de nada, decir que Doctor WhoDownton Abbey, dos de los éxitos británicos del momento con distintos públicos, han llegado a su falso final de temporada. Y digo falso, porque es evidente que ambos van a cerrar sus tramas en los especiales navideños. Así que será entonces cuando comentemos la temporada de ambas series.

Tenemos regresos. White Collar para se breve y última sexta temporada. Esperemos que tenga el final que se merece, porque ha sido muy, muy entretenida, y los echaremos de menos. Y especialmente a las novias de Neal

Regent Street

Mucho Londres esta semana; de todas las épocas. Seguro que en algún momento ha salido Regent Street.

También para su tercera y última temporada vuelve The Newsroom, que a mí siempre me ha gustado aunque las opiniones sobre la misma han estado muy divididas. El primer episodio de esta última temporada me ha parecido estupendo. Y sí, estoy enamorado de Sloan Sabbith a la que encarna la guapísima Olivia Munn. Pero que conste que además de por lo guapa, el personaje me enamora por muchas cosas más. Perdidamente.

Ha regresado con su segunda temporada la ácida comedia sobre ese hospital geriátrico situado en algún lugar de California que aparece en Getting On (versión EE.UU.). Y ha vuelto más ácida que en su primera temporada.

Picadilly Circus

O Picadilly Circus… Mmmm, estas fotos tienen ya diez años… el primer viaje que hice con fotografía exclusivamente en digital.

Nos llega la que parece una intensa e interesante miniserie, Olivia Kitteridge, de la que he visto un muy buen primer episodio y que intentaré terminar de ver este fin de semana que viene.

Y nos llega desde el Reino Unido una de espías, de estilo totalmente británico. Se trata de The Game, situada en plena guerra fría en la primera mitad de los años 70 del siglo XX. De las que hay que estar muy atento. Me gustó bastante el primer episodio. Así que ya veis… Muy movida la semana.

Southbank

Entonces fue cuando descubrí lo agradables que eran los paseos por el South Bank,… que también suele salir en las series de ambiente contemporáneo con frecuencia.

[Televisión] Cosas de series; largo interludio para Outlander y segundo repaso de novedades

Televisión

Básicamente, esta última semana he seguido incorporando novedades a la cartelera. O no. Y algunas cosas se han caído de ella. Y tenemos que decir un adiós momentáneo a una de las pocas sorpresas agradables de la temporada de verano.

En primer lugar algunos regresos. Desde luego, el de Downton Abbey, ese gran culebrón de época británico que tanta expectación ha levantado estos últimos años. La verdad es que tengo la sensación de que la temporada ha empezado con un tono excesivamente bajo. No tiene hasta el momento la intensidad dramática de otras. Veremos como evoluciona.

No pensaba yo que fuera a reengancharme a The Returned, esa historia de resurrecciones, a la que siempre le faltó en su primera temporada un poco de carisma en los personajes que dieran potencia a una historia por lo demás fantástica y poco profunda. Pero, algún giro en su primer episodio ha hecho que no la haya borrado aún de mi cartelera. Lo cual no quiere decir que no suceda en un futuro.

No he podido con Peaky Blinders. Aunque es una buena serie, es de mafiosos, y a mí las series de mafiosos me suelen cansar pronto. Como ya digo, es una buena serie de todos modos.

Castillo de Stirling

Como la serie estrella de esta semana narra las aventuras de una enfermera inglesa del siglo XX en la Escocia del XVIII, nos iremos a visitar castillos por esas tierras. Como el imponente castillo de Stirling.

Entre las novedades absolutas, no encuentro sentido ver Gracepoint. Versión norteamericana de la británica Broadchurch, es tan fiel al original que no tiene sentido volver a verla, aunque esté bien hecha. No se integra en mi cartelera.

En el campo de las sitcom, ya comenté el buen sabor de boca de A to Z, pero de momento sigo sin haber visto nada más que el piloto. A ver como sigue. Y en cuanto a Selfie, el piloto aumentó las bajas expectativas sobre esta serie, pero el segundo capítulo las ha vuelto ha poner casi en su sitio inicial. No sé si la presencia de Karen Gillan será suficiente para ser fiel a una serie floja.

Está en serio peligro en mi cartelera Gotham. Por muy buen diseño de producción que tenga, sus historias me parecen banales, vistas mil veces, tópicas. Así que como el tercer episodio, que tengo pendiente, no me diga nada, se caerá. Sin embargo, Forever, que tuvo muy buen piloto, aunque sus siguientes capítulos no han tenido el mismo nivel, es entretenida de ver. No una maravilla, pero entretenida. Y tiene posibilidades de mejora. A su favor, personajes carismáticos.

Castillo de Dunnottar

O el castillo de Dunnottar, que participó en las revuelta jacobitas del siglo XVIII, momento en el que se sitúa la historia.

Y sólo me queda comentar el final de la mitad de la primera temporada de Outlander. Qué lío. La primera temporada de esta serie de época, con tonos aventureros, románticos y fantásticos, tiene 16 episodios. Pero han emitido 8 en este verano, y los siguientes a partir de abril del año que viene. Por supuesto, la han interrumpido con un cliffhanger monumental. He de decir que dada su procedencia, de una serie de culebrones de novela romántica para marujas, no esperaba gran cosa. Pero lo cierto es que la serie ha sabido contener el tono, aunque claramente orientada al público femenino es perfectamente visible por el masculino, tiene dosis de aventura y de intriga muy adecuadas, los guiones de los distintos episodios están cuidados, los diálogos son buenos, y los personajes tienen carisma, empezando por su protagonista femenina Claire Beauchamp (Caitriona Balfe). Quizá el punto más débil es el apuesto protagonista escocés, pero tampoco molesta. El caso es que es una serie que se instalado de forma muy afianzada en mi cartelera, y que ya tengo ganas que vuelva. Aventuras y acción, romance no mojigato, bonitos paisajes, y una buena protagonista, con un malo que promete mucho. Qué más vas a pedir.

Castillo de Urquhart

También el castillo de Urquhart, en vistosa localización sobre Loch Ness, pero que tiene menos hechos de armas, o prácticamente ninguno, en su haber.

[Televisión] Cosas de series; doctores, comadronas y príncipes de Gales para Navidad

Televisión

Sí. Como ya decía ayer, esta semana he retrasado un poquito la entrada televisiva. Aun pensaba que tardaría algún día más, porque no sabía si me daría tiempo a ver en un día los tres especiales navideños que nos han llegado desde el Reino Unido. Porque de eso va la entrada de hoy. De especiales navideños «made in Britain».

Támesis y cámaras del Parlamento

Todos los especiales navideños de hoy pasean de una forma u otra por las calles londinenses, así que empezaremos por las típicas vistas del Támesis y el parlamento británico.

Adiós al Doctor, bienvenido el nuevo Doctor

Se nos ha despedido el que se ha conocido tradicionalmente como undécima encarnación del Doctor (Matt Smith) en la cincuentenaria serie Doctor Who. Después del entretenido episodio extraordinario que vivimos hace unas semanas para celebrar el medio siglo del personaje, y como ya estaba anunciado, ha llegado a su fin el ciclo marcado por uno de los más carismáticos de la nueva época. Que han sido cuatro, porque sin duda yo incluyo en la cuenta a Doctor guerrero encarnado por John Hurt. La verdad es que si me fijo bien, en la nueva época sólo ha habido uno soso.

Este episodio navideño, que mira por donde transcurre en gran medida en el pueblecito llamado Christmass del planeta Trenzalore, que se había anunciado como la tumba del Doctor, he de decir que me ha resultado un tanto confuso. Muchos guiños, muchas despedidas, un argumento liado, la impagable presencia aunque fuera durante unos segundos de mi chica Doctor favorita, y la llegada del nuevo. Creo que se aleja del carácter de muchos otros episodios navideños, en los que la historia desarrollada está aislada de la trama en vigor en esos momentos. Aunque el año pasado ya vimos cómo ya quedaba integrado en la misma. En cualquier caso, igual le echo una nueva mirada para que me quede claro lo que pasa. Hay algún recurso argumental que me ha parecido sacado excesivamente de la manga… como la justificación para que se vuelva a regenerar a pesar de haber llegado al tope de regeneraciones. Parece que este tope son trece. Y claro, ahora sabemos que hay que incluir un nuevo Doctor, el guerrero, en la cuenta, y que el tradicionalmente conocido como décimo Doctor (David Tennant), se regeneró a sí mismo. Por lo que el que nos ha abandonado sería en realidad el duodécimo Doctor y su decimotercera regeneración. La argucia para permitir el siguiente Doctor me ha parecido un pelín rebuscada. Y sigo con la sensación de que la resolución del último capítulo de la temporada regular, que también transcurría en Trenzalore se nos ha quedado un poquito colgando. En fin.

Habrá que esperar a ver qué nos depara el futuro Doctor (Peter Capaldi).

Charing Cross en la lluvia

Ciudad lluviosa por demás, no sé cómo hacen en las teleseries para que suela hacer buen tiempo. Aunque han predominado las escenas con nubes. En la foto, junto a Charing Cross, llovía a gusto.

Comadronas, monjas, niños con polio, síndromes de estrés postraumático y bombas

Las matronas londinenses en bici de los años 50 del siglo XX han vuelto para un especial puramente navideño. Y largo, hora y cuarto de duración para Call the Midwife. Los habitantes del barrio de Poplar han de pasar las fiestas navideñas bajo la amenaza de ver sus casas destruidas tras el hallazgo de una bomba alemana de gran potencia que permaneció sin explotar bajo la calle. En medio de todo esto, la polio hace estragos entre los más jóvenes aunque ya ha comenzado la vacunación con la vacuna que Jonas Salk aportó a la humanidad. Mientras los pequeños dramas de las protagonistas se suceden. A la protagonista, la «ubercharming» Jenny (Jessica Raine), le va bien, con novio incluido. Pero a la antigua Hermana Bernadette (Laura Main) le surgen los problemas a la hora de adaptarse a la vida «civil» y su futuro matrimonio con el Doctor Turner (Stephen McGann), cuyo hijo va a caer enfermo de gravedad. Mientras que las desventuras de un joven matrimonio con el marido bajo el síndrome de estrés postraumático tras volver de Corea, nos desvela que hasta la animosa Trixie (Helen George) lleva sus dramas y tragedias a cuestas. Y las monjas, que se van a quedar sin convento,…

Serie buenrollista por excelencia, ha tenido tiempos mejores, y espero que los tenga en un futuro, con un poquito de drama mejor encajado, y no tanto azúcar navideño, que sólo sirve para hacer su digestión más pesada como un exceso gastronómico más de estas fiestas. Veremos como vuelve en otoño, si vuelve a recuperar su tono o si es una serie cuyo mejor momento ya pasó.

Albert Memorial, Kensington Gardens

Menuda merienda se organizan los personajes «posh» de Downton Abbey en Kensington Gardens, junto al Albert Memorial; tan rica está, que el tío de América se quiere llevar al otro lado del charco a la pinche de cocina como cocinera.

Intriga real en Londres, con la familia yanqui, una niña que se quedó en Suiza y un billete de tren

Para chulos los de Downton Abbey, que como escenario del episodio navideño se marcan la temporada social de verano londinense. Rose (Lily James), la sobrina escocesa, alegre y «flapper» que vino a sustituir, con éxito,  el hueco dejado por la difunta Sybil, va a ser presentada ante los reyes en sociedad. Así que los Crawley se trasladan en masa a Londres, donde además coincidirán con Martha Levinson (Shirley MacLaine), la madre de Cora (Elizabeth McGovern), y el hermano de esta, el «playboy» Harold (Paul Giamatti). Pero en un momento dado, las juveniles amigas de Rose van a meterse en una intriga que pone en peligro la reputación del Príncipe de Gales, y que los Crawley tienen que resolver. Todo esto mientras Mary (Michelle Dockery) se cortejada por dos pretendientes, Edith (Laura Carmichael) sufre por las consecuencias de su viaje por Europa para «mejorar su francés», y aparece un comprometedor billete de tren en el abrigo de Bates (Brendan Coyle).

Esta es una serie que no engaña. Sabes lo que te va a dar. Culebrón y glamour. Y eso hemos tenido durante hora y media. Esta vez sin dramas excesivos, con una cantidad razonable de intriga, con personajes jóvenes que dan un poco de alegría a la serie, que se nos estaba poniendo muy mayor, y con la excelente presencia de los invitados americanos que cumplen sin problemas. En el lado de los peros, el retroceso caracterial de Branson (Allen Leech), y el elitismo renovado de Mary. En el lado de los pros, cada vez me gusta más el lado retorcido y misterioso de Bates, que deberían fomentar, y las vivarachas «flappers» de los felices veinte.

Puerto de Margate

Y mira tú que a los sirvientes de Downton Abbey les dan la alegría de un día libre, y se nos van a la playa. Al mar. Aunque no creo que fuera a Margate.

[Televisión] Cosas de series; hoy tocan series británicas

Televisión

Sí. Hoy la cosa va de británicos. Aunque antes quiero anunciar la baja definitiva de mi cartelera de New Girl. Ni siquiera yo mismo soy capaz de explicar porque no la había dado de baja antes. Cada vez me hacía menos gracia, y los personajes me empezaban a caer muy gordos. Incluso Zooey Deschanel, que tradicionalmente me ha parecido un encanto, empieza a parecerme una pesada de mucho cuidado. Dicho lo cual, y mientras esperamos con paciencia la celebración del 50º aniversario del Doctor vamos con un par de series británicas. Una que termina periplo otoñal, aunque quedamos a la espera del especial de navidad que seguro que viene con sorpresas, y una miniserie, protagonizada por uno de los «doctores».

Cuarta temporada de Downton Abbey

Definitivamente, el culebrón de época de lujo de la televisión británica ha encontrado su tono. Después de una primera temporada que nos sorprendió a todos, siguieron dos más que aunque de buen nivel, eran considerablemente más irregulares, y tenían en común que para quedar totalmente apañadas y satisfactorias dependían de espectacular y definitivo especial de navidad. Este año, lo cierto es que no ha habido irregularidades. Han encontrado su tono. Es cierto que hay tramas más importantes que otras, más interesantes que otras. Incluso hay alguna trama prescindible. Pero es estupendo ver los capítulos de esta serie.

Desde luego, ya podemos asumir, como imaginábamos, que ya sólo queda una protagonista absoluta, Lady Mary (Michelle Dockery). Siempre ha sido el personaje más importante de la serie, pero siempre compartía protagonismo con otros personajes. Ya no es así. La viudez, como también suponíamos, le ha sentado de maravilla. Todo el resto de las tramas pivotan de una forma u otra a su alrededor. Incluso la trágica historia de los Bates, en la que más que las desgracias de Anna (Joanne Froggatt), lo que mola son las torvas miradas de Bates (Brendan Coyle), con la duda final de si «ha sido él o no ha sido él». Comprobaréis que evito destripar argumento. Parecía que Lady Edith (Laura Carmichael) iba a subir un escalón, pero no. Ha seguido siendo la trama secundaria, de la hermana triste de la familia. El único que va poco a poco remontando de la sosez general de los personajes masculinos de la serie es Branson (Allen Leech). Incluso parece que somos muchos los que de vez en cuando sospechamos que podría llegar a un papel principal junto a Lady Mary. Claro que ha aparecido por ahí una maestrilla un poco «rojilla» (Daisy Lewis)… que no sé yo…

Ni que decir que la salsa y el ingenio de la condesa viuda de Grantham (Maggie Smith), aunque empieza a acusar los achaques de la edad, y eso puede querer decir malas noticias, visto cómo las gastan los guionistas. Muchas cosas van a pasar para navidad. Seguro. Entonces será el auténtico cierre de temporada. Pero ya sabemos que el próximo otoños volverán los Crawley a nuestros televisores.

Edimburgo

El entretenido episodio final de «The Escape Artist» transcurre en tierras escocesas, con juicio en los juzgados de Edimburgo…

Una miniserie, The Escape Artist

Este otoño hemos podido disfrutar de esta miniserie de abogados y crímenes de tres episodios, que realmente ha tenido su interés. Nos ha contado la historia de un abogado de éxito Will Burton (David Tennant), que se mueve con gran habilidad entre los resquicios del sistema penal británico, lo que supone en un momento la desesperación de su contrincante en el estrado Maggie Gardner (Sophie Okonedo). Pero en un momento dado ofende a uno de sus clientes, Liam Foyle (Toby Kebbell), y poco después aparece muerta su mujer, muerte de la que se acusará a FoyleBurton es testigo y no puede llevar la acusación. Y Gardner se encargará de la defensa de Foyle, usando las mismas armas que habitualmente usa Burton.

Dicen que la trama habitual de una obra de ficción se descompone en planteamiento, nudo y desenlace. Lo que nunca pensé es que el planteamiento durase los dos primeros episodios y el principio del tercero, y que el nudo y el desenlace real, del auténtico misterio que hay que desentrañar estuviesen comprimidos en los dos tercios finales del episodio final. Que es muy interesante, y que hace que la serie en su conjunto esté bastante bien. Eso sí Tennant aparece últimamente hasta en la sopa. Y parece que en el aniversario del Doctor será coprotagonista del episodio.

Ah, se me olvidaba. «The escape artist» era el apodo del maestro del escapismo, Houdini. Aunque aquí, de donde hay que escapar es del inevitable destino en prisión cuando eres culpable de asesinato.

Bosque de Cruach Tarbeit

… y crimen entre los bosques de las bellas tierras escocesas. Aquí el de Cruach Tarbeit.

[Televisión] Cosas de series; repaso a las veteranas

Televisión

Con respecto a la semana pasada, sólo hay que destacar una novedad, el comienzo de la segunda temporada de Arrow, una serie de héroe enmascarado que, con unos planteamientos bastante estándares y poco destacables, con unas interpretaciones justitas, consiguieron una primera temporada que a base de guiones razonables y contados con un buen ritmo, suponía un entretenimiento razonable para 40 minutos por episodio de evasión sin complicaciones. Y ya tenemos en marcha la segunda temporada de esta serie, que parece que no ha ido a peor, y quizá algo a mejor.

Por lo demás, repasaremos las series veteranas, algunas de ellas por los menos. Por veteranas me refiero a las que van por su segunda temporada o posterior.

Los «guilty pleasures»

Son «guilty pleasures», placeres culpables, aquellas series que por su tema, planteamiento o calidad no debería estar viendo, pero encuentro un extraño placer en seguirlas. Culebrones diversos, series con planteamientos ridículos, series con gente guapa aunque sin más que aportar, marujonadas, series adolescentes,… pueden ser diversas. No son muchas, pero ahí estan. El ejemplo más típico es Grey’s Anatomy (Anatomía de Grey) que alguien definió como una serie de instituo americano pero trasladada a un hospital de alta tecnología. Amoríos absurdos, dramas forzados, tragedias inesperadas, todo ello venga a cuento o no. En esta su décima temporada, no sorprende por nada, ni por mejorías y ni por empeoramientos. Da de sí lo que da de sí. Es como una adicción. Muchas veces ridícula, a veces haces unas risas, y eventualmente te sorprenden, una o dos veces por temporada con un buen episodio. En eso estamos.

Hace dos temporadas destacó en este grupo Revenge, en el que en torno a dos personajes femeninos fuertes y atractivos, giraba un culebronazo con sexo (muy moderado) y romance, intriga, venganzas, puñaladas por la espalda… En fin. Lo típico. Lo cierto es que la segunda temporada, que empezó quemando mucha trama, acabó diluyéndose hasta el punto de cuestionar si este «guilty pleasure» seguía siendo placentero. De momento, en la tercera temporada parece haber vuelto a sus esencias Amanda/Emily () vuelve a estar vengativa y borde, Victoria () sigue deslumbrante, se han desecho de algún personaje molesto, y vuelve la mala baba que tanto nos atraía. A ver si dura.

Pimientos y chuletas

Estas fiestas del Pilar también he paseado con la Olympus mju-II y película Kodak Portra 400. Y parece que esta pareja se llevan muy bien. Obsérvese el aspecto de los pimientos en los chiringuitos en la ribera del Ebro.

Los dramas dramones

Complejo y tormentoso para sus principales protagonistas a comenzado Homeland, cuyos derroteros definitivos todavía están por verse. Las relaciones entre los personajes principales han cambiado mucho. Vemos a Saul (Mandy Patinkin) con nuevo protagonismo, pero también con nuevas caras. Y parece que la hija de Brody (Damian Lewis)Dana (Morgan Saylor) va a tomar más protagonismo que temporadas anteriores. Empezamos a tener un problema con Carrie (Claire Danes), cuyo personaje parece un poco estancado. Cansan un poco sus pucheros.

Y la que ha empezado con pie firme e interesante es la británica Downton Abbey. No lamenté en su momento la pérdida de uno de los personajes principales, que siempre me había resultado un poco soso. Lo cierto es que esta serie va confirmando que plantea unos personajes masculinos débiles y relativamente prescindibles, y unos personajes femeninos fuertes e interesantes. Lady Mary (Michelle Dockery) se confirma como la protagonista principal del cotarro, ahora ya sin lastre masculino. Y sólo les faltaba resolver la sosez en la que se había metido la relación entre los Bates. Pero un tremendo suceso en el que se ha metido Anna (Joanne Froggatt) ha dado mucho interés a este hilo argumental. En cualquier caso, la serie, sin ofrecer nada distinto a lo que ya nos tenía acostumbrados, se mantiene en forma y es de lo más entretenido que tenemos.

Trillo

O el detalle de este viejo trillo situado en las cercanías.

Los procedimentales policiacos

Aquí está lo más flojo del panorama. Tanto Bones como The Mentalist están un poco gastados. Por lo menos este último, con un tono más dramático y con mayor importancia en la drama  serializada de Red John, va encontrando algún elemento de interés renovado. Pero los cerebritos del Jeffersonian empiezan a estar muy vistos y poco frescos. Entretienen todavía, pero empiezo a encontrarlos prescindibles.

Otro gallo canta con el drama policiaco danés Bron/Broen que mantiene su buena factura, el atractivo de sus personajes, y el interés de la nueva trama, que parece más enredada de lo quie aparecía al principio.

Cochinillo

Y cómo este cochinillo pare decirnos, ¡cómeme!

Las comedias de situación

En constante peligro de retirada de mi cartelera está New Girl. Creo que sólo la sigo viendo, porque rellena momento tontos a la hora de comer y cenar, cuando tengo poco tiempo, y con un episodio de 20′ me es suficiente. Y como nada de lo nuevo me ha interesado como para desbancarla ahí aguanta. Pero tampoco sorprende gran cosa. Ni siquiera la Deschannel me parece que conserve el encanto inicial.

Mantiene su nivel de siempre, aunque sin progresos ni cambios notables, Modern Family, un valor seguro en las comedias de situación, a la que únicamente achacaría que ha perdido un poquito de su mala baba inicial que la hacía todavía más divertida. Pero bueno, es fuente de diversión asegurada.

Y la que nos está sorprendiendo agradablemente, con momentos absolutamente hilarantes, recuperando terreno perdido en las últimas temporadas es The Big Bang Theory. Nuevamente las interacciones entre Penny (Kaley Cuoco)Sheldon (Jim Parsons) están en el origen de algunas de las escenas más divertidas, pero hay también momentos brillantes con otros personajes. Creo que hacía muchísimo tiempo que no me reía tanto como cuando Amy (Mayim Bialik) le demuestra a Sheldon que en Raiders of the Losr Ark (En busca del Arca perdida), todas las acciones de Indiana Jones son superfluas y prescindibles. Desternillante.

Terminaremos con How I Met Your Mother, en su última temporada. En primer lugar, decir que a pesar de lo que parecía, la presencia de la Madre (Cristin Milioti) es prácticamente nula. Salvo en los dos primeros episodios de la temporada. De momento está a un nivel entre bueno y aceptable, pero teniendo en cuando que quedan casi 20 episodios para pasar un fin de semana,… espero que los guionistas hayan hecho un buen trabajo y se sostenga la serie. De momento, genial el episodio dedicado a Íñigo Montoya (Mandy Patinkin),… ¡prepárate a morir!

Despistaos en la ofrenda

O estos dos despistaos sacudiendo los ramos en el día de la ofrenda.