[Televisión] Cosas de series; saben a poco las aventuras de Peggy Carter

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Voy con retraso esta semana. He estado muy liado, tengo muchas cosas pendientes. Y la entrada televisiva que normalmente tendría que ir los jueves, se ha venido al viernes. Tampoco hay mucho que comentar. No ha habido novedades, he decidido abandonar dos de ellas recientes, 11.22.63 y Vinyl, que ya comenté que no me habían interesado en exceso, y sólo ha habido un final de temporada que ahora contaré.

Repaso fotográfico a lo que está apareciendo últimamente en mi tumblelog de viaje (enlaces al final). En la cabecera, la estación de esquí de Formigal en los Pirineos aragoneses, España. Aquí, la "Grotta Azzurra" en la isla de Capri, Italia.

Repaso fotográfico a lo que está apareciendo últimamente en mi tumblelog de viaje (enlaces al final). En la cabecera, la estación de esquí de Formigal en los Pirineos aragoneses, España. Aquí, la «Grotta Azzurra» en la isla de Capri, Italia.

Y el final de temporada que toca es el de Agent Carter. Siempre he dicho que si me dicen hace unos años que me voy a enganchar a las aventuras de la novia del Capitán América, les hubiera recomendado que vieran a un loquero. Pero lo cierto es que Peggy Carter (Hayley Atwell) es una de las heroínas más simpáticas del género de aventuras televisivo en la actualidad. Con una mezcla de humor y aventuras con alguna gota de drama, las virtudes de la serie residen más que en sus guiones, que no están mal pero podrían estar un poquito más cuidados y depurados, en sus personajes bastante bien interpretados. Especialmente a Peggy y a ese peculiar mayordomo que es Edwin Jarvis (James D’Arcy). Curiosamente dos londinenses triunfando en una serie eminentemente americana y que hacen sombra a casi todos los demás personajes/intérpretes de la serie. Con la posible excepción de Dottie Underwood (Bridget Regan), cuya presencia en esta temporada nos ha sabido a muy muy muy poco. Por lo demás, un mero entretenimiento con buena factura en cuanto a la ambientación y la absurda ciencia atómica propia de la guerra fría que sirve como macguffin a la serie, que se antoja escasa… Con lo que duran las temporadas de otras series mucho más sosas. Pero ya se sabe, lo bueno, si breve,…

Arco de Triunfo y Torre Eiffel en París, Francia.

Arco de Triunfo y Torre Eiffel en París, Francia.

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; tiempo de heroínas, para bien y para mal

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La semana pasada me salté el comentario televisivo. No es exactamente que no hubiese novedades,… es que en muchos casos, estas se habían adelantado de alguna forma y estaban comentadas. Alguna cosa se podría haber mencionado. Por ejemplo, que ya llevamos dos semanas a cuestas con una comedia de situación con episodios de corta duración. Se trata de Angel from Hell, en la que el ángel de la guardia de la protagonista se encarna en forma de mujer con el aspecto de Jane Lynch. Y curiosamente, en vez de venir a aconsejarle que sea buena y se preocupe de los demás, lo que pretende es que viva la vida y que deje que los que la rodea aprendan a apañárselas por sí mismos. La expectativa era en ver a Lynch,… pero la cosa está siendo flojita y no sé si este ángel de la guardia aguantará mucho en mi cartelera. O sobre la faz de la Tierra en general.

También ha amanecido esta semana con el estreno masivo de todos los episodios de Angie Tribeca. Una policía de Los Angeles que resuelve casos. Lo original es que está llena de situaciones que se sitúan en el absurdo, dirán unos, o en lo surrealista, dirán otros. Yo sigo pensando que absurdo y surrealista son dos conceptos muy distintos, y que esta comedia es más bien absurda. Lamentablemente. No he pasado ni pasaré probablemente del primer episodio.

Como en otras ocasiones con la entrada semanal televisiva, un recordatorio de las entradas recientes en mi tumblelog de viajes (enlaces al final). Hoy además de volar en la cabecera en el aeródromo de Monflorite, paseamos por las calles de Shigișoara en Rumania.

Como en otras ocasiones con la entrada semanal televisiva, un recordatorio de las entradas recientes en mi tumblelog de viajes (enlaces al final). Hoy además de volar en la cabecera en el aeródromo de Monflorite, paseamos por las calles de Shigișoara en Rumania.

Pero hay algunas novedades más interesantes que comentar.

En primer lugar, señalar el regreso de Agent Carter. Este fue el primer personaje del universo Marvel que llevado al cine o a la pantalla me atrajo. Hayley Atwell haciendo de Peggy Carter, la que fue novia del Capitán América gana por goleada a dicho capitán y a casi toda la nómina de superhéroes tanto en carisma como en simpatía. Y encima tiene alguna mala malosa de lo más interesante,… básicamente la taimada Dottie Underwood encarnada por Bridget Regan. Y otros elementos de la serie que la hacen ligera, simpática, entretenida y con las dosis adecuadas de acción y fantasía seudocientífica. Bien.

Otra heroína de otro tipo es la que encarna Jessica Raine, siempre encantadora, pero que nos ofrece un papel más maduro y menos dulce como madre coraje arruinada por la muerte de su esposo, que se tiene que buscar la vida en un poblado surgido por la construcción de un puente ferroviario en el norte de Inglaterra en el siglo XIX. El nombre del poblado da nombre también a la serie, Jericho. Y se maneja de momento con cierto nivel de mediocridad que sorprende en una serie inglesa. Pero le seguiremos dando alguna oportunidad.

También nos acercamos a la tumba del soldado desconocido bajo el Arco de Triunfo de París, Francia.

También nos acercamos a la tumba del soldado desconocido bajo el Arco de Triunfo de París, Francia.

Finalmente, otro dramón de época, pero que en esta ocasión nos viene del otro lado del Atlántico, también con protagonistas femeninas. Mercy Street es la producción, que de momento nos viene anunciada como miniserie de seis episodios, y en las que las protagonistas serán enfermeras voluntarias en un improvisado hospital en Alexandria, ciudad del estado de Virginia, y por lo tanto confederada, que se encuentra en la otra orilla del Potomac con respecto a Wahington D.C, y cae en manos de los unionistas pronto en el transcurso de la guerra. Las dos protagonistas son antagónicas de inicio. Una de ellas, una joven viuda abolicionista de Bostón que viene a aportar su grano de arena al esfuerzo de guerra; la otra, una jovencita sureña que ve como su vida se derrumba por el impacto del conflicto y de la ocupación de su ciudad. La serie apunta maneras,… aunque todavía no está claro si me va a gustar mucho o poco…

O paseomos en silencio por las góticas naves de la catedral de Glasgow, Escocia.

O paseomos en silencio por las góticas naves de la catedral de Glasgow, Escocia.

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; «guilty pleasures» en forma de héroes encapuchados o de cirujanos enamoradizos

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Si leísteis la entrada especial televisión del martes, ya sabréis que mi semana televisiva ha venido marcada por los episodios finales de Mad Men, una serie para recordar. Pero ha habido más cosas. Incluso algunas novedades, eso sí, poco convincentes. Al menos para mí.

Por ejemplo, apareció la semana pasada algo llamado Wayward Pines, en la que un agente federal de no sé cual de los muchos cuerpos de policía que tienen en EE.UU. aparece en un pueblo perdido del medio oeste americano, como atrapado en vaya usted a saber que misterios después de tener un accidente… Lo cierto es que ya me cansan este tipo de series, me aburrí a mitad del episodio piloto y ni lo  terminé. No se incorpora a la cartelera. Ni me di cuenta que en algún momento salió la atractiva Carla Gugino.

En un tono muy distinto llegó a las pantallas una serie británica, Jonathan Strange and Mr. Norrell, que nos sitúa a principios del siglo XIX en plenas guerras napoleónicas, en un momento en el que nos dicen que hace trescientos años que ha desaparecido la magia de Inglaterra. Y hay un tipo que parece que la ha recuperado… No sé. Fantasía mágica, mezclada con serie de época, con toques fáusticos… Buena factura británica, algún buen momento en el primer episodio, pero todavía está por ver si el tema me interesa. Le daré una segunda oportunidad.

Hoy os traigo en fotos, algo de lo que se puede ver en estos días por mi Tumblr, cuya dirección viene abajo. Por ejemplo, aparecerán los acuartelamientos del castillo de Kronborg en Helsingør, la shakespeariana Elsinor, en Dinamarca.

Hoy os traigo en fotos, algo de lo que se puede ver en estos días por mi Tumblr, cuya dirección viene abajo. Por ejemplo, aparecerán los acuartelamientos del castillo de Kronborg en Helsingør, la shakespeariana Elsinor, en Dinamarca.

Y en lo que se refiere a finales de temporada, nos referiremos a dos de mis placeres culpables. Esas series que no sé porque las veo por que tienen todas las papeletas para pasar de ellas, pero que ahí aguantan.

Una de ellas es Arrow, la única serie del género de héroes en pijama que sigo… con el permiso de Ms. Carter. Siempre lo he dicho. Las tramas son simplonas, los actores son malos, los personajes en muchos casos risibles en sus excesos, y sin embargo consiguen que el conjunto resulte muy entretenido. No me suele pasar con este género. Agent Carter es una excepción, puesto que tiene un plus de buen hacer interpretativo, unos guiones más cuidados y una ambientación excelente. Pero Arrow, al igual que otras similares sufre del mismo conjunto de «defectos» que hace que el género no sea para mí. No lo han sido otras series que van surgiendo con temas similares. Ni siquiera aguantó el primer spin-off de la serie. Parece que se viene otro… con sorprendentes resurrecciones. Pero hay aguanta en mi cartelera… porque me entretiene. Pues vale.

También pasearemos por el animado distrito de Kreutzberg en Berlín, Alemania.

También pasearemos por el animado distrito de Kreutzberg en Berlín, Alemania.

Y ahí esta. Después de 11 temporadas, sigo viendo Grey’s Anatomy… El porqué sigo enganchado a esta serie de adolescentes de instituto de 40 tacos disfrazados de cirujanos es algo que no entiendo ni puesto hasta las trancas de LSD. Pero si la mayor parte de los personajes ni siquiera me caen bien. Incluso las guapas se convierten en gente absolutamente insoportable… véase el caso de Izzie Stevens (Katherine Heigl), que desde que dejó la serie deambula como un fantasma haciendo bodrios en cine y televisión, de Lexie Grey (Chyler Leigh), en paz de descanse, o de Jo Wilson (Camilla Luddington), actual alma en pena de la serie que hay que ver cómo nos ponía en Californication o en True Blood. Y ¿quién no ha sentido alguna vez la necesidad de degollar a Kepner (Sarah Drew)? Se queja la gente de las putadas que les hacen a los «protas» de Game of Thrones, más sobre esto a continuación,… pero ¿alguién se ha planteado los muertos que llevan entre los cirujanos de Seattle y sus allegados? ¿La cantidad de accidentes aéreos, náuticos, carreteros, empalamientos, bombas,…? Pero si Game of Thrones es un juego infantil en comparación. Bueno. A lo mejor es una mezcla de todo esto, y de la juerga que son algunas de sus más dramáticas situaciones lo que hace que convirtamos este drama en una comedia negra, y que algunos sigamos pese a todo enganchados a ella.

Sí. Está el último episodio de Game of Thrones… Sí, la serie va por su lado, ya es una historia distinta a la de los libros… lo cual no está ni bien ni mal. Simplemente se ha convertido en otra historia. Sí, pensábamos que esta era una temporada de transición, una preparación a las tracas finales… porque no creo que esto dure más de siete temporadas… Pero, de verdad. ¿Qué pensabais que pasaba cuando alguien se casaba con Ramsay (Iwan Rheon)? Madre mía, qué mema es la gente. Y qué coherente es la serie.

Y nos podremos asomar a la Gouffre de Padirac en el Quercy, Francia.

Y nos podremos asomar a la Gouffre de Padirac en el Quercy, Francia.

De viaje con Carlos

Prueba con una foto al azar

[Televisión] Cosas de series; la forzada continuidad de Broadchurch, la (p/m)aternidad a los 40 y el desparpajo de Peggy

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En primer lugar hablemos de las bajas en mi cartelera, que está demasiado poblada como para dirfrutar relajadamente de las series. De hecho, he dejado alguna en espera hasta que se despeje un poco. Así pues hay dos series que salen de la cartelera. Por un lado, Better call Saul, el spin-off de Breaking Bad. Si no conseguí engancharme a la serie madre, tampoco el tono de la hija ha conseguido que me centrara en ella. Y eso que bondades no le faltan,… pero,… si algo no te entra. Por otro lado, uno de los placeres culpables que tenía en cartelera, Bitten, también se va. La verdad es que la serie es muy mala. Y toda esta manada de hombres-lobo con maciza al frente me empezaban a aburrir mucho.

La semana pasada entró, en periódo de pruebas, una nueva serie bélica en la cartelera, X-Company. Es una serie canadiense que nos lleva a las actividades de una compañía de agentes encubiertos basada en Inglaterra y formada por ciudadanos de diversos países, que durante la Segunda Guerra Mundial perpetran acciones de sabotaje y resistencia en la Europa ocupada por los alemanes. El primer episodio, el piloto que sirve de presentación de personajes, no me entusiasmó. Parece echa con medios, pero el guion es flojo. Excesivos tópicos y acción muy previsible. No sé si aguantará en mi cartelera, con lo nutrida que está.

Las fotos de hoy, de Nueva York, en honor de la agradable sorpresa que ha supuesto una serie basada en el universo Marvel. Quién lo iba a esperar.

Las fotos de hoy, de Nueva York, en honor de la agradable sorpresa que ha supuesto una serie basada en el universo Marvel. Quién lo iba a esperar.

Pero vamos con lo más sustancioso que es el final de temporada de tres series interesantes por distintos motivos.

No sabíamos muy bien por dónde iría la segunda temporada de Broadchurch, serie policíaca, de las de una temporada por caso, que tan buen sabor de boca nos había dejado tras su primera temporada. El juicio del asesino de la temporada anterior junto con la resolución del antiguo caso que rompió la vida de uno de sus protagonistas han sido los motivos principales. Coincido con muchas apreciaciones que se pueden leer por ahí de que ha sido irregular. No siempre se han combinado bien ambas líneas argumentales. Y algunos aspectos del juicio me han parecido demasiado manidos. Cierto es que continúa la crítica a la «sociedad perfecta» de la población, donde todos parecen vecinos encantadores, pero donde todos tienen sus miserias. El caso es que este juicio ha hecho que la resolución del otro caso quedara demasiado diluida, cuando realmente tenía elementos excelentes para una temporada intensa y divertida. Excelente trabajo de su protagonista femenina, Olivia Colman, y de la pareja de sospechosos del viejo caso, James D’Arcy y especialmente Eve Myles, esta última con momentos excelentes y una interpretación camaleónica que le viene que ni pintada al personaje. El que me cansa un poco más es David Tennant, al que observo una tendencia acusada a sobreactuar, adecuada para ser el Doctor, pero no tanto para este tipo de dramas. El caso es que si ya la segunda temporada parecía una continuación un poco forzada, que en resumen ha quedado digna pero por debajo de la temporada original, ni idea de por dónde saldrán con la tercera temporada que han anunciado. Les debe funcionar muy bien en audiencias… claro.

Ya sé que la chica, tanto la actriz como el personaje, es inglesa... ya... y que hay dos series británicas más en el comentario de hoy...

Ya sé que la chica, tanto la actriz como el personaje, es inglesa… ya… y que hay dos series británicas más en el comentario de hoy…

Me lo he pasado realmente bien con Catastrophe. Este pequeña comedia de seis capítulos de apenas media hora de duración en la que dos personas en los cuarenta años se ven unidos por el embarazo de ella tras unos encuentros sexuales casuales, nos ha traído momentos buenísimos. Yo me he reído en abundancia, al mismo tiempo que he podido apreciar los pequeños o grandes dramas que pueden conllevar las consecuencias de nuestros actos o determinadas decisiones. Muy bien la pareja protagonista, tanto el norteamericano Rob Delaney, como especialmente la irlandesa Sharon Horgan, que sabe dotar a su personaje de espontaneidad, humor, profundidad, frescura y mucho atractivo, fundamental para que la historia nos resulte verosimil.

Y para terminar, otra protagonista británica. Ha terminado la primera temporada de Agent Carter, el único producto de Marvel que recuerde que haya visto con ganas en los últimos… en todos mis años. Y creo que la principal responsable es el buen trabajo de su carismática protagonista, la guapa inglesa Hayley Atwell. Nacida como spin-off de las aventuras del Capitán América, su origen está en un corto que acompañaba la edición para vídeo doméstico de la primera película del patriotero superhéroe, y en la que veíamos a su novia Peggy Carter convertida en agente secreto. Sólo diré que para el público votante en IMDb que suele ser incomprensiblemente entusiasta con las películas de superhéroes en pijama, esta serie supera en valoración por casi dos puntos a la superproducción que le dio origen. Muy entretenida, dinámica y bien ambientada en los años cuarenta. También es de agradecer tener como «mala» a Bridget Regan, que ya nos mostró que como «mala» es muy buena en las últimas temporadas de White Collar. Aunque en esta hace un papel más frío, en aquella estaba muy muy atractiva. En fin… que a pesar de su origen, esta serie es en estos momentos, cuando regrese, fija en mi cartelera.

Pero como estos días estoy revisando algunas de las fotografías de mi viaje a la Gran Manzana, pues me han venido a mano.

Pero como estos días estoy revisando algunas de las fotografías de mi viaje a la Gran Manzana, pues me han venido a mano.

[Televisión] Cosas de series; familias y orquestas sinfónicas… y algunas novedades

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Llevo la semana un poco destartalada. Y aunque la entrada televisiva en este Cuaderno de ruta tradicionalmente va los jueves, en esta ocasión se ha venido hasta el viernes. Y tengo pendiente una película que comentar, más que muy interesante, y el libro del que tenía pensado hablar esta semana también se me ha ido, dadas las circunstancias a otro día (en realidad tengo tres libros leídos que todavía no han aparecido en estas páginas). Y claro, como ya se han acabado las fiestas y mis pequeñas vacaciones, vuelvo a ir justito de tiempo. Bueno. Vamos a la cosa televisiva.

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En los días de frío y niebla del invierno de Zaragoza, apetece quedarse en casa; y por qué no, ver un poquito de cine para la pequeña pantalla.

 

Estamos ya comenzando la temporda invierno-primavera, y eso quiere decir que van llegando novedades.

Desde el Reino Unido nos llega la segunda temporada de la interesante Broadchurch, que yo imaginaba con un caso nuevo,… pero no. Le seguirán dando vueltas al caso de la primera temporada. Ya veremos cómo funciona, porque daba la sensación de que las cosas habían quedado relativamente atadas. Es cierto que hay novedades en personajes, y regresan los fantasmas del pasado del protagonista… pero… habrá que esperar un poco para decantarse.

Llega Galavant, una serie en forma de musical, con un ADN en sus dos primeros capítulos de poco más de 20 minutos de duración de digamos un 70-80% de genes disney, tipo Enchanted, y el resto, la parte con mala leche y más divertida, Monty Python. Preferiría una proporción a la inversa, pero esos dos episodios de estreno fueron entretenidos con algún momento realmente divertido. No soy tan entusiasta como muchos, pero me lo pasé bien.

Y después del éxito de aquel estupendísimo corto que se difundió de Peggy Carter, la chica que salía en la primera película del Capitán América, le han dado la oportunidad detener serie propia. También se ha estrenado con dos episodios. No están mal aunque no tengan el nivel de aquellos brillantes 15 minutos. Demasiados elementos prestados de otras series. Lo de la máquina de escribir ya nos suena de Fringe. Pero tiene algunos méritos que hacen que probablemente perdure en cartelera: la estupenda ambientación en los años 40, el sentido del humor, y una carismática protagonista interpretada por la británica Hayley Atwell, guapa, simpática y lista.Y con unos vertiginosos escotes, casi excesivos para mi gusto, que no sé hasta que punto van a explotar. De momento, bien por Agent Carter, aunque se puede estropear. Este pesimismo viene de un hecho… procede de la Marvel. Y no son santo de mi devoción.

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Porque las series de televisión son exactamente eso, pequeñas obras cinematográficas de 20, 40, 60 minutos, que a larga y cuando tienen calidad pueden constituir grandes historias, grandes relatos que ha merecido la pena vivir.

 

Y tras un comentario a estos estrenos destacables, vamos con lo que ha dado de sí el periodo navideño, que ha servido para rescatar alguna serie que no seguí en su momento, pero que he visto recomendadas con posterioridad.

Transparent. 10 capítulos de media hora de duración. Como la podríamos definir. Es como Modern Family, pero con muchísima mala leche y absolutamente para mayores de 18 años. Sin niños encantadores. Familia judía formada por padres divorciados y tres hijos: hermana mayor con familia estándar, hermano mediano ligón y poco comprometido y hermana menor más rara que la calentura. Y el patriarca que de repente sale del armario diciendo que se siente mujer y que quiere ser tratado como tal. A partir de ahí, cualquier cosa puede pasar. Me ha parecido brillantísima, inteligentísima, y muy muy recomendable. Sabor a cine independiente con excelentes interpretaciones. De lo mejor que he visto del 2014. No hay que perdérsela.

Mozart in the Jungle. Un planteamiento similar al anterior, 10 capítulos de casi 30 minutos. Las vidas de un grupo de músicos en torno a la ficticia Orquesta Sinfónica de Nueva York (muchos pensarán que existe, pero la que realmente existe es la Filarmónica de Nueva York; las expresiones «orquesta sinfónica» y «orquesta filarmónica» son sinónimas). Un viejo director (Malcolm McDowell) que se retira, uno nuevo, joven, con ideas muy actuales pero muy inseguro (Gael García Bernal), una joven intérprete de oboe en busca de una oportunidad (Lola Kirke), la intrigante y guapa violonchelista que lleva de calle a los caballeros de la orquesta (Saffron Burrows),… y otros muchos personajes que van y vienen, proponiéndonos una comedia dinámica y divertida, típica de un entorno competitivo e intenso. Rivalidades, amoríos, éxitos, fracasos,… La publicidad es algo engañosa ya que el título de la serie viene seguido del subtítulo «sex, drugs and classical music». Lo cierto es que no es especialmente rompedora, transgresora o escandalosa. Para nada. Pero se deja ver con mucho agrado, y los diez episodios se pasan enseguida y se hacen cortos. Dan ganas de más. Buenas interpretaciones, con caras conocidas y otras más nuevas. Muy impresionado por Saffron Burrows que hace 10 años me parecía una actriz muy guapa y muy rubia, pero fría e inexpresiva, y ahora con 40 años cumplidos y de morena, está mucho más interesante y atractiva, desde todos los puntos de vista. Ojala tuviera más papel…

Bueno. Como vemos, no está mal el balance del principio de año, y ahora se esperan nuevos e interesantes estrenos y estoy recuperando alguna otra serie también muy interesante. Con lo soso que fue el otoño.

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En cualquier caso, estas nieblas intensas, de un día 5 de enero cerca de las cinco de la tarde estaba ahí cuando íbamos camino del cine, de la pantalla grande, de una película de lo que si todo va bien os hablaré mañana. Una impresionante película.