[TV] Cosas de series; dinosaurios, sexo telefónico… y, aún, Meredith Grey

Televisión

Sí. Después de 17 años o así, 18 temporadas, 400 episodios, más por costumbre, por hábito, que por interés intrínseco, sigo viendo Grey’s Anatomy. La serie que convertía un hospital de alta tecnología en algo muy similar a un drama de adolescentes de instituto, que siempre tenía alguna catástrofe insospechada y descomunal a mano para alterar la vida de los protagonistas, y en la que el ascensor se convierte en el lugar donde se producían los diálogos más interesantes, ahora es un muestrario de lo políticamente correcto, de forma simplona y simplista, con dramas forzados y sin mucho sentido… y que sigo viendo… lo dicho. Por hábito. Supongo que si la siguen haciendo es porque les da réditos. Pero no sé muy bien que pinta esta serie ya en la cartelera televisiva actual.

Aunque sea bajo la lluvia, hoy paseamos por Amsterdam, escenario de la que me parece la serie más interesante de las que traigo esta semana a consideración.

Todo el mundo alaba con enormes superlativos la serie documental Prehistoric Planet, producida por la productora de la BBC para Apple TV+. He de decir que la plataforma de la manzana mordida me parece una de las más interesantes en la actualidad. Especialmente porque está optando por la calidad más que por llegar a una enorme cantidad de público. No obstante, no tenía claro si me apetecía meterme entre pecho y espalda la enésima serie de dinosaurios. Considerando que sólo son cinco episodios… pues me animé a ello. Indudablemente, la serie tiene una gran calidad en sus gráficos y efectos visuales y sonoros. Pero si lo piensas bien, una vez que dejas de sorprenderte por las proezas tecnológicas de la serie a la hora de recrear los míticos dinosaurios, no deja de ser una serie interminable de escenas sobre a ver quien se beneficia a la hembra o a ver quién se come a quien. Eso sí… desde que ya se da por sabido y asumido que los dinosaurios son animales homeotermos, y que estaban recubiertos por algún aislante (pelo, plumas o similares), quedan mucho más monos y vistosos que cuando se representaban como lagartos gigantes y escamosos. Visible porque son solo cinco episodios, si fueran más… la hubiera abandonado por aburrimiento, no importa la calidad de su factura. Y no nos olvidemos… los dinosaurios no se extinguieron. Los vemos todos los días. Les llamamos pájaros. O aves. Sí, un gorrión es un dinosaurio. Un dinosaurio aviar.

Y vamos con la serie más interesante de esta semana, la holandesa Dirty lines. Bajo la mirada y el relato en primera persona de Marly (Joy Delima), una joven estudiante de psicología, interesada en la sexología, y que acaba entrando a trabajar en una de las primeras empresas de líneas eróticas de los Países Bajos, en un ambiente de absoluto caos y que sin embargo generaba abundancia de dinero. La serie alterna el análisis de la evolución de la sociedad ante diversos temas, con la sexualidad, claro está, como uno de los principales, con la peripecia personal de los protagonisitas, empezando por la protagonista una joven holandesa de color, por proceder sus padres de las colonias. La propia actriz es de origen caribeño, y se ha interesado en ocasiones por el tema de la esclavitud en las colonias neerlandesas. Es una serie dinámica, con una primera temporada de sólo seis episodios de 45 minutos que se puede ver en Netflix, y bastante divertida. Pues ya está.

[TV] Cosas de series; la más veterana y un «spin-off» no declarado

Televisión

Pues sí. La serie más veterana de mi cartelera televisiva. Quizá en competición con la nueva época de Doctor Who. Tanto la ciencia ficción británica como Grey’s Anatomy llevan en el aire desde 2005. Pero el número de episodios y la regularidad de emisión de las aventuras y desventuras de los cirujanos de Seattle ha sido mucho mayor que la del Señor del Tiempo. Así que le concedo el título. Bueno,… en realidad,… La segunda época del Doctor comenzó el 26 de marzo de 2005 con la presentación de Rose (Billie Piper) como una de las compañeras más carismáticas que ha tenido el alienígena. El comienzo del programa de residencia de Meredith Grey (Ellen Pompeo) y sus compañeros en Seattle comenzó el 10 de noviembre de 2005. Sin embargo, si no recuerdo mal, me enganché al drama médico antes que a los viajes en el tiempo en la Tardis. En cualquier caso, Grey y sus compinches acaban de terminar su 17ª temporada, mientras que el Doctor terminó su 12ª temporada con el especial de Navidad del 1 de enero de 2001. Que cada uno cuente los episodios especiales entre 2007 y 2008 en la temporada que quiera.

«Master of None» es una serie muy neoyorquina. Así que fotográficamente nos trasladamos a la Gran Manzana. Y nos subimos al Empire State Building. Para tener buenas vistas.

La temporada 17ª de Grey’s Anatomy ha estado marcada por la pandemia de covid-19. Lejos de los 24 episodios de algunas temporadas previas, se ha quedado en 17 episodios en los que la factoría Shondaland básicamente ha adoptado una actitud de crítica social ante las consecuencias y desigualdades de la pandemia y las consecuencias de la violencia policial contra los ciudadanos afroamericanos. Sin embargo, eso ha sido a costa de unas tramas mucho más flojas, y unos diálogos excesivamente «pedagógicos» y muy poco naturales. Entendámonos, hace mucho años que Grey’s Anatomy es una de mis placeres inconfesables, que ni yo mismo entiendo porqué sigo viendo. Sus mejores tiempos… pasaron muy deprisa. Aunque sigue siendo una de las series de televisión más vistas en EE.UU. Pero como buen vicio bien arraigado en el adicto, esperaré con «impaciencia» [esto es irónico] la 18ª temporada. En esta se ha producido varias bajas destacadas. Y quedan ya muy pocos históricos. Pero históricos de verdad. Aparte de Grey, Webber (James Pickens Jr.) y Bailey (Chandra Wilson). Cada vez suenan más las voces que anuncian que el fin está cerca. ¿Quizá con la 20ª temporada? No tengo ni idea.

Hace unas semanas llegó a Netflix la tercera temporada de Master of None, con el subtítulo Moments in Love. Y es que más que una continuación de las dos primeras temporadas de la serie creada y protagonizada por Aziz Ansari, ha resultado una derivada (nombre correcto en castellano del anglicismo innecesario spin-off, pero que nadie va a usar) de la serie original. La segunda temporada se remonta a 2017, año de su emisión original. Y en el tiempo que media se le interpuso… el #MeToo. En enero de 2018 fue acusado en un medio en línea de acoso sexual. Pero el caso tuvo sus detractores y sus partidarios. Quienes opinaban que la actuación de Ansari con su denunciante era reprochable, y quienes opinaban que no. Y quienes veían que había zonas grises en las que es difícil establecer la realidad y se corre el peligro de linchar socialmente a un… no vamos a decir «inocente», utilicemos el término de los juicios de las teles… «no culpable». No tengo ni idea de lo que paso, y por lo tanto, no tengo criterio. La cuestión es que en el regreso de la serie, Ansari ha tenido un papel ante las cámaras que va poco más allá de un cameo, y los cinco episodios de la temporada se han centrado en la relación de Denise (Lena Waithe), personaje habitual en la serie, y Alicia (Naomi Ackie), un nuevo personaje que aparece como la esposa del anterior al principio de estos episodios. En los dos primeros, cortos, de una media hora de duración, vemos como la relación entre en crisis, por los desequilibrios entre las dos cónyuges en su vida profesional, sumado al fracaso al intento de ser madre de Alicia. Luego vienen dos episodios largos, de una hora, en los que vemos cómo cada una de ellas reconstruye su vida. Y termina con otro corto, en la que ambas se reencuentran años más tarde, porque algo quedó de lo que tuvieron. No ha estado mal. Aunque la intensidad o el interés de los distintos episodios ha sido muy diversa. Si hacemos caso de los votantes de IMDb, comparados con los de las dos primera temporadas poco amor han recibido los nuevos del público. Aunque vete tú a saber los motivos. A la crítica le ha gustado. Y yo también pienso que tiene momento de valor que hacen que merezca la pena su visualización.


[TV] Cosas de series; universos paralelos y Meredith

Televisión

En la entrada televisiva de esta semana hablaré de tres series. Pero de una seré breve. O lo intentaré. Y me centraré más en dos series de ciencia ficción a propósito de historias alternativas y universos paralelos.

Terminó, prematuramente por culpa del covid-19, la 16ª temporada de Grey’s Anatomy, lo cual al parecer la convierte en el drama médico más longevo de la televisión o casi. E.R. tuvo quince, así que por ahí le debe ir el récord. Sigue siendo un guilty pleasure. Tiene defectos por todos los lados, pero algunos no podemos dejar de ver esta historia de amoríos de instituto en un hospital de alta tecnología en Seattle. Así que no merece la pena mucho más comentario. Quizá decir que el capítulo donde «explicaban» la ausencia de uno de sus más destacados protagonistas para siempre fue ab-so-lu-ta-men-te nefasto y vergonzoso. Una de las temporadas más flojas… dentro de lo que es.

Bosques y lagos predominan en los paisaje de algunas de las series de hoy. Y tal paisaje lo he ido a buscar a los lagos y bosques cerca Tampere (Finlandia)

Pero vamos a lo que interesa. Distopías, historias alternativas y universos paralelos. Tales from the loop es una interesante propuesta, a priori, basada en las pinturas del sueco Simon Stålenhag (instagram), en las que se muestra un presente/futuro tecnológicamente distópico. Situado en una población de algún lugar de Norteamérica, aunque con un ambiente muy nórdico, donde una instalación científica The Loop (El Bucle) ha dado lugar a una serie de dispositivos o fenómenos avanzados pero extraños. El ambiente es más bien setentero u ochentero, como en una historia alternativa, aunque hay saltos adelante y atrás en el tiempo, así como en universos paralelos. Y en este ambiente, vamos siguiendo a una serie de habitantes del lugar, relacionados todos ellos con la familia en la que residen los principales responsables de The Loop. Y asistiremos a una serie de historias que nos harán reflexionar sobre temas como la identidad, la familia, la maternidad, el amor, el ser distinto, las expectativas que tenemos depositadas en nosotros mismos o las que sentimos de los demás… temas profundamente cotidianos, en un entorno casi aburridamente cotidiano, salpicado de fenómenos u objetos extraños. La serie tiene una puesta en escena sobria, pero estéticamente muy conseguida, que nos traslada a un ambiente melancólico, decadente. Y algunos de los personajes tienen mucho interés intrínseco, interpretados por actores y actrices con buen quehacer. Pero el nivel de las historias, de los guiones, es desigual, tiene notables altibajos. Y habrá episodios que no podremos dejar de mirar, mientras que otros… son prescindibles. Creo que la idea era muy buena, pero la ejecución perfectible. No obstante, a mí me ha merecido la pena.

Y si la anterior se situaba en un pasado alternativo, la siguiente se sitúa en un futuro más o menos próximo y… más o menos plausible. Devs es una miniserie creada y dirigida por Alex Garland, director y guionista que se ha hecho un nombre por distintas producciones de ciencia ficción, donde especula con determinados conceptos en el borde de lo que podemos considerar ciencia y lo que no. En esta ocasión, seguimos las andanzas de Lily Chan, una ingeniera informática que trabaja para una empresa Amaya, donde su novio ha sido asesinado tras ser transferido al departamento DEVs. La chica protagonista está interpretada por Sonoya Mizuno, una británica nacida en Tokio, de padre japonés y madre británico-argentina. Una chica que hasta ahora había realizado papeles menores pero muy vistosos en algunas de las producciones de Garland, como Ex-Machina y Annihilation. Y también la habíamos visto cantando y bailando en Lalaland, y en un papel alocado en Crazy Rich Asians, una comedia romántica que no se llegó a estrenar en España, y extremadamente sobrevalorada en EE.UU. tanto por el público y la taquilla como por la crítica. Me detengo en esta actriz, porque desde mi punto de vista condiciona el resultado hasta cierto punto. Garland, en esta serie, trata sobre el conflicto en filosofía de la ciencia entre un universo determinista (visión mecánica desde Galileo a Einstein pasando por Newton) y un universo azaroso (visión probabilística de la mecánica cuántica). Los adversarios de Lily representan a la visión determinista, que implícitamente negaría la libertad del ser humano, condicionado por la mecánica universal, mientras que Lily representa el libre albedrío, que según algunos sólo se daría en universo azaroso. Error común en mucha gente confundir el azar con la libertad… y donde reside uno de las debilidades de la tesis de Garland, confundiendo conceptos que mucha gente y que no deberían ser confundidos. La cuestión es que Lily ha de ser un personaje que, de alguna forma, represente al ser humano común. Y debe generar empatía. Mizuno cambia notablemente de imagen en esta ocasión. Pasa de ser la vistosa bailarina y modelo de esbelta figura y notable sensualidad, a una joven de aspecto andrógino, reservada, aunque fuerte interiormente. Pero de alguna forma su interpretación no consigue tener la fuerza necesaria. A esta chica se le ven las goteras interpretativas; no acaba de dar el salto de presencia vistosa, en producciones anteriores, a punto de fijación y arrastre de la acción. Y la serie, aunque con momentos muy interesantes, especialmente gracias a algunos secundarios, acaba descarrilando, especialmente con un final que no me lo compro… que me parece una ida de olla a la que cada vez nos tiene más acostumbrados más Garland con sus producciones. Recordemos que Annihilation, que enamoró visualmente a muchos, tampoco me convenció. En fin, no me arrepiento de haberla visto, pero me ha decepcionado.

[TV] Cosas de series; placeres culpables, una vez más

Televisión

Parece mentira, pero a esta alturas de junio, aún no había encontrado ocasión para comentar series, o finales de temporada, que vi a mediados de mayo o poco antes de coger vacaciones. Vayamos con un par de ellas. En un comentario breve, porque ando con poco tiempo, y dejaré para la semana que viene las series que vi en el entorno de las vacaciones. Ya lo adelanto, lo habréis visto en el título de la entrada, las de hoy entran dentro del concepto de los guilty pleasures, esos placeres televisivos que nos hacen sentir culpables puesto que sabemos que lo que estamos viendo, si no es un bodrio, se le acerca, o es muy cuestionable en sus planteamientos.

Visitamos Corea del Sur con la excusa de que es la nacionalidad de uno de los placeres culpables de hoy.

Y ahí me tenéis que, después de catorce años, sigo misteriosamente enganchado a Grey’s Anatomy, drama médico con argumentos más propios de las teleseries de adolescentes e institutos, salvo por las periódicas catástrofes que sacuden periódicamente, al menos dos veces por temporada, a la ciudad de Seattle o al hospital que es escenario de los dramas de Meredith (Ellen Pompeo) y compañía. Con una de las protagonistas más sosas y menos interesantes de la televisión mundial, aunque la tercera mejor pagada entre las actrices a nivel mundial en 2018,… si ella se va se acaba la serie, deben pensar,… con temas repetitivos, con continuos déjà vecu en los argumentos,… ahí se mantiene, con quince temporadas a cuestas y sabiendo que está renovado hasta la 17ª temporada, lo que lo convertirá en el drama médico más longevo de la televisión. Conozco perfectamente todos sus defectos. Me insulto a mí mismo con vehemencia por seguir viendo esta serie delante del espejo con cierta frecuencia. Pero sigo con ella.

De todos modos, mis guilty pleasures por excelencia en los últimos años, desde que me suscribí a Netflix, son las teleseries coreanas. Series muy maniqueas, ridículas en muchas de sus situaciones, estereotipadas, sin embargo me privan. Y reconozco que de vez en cuando aparecen destellos de la calidad de algunos de sus intérpretes. Al fin y al cabo, en cine, los coreanos hacen cosas muy interesantes. Siempre llevo alguna al retortero. La última que terminé de ver es Possessed [título internacional, Bing-ui (빙의) es el título original en coreano]. Un dramón con asesino en serie y temas sobrenaturales, y un romance improbable entre un chica con capacidades de medium que está como un queso, Go Joon-hee (a veces transcrito, como Ko Jun-hee o Go Junhui o Ko Chunhui… que lío la romanización de los nombres coreanos), una monada, limitada interpretativamente eso sí, y un policía muy feo y muy tosco, Song Sae-byeok. El caso es que lo que parecía ser una mezcla de drama policíaco con comedia romántica, acaba derivando a tonos oscurísimos con tonos de tragedia donde muere hasta el apuntador. Floja, pero me la he tragado al ritmo de dos episodios por semana.

En fin… es lo que hay. De vez en cuando me dejo llevar por cosas no especialmente recomendables. Aunque ya aviso que los próximo dramas coreanos tendrán más nivel, especialmente uno, por el lado de la interpretación femenina. Pero eso ya llegará dentro de unas semanas. Porque una vez más, avanzan al ritmo de dos episodios por semana.

[TV] Cosas de series; misterios del pasado y anatomías eternas

Televisión

Después de darle vueltas a una idea, no voy a comentar esta semana las series en el orden en el que he ido acabando de verlas. Tras pensármelo un rato, la semana que viene, si me acuerdo y las cosas van normalmente, dedicaré un «especial» de cosas de series al extremo oriente. Una serie de ideas que han ido pasando por mi cabeza últimamente. Así que hoy vamos con dos series muy diferentes en estilo y en planteamiento, pero occidentales ambas.

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Aunque la serie británica de esta semana se mueva por entornos periféricos y no por el centro de la ciudad, a Londres nos vamos fotográficamente para acompañar a las series de esta semana.

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En principio, parece que tenemos una miniserie. Un producto limitado. Una trama de misterio desarrollada en ocho capítulos, firmada por el autor de novelas del mismo género Harlan Coben. No recuerdo haber leído nada de este señor.

Pero lo más interesante a priori de esta serie que se ha desarrollado para Netflix, era la presencia en el papel protagonista de Michael C. Hall, que tan buen sabor de boca nos había dejado en otras series, especialmente como especialista forense en salpicaduras de sangre y asesino en serie, simultáneamente. Aunque no sólo. Hall también aparece como productor ejecutivo de la serie, por lo que en principio había que asumir que esta se rodó a mayor gloria del actor.

Mi primera sorpresa es que, salvo el protagonista, todos hablaban con acento inglés. Sí, veo las series en versión original y distinto los acentos. Lo cual es en ocasiones importante. Y efectivamente, la acción transcurre en una urbanización de una población en la periferia del Gran Londres, donde todo es muy seguro y protegido. Especialmente, tras un incendio que sucedió en el colegio décadas atrás y se pusieron puertas y protección especial. Pero en el espacio de unas horas nos encontraremos con un adolescente muerto ahogado en una piscina de la casa donde se ha organizado una fiesta, y su novia, también adolescente, desaparecida. En paralelo, a una profesora del colegio se le acusa de mantener relaciones sexuales con un alumno. Y todo puede estar relacionado entre sí.

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La serie es irregular. Para empezar,… el protagonista es un poco soso y un poco cargante. Y por su condición de protagonista, deja en segundo plano otras tramas y otros personajes más interesantes. En segundo lugar, aunque no hay grandes nombres, el reparto británico de la serie tiene la solidez habitual de esa nacionalidad y provoca que Hall no destaque tanto en su interpretación. Incluso a veces está flojo. Y encima, la trama es de la que da muchas vueltas sobre sí misma, prolongando durante «días» el misterio sin que realmente se aporte mucho al conjunto. Finalmente, hay una resolución con sorpresa que no está nada mal, pero que hubiera merecido un mejor tratamiento del conjunto para que quedase mejor situado el final.

Se deja ver, pero no entusiasma.

Notas: Amanda Abbington y Audrey Fleurot podrían haber llevado encima el protagonismo de la función con más solidez que Hall, con un enfoque distinto de la trama. Hannah Arterton es una chica muy mona, como su hermana Gemma, pero por algún motivo no tiene la misma presencia y solidez. Y es que no sólo ser guapa o guapo basta… se diga lo que se diga.

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Grey’s Anatomy – 14ª temporada

Quién me iba a decir a mí que después de 14 años iba a seguir viendo el culebrón médico televisivo por excelencia. Más teniendo en cuenta que tuvo sus horas bajas, en las que mil veces estuve a punto de abandonarlo. Pero es mi guilty pleasure por excelencia, y a estas alturas… es ya una costumbre más que otra cosa. La única serie de 24 episodios por temporada que veo en estos momentos.

He de decir que ya he perdido la cuenta y la conciencia de los personajes que van y vienen por la misma. Que ya no sé cuándo sucedió qué, y que hay personajes que regresan y que ni siquiera me acordaba de que hubieran pasado por allí. En fin… supongo que contar de qué va es superfluo, ¿no? Además de totalmente superfluo.

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En fin. Que parece que todavía tiene cuerda para un par de temporadas más, al menos. Su protagonista, Ellen Pompeo, lleva varios años entre las cinco actrices mejor pagadas de la televisión americana. Que es lo mismo que decir de la televisión mundial. Y eso que es una actriz muy mediocre, en el mejor de los casos. Lo cual da una idea de la fortaleza de este producto de la factoría Shondaland. Son casi trescientos episodios de dimes y diretes por los pasillos del ficticio hospital de Seattle. Y parece que nos tendremos que acostumbrar a caras nuevas en un futuro, porque hay varios veteranos que parecen que desaparecen… Por cierto, ¿alguien se acuerda que al personaje que interpreta Jessica Capshaw, Arizona Robbins, le faltan las dos piernas? Porque se desenvuelve como si le hubiesen vuelto a crecer. Cómo corre y qué bien le quedan los vaqueros… ajustados.

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[Televisión] Cosas de series; poniendo orden… que traigo varias

Televisión

Cuando la semana pasada dije en mi entrada televisiva que me dejaba dos series para comentar esta semana, no era consciente de que había alguna más que había olvidado, y que iba a terminar dos series más, añadidas a las que conscientemente dejé en el tintero. Como voy a tardar en hacer otra entrada televisiva, vamos a ver si dejo un comentario de todo lo que tengo atrasado.

Grey’s Anatomy – temporada 13

Sí. Es mi guilty pleasure por excelencia. Por qué sigo viendo esta serie está fuera de toda lógica. Yo era otra persona cuando empecé a seguir esta serie en 2005. Es un culebrón que constantemente se mueve entre el absurdo y el exceso, teniendo más vocación de drama de instituto que de drama médico. Y encima, 24 episodios por temporada… excesos por todas partes. Mi recomendación, siempre, es «no merece la pena». Pero si os engancháis a algo de esto,… dejaos llevar y disfrutar. Al fin y al cabo, todos tenemos derecho a algunos guilty pleasures.

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Como los escenarios han sido muy diversos, voy a hacer un recordatorio de mi Tumblr viajero, con algunas fotos de los lugares que están apareciendo últimamente, años 2004 y 2005. En el encabezado, Holland Park en Londres. En esta fotografía, la catedral de Santo Domingo de la Calzada, La Rioja (España).

Broadchurch – temporada 3

Esta serie británica es una buena serie policiaca. Probablemente porque los casos policiacos son una mera excusa para desmenuzar las grandezas y las miserias de las comunidades humanas. Con una pareja protagonista que ha alcanzado un razonable equilibrio entre el histrionismo de David Tennant y la actuación mucho más contenida de Olivia Colman. Ambos son buenos intérpretes, aunque cada uno a su modo. En esta tercera temporada, de todos modos, los guionistas de la serie han dado una tregua a sus torturados personajes, que han actuado más de guías en una nuevo paseo por esta pequeña comunidad inglesa, idílica aparentemente, pero en la que las miserias humanas también residen. En esta ocasión, a propósito de los crímenes contra la libertad sexual contra las mujeres. Me sigue pareciendo recomendable. Ha perdido intensidad, pero no profundidad.

Ha sido, al parecer, su última temporada, quizá de ahí venga la intención de sus creadores de dejar a sus personajes con el espíritu relativamente en paz. No ha sido un mal final.

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Castillo de Peracense, Aragón (España)

Lucifer – temporada 2

Siempre tuve la sensación de que esta serie fue un relleno que les funcionó bien y se ha convertido en un éxito. Bien valorada por público y crítica. El esquema es el típico de policía (Lauren German) a quien ayuda un no policía (Tom Ellis). Lo que pasa es en esta ocasión, en lugar de un científico, un médico, un escritor, un antropólogo o similares… es el propio diablo, Lucifer, hijo de Dios… y de una señora que está muy buena (Tricia Helfer).

Por otra parte, también he pensado siempre que su premisa de base no daba para mucho. Su segunda temporada también ha estado entretenida, mezclando el procedimental policiaco con el arco argumental de la madre de Lucifer que se ha escapado del infierno y ronda por la Tierra. Pero sus 18 episodios respecto a los 13 de la primera temporada me han parecido excesivos. Y también le ha pasado otra cosa. Aunque su protagonista masculino se sostiene muy bien, la femenina se ha ido viniendo abajo. Especialmente por las excelentes presencias de la madre de «Luci», de la loquera (Rachael Harris), de la diablesa (Lesley-Ann Brandt), e incluso de la forense o policía científica (Aimee Garcia). Cualquiera de ellas ha tenido momentos mejores que la protagonista.

En fin… arco argumental terminado, ya veremos si aguantan el tipo con una nueva historia de fondo.

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Canal del Midi a su paso por Toulouse (Francia).

Tokuyama Daigorō wo dare ga koroshitaka (徳山大五郎を誰が殺したか?)

Esta «¿Quién mató a Daigorō Tokuyama? es una serie japonesa de 12 episodios de algo más de 20 minutos de duración, que se puede ver en Amazon Prime Video. Basta con que tengáis una suscripción premium a Amazon, esa que tiene mucha gente para que los envíos salgan gratis, para poder disponer de esta y otras diversas series y películas. L lástima es que no es compatible con el Chromecast y no la puedo ver en el televisor. Pero así, con episodios cortitos, se convirtió durante un par de semanas en lo que veía al acostarme, mientras conciliaba el sueño.

Una clase de adolescentes en un instituto femenino japonés se encuentra una mañana al llegar a clase a su profesor, el Daigorō Tokuyama del título, sentado, muerto, apuñalado, en uno de los pupitres de la clase. Las chicas, en lugar de salir corriendo e informar, lo esconden en una taquilla y deciden investigar quién lo mató.

Con ciertos regustos a cierta película, muy divertida, de Alfred Hitchcock, estamos ante una curiosa serie que se mueve entre el absurdo y el policiaco, en un microcosmos en el que aparecerá la corrupción, el acoso sexual, las complejas y crueles relaciones entre adolescentes, las mafias,… Todo ello rodado con una técnica oscura, con fuertes dominantes de color, a veces fríos, a veces cálido, y con un conjunto de jovencitas niponas de lo más inquietantes, aunque muy monas muchas de ellas. Es curiosa. Y creo que está bien. Yo me he divertido. Dadle una oportunidad si podéis. Eso sí, no está doblada al castellano y tendréis que verla con subtítulos.

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Ermita de Santa María de Iguacel, en el Pirineo aragonés (España)

The Expanse – temporada 2

No, no llega al nivel de Battlestar Galactica, pero sí, sí es una buena space opera, de lo mejor que he visto en televisión. Es cierto que dentro de lo que es ciencia ficción se toman sus licencias con la parte «ciencia», pero definitivamente on esta segunda temporada han consolidado una serie que empezó un poco morosa en su primera temporada, sin acabar de definirse, presentando a muchos personajes y muchos escenarios, y tardando en hacerlos confluir.

Pero en esta segunda temporada, el drama político-bélico de acción ha estado bien coordinado, y hemos asistido con interés a las aventuras de los tripulantes de la Rocinante, me encanta que tenga este nombre la nave espacial, mientras recorre de un lado a otro el sistema solar, al mismo tiempo que en paralelo se iban desarrollando otros dramas relacionados. Me he divertido. Bastante. Ya tengo ganas de una tercera temporada, que imagino no llegará hasta la primavera del año que viene como pronto.

No es perfecta. De hecho, esta segunda temporada que ha tenido momentos muy buenos, ha venido en su recta final hasta cierto punto lastrada por el excelente episodio 5 Home, que está lleno de acción y emoción. Casi se podría decir que ese episodio ya justifica la preparación del mismo en el inicio de la serie, sin problema, y que está a mayor altura que muchas producciones cinematográficas situadas en el espacio. Como digo, lastrando la serie en el resto de la temporada ya que, aunque ha seguido con buen tono, no han sido capaces de volver a conseguir un pico de emoción del mismo nivel, ni siquiera en el capítulo final de la temporada.

En fin… que las cosas están calientes en el Sistema Solar de dentro de tres o cuatro siglos. Veremos que pasa en el futuro.

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Y un recuerdo de mi viaje más reciente, Constanza (Alemania)

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

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Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; en 3, 6, 10, 13, 20, 22 y hasta 24 episodios

Televisión

Es curioso. Desde que decidí que sólo escribiría de series de televisión cuando se me ocurriera algo que contar diverso, se me ocurren más cosas… En cualquier caso, la de hoy viene a cuento de que en estas semanas de mayo suelen terminar su temporada aquellas series que habiéndose estrenado al principio del otoño, finales de septiembre o principios de octubre, llegan hasta la primavera con 20 ó más episodios a cuestas. Esto es algo propio sobretodo de las series de las televisiones generalistas norteamericanas, un tipo de series que ha vivido en los últimos diez-quince años una época de oro, pero que para algunos es un modelo agotado.

Entre 20 y 24 capítulos son muchos. Es cierto que se extienden a lo largo de prácticamente tres trimestres. Entre septiembre de un año y mayo del siguiente suman unas 39 o 40 semanas. Un embarazo, vamos. Es decir, casi la mitad de ellas, especialmente en la época navideña y en otros acontecimientos de la sociedad norteamericana, hay interrupciones. Pero hay otros modelos.

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Repaso a lo que está apareciendo últimamente en mi tumblelog de viajes (al final, los enlaces); la playa de Peñíscola en el encabezado, o las estaciones de ferrocarril abandonadas en el Bajo Aragón en esta fotografía.

Por ejemplo, en la televisión británica existen series, generalmente muy prestigiosas, con temporadas de sólo tres episodios, que suelen ser auténticos largometrajes. Sherlock es un ejemplo claro. O Black Mirror

Es más frecuente que las series británicas, con una hora de duración, menos el tiempo de anuncios que no es mucho, tenga temporadas de seis a ocho episodios. Por ejemplo, Luther, aunque luego se ha asemejado más al grupo anterior. O Downton Abbey,… O Doctor Who,… Las de corte familiar pueden tener algunos especiales navideños. También hay comedias de situación, de menor duración, la mitad, con un número similar de episodios. A veces pueden aumentar el número de episodios, y en ese caso no es infrecuente que dividan la temporada en dos partes. Estamos por lo tanto ante producciones optan por gastar sus recursos en pocos episodios, pero intensos y muy cuidados. Está el tema de los capítulos de relleno… en las más caras… de los que hablaré más adelante.

2000, vacaciones en Menorca. carloscarreter.es | carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook

Recordando las vacaciones en septiembre de 2000 en Menorca.

Un modelo frecuente en las televisiones de pago, bien sea por emisión por cable o en los nuevos modelos de pago por visión o vídeo bajo demanda, las temporadas son de entre 10 a 13 episodios. También suelen ser series bien financiadas, que optan por echar el resto en pocos capítulos pero muy bien hechos. Game of Thrones sería el más representativo en estos momentos, pero también tenemos Shameless, Homeland, Jessica Jones, Girls, entre muchas otras. Como vemos, muchas de estas son de las series más prestigiadas. Como las británicas.

En este modelo, como en otros, solemos estar ante un esquema de una hora de duración para los dramas y media hora para las comedias. La duración exacta dependerá de la cantidad de anuncios que emite la cadena. Si la cadena es de pago, y no hay anuncios, estaremos en la hora de duración o la media hora. Si se financia con publicidad estaremos en los 42 minutos, o en los 23 minutos en el caso de las comedias de situación.

Estas duraciones no se cumplen en la televisión española. Tradicionalmente, en un modelo marcado desde los tiempos de la televisión única, estamos ante tandas de 13 episodios, que suponen un trimestre de emisión. Hay 52 semanas en un año. Lo que pasa es que las televisiones españolas tienen dos malas costumbres. Emiten muy tarde sus episodios, prácticamente a la hora de irme a dormir… por eso no veo casi, salvo alguna en diferido. Y encima son muy, muy, muy largos. Hablamos de 70 – 80 minutos de duración más la publicidad. Hora y media para un episodio, como poco. Si alguien se pregunta por qué veo pocas series españolas, empezará a encontrar algunas explicaciones. No las únicas, pero sí importantes. Si he dedicar hora y medio o más de mi tiempo a la televisión, de forma seguida, probablemente prefiera una buena película.

2001. Viaje a Bélgica. Brujas. carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook.

O un paseo en 2001 por el beguinaje de Brujas.

Y tenemos las series que comentaba de 20 a 24 episodios. A mí, este modelo cada vez me convence menos. El problema es que tiene muchos episodios de relleno, que son mero entretenimiento inane. Es cierto que hay excepciones a esta regla. Por ejemplo, el mejor episodio que he visto de la era moderna de Doctor Who, fue Blink, un episodio de relleno en el que, de hecho, la protogonista era Sally Sparrow (una jovencita y prometedora Carey Mulligan). Fijaos qué puntuación tiene en IMDb… un 9,8 sobre 10. Casi perfecto. O el Unfinished Business de Battlestar Galactica que, aunque menos apreciado por los votantes de IMDb, a mi me parece uno de los mejores de la serie. Y era un episodio de relleno, en el que de hecho no avanza la historia global. Además, y curiosamente, son episodios de bajo presupuesto, pero en los que los guionistas tienen ocasión de demostrar lo que valen. Pero esto no es lo habitual. Y por ello, culebrones como Grey’s Anatomy, que sorprendentemente sigo viendo, un auténtico «guilty pleasure», o comedias como The Big Bang Theory o Modern Family, que recientemente han terminado sus temporadas, cada vez me parecen más cansinas.

Apostemos por series de más calidad y con historias mejor tramadas y contadas. Cosas como Fargo… que es de lo mejor de lo mejor… por poner un ejemplo.

Pero… ¿de verdad que llevo ya 11 años viendo el culebrón de Grey’s Anatomy? Algo malo pasa en mi cerebro.

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O quizá sea hora de tomar unas cervezas en las terrazas de Nyhavn en Copenhague.

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; entre diversas novedades despedimos a Masters y Johnson

Televisión

Seguimos con incorporaciones a la cartelera televisiva de este otoño que empieza. Como la semana pasada algunas novedades relativas, nuevas temporadas de series que ya conocemos, y algunas novedades absolutas, nuevas series que se estrenan.

Entre la relativas, tenemos la nueva temporada de Modern Family, en su tono habitual. O uno de mis guilty pleasures, Grey’s Anatomy, también con su tono de costumbre, correteos de instituto en el marco de un gran hospital. Mucho más sustancial es el retorno de la peculiar detective sueca Saga Norén (Sofia Helin) en Bron/Broen. Esta serie representa lo mejor del nordic noir, tan de moda en los últimos años, donde encontramos cosas interesantes y otras menos. Pues lo que pasa en torno al puente del Öresund es de las más interesantes, por lo menos hasta el momento.Y parece que viene más noir, más oscuro que nunca. De todas formas, y tras lo sucedido en la segunda temporada, le tienen que buscar un nuevo compañero/a danés/a. Y por lo visto en el primer episodio no será fácil.

Como vengo haciendo últimamente, traigo a la entrada televisiva las fotos que aparecen en estos días en mi Tumblr, De viaje con Carlos. Los enlaces al final. En la cabecera, la estación de Toulouse (Francia), y sobre estas líneas, el río Vézère a su paso por Montignac, también en Francia

Como vengo haciendo últimamente, traigo a la entrada televisiva las fotos que aparecen en estos días en mi Tumblr, De viaje con Carlos. Los enlaces al final. En la cabecera, la estación de Toulouse (Francia), y sobre estas líneas, el río Vézère a su paso por Montignac, también en Francia

Ha habido una novedad que no sé si considerar entre las relativas y las absolutas. Y es que nos llega como nueva la serie Heroes Reborn, pero que surge del universo de la serie Heroes, que disfrutó de cierta fama hace unos años. A mí, ciertamente, tras ver la primera temporada de aquella serie, no me convenció. Me desenganché y nunca entendí el entusiasmo que produjo entre sus fans. Le he dado una oportunidad en esta ocasión a los miniepisodios emitidos por la web a modo de prólogo y al primer episodio de la serie… y este no lo terminé. Realmente no me ha interesado nunca ese universo y cómo lo plantean. Pero ahí queda la propuesta para quien se sienta atraído por ella.

Sí que encuadro entre las novedades absolutas, el drama policíaco conspiranoico Quantico, en torno a una serie de reclutas del FBI y una conspiración terrorista en la que participa alguno de ellos. El primer episodio no me convenció mucho, y creo que es de las que antes se caerán de la cartelera. No será la única. Y me divirtió, aunque con menos entusiasmo que el manifestado en algunos sitios, el primer episodio de la nueva comedia de situación The Grinder, a mayor gloria de las dotes para la comedia de Rob Lowe. Punto de partida bastante inversosímil, un actor que ha interpretado a un abogado durante años en una serie de televisión, al finalizar la misma, comienza a ayudar a su hermano que realmente es un abogado a ganar sus casos. Pero tiene sus cosas divertidas.

Por supuesto, en estos días hay más novedades, pero que como no me han interesado a priori, no sé que tal estarán y no aparecen por aquí.

Uno soldados de la guardia de Buckingham Palace atascan el tráfico el Mall londinense.

Uno soldados de la guardia de Buckingham Palace atascan el tráfico el Mall londinense.

Finalmente, llega al final de su tercera temporada Masters of Sex. Esta serie carece del punto de novedad que tenía en su primera temporada, y poco a poco ha ido abandonando su punto de comedia para decantarse como un drama puro. Quizá no sea por lo tanto tan atractiva como en un principio. Pero le pasa como a otras series de cierto prestigio. Le pasa por ejemplo como a Mad Men. Sabes que aunque este un momento más soso de la serie, siempre te sorprende una escena, una interpretación, una situación, o aparece un capítulo magistral. Así a bote pronto, el primer capítulo de esta tercera temporada fue magnífico, el 11º también fue magistral, y hubo momentos buenos a lo largo de toda ella. Es una serie que ves de continuo para no perderte esos momentos, y por el carisma y el buen trabajo de sus intérpretes. Si empezó la serie en los años 50, la hemos dejado bien entrados los 60, y muchas cosas han de pasar en la relación entre Virginia Johnson (Lizzy Caplan) y George Masters (Michael Sheen). Sin olvidar los magníficos momentos que nos ha regalado Libby Masters (Caitlin FitzGerald) y otros secundarios de la serie. También hay que recordar siempre una cuestión. Aunque está basada en personajes reales, los hechos que se muestran es una ficcionalización. No tienen porqué ajustarse a lo que realmente sucedió históricamente.

Y terminamos dándonos un paseos por las murallas de Albarracín, en Aragón (España).

Y terminamos dándonos un paseos por las murallas de Albarracín, en Aragón (España).

De viaje con Carlos (Tumblr)

De viaje con Carlos (Cuadernos de viajero)

Una foto de mis viajes, al azar

[Televisión] Cosas de series; «guilty pleasures» en forma de héroes encapuchados o de cirujanos enamoradizos

Televisión

Si leísteis la entrada especial televisión del martes, ya sabréis que mi semana televisiva ha venido marcada por los episodios finales de Mad Men, una serie para recordar. Pero ha habido más cosas. Incluso algunas novedades, eso sí, poco convincentes. Al menos para mí.

Por ejemplo, apareció la semana pasada algo llamado Wayward Pines, en la que un agente federal de no sé cual de los muchos cuerpos de policía que tienen en EE.UU. aparece en un pueblo perdido del medio oeste americano, como atrapado en vaya usted a saber que misterios después de tener un accidente… Lo cierto es que ya me cansan este tipo de series, me aburrí a mitad del episodio piloto y ni lo  terminé. No se incorpora a la cartelera. Ni me di cuenta que en algún momento salió la atractiva Carla Gugino.

En un tono muy distinto llegó a las pantallas una serie británica, Jonathan Strange and Mr. Norrell, que nos sitúa a principios del siglo XIX en plenas guerras napoleónicas, en un momento en el que nos dicen que hace trescientos años que ha desaparecido la magia de Inglaterra. Y hay un tipo que parece que la ha recuperado… No sé. Fantasía mágica, mezclada con serie de época, con toques fáusticos… Buena factura británica, algún buen momento en el primer episodio, pero todavía está por ver si el tema me interesa. Le daré una segunda oportunidad.

Hoy os traigo en fotos, algo de lo que se puede ver en estos días por mi Tumblr, cuya dirección viene abajo. Por ejemplo, aparecerán los acuartelamientos del castillo de Kronborg en Helsingør, la shakespeariana Elsinor, en Dinamarca.

Hoy os traigo en fotos, algo de lo que se puede ver en estos días por mi Tumblr, cuya dirección viene abajo. Por ejemplo, aparecerán los acuartelamientos del castillo de Kronborg en Helsingør, la shakespeariana Elsinor, en Dinamarca.

Y en lo que se refiere a finales de temporada, nos referiremos a dos de mis placeres culpables. Esas series que no sé porque las veo por que tienen todas las papeletas para pasar de ellas, pero que ahí aguantan.

Una de ellas es Arrow, la única serie del género de héroes en pijama que sigo… con el permiso de Ms. Carter. Siempre lo he dicho. Las tramas son simplonas, los actores son malos, los personajes en muchos casos risibles en sus excesos, y sin embargo consiguen que el conjunto resulte muy entretenido. No me suele pasar con este género. Agent Carter es una excepción, puesto que tiene un plus de buen hacer interpretativo, unos guiones más cuidados y una ambientación excelente. Pero Arrow, al igual que otras similares sufre del mismo conjunto de «defectos» que hace que el género no sea para mí. No lo han sido otras series que van surgiendo con temas similares. Ni siquiera aguantó el primer spin-off de la serie. Parece que se viene otro… con sorprendentes resurrecciones. Pero hay aguanta en mi cartelera… porque me entretiene. Pues vale.

También pasearemos por el animado distrito de Kreutzberg en Berlín, Alemania.

También pasearemos por el animado distrito de Kreutzberg en Berlín, Alemania.

Y ahí esta. Después de 11 temporadas, sigo viendo Grey’s Anatomy… El porqué sigo enganchado a esta serie de adolescentes de instituto de 40 tacos disfrazados de cirujanos es algo que no entiendo ni puesto hasta las trancas de LSD. Pero si la mayor parte de los personajes ni siquiera me caen bien. Incluso las guapas se convierten en gente absolutamente insoportable… véase el caso de Izzie Stevens (Katherine Heigl), que desde que dejó la serie deambula como un fantasma haciendo bodrios en cine y televisión, de Lexie Grey (Chyler Leigh), en paz de descanse, o de Jo Wilson (Camilla Luddington), actual alma en pena de la serie que hay que ver cómo nos ponía en Californication o en True Blood. Y ¿quién no ha sentido alguna vez la necesidad de degollar a Kepner (Sarah Drew)? Se queja la gente de las putadas que les hacen a los «protas» de Game of Thrones, más sobre esto a continuación,… pero ¿alguién se ha planteado los muertos que llevan entre los cirujanos de Seattle y sus allegados? ¿La cantidad de accidentes aéreos, náuticos, carreteros, empalamientos, bombas,…? Pero si Game of Thrones es un juego infantil en comparación. Bueno. A lo mejor es una mezcla de todo esto, y de la juerga que son algunas de sus más dramáticas situaciones lo que hace que convirtamos este drama en una comedia negra, y que algunos sigamos pese a todo enganchados a ella.

Sí. Está el último episodio de Game of Thrones… Sí, la serie va por su lado, ya es una historia distinta a la de los libros… lo cual no está ni bien ni mal. Simplemente se ha convertido en otra historia. Sí, pensábamos que esta era una temporada de transición, una preparación a las tracas finales… porque no creo que esto dure más de siete temporadas… Pero, de verdad. ¿Qué pensabais que pasaba cuando alguien se casaba con Ramsay (Iwan Rheon)? Madre mía, qué mema es la gente. Y qué coherente es la serie.

Y nos podremos asomar a la Gouffre de Padirac en el Quercy, Francia.

Y nos podremos asomar a la Gouffre de Padirac en el Quercy, Francia.

De viaje con Carlos

Prueba con una foto al azar

[Televisión] Cosas de series; cosas de inmortales… y del tiempo

Televisión

Sinceramente, apenas he avanzado viendo series esta semana. He estado en otros rollos. Alguna cosa he visto.

Por ejemplo, el capítulo doble de ese mi guilty pleasure eterno que es Grey’s Anatomy, que definitivamente dice adiós a… Como he leído en algún sitio durante la semana, digan lo que digan, la serie con más muertos no es Game of Thrones. Es la de los cirujanos de Seattle. De verdad. Y además, quién sabe quién va a cascar en cada temporada. ¿Será esa una de las razones por las que no puedo abandonar la serie? Desde luego, no llegarán a viejos los personajes de la serie. Si no los matan los guionistas, acabará con ellos el estrés permanente que sufren…

Las fotografías de hoy corresponden a diversos lugares donde viajé en su momento, como el claustro de los Jeronimos de Belém en Lisboa.

Tampoco he dejado de lado tampoco el fenómeno televisivo del momento en España. Si el otro día comentaba la sospechosa coincidencia entre la «Amelia Folch» ministérica y la «Amelia Pond» whovian, esta semana me enteré, he ido viendo, la serie complementaria Los archivos del ministerio, que está hecha a imagen y semejanza del Doctor Who Confidential, que durante unas cuantas temporadas acompañó a su serie madre. Definitivamente, se han inspirado mucho, mucho en la mítica serie británica del Señor del Tiempo. Queda mejor los de «Lord of the Time» que lo de «Subsecretario del Tiempo», ¿verdad? Y Lola Mendieta (Natalia Millán), ¿a quien la equiparamos? A los daleks o a The Master (Michelle Gomez). Por cierto, tomando unas cervezas el otro día,… va a resultar que la chica protagonista del «ministerio» es la más sosita de las chiscas de la serie española. Todos parecíamos querer saber más de Nuria (María Cotiello), que mona oye la señora de doña Irene Larra, y de Maite (Mar Ulldemolins), mientras que la redicha mencionada teníamos la sensación de que nos podría acabar resultando algo cargante.

O las almenas y patios del castillo de Oliete en Navarra.

O las almenas y patios del castillo de Oliete en Navarra.

Y estamos en mayo, que además del mes de las flores es el mes en el que las temporadas de las series, tanto las que vienen desde el otoño como las que empezaron después del año nuevo, van terminando. Así que a partir de ahora, iremos comentando estos finales. Esta semana ha tocado el final de la primera temporada de Forever. Y probablemente, el final de la serie, porque parece que es probable que la cancelen. Ya veremos. En cualquier caso, para aquellos que no la conozcan es una serie que recoge una premisa recurrente. La del inmortal. El hombre que aunque lo maten de formas diversas, no muere o resucita de inmediato. En el caso de nuestro inmortal protagonista, el simpático doctor Henry Morgan (Ioan Gruffudd), lleva en esta situación durante 200 años. La serie ha transcurrido en forma de procedimental. En cada episodio, Henry, que en la actualidad trabaja de forense para la policía de Nueva York, trabaja junto a la detective Jo Martinez (Alana De La Garza) en resolver diversos casos. Pero ha habido también un par de tramas de continuidad. Por un lado, la historia de amor con la que fue mujer de Henry, la única que conoció su situación, la guapísima enfermera de la Segunda guerra mundial Abigail (Mackenzie Mauzy), y su hijo adoptivo en común el ya bastante mayor y simpático Abraham (Judd Hirsch). Por otro lado, la del otro e inquietante inmortal, Adam (Burn Gorman). Ambas tramas han quedado relativamente resueltas. Aunque esta segunda con posibilidad de reactivación en caso de continuidad. Lo mismo que la relación con la detective Martinez, con la que lo único que hacía falta era la resolución sentimental de las situaciones anteriores, para dar paso a la típica «tensión sexual no resuelta». La serie en sí misma no aporta gran cosa, pero los protagonistas se hacen simpáticos y se deja ver sin mucha trascendencia. A mí no me importaría que volviese… la verdad. Cosas peores se mantienen en el tiempo.

O los molinos de Schiedam en los Países Bajos. Porque viajar en el espacio es otra forma de viajar en el tiempo también. Y son las fotografías que ahora están apareciendo en mi fotoblog de viajes: De viaje con Carlos. A continuación el enlace...

O los molinos de Schiedam en los Países Bajos. Porque viajar en el espacio es otra forma de viajar en el tiempo también. Y son las fotografías que ahora están apareciendo en mi fotoblog de viajes: De viaje con Carlos. A continuación el enlace…

De viaje con Carlos

Una fotografía de viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; The Americans ¿la mejor serie de la tele actual?

Televisión

Terminó la semana pasada la tercera temporada de The Americans. Y el título de esta entrada da una pista de lo que puedo opinar… Y es de lo que principalmente hablaré en ella. Pero hay alguna cosita más.

No hubo entrada sobre televisión la semana pasada. Estuve de viaje por Galicia. Esto ha tenido dos consecuencias. Llevo mucho retraso de episodios sin ver, más cuando esta semana me he dedicado ha recuperar algo del cine español de estos últimos años que no vi en salas, en el salón de mi casa. Como me temía, no me perdí gran cosa.

En el campo de las series, despedimos temporalmente a las brujas buenas de Good Witch. Serie anecdótica, familiar, casi un guilty pleasure. Vi los primeros episodios de The Lizzie Borden Chronicles y Happyish. Indeciso sobre ambas. No sé. Regresó Orphan Black… creo que la voy a dejar de lado. Y en mi guilty pleasure más duradero, Grey’s Anatomy, están de dramones tremendos… como en los viejos tiempos. El caso es que estos episodios excesivos son estupendos y son lo que me hacen tragarme los muchos que rondan la mediocridad. A falta de un capítulo para terminar Forever, también he de decir que sería una pena que la cancelasen. Se ha ido superando y poniendo cada vez más interesante… pero creo que pintan mal las cosas para el inmortal doctor… Ha habido alguna otra novedad, pero que no tenido tiempo de comprobar que tal.

Quizá por el paisaje, quizá por el sol, quizá por el monumento en sí mismo, lo que más disfruté en mi viaje a Galicia fue el paseo en torno a la Torre de Hércules.

Quizá por el paisaje, quizá por el sol, quizá por el monumento en sí mismo, lo que más disfruté en mi viaje a Galicia fue el paseo en torno a la Torre de Hércules.

Durante el viaje a Galicia, como tenía muchas horas de tren, me llevé en el iPad la temporada completa del Ministerio del Tiempo. El caso es que entre unos días y otros, la volví a ver entera. Me reafirmo en mis opiniones en general, aunque confieso que le cogí un poquito más el puntito… El caso es que en algún lugar de los montes de Álava en el trayecto de vuelta, mientras fuera del tren diluviaba, caí en la cuenta del parecido en el nombre de la joven viajera en el tiempo de la serie española, Amelia Folch (Aura Garrido), y una de las más célebres companions del Doctor en los últimos tiempos, Amelia Pond (Karen Gillan). ¿Casualidad, homenaje, intento de enganchar a los whovians? Me cae simpaticona la chica barcelonesa, pero hace falta mucho, mucho, mucho, mucho más de su parte para que desplace de mi corazoncito televisivo y algo freakie a la pelirroja escocesa. Y eso que algo tienen en común. Fuera sus series de viajes en el tiempo, no acaban de convencerme mucho ninguna de las dos como actrices.

Un viaje en el tiempo en sí misma, la Torre de Hércules nos desplaza lo mismo a la hispania romana que al siglo XVIII.

Un viaje en el tiempo en sí misma, la Torre de Hércules nos desplaza lo mismo a la hispania romana que al siglo XVIII.

Y después de esta larga «introducción», mucho más larga de lo que pensaba al comenzar a redactar la entrada, vamos con esos espías rusos que viven de tapadillo en los Estados Unidos de Ronald Reagan, en los coletazos finales de la guerra fría. Me resulta muy difícil comentar cosas sin desvelar trama. Y creo que esta es una serie que cada cual debe de ir descubriendo por sí mismo y a su ritmo. No sé si es la mejor serie del momento. Yo, realmente, alucino con ella. Alucino con las excelentes interpretaciones. De todos. Me encanta por supuesto ver a los Jennings, las estupenda y atractivísima Elizabeth (o Nadiezda según nos hemos enterado) (Keri Russell) y el camaleónico Philip (Matthew Rhys). Me confieso perdidamente enamorado de Nina (Annet Mahendru), incluso en una temporada en la que le ha tocada pasarlas canutas. Espléndido en sus recovecos el agente Beeman (Noah Emmerich). Y que decir de la pobre Martha (Alison Wright), pero qué papelón hace esta actriz. Pero sobre todo, el gran descubrimiento de esta temporada, que ya iba avisando en las anteriores, la joven Paige (Holly Taylor), personaje que en tres capítulos ha puesto toda la esencia de la serie de patas arriba. Porque si todo este excelente elenco lo hace bien, a quienes habría que hacer un monumento es a los creadores y guionistas de esta serie, que saben contener los ritmos, que saben desarrollar tranquilamente pero sin pausa las tramas, que nos ofrecen eventualmente episodios absolutamente memorables y que convierten la serie en un verdadero manual de lujo de narración televisiva. Desde luego, la complejidad psicológica, ética y sociológica de la serie es difícil de manejar, y además convertir cada capítulo en un entretenimiento de primera. Pero lo consiguen. Y sin embargo, no es una de las series más conocidas y seguidas… misterios. Supongo que lo mejor de la vida no está hecho para que se deguste masivamente. Al fin y al cabo, cientos de millones de personas se pirrian por las hamburguesas de los macdonals… ¿por qué habría de ser diferente en los gustos televisivos? Pues que los demás se queden con sus hamburguesas de plástico. Yo me quedo con el caviar «ruso».

Y además, el bello paraje se halla ornado por un parque escultórico, que convierte el paseo también en un museo al aire libre de arte contemporáneo.

Y además, el bello paraje se halla ornado por un parque escultórico, que convierte el paseo también en un museo al aire libre de arte contemporáneo.

[Televisión] Cosas de series; las enfermeras, el sexo, lo peor y lo realmente malo, junto con algunas novedades

Televisión

Retomo la actividad televisiva tras mis vacaciones, y tengo que comentar el final de serie o de temporada de algunas producciones que me han acompañado durante el verano, al mismo tiempo que comentar algunas novedades. No he tenido tiempo de ponerme al día, así que llevo retraso. Me iré poniendo al día en los próximos días. Porque me parece que no va a haber muchas incorporaciones a mi cartelera, tal y como lo veo.

Ha regresado The Big Bang Theory, de momento sin novedades destacables. Entretenimiento sin más que ya no sorprende.

Dos de mis guilty pleasures también han reaparecido. Revenge cambiando las tornas entre EmilyVictoria, y Grey’s Anatomy recomponiendo reparto. Estas dos tampoco sorprenden mucho.

Kiyomizu-dera - Kioto

En el tema de fotos,… sigo con mi viaje por el Japón. Gente con kimono o trajes tradicionales. Estas dos mujeres parecía madre e hija, de visita en el templo budista de Kiyumizu-dera. En Kioto.

En el campo de las novedades, en primer lugar advertir que este año hay muchas que directamente he descartado porque su temática o avances no me han interesado. Así que no es fácil que incluya muchas novedades este año, al final. He visto el piloto de Gotham,… y me ha convencido a medias. Basada en lo que pasaba en la ficticia ciudad en la infancia del futuro Batman, llega con muchas pretensiones de triunfar. Pero visto los visto, no está segura en mi cartelera. También he visto los primeros episodios de The Mysteries of Laura, basada en un serie española, y How To Get Away with Murder. Simplemente decir que no seguiré adelante con ellas. Ninguna de las dos me ha convencido. Ya comenté en su día que me convenció el piloto de Forever, hasta ahora de los estrenos el único que me ha parecido realmente visible, y que iba a dar una oportunidad a Selfie.

Kiyomizu-dera - Kioto

Esta pareja de novios estaban a punto de beber las aguas casi milagrosas de Otowa-no-taki, también en Kiyomizu-dera.

Y vamos con los finales de temporada.

You’re the Worst ha sido una sitcom romántica especial. Básicamente porque se ha basado en la premisa de que la pareja romántica protagonista, lejos de ser los típicos jóvenes encantadores que parecen hechos el uno para el otros, son unos impresentables egoístas que se dedican a putear a los demás. Lo cierto es que ha tenido momentos muy buenos y otros no tanto. La tendencia ha sido un poco descendente. Pero le daría una oportunidad a una segunda temporada si la tiene, que parece que sí. Lo mejor, la chica protagonista, Aya Cash, y algunos detalles de los secundarios.

He aguantado hasta el final la primera temporada de Extant, que entre otras cosas ha servido para confirmar que Halle Berry puede ser una firme candidata a una de las peores actrices que ha ganado un óscar. Siempre añorante de buena ciencia ficción, he aguantado hasta el final en una trama que se ha dispersado en un montón de frentes, y que realmente ha hecho aguas por muchos de ellos. Parece que le van a dar una segunda temporada. Pero yo no estaré allí.

Masuyacho - Kioto

Cuatro jóvenes con kimono visitando las típicas calles de Masuyacho, en Kioto, se fotografían rodeando a una presunta maiko. Aprendiza de geiko, o gueisha que decimos por aquí.

Ha llegado a su final la segunda temporada de Masters of Sex, que ha tenido un tono muy distinto a la primera. En primer lugar, si la primera temporada flirteaba entre la comedia y el drama, esta segunda temporada se ha orientado claramente a un tono dramático, habiendo desaparecido cualquier flirteo con el humor. Y por otra parte, el estudio sobre el sexo ha quedado ya claramento como un mero macguffin, y va directamente a las relaciones, siempre difíciles, entre los personajes. Tanto los principales como los secundarios. Ha tenido momentos buenísimos, de los que te quedas pegado al sillón por las interpretaciones como por los diálogos y situaciones. Sin embargo, la temporada como conjunto me ha parecido algo menos cohesionada y floja. No obstante, es fija en mi cartelera, desde luego.

Y por último, justo en la noche antes de irme de viaje terminé la miniserie ANZAC Girls. Esta serie realizada por las televisiones australiana y neozelandesas en conmemoración del centenario del comienzo de la Primera Guerra Mundial, nos habla de las aventuras y desventuras que corrieron las enfermeras de los cuerpos de sanidad militar de los aliados del Imperio Británico en las antípodas. Le ha faltado algo para ser una buena serie. Probablemente, un sentido menos apologético y propagandístico y una profundidad mayor en situaciones y personajes. Basada en las memorias y documentos de las auténticas enfermeras que participaron, ha sido una serie que en sus seis episodios ha ido mejorando, aunque sin llegar a alcanzar nunca el nivel que pretendía. Una pena porque había material. El diseño de producción ha sido de también de pretensiones altas, pero con una sensación de que no se lo han currado bien. Y había buen material en las interpretaciones, que se ha perdido en unos personajes excesivamente estereotipados. Entretenida de todos modos.

Y bueno… hay por ahí muchas novedades esperando a que les preste atención… La próxima semana, más.

Santuario Yasaka - Kioto

Y que la tradición no riña con la modernidad, la guapa japonesa del kimono se toma una «selfie» a la salida del santuario sintoista de Yasaka, también en la antigua capital imperial japonesa, Kioto.