[TV] Cosas de series; adiós a Homeland, adiós a Carrie y Saul

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Con el comienzo de la década, (para mí, que soy de ciencias, las décadas comienza en los años que terminan en uno, puesto que no existió año cero en ningún calendario; los periodistas que las comiencen donde quieran, son unos indocumentados) llegó una de las series que cambiaría el género de espías de forma notable. Se trataba de Homeland, y protagonizada por la interacción Claire Danes [Carrie Mathison] y Damian Lewis [Nicholas Brody] en un principio, y por la interacción entre Danes y Mandy Patinkin [Saul Berenson], ponía el acento en los dilemas personales, éticos y políticos más que en la acción, aunque esta ha tenido sus oportunidades de vez en cuando con buenos logros. Hija de la encrespada primera década del siglo XX, de los atentados del 11 de septiembre, de los conflictos en Irak y en Afghanistan, de las nuevas y cada vez peores formas de hace política, no sólo servía como entretenimiento, sino también como reflexión. Yo la recibí encantado desde el principio.

La última temporada de Homeland comienza en Alemania, y en algunos momentos de la misma, en «flashbacks» en la mente de Saul nos lleva de regreso al Berlín de la guerra fría. Así que pasearemos por Berlín, para celebrar el final de Homeland, una ciudad que ha salido varias veces como coprotagonista eventual.

No ha sido la única que ha revitalizado y renovado el género. Menos tiempo estuvo en pantalla The Americans, otra serie centrada en dilemas personales y éticos, y que optaba por una mirada al pasado, a los años 80, poniendo en cuestión y patas arriba todo un sistema de creencias y valores tanto si los miras desde el punto de vista del otro lado del telón de acero, pero también desde este lado del mismo. Desde mi punto de vista, tuvo más categoría interpretativa, y momentos antológicos en los guiones de sus episodios, con secuencias de acción, más bien calmada, de tensión y suspense, dignas de formar parte de lo mejor del cine de espías clásico. El bueno, no las memeces con fuegos de artificio que son los 007s, misiones imposibles y similares. En cualquier caso, dos de mis series televisivas favoritas, no sólo de la década, sino de mi historia televisiva personal.

Como he dicho, los principios de Homeland vinieron marcados por la compleja relación entre Carrie y Brody. Relación que necesariamente hubo de terminar en la tercera temporada que, sorprendentemente para mí, fue tremendamente criticada e hizo tambalear la producción. Puedo reconocer que no estuvo al nivel de las dos primeras, pero no fue ninguna catástrofe, y seguíamos estando ante una excelente producción televisiva. La serie estaba basada en otra de producción israelí, aunque sus tramas argumentales no eran iguales. En cualquier caso, la serie israelí sólo tuvo dos temporadas.

El caso es que Homeland se tuvo que reinventar y lo hizo marcando el énfasis en la compleja relación entre Carrie y Saul, siempre rodeados de un magnífico elenco de personajes secundarios, no vamos a repasar todos, que son responsables en gran medida de la calidad del conjunto. Y con nuevas tramas, ya no derivadas de los dilemas de Nicholas Brody, y con una progresiva tendencia a ver como enemigos no sólo a los elementos extranjeros sino también los internos. Reflexiones sobre poder, democracia, control de los gobiernos, control de las agencias de seguridad,… Volvió a haber momentos de gran calidad, aunque la serie no recuperó la popularidad de sus primeros tiempos.

Así hemos llegado a una última temporada, con bastante acción, recuperando personajes de temporadas anteriores, con Carrie convertida en la esencia de lo que siempre ha sido, alguien que pone por encima de todo lo que considera el camino correcto, siempre lleno de trampas éticas, y con un excelente macguffin en forma de caja negra de un helicóptero derribado. Y con un final, razonablemente dramático, y a la vez razonablemente amable, que debiera contentar al público más exigente. He disfrutado mucho. Con la serie, con sus intérpretes, con sus guionistas, con su última temporada, con último capítulo. En IMDb, aunque no confío mucho en sus votantes, tiene un 9,6/10 este último capítulo.

[TV] Cosas de series; entre espías dramáticos y aliens (no tan dramáticos)

Televisión

Sigo con la tónica de las últimas semanas. Una serie seria acompañada de uno de esos estrenos nipones que aparecieron hace unas semanas en Amazon Prime Video. Empezaré con esta última.

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Por la serie japonesa, nos iremos a visitar el País del Sol Naciente. Con una peculiaridad; estoy probando un preajuste para corregir la distorsión de mi ojo de pez, que compré en Kioto, y usé de vez en cuando durante el viaje por Japón.

Businessmen vs Aliens (Uchū no sigoto [宇宙の仕事])

Sinceramente, me parece que el título original, que vendría a traducirse como «trabajo espacial», está más comprometido con la realidad que ese «businessmen»… La cuestión de esta a ratos delirante comedia de situación japonesa de diez episodios de aproximadamente media hora de duración es que no son «hombres de negocios» sino gente corriente… pero un poco disfuncional. Un cuadro medio de una empresa, bastante oscuro. Un profesor de educación física de educación secundaria. Una señora de mediana edad rockera. Un cantante de rock que no tiene sentido de lo musical. Un estudiante preparando el ingreso a la universidad escasamente cualificado para entender lo que pone en los libros. Una adolescente muy mona, que dice que es limpiabotas, y que constantemente tiene que hacer recados. Todos ellos encargados por el gobierno de su país para detener las posibles amenazas alienígenas en una base en la luna. Porque genéticamente poseen un arma invencible, que sólo se da en unas pocas personas en Japón… Y una ristra de alienígenas invasores con los que hay que negociar, a cual más estrambótico.

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Como otras comedias niponas, el estrafalario punto de partida tiene puntos interesantes. Otra cosa es la ejecución. Que es demasiado irregular. A ratos muy divertida,… a ratos, nada divertida. Demasiado irregular para que sea recomendable. Salvo por curiosos inveterados como yo. Una pena, porque puede llegar a tener un tono de absurdo montepitonesco, que no saben explotar por completo.

Homeland – temporada 7ª

Y aquí tenemos una nueva temporada de esta fenomenal serie de espionaje y política, que no deja de presentar buenas tramas e interesantes caracteres. Ya he comentado varias veces que, desde mi punto de vista, esta serie no sólo supo sobreponerse al desenlace de su primera trama de tres temporadas, en la que pasó de ser universalmente aclamada a muy criticada, sino que con posterioridad nos ha ofrecido una serie de historias muy interesantes, con interpretaciones muy sólidas, que hacen de ella una de las mejores series de acción de la actualidad, con el añadido de propuestas de reflexión sobre la situación política contemporánea.

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Como continuación de la temporada anterior, esta temporada hemos asistido a los problemas de una democracia mucho más débil como régimen de lo que se cree. Porque las democracias son regímenes débiles que necesitan muchos cuidados para seguir adelante, como podemos ver cotidianamente en la prensa. A esto se añade siempre la oportunidad de los guionistas de la serie para incorporar elementos de la realidad para enriquecer las tramas. Lo cual les ha permitido recuperar al enemigo tradicional de los Estados Unidos en el siglo XX, los rusos, como villanos de la acción.

Con episodios brillantes, con fuertes pasos adelante en el desarrollo de las tramas que impiden que el espectador se adormezca en el desarrollo argumental, no queda más que esperar la que será octava y última temporada. Después, echaremos de menos a Carrie Mathison (Claire Danes), aunque si sirve para que descanse un poco de tanto ajetreo… Qué vida más atribulada.

Eso sí, pronto habrá que ver la otra serie de espías que me priva. Esta vez con los rusos (soviéticos) como protagonistas…

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[Televisión] Cosas de series; más interesantes o menos interesantes, sólo una es imprescindible

Televisión

Sí, hoy traigo tres series cuyas respectivas temporadas he finiquitado recientemente. Cuyo interés es mayor o menor según los intereses de cada cual. Pero hay una de las tres que cada vez considero como más imprescindible. Y que por algún motivo, en un momento dado se dejó de hablar de ella habitualmente.

Vamos de menos a más, según mis gustos.

En Netflix me he merendado Girlboss, una serie cuya primera temporada, no sé si habrá segunda, ha tenido trece episodios de media hora. Y que está basada, nos advierten que muy vagamente, o sea que no nos creamos que las cosas fueron exactamente así, en la vida de la joven empresaria norteamericana Sophia Amoruso, una individuo que de ser bala perdida se convirtió en empresaria multimillonaria a base de vender ropa usada o que lo pareciese. Como la tal Amoruso es también productora ejecutiva de la serie, ya que esta se basa en un libro escrita por ella misma, y dado que la serie tiene un tono general de comedia, con algún ratito de drama, damos por sentado que no van a presentar a la protagonista, Sophia (Britt Robertson), y su mejor amiga Annie (Ellie Reed), desde un punto de vista negativo. He de decir que la serie me ha parecido irregular, con un comienzo bueno pero luego con altibajos. Episodios inspirados y otros no tanto. Supongo que porque tarda en arrancar, y en realidad tampoco hay tanto que contar que interese. Las dos chicas protagonistas lo hacen bien, y en general entretiene. Pero vamos,… sin mucho más.

Carlos Carreter

Fortitude… ejem,… el archipiélago de Svalbard forma parte del reino de Noruega, algunos de cuyos fiordos, como el Hardangerfjord, y ciudades, como Bergen, pude visitar hace unos años. Próximamente espero hacer otra visita a algunas de las regiones más nórdicas de este bello país.

Me he visto también la segunda temporada de Fortitude, una serie cuya primera temporada me dejó un sabor agridulce, porque cambió de género en un par de ocasiones, y no sé si siempre le sentó bien. Policiaca en principio, con sus asesinatos y esas cosas, ambientada en una ficticia comunidad en una islas árticas con una sospechosa similitud con Svalbard (aunque está rodada en Islandia, que no hay osos y es menos peligrosa), ha seguido con su mezcla de serie de crímenes, con ciencia ficción y con fenómenos paranormales. Lo bueno que tiene la serie son las sólidas interpretaciones y momentos… Tiene momentos muy buenos, excelentes, por los que merece la pena aguantar, aunque haya momentos de bajón. Para quienes quieran ver algo distinto. Por cierto… es un poco a lo Game of Thrones… ni siquiera los protagonistas tienen garantizado que sobrevivan. Si a alguien le cuentan que se puede encontrar en Amazon Prime, que es gratis para los suscriptores premium de Amazon, que sepa que es España,… no se puede ver a  través de este servicio, que es racanillo a la hora de generalizar por el mundo su oferta. Pero bueno… en este servicio estoy viendo una cosa curiosísima. Ya os lo contaré.

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La serie que considero imprescindible es Homeland. Ya con su sexta temporada acabada, y sabiendo que al menos tendrá ocho temporadas, es probablemente una serie de espionaje de referencia, con muy pocas otras que le puedan toser. Desde luego está por ahí The Americans, que es un enfoque muy distinto, y luego están algunos productos británicos que tienen un sello especial. Esta serie estuvo muy marcada por el primer arco argumental, que duró tres temporadas. En la primera subió a los cielos, en la segunda muchos se quedaron mirando sin saber muy bien,… y en la tercera, algunos/muchos, no sé, la condenaron al infierno, tal vez insatisfechos con la resolución de dicho arco argumental, que a mí ni me disgustó. Ni mucho menos. Yo seguí dándole oportunidades… Mejor dicho, yo seguí disfrutando con ella, porque más allá del entretenimiento televisivo, ofrece buenas historias, notables interpretaciones y agudas reflexiones sobre la actualidad política mundial. Es más, ha sabido actualizarse con habilidad. E incluso si no ha acertado con sus predicciones políticas, eso no ha impedido que su proposición fuera más válida que nunca. No. No hay una presidenta en EE.UU. Pero da igual, muchas de las cosas que han pasado en esta sexta temporada son reflexiones válidas. Al mismo tiempo que sus responsables han sabido hacer crecer a sus protagonistas, cada vez más maduros y más ricos en matices, también han sabido ser más osados en sus planteamientos. Del tópico de la amenaza islámica han ido evolucionando, con los previsibles choques con los servicios de espionaje rusos, y sobretodo, en esta última, en la que el enemigo está en casa. Y no es el enemigo de los protagonistas. Es el enemigo de un sistema político, la democracia representativa, que muchos dan por consolidado y por dado, pero que está en fuerte riesgo. Si no lo podemos considerar ya gravemente dañado, viendo lo acontecido en los últimos diez años. Obsérvense las últimas citas en las urnas de EE.UU., Reino Unido y Francia. Tengo mucha curiosidad por saber por donde seguirán en el futuro. Pero desde luego ahí estaré para enterarme, salvo causas de fuerza mayor.

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[Televisión] Cosas de series; en 3, 6, 10, 13, 20, 22 y hasta 24 episodios

Televisión

Es curioso. Desde que decidí que sólo escribiría de series de televisión cuando se me ocurriera algo que contar diverso, se me ocurren más cosas… En cualquier caso, la de hoy viene a cuento de que en estas semanas de mayo suelen terminar su temporada aquellas series que habiéndose estrenado al principio del otoño, finales de septiembre o principios de octubre, llegan hasta la primavera con 20 ó más episodios a cuestas. Esto es algo propio sobretodo de las series de las televisiones generalistas norteamericanas, un tipo de series que ha vivido en los últimos diez-quince años una época de oro, pero que para algunos es un modelo agotado.

Entre 20 y 24 capítulos son muchos. Es cierto que se extienden a lo largo de prácticamente tres trimestres. Entre septiembre de un año y mayo del siguiente suman unas 39 o 40 semanas. Un embarazo, vamos. Es decir, casi la mitad de ellas, especialmente en la época navideña y en otros acontecimientos de la sociedad norteamericana, hay interrupciones. Pero hay otros modelos.

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Repaso a lo que está apareciendo últimamente en mi tumblelog de viajes (al final, los enlaces); la playa de Peñíscola en el encabezado, o las estaciones de ferrocarril abandonadas en el Bajo Aragón en esta fotografía.

Por ejemplo, en la televisión británica existen series, generalmente muy prestigiosas, con temporadas de sólo tres episodios, que suelen ser auténticos largometrajes. Sherlock es un ejemplo claro. O Black Mirror

Es más frecuente que las series británicas, con una hora de duración, menos el tiempo de anuncios que no es mucho, tenga temporadas de seis a ocho episodios. Por ejemplo, Luther, aunque luego se ha asemejado más al grupo anterior. O Downton Abbey,… O Doctor Who,… Las de corte familiar pueden tener algunos especiales navideños. También hay comedias de situación, de menor duración, la mitad, con un número similar de episodios. A veces pueden aumentar el número de episodios, y en ese caso no es infrecuente que dividan la temporada en dos partes. Estamos por lo tanto ante producciones optan por gastar sus recursos en pocos episodios, pero intensos y muy cuidados. Está el tema de los capítulos de relleno… en las más caras… de los que hablaré más adelante.

2000, vacaciones en Menorca. carloscarreter.es | carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook

Recordando las vacaciones en septiembre de 2000 en Menorca.

Un modelo frecuente en las televisiones de pago, bien sea por emisión por cable o en los nuevos modelos de pago por visión o vídeo bajo demanda, las temporadas son de entre 10 a 13 episodios. También suelen ser series bien financiadas, que optan por echar el resto en pocos capítulos pero muy bien hechos. Game of Thrones sería el más representativo en estos momentos, pero también tenemos Shameless, Homeland, Jessica Jones, Girls, entre muchas otras. Como vemos, muchas de estas son de las series más prestigiadas. Como las británicas.

En este modelo, como en otros, solemos estar ante un esquema de una hora de duración para los dramas y media hora para las comedias. La duración exacta dependerá de la cantidad de anuncios que emite la cadena. Si la cadena es de pago, y no hay anuncios, estaremos en la hora de duración o la media hora. Si se financia con publicidad estaremos en los 42 minutos, o en los 23 minutos en el caso de las comedias de situación.

Estas duraciones no se cumplen en la televisión española. Tradicionalmente, en un modelo marcado desde los tiempos de la televisión única, estamos ante tandas de 13 episodios, que suponen un trimestre de emisión. Hay 52 semanas en un año. Lo que pasa es que las televisiones españolas tienen dos malas costumbres. Emiten muy tarde sus episodios, prácticamente a la hora de irme a dormir… por eso no veo casi, salvo alguna en diferido. Y encima son muy, muy, muy largos. Hablamos de 70 – 80 minutos de duración más la publicidad. Hora y media para un episodio, como poco. Si alguien se pregunta por qué veo pocas series españolas, empezará a encontrar algunas explicaciones. No las únicas, pero sí importantes. Si he dedicar hora y medio o más de mi tiempo a la televisión, de forma seguida, probablemente prefiera una buena película.

2001. Viaje a Bélgica. Brujas. carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook.

O un paseo en 2001 por el beguinaje de Brujas.

Y tenemos las series que comentaba de 20 a 24 episodios. A mí, este modelo cada vez me convence menos. El problema es que tiene muchos episodios de relleno, que son mero entretenimiento inane. Es cierto que hay excepciones a esta regla. Por ejemplo, el mejor episodio que he visto de la era moderna de Doctor Who, fue Blink, un episodio de relleno en el que, de hecho, la protogonista era Sally Sparrow (una jovencita y prometedora Carey Mulligan). Fijaos qué puntuación tiene en IMDb… un 9,8 sobre 10. Casi perfecto. O el Unfinished Business de Battlestar Galactica que, aunque menos apreciado por los votantes de IMDb, a mi me parece uno de los mejores de la serie. Y era un episodio de relleno, en el que de hecho no avanza la historia global. Además, y curiosamente, son episodios de bajo presupuesto, pero en los que los guionistas tienen ocasión de demostrar lo que valen. Pero esto no es lo habitual. Y por ello, culebrones como Grey’s Anatomy, que sorprendentemente sigo viendo, un auténtico «guilty pleasure», o comedias como The Big Bang Theory o Modern Family, que recientemente han terminado sus temporadas, cada vez me parecen más cansinas.

Apostemos por series de más calidad y con historias mejor tramadas y contadas. Cosas como Fargo… que es de lo mejor de lo mejor… por poner un ejemplo.

Pero… ¿de verdad que llevo ya 11 años viendo el culebrón de Grey’s Anatomy? Algo malo pasa en mi cerebro.

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O quizá sea hora de tomar unas cervezas en las terrazas de Nyhavn en Copenhague.

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; desnudos en serie

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Como dije hace unos días, la entrada televisiva casi fija de los jueves ya ha desaparecido de este Cuaderno de ruta. Pero eso no quiere decir que no vaya a haber entradas televisivas cuando la ocasión lo merezca. Y después del último episodio emitido de Game of Thrones, la ocasión lo merece.

La afamada serie de fantasía medieval o edad media fantástica, como prefiráis, se asoma a sus últimas temporadas. Se comenta que la siguiente podría ser la última, aunque también se comenta que podría estar dividida en dos entregas para alargar la cosa. Ya ha pasado con otras series con tirón y prestigio. El caso es que argumentalmente está cogiendo carrerilla. Después de haber sumido a buena parte de sus protagonistas en sus más profundas miserias, los que quedan vivos claro, están dando muestras de reacción y de que aquí se va a armar. Veremos a quien le sabe bien y a quien le sabe mal.

Hemos empezado esta entrada con Game of Thrones, y Game of Thrones empezó su andadura en Winterfell.

Hemos empezado esta entrada con Game of Thrones, y Game of Thrones empezó su andadura en Winterfell.

La cuestión es que una de las que resurge de sus cenizas, nunca mejor dicho, es la última de los Targaryen. Aunque hay teorías que afirman que hay un par más de tapadillo. Ya veremos, que dijo un ciego a otro ciego. El caso es que la impetuosa Daenerys (Emilia Clarke) se caracterizaba en los primeros compases de la serie por estar casi más minutos en pelotas que vestida. Incluso la actriz, conforme adquiría fama y caché, protestó y hemos tardado volver a ver sus encantos.

Los desnudos fueron frecuentes en las primeras temporadas, vinieran a cuenta o no. Luego se han hecho más raros y ajustados. No quiere decir con ello que haya desaparecido el sexo de la serie… incluso el más bárbaro. Pero es que una cosa es el sexo y otra el desnudo en la ficción audiovisual, aunque vayan unidos con frecuencia. De hecho, algunos de los desnudos más notables y sonados de la serie no han tenido carácter sexual.

Siempre he identificado Winterfell con Escocia. Más que con los países nórdicos.

Siempre he identificado Winterfell con Escocia. Más que con los países nórdicos.

No cabe duda de una cosa. En la televisión, el desnudo actúa con frecuencia como un gancho para atraer a la audiencia. Fijémonos en algunos ejemplos notables. Los espías, por ejemplo. Tanto en Homeland como en The Americans, los desnudos eran frecuentes en los primeros capítulos. Conforme las series adquirieron el respeto de la crítica y el respetable, los fueron espaciando llegando casi a desaparecer o a hacerse muy esporádicos.

En otros casos, son desvergonzadamente uno de los atractivos de la serie. Flesh and Bone presuntamente trata del mundo de la danza clásica, pero desde luego su principal objetivo parece mostrar los estilizados cuerpos de las gráciles, a veces excesivamente flacas, protagonistas. Y en ocasiones va unido con tramas de violencia o crimen, como pasa en el turbulento pueblo de Banshee o en el mundo de los clubs y la droga de Power.

Qué vamos a decir de las series donde el tema principal es el sexo de una forma u otra. Hace poco se estrenó la para mí poco afortunada The Girlfriend Experience, donde las jóvenes recién graduadas complementan sus sueldos en los bufetes de abogados con ingresos extras como acompañantes para todo de adinerados «caballeros». No pasé del segundo episodio, pese a la promesa de abundancia cárnica. Y la semana pasada sin ir más lejos, aparecía como novedad Submission, que nos promete llevarnos al mundo del BDSM, tan de moda desde que se publicó una célebre trilogía de infames novelas de las cuales han hecho una no menos infame primera entrega cinematográfica, que cometí el error de ver en vídeo casero. De hecho los 25 minutos del primer capítulo de esta nueva serie le dan mil vueltas a todo los escrito y filmado sobre los famosos tonos o matices del gris (¿mediocre?)… que por algún misterio se han traducido en castellano como «sombras». Pero no nos olvidemos que en la más que entretenida Secret Diary of a Call Girl, la estupenda Billie Piper sugería mucho pero enseñaba poco.

Y a Escocia nos vamos en las fotografías de esta entrada; Edimburgo, Glasgow, los paisajes de las Highlands...

Y a Escocia nos vamos en las fotografías de esta entrada; Edimburgo, Glasgow, los paisajes de las Highlands…

También están los desnudos reivindicativos. Como los de Girls, en la que su protagonista reivindica, y hace bien, claramente, y hace bien, la diversidad en la morfología femenina frente a los estereotipos que impone la moda. O aquellos en los que como ya he dicho no necesariamente hay motivos sexuales. Como los desnudos carcelarios de Orange Is the New Black o los eventuales sufridos testimonios de The Leftovers.

En cualquier caso,… la pregunta siempre es… ¿son necesarios? ¿O son gratuitos? ¿Por qué cabrean tanto a los sectores más conservadores como a las féminas más progresistas? ¿Siempre son signo de «cosificación» de la mujer? ¿Siempre son una forma de considerar al espectador, masculino predominantemente, como un memo que no piensa en otra cosa? ¿O existen casos en qué están justificados como un recurso expresivo, argumental e incluso artístico más? Probablemente de todo un poco. O la respuesta que podríamos decir, es… Según.

Dime la serie y la situación y te diré qué opino. A veces me resulta más ridícula la situación de las escenas de cama en la que aparece siempre la chica envuelta en una sábana, en la que permanece enrollada cuando se levanta a «hacer pis» o lo que sea. Los contorsionismos de muchas actrices y de los cámaras para que no se vea el «peligrosísimo pezón» en pantalla. Quizá ni tanto ni tan poco. Quizá la ausencia de naturalidad, la imagen que se vende, las expectativas falsas que despiertan son algunos de los problemas con los que nos encontramos.

En cualquier caso, es un tema que está ahí. Y ahí lo dejo.

Aunque sea con un veterano carrete en blanco y negro expuesto en 1996 con mi Minox 35ML, cámara que me abandonó un día de calor en un tren entre Lieja y Lovaina.

Aunque sea con un veterano carrete en blanco y negro expuesto en 1996 con mi Minox 35ML, cámara que me abandonó un día de calor en un tren entre Lieja y Lovaina.

[Televisión] Cosas de series; terrorismos, infidelidades y otras transexualidades

Televisión

Con la llegada de las navidades, apenas encontramos novedades, pero sí finales de temporada. Muy interesantes los que traigo. Así que a ellos nos dedicaremos mientras esperamos pasar las navidades con la mini cuarta temporada de Luther, el especial de navidad de Doctor Who, y el todavía más especial de Downton Abbey, que supondrá el finiquito de la serie después de seis temporadas.

Protagonismo especial para la Hauptbanhof berlinesa (estación central) en Homeland.

Protagonismo especial para la Hauptbanhof berlinesa (estación central) en Homeland.

Hemos tenido el final de la segunda temporada de The Affair. Esta más que notable serie va evolucionando poco a poco, y si en la primera temporada se nos contaba la historia de infidelidades, con una misteriosa investigación policiaca de fondo, en la que se alternaban los puntos de vista, nunca coincidentes de los dos amantes, Noah Solloway (Dominic West) y Alison Bailey (Ruth Wilson), en esta segunda temporada ha habido algunos cambios que desde mi punto de vista han enriquecido la serie. En esta ocasión, la investigación policiaca ha tomado más protagonismo, dejándonos claro que el asesinado es Scotty Lockhart (Colin Donnell), el hermano del esposo de Alison, Cole Lockhart (Joshua Jackson). Además, para no prolongar innecesariamente los misterios, han permitido cerrar la temporada de modo que el espectador sabe lo que pasó con Scotty. Como lo saben tres de los implicados… Pero también a cambiado la forma de afrontar las situaciones familiares y las relaciones de pareja. Simplemente, y afortunadamente, dando voz a la hora de exponer sus puntos de vista a Cole y la esposa de Noah, Helen Solloway (Maura Tierney). Un acierto. Porque ambos son buenos intérpretes, y sus personajes tenían cosas que decir en todo este embrollo. Esperaremos con ganas la tercera temporada, ya anunciada. Mientras, espero que Ruth Wilson esté presente en la mini cuarta temporada de Luther, con uno de los personajes más atractivos de la televisión,… la misteriosa, atractiva, cínica, pelirroja y peligrosa Alice Morgan. ¿Quién no se enamoraría de esta genial mujer que se reinventa a si misma como una estupenda «femme fatale» del siglo XXI? Yo, sí.

Y en general para los ferrocarriles de todo que atraviesan la capital alemana.

Y en general para los ferrocarriles de todo que atraviesan la capital alemana.

Hemos tenido la segunda temporada de Transparent, que hace un año se presentó como una aparente comedia llena de cargas de profundidad, dirigidas sobretodo a la familia y la identidad sexual. Si la primera temporada fue el momento en que emergieron los problemas y secretos de los Pfefferman, en esta ocasión, hemos encontrado a Moppa (Jeffrey Tambor) y sus tres hijos Ali (Gaby Hoffmann), Sarah (Amy Landecker) y Josh (Jay Duplass), tratando de reencontrar su camino. Sin mucho éxito aparentemente, aunque con algunos logros personales. La serie es mucho más drama que comedia en estos momentos, y no me atrevería a decir que siga lanzando cargas de profundidad… casi habría que decir que está en modo bombardeo por saturación de los temas que trata. Habiendo ido de menos a más, cosa habitual en estas producciones, hemos encontrado metáforas potentes contra los dogmatismos de cualquier clase e intención. También esperaremos con interés el tercera temporada de la serie.

Omnipresentes en el paisaje berlinés de día y de noche.

Omnipresentes en el paisaje berlinés de día y de noche.

Y terminaremos con el final de la quinta temporada de Homeland. Una serie que tras ser acogida con entusiasmo en su primera temporada, muchos deshauciaron en su tercera, cuando estiró más de la cuenta la trama inicial de la serie. Pero sinceramente, lleva dos temporadas, con nuevas historias, que están realmente estupendas. Más sobrias, más centradas, mejor cerradas, y que dan ocasión a sus protagonistas a lucirse sin problemas. El personaje protagonista, Carrie Mathison (Claire Danes), ha ido creciendo y madurando, mantenido firmemente por su sólida protagonista, menos dada al lloriqueo permanente. No podemos olvidar que ha estado magníficamente flanqueada por Saul (Mandy Patinkin) y Quinn (Rupert Friend). Este último ya es adorado por todos los fans de la serie. Que nos ha permitido disfrutar de una estupenda Miranda Otto, que es mucho más actriz que lo que su soso papel en The Lord of the Rings hacía suponer, y que nos han sabido a poco las presencias de algunos estupendos intérpretes alemanes como Sebastian Koch o la siempre interesante Nina Hoss. Siempre han sido hábiles los responsables de la serie para aprovechar la más rabiosa actualidad internacional y, estando localizada principalmente en Berlín… y teniendo en cuenta que se rodaría algunos meses antes de sus estreno, a veces daba la impresión de que la iban rodando a la par de las noticias de la semana. A esperar una sexta temporada, que ya está anunciada.

Bueno, y hasta aquí la televisión de esta semana. A pasar felices fiestas.

Incluido los túneles del metro, donde ha sido vista una misteriosa mujer rubia, en un momento de gran tensión.

Incluido los túneles del metro, donde ha sido vista una misteriosa mujer rubia, en un momento de gran tensión.

[Televisión] Cosas de series; monstruos románticos y futuros distópicos,… que no me acaban de convencer

Sin categorizar

No ha habido despedidas esta semana. Sí que ha habido alguna novedad. Y puedo comentar algunas cosas de las series en marcha.

Dos novedades. Una nos llega del Reino Unido, con Sean Bean al frente del reparto, The Frankenstein Chronicles. No. Todavía no han matado al protagonista, ¿raro, verdad? Muy bien ambientada, bien interpretada, sin embargo la enésima revisión de la historia con monstruo romántica (del romanticismo, no del romance), y con un mensaje fundamentalmente anticientífico, no me acaba de enganchar. Ya veremos si le doy una segunda oportunidad o directamente paso.

Las fotografías de hoy las traigo de mi estancia en Barcelona hace unas semanas.

Las fotografías de hoy las traigo de mi estancia en Barcelona hace unas semanas.

 

La segunda es de las que algunos llaman del género distópico, demostrando que no saben qué es una distopía. Para aclararnos, una distopía es una sociedad que aparentemente es ideal, utópica, pero que arrastra consigo mismo una serie de vicios o defectos que son contrarios o atentan contra la esencia del ser humano, especialmente su libertad. Esta serie no presenta una sociedad utópica. Es más bien tipo «mad max». Es decir, un futuro más o menos «postapocalíptico» (este término también da mucho de sí en cuanto a su utilización) en el que se mezcla la vuelta a las luchas a puñetazos o con espadas, pero con motos y coches y algún otro chisme, y una sociedad de carácter feudal… Vamos… mezclando los moteros, con los juegos de tronos y con las de ninjas… Es Into the Badlands. He decidido darle una oportunidad en su segundo episodio, pero es muy probable que no siga con ella.

Son fotografías realizadas sobre película tradicional cuyo revelado he recibido esta semana.

Son fotografías realizadas sobre película tradicional cuyo revelado he recibido esta semana.

En lo que se refiere a las temporadas activas de mi cartelera, altamente recomendables Fargo (mi nº 1 en estos momentos), Bron/Broen, The Leftovers, Homeland y Catastrophe (mi nº 1 en comedias de situación en estos momentos; qué pena que sean temporadas de sólo 6 episodios). Decepcionante, Flesh and Bone, aunque supongo que la terminaré. Nuevo guilty pleasure, Supergirl, floja floja floja,… pero que sigo viendo sus episodios. Incomprensiblemente.

Espero contaros los detalles técnicos fotográficos antes del final de la semana.

Espero contaros los detalles técnicos fotográficos antes del final de la semana.

[Televisión] Cosas de series; yo también quiero mi «garmonbozia»

Televisión

Estamos en pleno auge de novedades y esto hace que no sólo haya que «probar» el nuevo menú televisivo, sino que también hay que saber dejar de lado aquellos «platos» que no aportan nutrientes suficientes al espectador. De algunas series presentadas en semanas anteriores, definitivamente no me interesan Quantico, después de un episodio, ni Minority Report, después de dos. La primera es una especia de Grey’s Anatomy pero en el FBI, y no, y la segunda es como pálida sombra de lo que pudo plantear la película de origen.

En esta semana pude ver el primer episodio de Code Black, que es un «mix» de E.R. (Urgencias) y Grey’s Anatomy (y dale). A pesar de alguna presencia destacable en el reparto, pues tampoco. Fuera.

No, no me voy a Twin Peaks a por "garmonbozia", que a mi me suena a mezcla de "garbanzos" y "bazofia". Me voy a Berlín.

No, no me voy a Twin Peaks a por «garmonbozia», que a mi me suena a mezcla de «garbanzos» y «bazofia». Me voy a Berlín.

Aparte de lo comentado, no ha habido novedades absolutas esta semana, pero sí hemos tenido el regreso de cuatro interesantes propuestas:

Les Revenants: Muchos años ha tardado en llegar la segunda temporada de esta serie francesa, que nos enganchó a muchos. Y los dos primeros episodios que he visto me parece que llegan con un nivel muy bueno. Ambiente claustrofóbico en este drama sobrenatural ambientado en una pequeña y semiabandonada ciudad de los Alpes franceses.

Homeland: Tras su excelente primera temporada, las posteriores, especialmente la tercera, recibieron bastantes palos. A mí siempre me ha parecido una serie interesante, y la cuarta temporada me parece que está infravalorada por la mayor parte de los aficionados. El comienzo de la quinta, con Carrie Mathison (Claire Danes) fuera de la CIA en Berlín en el negocio de la seguridad privada, con la guerra en Siria y el escándalo del espionaje norteamericano en Alemania de fondo, me parece muy interesante. Y con evoluciones de los personajes que promete mucho.

The Leftovers: Esta serie fue una agradable sorpresa el año pasado. Con los dramas personales ante el hecho de que el 2% de la población desapareciera. Parece que se mantiene parte del reparto, con algunos de los personajes más interesantes, pero en distinto escenario, y con nuevos actores. A mí ya me ha enganchado. Además se insinúan otros misterios. Y con una presentación estilo «2001», con una escena que arranca del alba de la humanidad, que todavía no sabemos qué significa.

The Affair: La historia de un adulterio contada en flashback por sus protagonistas, que no ven las cosas de la misma forma, con una muerte investigada por la policía de fondo. Empezó fuerte, aunque se desinfló un poquito. La presentación de la nueva temporada cambia algo. Si la temporada anterior se alternaban las versiones de Noah (Dominic West) y Alison (Ruth Wilson), su amante, en este primer capítulo han sido las de Noah y Helen (Maura Tierney), su esposa. Estupendo, porque creo que el personaje de Tierney estaba infrautilizado.

En las calles de la capital alemana ha comenzado la temporada de Homeland, y muy bien, me parece.

En las calles de la capital alemana ha comenzado la temporada de Homeland, y muy bien, me parece.

Y he llegado al final de mi periplo por la celebrada serie Twin Peaks, incluida la película posterior, Twin Peaks: Fire Walk With Me. Recuerdo un poco como he llegado a esta situación de hablar de una serie de hace 25 años en estos momentos.

En 1990 llegaron las televisiones privadas a España. En 1990 estuve realizando un curso de posgrado en la Escuela Nacional de Sanidad en Madrid. En Madrid fue donde primero se vieron las televisiones privadas. Una de ellas se anotó un importante tanto emitiendo en España, Twin Peaks, la serie de moda en aquel año de 1990. Yo vi aquellos primeros episodios en el otoño-invierno de 1990 en Madrid. Pero cuando terminé el curso, volví a Zaragoza, donde en aquellos momentos veía muy poquito la tele. Ya era posible sintonizar las televisiones privadas cuando volví, pero estaba con otros asuntos, y perdí el hilo de la serie. Como comentaba hace unas semanas, nunca me enteré de quién mató a Laura Palmer (Sheryl Lee). Hasta hace unas semanas, como ya comenté.

Cuando hace un año, aproximadamente, surgió la noticia de que iba a realizarse, 25 años después, una tercera temporada de la serie, decidí que tenía que resolver esta asignatura pendiente. Y decidí que poco a poco, iría viendo las dos temporadas originales de la serie y la película posterior. Y me ha llevado un año, aunque la segunda temporada y la película las he visto durante este verano.

Sobre esta serie, si buscáis por internet, encontraréis un montón de páginas donde os explican todas las minucias de la misma, se exponen todo tipo de teorías sobre cada una de las misteriosas escenas y personajes de la serie, se analiza «ad nauseam» cualquier cuestión que se os ocurra sobre la misma. Yo me centraré en mis impresiones como serie de televisión de ficción, es decir, como «cine para la pequeña pantalla».

Aunque supongo que no tardaremos en dejar las orillas del Spree, y las cambiaremos por algún sitio más desértico y menos civilizado.

Aunque supongo que no tardaremos en dejar las orillas del Spree, y las cambiaremos por algún sitio más desértico y menos civilizado.

En primer lugar, me sorprende el éxito de la serie entre el gran público. Porque los mejores episodios de la serie, los de la primera temporada, algunos del principio de la segunda, y el final de esta, son muy propios de uno de sus creadores, el director David Lynch. Y no es un director con una cinematografía fácil. Argumentos crudos, personajes extremos, simbolismos no siempre fáciles de desentrañar, y una puesta en escena y un tratamiento visual poco usuales. Aunque desde mi punto de vista sumamente estimulantes y atractivos. El resto de los capítulos… son flojos, y no están al nivel del mito televisivo.

Otra cosa que me sorprende es algo derivado de que yo dejase la serie en su momento en sus primeros capítulos. Siempre tuve la impresión de que era un drama policiaco, con un único caso serializado, pero no. Estamos ante un drama de terror psicológico o sobrenatural disfrazado. Lo podemos considerar «psicológico» si consideramos a los malvados de las «logias negra y blanca» como metáforas del mal y del bien. Lo podemos considerar «sobrenatural» si efectivamente aceptamos la existencia de seres de carácter fantástico y sobre natural. Que cada uno lo vea como lo quiera. Desde ese punto de vista, eliminando los episodios que no aportan nada, se puede crear con la primera temporada, parte de la segunda y la película final, la historia de la muerte de una adolescente de diecisiete años, atrapada entre las inquietudes propias de su edad, y las amenazas que a esta edad una chica puede tener. Laura Palmer no sería más que una moderna caperucita, y BOB el lobo feroz. Interesante desde luego. Pero alguien tendría que tener las ganas y el tiempo para eliminar la paja, y dejar lo que vale, como producto final. Por supuesto, hay más complejidad y cosas interesantes, pero siempre alrededor de este concepto, en el que el mal no es lo que lleva a hacer maldades desde un punto de vista maniqueo, sino lo que se alimenta del dolor y el sufrimiento de las personas. La famosa «garmonbozia».

Dicho todo lo anterior, de momento no veo necesidad alguna de seguir con la historia. Es cierto que en el capítulo final (no en la película), hay elementos en cierto modo irresueltos. Pero desde mi punto de vista, no pasa nada. Por ejemplo, no sabemos si Audrey Horne (Sherilyn Fenn) muere o no muere,… pero ese es un personaje que está tocado ya por la decisión de cortar con su relación con Dale Cooper (Kyle MacLachlan), tras el momento en que se desvela la identidad del asesino de Laura. Para mí resulta evidente que Audrey tendría que haber mantenido la relación con Cooper, y ocupar el lugar de Annie (Heather Graham) en los capítulos finales de la serie. Como la serie, en su segunda temporada, es obvio que se gestionó mal, tiene una serie de inconsistencias virtualmente irresolubles.

Cual es mi impresión final… Un experimento interesante, digno de verse, efectivamente una gran influencia para la ficción televisiva posterior,… pero fallido. Le falta una atención al desarrollo global de la serie, una coherencia absoluta de la historia, para obtener el fabuloso producto que podría haber sido. Y del cual hay una serie de muestras que hacen que merezca la pena verse la serie en su conjunto. Descocado epílogo final, incluido.

Pero bueno, mientras podamos, disfrutemos de las civilizadas y tranquilas calles berlinesas, aunque los alemanes no sean en estos momentos uno de los pueblos favoritos del resto del mundo, o al menos de Europa.

Pero bueno, mientras podamos, disfrutemos de las civilizadas y tranquilas calles berlinesas, aunque los alemanes no sean en estos momentos uno de los pueblos favoritos del resto del mundo, o al menos de Europa.

[Televisión] Cosas de series: se nos va por un tiempo lo mejor de la temporada hasta ahora

Televisión

En primer lugar, felices fiestas a todos. Espero que lo estéis pasando realmente bien. Ya advierto que no son mis fiestas favoritas. Ni de lejos. Y en los últimos años, menos. Sólo la presencia de algún pequeño por ahí de cinco años las hace llevaderas. Dichosa credulidad… está visto que son más felices aquellos que menos se preguntan sobre cómo es el mundo. Los que lo aceptan tal y como se lo cuentan, sin sentido crítico. Lo cual está muy bien cuando tienes cinco años… ¡pero a los cincuenta! En fin. Vamos a lo que toca. Que es jueves. La tele.

Pues sí. Hemos llegado al final de temporada de las que probablemente han sido las mejores series de la temporada de otoño e invierno. Por lo menos de las que yo tengo en cartelera y he seguido. Os comento.

Desde el Reino Unido, nos llega esta serie policíaca con asesino en serie que es The Fall, que si ya en su primera temporada nos dejó momentos buenísimos, en esta segunda ha rozado la excelencia total. Intensidad, introspección, desarrollo de caracteres, buena ligazón entre todas las tramas, temas desasosegantes, interpretaciones buenísimas. Absolutamente sobresalientes sus dos protagonistas Gillian AndersonJamie Dornan, a quienes los guionistas han sabido dotar de innumerables matices y de una evolución personal durante la acción. Pero no son los únicos, ya que están rodeados de un buen número de secundarios que dan un excelente soporte a la acción. Rodada en Belfast, dosifica como pocas el examen psicológico y social del entorno y los personajes, y el justo grado de acción, siempre creíble y proporcionada. Aquí no hay fuegos artificiales. La serie se planeo para doce episodios, que ya sean cumplido, más o menos. Creo que en realidad, entre las dos temporadas han sido once.  En cualquier caso, el final nos da pie a una posible continuación que no me importaría ver, aunque el caso esté resuelto. La verdad es que lo que menos importaba era la resolución del caso, ya que siempre hemos sabido quien era quien.

Los motivos navideños de este año los encuentro en una escapada que hice el año pasado a Barcelona en diciembre (En el Born).

Los motivos navideños de este año los encuentro en una escapada que hice el año pasado a Barcelona en diciembre (En el Born).

Cuando Homeland alcanzó tamañas las cotas de éxito y aplauso de audiencia y crítica en su primera temporada, se lo puso muy difícil a sus guionistas para sus eventuales continuaciones. Ciertamente, la segunda y tercera temporadas que cerraban el ciclo en torno a Brody tuvieron momentos de irregularidad. Pero a mí no me ha dejado de gustar nunca. Lo único que no siempre brilló con la misma intensidad y paso de momentos sublimes a otros donde simplemente era entretenida. En esta cuarta temporada, de alguna forma se ha tenido que reinventar, encontrar su propio camino, independientemente de Brody, y ya con Carrie Mathison (Claire Danes) como protagonista absoluta, aunque comparta plató con excelentes secundarios. Lo cierto es que en la cuarta temporada nos hemos encontrado una trama más cercana a las tradicionales de espías británicas, con su grupo de espías, trabajando juntos, con sus disensiones, con sus lealtades dudosas, con sus meteduras de pata, con su más que probable topo, y con un resultado final más que incierto. No han faltado momentos de acción más a la americana. Pero contenidos y bien realizados. Y en el aspecto interpretativo Danes ha estado más contenida, más creíble, hemos tenido en Peter Quinn (Rupert Friend) un excelente segundo protagonista, y hemos contado con la siempre estimable presencia de Mandy Patinkin, siempre a buen nivel. Yo creo que ha encontrado su sitio y realmente he disfrutado de temporada. Y espero con ganas, qué pasa en la siguiente.

Supongo que hay muchos elementos que son muy universales en estas celebraciones; los adornos, las luces,... (Mercadillo de la plaza de la Catedral)

Supongo que hay muchos elementos que son muy universales en estas celebraciones; los adornos, las luces,… (Mercadillo de la plaza de la Catedral)

Una excepción al buen tono que vengo comentando hoy es la miniserie Ascension. Pensada como seis episodios de 40 minutos, al final han sido tres de 80 minutos. La idea de su productora era iniciar un fenómeno similar a Battlestar Galactica, siendo también una serie de presunta ciencia ficción. Lanzar una miniserie que enganchase al público, y si todo iba bien, luego lanza una serie con temporadas regulares. He de decir que esta historia alternativa en la que supuestamente los americanos lanzan un enorme cohete con cientos de personas hacia Proxima Centauri en los años 60, pero en la que nada es lo que parece, no ha acabado de engancharme. La calidad está varios enteros por debajo de Galactica, las tramas son muy banales, aunque tuviesen mucho potencial, y las interpretaciones, tamaño de los pechos de las chicas aparte, son menores. Pero parece que no ha disgustado al potencial público objetivo de esta producción y a lo mejor, o a lo peor, vuelve. Ya veremos que hago entonces. Si le dos alguna oportunidad, o no. Si Galactica fue para los aficionados de la ciencia ficción lo que Lost a los aficionados a los misterios sobrenaturales, parece que al igual que estos últimos, no hemos encontrado una serie que la sustituya en nuestros corazoncitos.

Y la música, que no falte la música (En los alrededores de la catedral).

Y la música, que no falte la música (En los alrededores de la catedral).

Finalmente, uno de los mejores estrenos de la temporada, sino el mejor, ha llegado a su final de temporada. Con todo abierto para el desarrollo de todo tipo de tramas en un futuro. The Affair nos cuenta la historia de una aventura entre un hombre, padre de familia, de Nueva York, que veranea en Montauk, en el extremo de Long Island con su familia política, y una mujer local, una esposa relativamente joven que ha perdido a su único hijo en un tremendo accidente. Este adulterio de verano tendrá consecuencias importantes en sus vidas y en las de quienes los rodean. Cada capítulo está contado desde dos puntos de vista distintos, el de Noah (Dominic West) y el de Alison (Ruth Wilson), los dos protagonistas de esta aventura. No nos cuentan exactamente lo mismo, ya que no siempre están juntos, y desde su punto de vista también vemos lo que sucede cuando están con otras personas. Con Helen (Maura Tierney), la mujer de Noah, con Cole (Joshua Jackson), el marido de Alison, o con los hijos y otros familiares y amigos o vecinos de todos ellos. La gracia es que los momentos comunes no siempre son contados de la misma forma. Y la intriga viene de que son contados a unos detectives de la policía que están investigando una muerte. Y cuándo esta muerte comienza a tomar importancia, llegamos al parcialmente sorprendente final de temporada. Uno de los principales atractivos de la serie, aparte de la originalidad del guion, son las excelentes interpretaciones. De todos en general, pero de las féminas en general. Reconozco que yo siento debilidad por Wilson por distintos trabajos, y por Tierney, mayormente por su personaje en E.R. (Urgencias). Pero la verdad es que son las que mejor están. La que más se luce es la primera, como protagonista. Pero Tierney tiene algunos momentos espléndidos.

Y con esto llego al final de esta entrada del día de Navidad. Probablemente, el próximo jueves vendrá el comentario de los especiales navideños de las series británica. Que hay cuatro o cinco este año. Lo dicho al principio, que las navidades os sean leves y lo paséis bien.

Y la comida... mucha comida,... espero que no os empachen las fiestas (Mercado de la Boquería).

Y la comida… mucha comida,… espero que no os empachen las fiestas (Mercado de la Boquería).

[Televisión] Cosas de series; un superhéroe entra en la cartelera rápido como un rayo

Televisión

Esto son las paradojas de la vida televisiva. Si la semana pasada comentaba que el mundo de los superhéroes y los cómics apenas estaba produciendo series que me interesasen, al día siguiente vi una recomendación sobre una a la que inicialmente no le di ni siquiera una oportunidad; The Flash. El comentario hacía referencia a un crossover, capítulo en el que se mezclan las tramas de dos series distintas, con Arrow.

He comentado varias veces que Arrow es casi lo que llamamos un guilty pleasure. Un placer culpable. Es una serie con unas tramas de aventuretas, protagonizada por actores y actrices muy guapos pero francamente flojos, con diálogos muy estandarizados que pueden rozar el ridículo, pero que globalmente es muy entretenida. Pasas un rato en el que no te apetezca pensar, sin problemas, por ejemplo tras una jornada cansada y antes de irte a la cama a dormir, pronto, sin llevarte los problemas del día a la almohada. Pues bien, The Flash es más de lo mismo, pero un tono algo más ligero, algo más de humor, y un poco más de ciencia ficción. No me han disgustado los primeros capítulo, con las mismas pretensiones que su serie hermana, y la he añadido a la cartelera televisiva.

Nocturno suele ser el ambiente de las series de superhéroes. Es cuando salen los malos ha hacer sus fechorías. Nocturno suele ser el ambiente de las series de superhéroes. Es cuando salen los malos ha hacer sus fechorías.

Un comentario sobre otro de mis guilty pleasuresRevenge. Algo que suponía en el momento en que vi por dónde iban los derroteros de esta temporada. De las dos protagonistas de la serie, Madeleine Stowe es mucho mejor actriz, llena más la pantalla, tiene mucha más presencia que la joven Emily VanCamp, muy guapa, pero mucho más limitada interpretativamente. Esto se compensaba porque el personaje de VanCamp era el que llevaba la iniciativa en sus aspiraciones «vengativas» y eso le daba más presencia a través del guion y la trama. Pero ahora que las tornas han cambiado, ahora que en la trama la iniciativa es del personaje de Stowe, se notan mucho las limitaciones de VanCamp. Y eso me parece un problema en esta serie. Esperemos que las vueltas de la trama que se han producido puedan compensar este desequilibrio. O la serie perderá buena parte del interés que tiene; que es limitado, por su naturaleza básica de simple culebrón con envoltorio lujoso.

Personajes rápidos, fuertes, ágiles, contra malvados todavía más fuertes y ágiles, pero que siempre meten la pata, o no pueden contra el ingenio de los amigos del héroes. Personajes rápidos, fuertes, ágiles, contra malvados todavía más fuertes y ágiles, pero que siempre meten la pata, o no pueden contra el ingenio de los amigos del héroes.

Homeland generó en su momento una serie de reacciones de amor-odio hacia la serie y hacia su protagonista principal. Creo que desde ese momento no se juzga esta producción con ecuanimidad. Creo que sigue siendo una buena serie, que nos ofrece momentos muy buenos. Es cierto que ya existe la potencia de la primera temporada cuando disfrutábamos del sargento Brody y sus misterios, pero es más que visible. Es de lo mejor que tengo en estos momentos en cartelera. Y el último capítulo que he visto, el sexto de la cuarta temporada es un ejemplo de ello. Por eso digo que me sigue pareciendo una serie de lo más recomendable.

Por último, me permito confirmar que el mejor estreno en mi opinión de la temporada es The Affair. Y que las posibilidades de desarrollo a partir de la infidelidad que da nombre a la serie son infinitas. Estoy muy intrigado, al mismo tiempo que disfruto de cada interacción entre sus dos protagonistas. La doble visión con la que se presenta cada episodio, que ya hemos visto que adoptará distintas formas, nos permite saber una cosa. Que en ningún momento sabemos si lo que pasa es verdad o es mentira. Pero el episodio cuatro, donde el esquema ha cambiado , ha supuesto un avance interesante en la trama. Aunque tardaremos en conocer realmente quienes son esos dos «infieles». Grande Ruth Wilson.

Personajes que en ocasiones se diluyen en el agua, o desaparecen en el aire, o dominan el fuego... cuanto dan de sí los superhérores... y las fotografías nocturnas en el Parque Grande de Zaragoza ¿verdad? Personajes que en ocasiones se diluyen en el agua, o desaparecen en el aire, o dominan el fuego… cuanto dan de sí los superhérores… y las fotografías nocturnas en el Parque Grande de Zaragoza ¿verdad?

[Televisión] Cosas de series; vuelve Carrie,… y una juez «mala»,… y nos despedimos de los demenciales profesores británicos,… y sobretodo, The Affair

Televisión

Hoy una breve sobre televisión, por no perder las tradiciones. Pero breve, que hoy ya me he currado la entrada sobre Córdoba, que ha llevado su rato.

No. No me había olvidado de Homeland. Es que por un problema técnico no me dio tiempo a ver los dos episodios iniciales antes del jueves pasado. Y sí. Me sigue gustando, aunque no sea lo mismo que la primera temporada. Pero es que aquella les salió muy redonda.

Hay por ahí una sitcom nueva que se llama Bad Judge, que todavía está por ver si convence o no. Pero es una sitcom de menos de media hora y molesta poco en la cartelera.

Mezquita - Córdoba

Un poquito más de Córdoba, ya que lo tengo a mano… la mezquita… como no.

Y hemos dicho adiós a los demenciales profesores de Big School, otra sitcom, británica en esta ocasión. No lo mejor que han hecho los británicos. Pero entretiene. Sin más.

Y a falta de hacer un balance del principio de temporada, que no es especialmente positivo, decir que lo más interesante que ha aparecido hasta ahora es The Affair, con un primer episodio que me pareció bastante, bastante bueno. Y encima con Ruth Wilson como protagonista, ¿quien dijo morbo?, y la siempre simpática Maura Tierney, responsable de que me enganchase a las últimas temporadas de ER, en un papel también destacado. Hablaré de ella más adelante, más despacio. De momento, ahí queda esto.

Puente Romano - Córdoba

Y el Ángel Custodio sobre el puente romano, con el pegote catedralicio sobre la elegante estructura de la antigua mezquita de fondo.

[Televisión] Cosas de series; interesantes finales de temporada y de semitemporadas

Televisión

Sin ninguna entrada nueva en la cartelera en los últimos días, con El tiempo entre costuras prácticamente abandonada, estamos llegando a las vísperas de las fiestas navideñas y eso significa dos cosas. Que muchas series de las que duran desde principios del otoño hasta el final de primavera se están tomando un descanso, y que las series de temporadas más cortas están terminando temporada. Y hay mucho que contar, aunque sea con brevedad.

En lo que se refiere a las sitcom, la reina del cotarro sigue siendo Modern Family con un nuevo personaje revelación; la jovencísima Lily (Aubrey Anderson-Emmons) de cuya boca escuchamos cosas tremendas que nos hacen mondarnos de risa, por la inapropiada madurez de las mismas y por la mala uva de los guionistas. Estupenda. Los chicos de How I Met Your Mother están simpáticos en su última temporada, con momentos mejores y otros más normales. Aunque «la madre» (Cristin Milioti) salió en los primeros capítulos, no está siendo protagonista. Pero cuando sale, de vez en cuando, la serie gana mucho. Esta chica tiene mucho potencial. Y los friquis de The Big Bang Theory han alcanzado un cierto tipo de equilibrio. Ya no despiertan tantas expectativas, pero no engañan y ofrecen diversión garantizada con algunos muy buenos momentos. Pero prácticamente no hay novedades en este campo, sólo la romanticona Ground Floor que parece que no va a descansar y que va a seguir de tirón hasta su final de temporada en enero. Que conste que me gusta. La serie, digo, y la guapa protagonista, también.

En el campo de los culebrones y guilty pleasures, nunca entenderé por qué sigo viendo  Grey’s Anatomy… no diré nada más. Es una extraña droga. No encuentro prácticamente argumentos a favor de mantenerla en cartelera y ahí está. Otra cosa es Revenge, que se ha serenado con respecto a la temporada anterior. Ni los guionistas queman trama a la misma velocidad, ni los escotes de la «prota» son tan vertiginosos. De todos modos no ha vuelto al nivel de la primera temporada, aunque se ha despedido hasta enero con un pedazo de capítulo y con un pedazo de cliffhanger. Su principal atractivo siguen siendo sus dos protagonistas femeninas, por distintos motivos.

En el Airtrain del JFK

Nueva York es ciudad seriéfila por excelencia, así que nos iremos a ella para ilustrar esta entrada; aquí viajando en el Airtrain que comunica el JFK con Jamaica Station en Queens.

En esta temporada, mis principales incorporaciones vienen del campo de la acción. The Blacklist empezó con pobres expectativas, pero esta «pseudo-silencio de los corderos» se ha ido poniendo bastante entretenida. No brillante, pero entretenida. Sin embargo, estoy empezando a dudar que tras el retorno de navidades siga con Agents of S.H.I.E.L.D., que en estos momentos por lo floja que es casi es un guilty pleasure, y las oportunidades que le estoy dando al «pseudo-blade runner» Almost Human también están siendo un poco demasiadas. Es mejor que la anterior, pero irregular. Demasiado irregular. Pero en el campo de la acción y los héroes/superhéroes más o menos enmascarados arrastro ya en su segunda temporada Arrow, que como ya he definido en alguna ocasión es una serie de aventurillas muy entretenida, a pesar de que, con alguna excepción, tiene unos intérpretes y unos diálogos flojísimos; en estos últimos algunos son de risa. Sin embargo, el conjunto resulta intrascendentemente disfrutable.

Y vayamos con los tres finales de temporada, porque son notables. Realmente notables.

A Young Doctor’s Notebook – temporada 2ª. Nuevamente una cortita temporada de cuatro episodios de poco más de 20 minutos de duración, protagonizados por el «mad man» Jon Hamm y el «aprendiz de mago» Daniel Radcliffe, adaptando las aventuras de Mijail Bulgákov como joven médico durante la revolución soviética. Mucho humor negro, mucha mala leche, mucha amargura de fondo, y excelente producción e interpretaciones. No sé si habrá una tercera temporada, pero ójala. Sabe a muy, muy poco.

SOHO y Houston St.

O disfrutamos del paisaje de los típicos depósitos de agua en Houston Street.

Homeland – temporada 3ª. Mucho revuelo ha levantado esta temporada recientemente terminada de una serie que se había convertido en una de las más valoradas en los dos últimos años. Parece que ha dejado muchas insatisfacciones, y opiniones contradictorias. Yo voy a dejar claras dos opiniones y mi postura general. La historia que nos han contado en esta temporada es una muy buena e interesante historia, de gran profundidad, y que ha tenido momentos totalmente estelares en el tramo final de la temporada. La historia que nos han contado en esta temporada no da para doce episodios, lo que ha hecho que hayan mareado la perdiz con subtramas que no aportaban nada, para durar doce episodios. Por ejemplo, la trama familiar de Brody (Damian Lewis) sólo tenía un objetivo de cara al climax final de la temporada, y eso se podría haber planteado con más claridad y economía de medios. Dicho todo lo cual, una serie que fue excelente en su primera temporada, que fue rara pero apasionante en su segunda, se ha quedado en buena o notable en la tercera. Que es menos, pero mucho más de lo que ofrecen la mayor parte de las producciones que vemos por televisión. Eso sí, sin entrar en el desarrollo y desenlace de la trama para no destripar el argumento, evidentemente hemos llegado a un punto y aparte, y el año que viene nos enfrentaremos a nuevas premisas y nuevos escenarios. Supongo. Porque tampoco esta temporada ha sido lo que parecía cuando terminó la anterior.

Masters of Sex – temporada 1ª. El mejor estreno del año desde mi punto de vista ha sido esta novelización de la historia de William Masters (Michael Sheen)Virginia Johnson (Lizzy Caplan). Disfrazada de comedia en sus primeros episodios, nos encontramos ante un drama notable sobre las relaciones humanas, que trascienden a cuestiones mucho más profundas y definitorias de la personalidad. Con un reparto que ha estado en su conjunto, todos ellos, en estado de gracia, nos han dibujado un panorama donde los sentimientos, las pasiones, las motivaciones de cada una de las personas queda oculto por las convenciones sociales, la falta de libertad para escapar de ellas e incluso de los propios cepos que cada uno de nosotros nos imponemos a nosotros mismos y que no nos dejan ser nosotros mismos. Siendo Masters el paradigma de la persona de gran capacidad y osadía intelectual, pero de escasa inteligencia emocional y empatía, su contrapunto y eventualmente complemento es Gini Johnson, ejemplo de inteligencia práctica y organizativa pero que también arrastra las consecuencias de sus errores pasados. Ha sido una temporada en el que hemos pasado de ver un entorno de situaciones socialmente convencionales en el conjunto de personajes de este drama, hasta un punto en el que las vidas de todos y cada uno de ellos han sido puestas boca a bajo de muchas formas. Esa soledad en una cabina de teléfonos, ese momento de felicidad en una maternidad para negras, esa confesión sobre la muerte próxima en un asiento de autobús, esa aceptación del otro que no se acepta a si mismo y quiere cambiar lo que es por una mezcla de amor y vergüenza, ese profundo error llevado de la soberbia y el orgullo que ocasiona el rechazo de sus pares,… y el profundo dilema de Gini en el momento final de la temporada… La serie está basada en hechos reales, pero supongo que se han tomado libertades hasta hartarse a la hora de contarnos esta historia, de tal modo que sobre los hechos conocidos estamos viendo una ficción que responde al objetivo de hacernos reflexionar sobre algunos de los hechos definitorios de los seres humanos y sus relaciones entre sí. Creo que lo están consiguiendo, y que nos están divirtiendo y emocionando en el proceso. Altamente recomendable´.

SOHO y Houston St.

O que decir de las situaciones mil veces vistas en las escaleras de incendios de las fachadas de la ciudad, como por ejemplo en el SOHO.