[TV] Cosas de series; al espacio, a por la aventura

Televisión

Dos series centrarán nuestra entrada de aventuras espaciales de esta semana. Con una no nos detendremos mucho… con la otra… ya veremos.

Sol y futurismo en las fotos que acompañan a la entrada de hoy. Desgraciadamente, de este sistema solar en el que vivimos, sólo tengo fotos de un planeta. Y no creo que pueda resolver esta carencia en mi vida actual… ¿Quizá en la siguiente?

The Book of Boba Fett se puede considerar como un derivado, spin-off que se dice en inglés, de las aventuras del Mandaloriano y Baby Yoda (me niego a llamarlo por su nombre que, al menos en castellano, es H O R R I B L E). Boba Fett, en la trilogía original, era un villano instrumental, que no tenía mucho tiempo en pantalla, y que finalmente se convertía en un personaje chusco por su final en las azarosas manos de un Han Solo cegato. Sinceramente, nunca tuvo más trasfondo, un personaje utilitario dentro de la historia. La flojísima trilogía de los episodios I, II y III lo presentaba de niño, como un clon del mercenario original del ejército de clones, cuyo actor, el adulto (Temuera Morrison), ha sido rescatado para dar cara al Boba Fett adulto… como son clones. El personaje ya apareció en la interesante que precedió a esta, y Disney vio una oportunidad de explotar al personaje, acompañándolo de otro personaje, que no aparece en las películas, la asesina Fennec Shand, interpretada por una mucho más interesante Ming-Na Wen. Y aquí viene mi principal crítica a la serie. Aparte de estar rodada claramente con menos medios que sus predecesora, ni el personaje principal ni su actor tiene el nivel para arrastrar esta serie. Si además la historia no está especialmente bien trenzada, con idas y venidas a base de flashbacks,… pues ha tendido en muchas ocasiones al aburrimiento. Lo cual… es una lástima, por que una serie con más acción, y buenas dosis de humor e ironía protagonizada por Wen, hubiera funcionado sin duda mucha mejor. Pero se está viendo que los fans de Star Wars son en su mayoría misóginos… muy lamentablemente, y Disney dosificará los protagonismos femeninos lo justito para no ser acusada de ser poco diversos. Creo que sus creadores eran tan conscientes de las debilidades de la serie, que acabaron cediendo el protagonismo de dos de los siete episodios al muñequito más famoso de la actualidad y al cara de metal brillante que le acompaña. Producto fallido, aunque no catastrófico.

Y hemos asistido a la temporada final de The Expanse. Sin duda, la mejor aventura espacial televisiva desde la versión renovada de Battlestar Galactica. No es casualidad que el creador de estas aventuras rebautizase la abandonada MCRN Tachi como Rocinante, el jamelgo sobre el que Don Quijote, acompañado del realista Sancho inició sus aventuras por las llanuras manchegas y más allá en el llamado Siglo de Oro español. Siglo de Oro en la cultura, porque al final significó el retroceso de la capacidad política del país a unos niveles de los que nunca se ha acabado de recuperar, gracias a una tradición de gobernantes incompetentes, sólo salpicada por breves y honrosas excepciones en estos últimos 400 años. Y hago este comentario al parecer no pertinente, porque la serie en cuestión es ante todo una reflexión sobre la política y la dirección de los asuntos humanos como especie social, como la sociedad que conformamos. Una sociedad que, en este universo imaginado, se ha extendido por el Sistema Solar y comienza su expansión más allá.

Debemos considerar que toda la historia de la protomolécula no es más que el enorme macguffin que sirve para desarrollar lo que realmente importa en esta serie sobre la expansión de la serie humana en el espacio y en el humano. Que lo que importa realmente es hablar de los desequilibrios del poder, de las desigualdades de la especia humana en el acceso a los recursos, a la riqueza, de la carencia de ética de los políticos, del militarismo como peligro constante para la resolución justa de los asuntos, de la importancia de la diversidad cultural y humana… esos son los temas importantes de la serie. Y Holden (Steven Strait) a bordo de la Rocinante, junto con su conflictiva pero leal tripulación de sanchos más o menos juiciosos, se convierte en el quijote idealista que intenta ofrecer un punto de vista ético, justo y equitativo a las soluciones a la sucesión de crisis que amenazan constantemente a la especie humana. Sin pararse en concesiones a las consecuencias de los actos injustos, que ocasiones millones de víctimas humanas. Y sin maniqueísmos, pues el presunto canalla criminal puede tomar la decisión ética adecuada si se le da la oportunidad, mientras que el respetable político u hombre de negocios, en el fondo, y también muchas veces en la superficie, es y siempre será un desalmado sin escrúpulos. Mención especial a algunos intérpretes de un reparto muy coral como para hacer justicia a todos; Shohreh Aghdashloo en uno de los más complejos e interesantes papeles, la secretaria general de Naciones unidas Avasarala, Thomas Jane en su limitado papel de detective Joe Miller, unos de los impulsores de la acción inicial, y Cara Gee, la cinturiana Camina Drummer, de cuyo personaje no me importaría nada ver un buen spin-off. Muy recomendable. Altamente recomendable. Aunque hay que verla con paciencia y atención para encontrarle la sustancia. Porque, en muchas ocasiones, es un buen guiso que se cuece a fuego lento.

[TV] Cosas de series; el universo… los universos…

Televisión

Esta semana nos vamos al ámbito de las series de fantasía y ciencia ficción. Nunca sabré porqué en las librerías, en las plataformas de televisión bajo demanda, en las clasificaciones de película… ponen juntas con frecuencia estas dos categorías. Porque para mí, aunque de fondo puedan tratar los mismos temas, como muchos otros géneros, son dos cosas totalmente distintas. Entiendo que haya algunas confusiones. Que se clasifique Star wars como ciencia ficción simplemente por su aspecto futurístico, sus robots y sus viajes espaciales, aunque sucediese hace mucho mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana, no deja de ser un error. Con su fuerza mística y su desprecio absoluto por las leyes de la física, es claramente una saga de fantasía, no de ciencia ficción. Pero ya digo que normalmente a mi no me parecen dos géneros realmente emparentados. O por lo menos, no más que el western y la ciencia ficción, frecuentemente emparentados en las aventuras espaciales. O las literatura política y la fantasía, también muchas veces entrelazados o vinculados.

Parte de la temporada de la serie de fantasía de hoy transcurre en Cittàgazze, con un ambiente claramente mediterráneo y nombre de resonancias italianas. Que me recordó mucho a las ciudades a orillas del Adriático en el norte de la península de Istria, que aun perteneciendo a Eslovenia, no pueden negar su influencia de la Serenissima Repubblica.

His dark materials es una serie de fantasía. Incluso si en esta su segunda temporada han utilizado conceptos científicos, como la materia oscura de los físicos teóricos y astrofísicos, o la teoría del multiverso,… que no está claro todavía si es una teoría científica porque no se sabe si es falsable. He de decir que no estaba claro que fuese a ver nuevas temporadas de esta apuesta de HBO por la fantasía tras el final de los «tronados«. La primera temporada me dejó un poco frío. La trama no me enganchó. No acabé de empatizar con la chica protagonista, Lyra (Dafne Keen), ni con casi ningún otro personaje de la serie. Ni siquiera la ¿mala de la serie?, Mrs Coulter, a pesar de ser interpretada por la muy muy solvente Ruth Wilson, acababa de aportar la sal necesaria para dar sabor a la serie. Al final decidí darle una oportunidad, y he de decir que la segunda temporada me ha enganchado más. La trama ha estado más organizadamente dinámica, y los personajes han crecido en profundidad. El personaje de Wilson ha ido ganando en profundidad y le ha ido aportando el sabor que le faltaba a la serie, mientras que la pareja de adolescentes protagonistas, siendo manifiestamente mejorables, han hecho un trabajo suficiente. Y sobretodo, ha habido alguna trama secundaria interesante, que rellena adecuadamente el conjunto de los siete episodios, un número moderado para lo que se lleva, pero suficiente. Alabo que no se estiren más de la cuenta las temporadas. Seguiré viéndola. Si se sigue animando, la probable tercera y última temporada puede ser realmente interesante.

The Expanse sí que es ciencia ficción. Mezclada con tramas políticas, y con tramas personales de unos personajes con los que uno empatiza. Protagonistas o secundarios, es difícil marcar divisiones entre ellos, es muy coral y hay un buen reparto de pesos a lo largo de diez episodios en los que no sobra ninguno. Desde mi punto de vista, la mejor aventura espacial desde la reinvención de Battlestar Galactica. ¿Y The Mandalorian, preguntarán algunos? No juegan en la misma liga. Las aventuras del del casco y Baby Yoda son un entretenimiento ligero comparado con la intención y profundidad de The Expanse. Es mucho más complejo poner en marca una maquinaria como la de esta última, frente al sencillo esquema de aventuretas de la del universo Star wars. Que además entra más, según mis apreciaciones iniciales, en el mundo de la fantasía que de la ciencia ficción. Me cuentan que ya sólo queda una sexta temporada para los tripulantes de la Roci. Reconozco que agradezco mucho a Amazon Prime Video por haber impedido que se nos perdiera una serie tan interesante como esta sin un recorrido amplio y suficiente. Con ganas de ver el desenlace.

[TV] Cosas de series; para Navidad, aventuras espaciales

Televisión

Bueno… pensaba que hoy tampoco iba a tener tiempo para actualizar este Cuaderno de ruta. Últimamente he bajado algo el ritmo. Líos por otros lados. Pero «gracias» al mal tiempo que reina en la península en general, y en Zaragoza en particular, apetece poco salir a la calle, y me está cundiendo la tarde. Esta mañana, por unas idas y venidas que me ha tocado hacer en el trabajo, me he quedado con pocas ganas de salir a más idas y venidas por la tarde.

Ya que ha salido por ahí la familia Trapp, pues vámonos a darnos un paseo por Salzburgo, un rincón del sistema solar que nos vale tanto como cualquier otro en esta entrada de aventuras espaciales.

Durante el período navideño, y hasta un poquito después, fui siguiendo varias series con algo en común. Son… AVENTURAS ESPACIALES… uno de mis géneros favoritos, aunque pocas veces me satisfaga la que veo. Pero bueno. Seamos optimistas en esta ocasión.

En primer lugar, The Mandalorian. Bueno. Esta no ha sido del periodo navideño especialmente. Venía de antes. Pero la he terminado de ver a finales de diciembre. La nueva serie del universo Star Wars que tiene como protagonista un mandaloriano (Pedro Pascal), un tipo de la especie/el gremio/la secta o lo que sea de Boba Fett. Pero en majo. Y con él, la sensación de la temporada, ¡¡¡BABY YODA!!!… un pequeñín, poco más que un bebé de 50 años, de la especie del maestro jedi. Ese no es su nombre oficial… pero a falta de otro, es el que se ha popularizado en la red de redes. En esencia es un «space western» con un trama del tipo «El fugitivo», bastante eficaz, que se ha ido viniendo a más conforme avanzaba la temporada. Y que en general es lo mejor que se ha visto de la saga en mucho tiempo. Superproducciones en forma de largometrajes incluidas. Esperando con ganas futuras temporadas.

Netflix nos ha traído la segunda temporada de Lost in Space, la reimaginación de la serie de los sesenta, que ya tuvo una (flojísima) versión cinematográfica hace algo más de 20 años. La primera temporada me pareció algo flojita. Pasable pero flojita. La segunda ha tenido más miga, y habido varios momentos en los que la trama me ha enganchado bastante. Pero tiene un problema. Con alguna notable excepción, la familia Robinson me parecen prácticamente insoportables. Que los expulsen al frío espacio exterior por una esclusa por favor. Y hagamos algo interesante con los demás. Anécdota. Angela Cartwright, una de las niñas de la familia Trapp en The Sound of Music [Sonrisas y lágrimas], creo que es la única que sale con más o menos importancia, en las tres versiones de la historia.

Y finalmente, Amazon Prime Video ha recuperado y nos ha traído la cuarta temporada de The Expanse. Esta aventura espacial que, hasta esta temporada, no había salido de nuestro sistema solar, con los dimes y diretes entre terráqueos, marcianos y cinturianos, más la aparición estelar de la protomolécula alienígena, ahora nos lleva a otros mundos, donde aprovecharán para crear tramas claustrofóbicas con cuenta atrás. Lo cual siempre suele funcionar. Como subtramas, politiqueos en la Tierra, complots en Marte y a los cinturianos que les salen rebeldes peligrosos en sus filas. La verdad es que me lo paso muy bien con esta serie. Esta escalando puestos bastante ágilmente entre mis aventuras espaciales favoritas. Y, aunque el nivel de interpretación es variopinto, hay gente bastante buena, y otros no tanto, la verdad es que el desarrollo de caracteres está bastante bien.

[Libro] El despertar del Leviatán

Literatura

Tras la tercera temporada de The Expanse, me empezaron a entrar ganas de leer los libros originales en los que se basa la película. La serie está muy bien, pero no se puede negar la complejidad de la trama y la sensación de que hay momentos en la que se acelera y se están dando cosas por dadas, por sabidas, que no están tan claras. Así pues, y dado que la cuarta temporada tardará, por el retraso que producirá el cambio de plataforma que la va a producir, en este tiempo me puedo plantear y leyendo de vez en cuando alguno de los libros de la saga en la que se basa. Mi creencia era que cada temporada adapta uno de los libros. Ahora ya sé que no. También sé que no está toda la saga traducida al castellano. Y que me voy a tener que pensar si piso el argumento de la serie leyendo antes los libros, o estos los dejos para después de las distintas temporadas, para ir afianzando la historia.

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No tengo fotos de naves espaciales… así que nos conformaremos con las naves atmosféricas, las que necesitan la sustentación del aire para volar y desplazarse. Como los aviones en exposición el Museo Dornier de Freidrichshafen, Alemania.

De momento, he ido con el primero de la saga escrita por James S. A. Corey. Ejem… Primera cuestión, esta tal Corey no es un señor, son dos; Daniel Abraham y Ty Frank. El primero es un escritor relativamente prolífico en los géneros de ciencia ficción y fantasía, tanto en relato como guionizando historietas. En ocasiones para encargos de franquicias más o menos populares. Frank parece que viene de ser asistente de George R. R. Martin, el autor de la saga de Canción de hielo y  fuego (más popularmente, Juego de tronos). En general, se sitúan por lo tanto en medio de la producción más comercial de estos géneros. Lo cual no es bueno ni malo, pero sí nos habla de un cierto estilo.

Este libro, al contrario de lo que yo pensaba, no se corresponde con la primera temporada de The Expanse, sino que su acción se extiende hasta una buena parte de la segunda temporada. La historia, familiar a los aficionados a la serie televisiva, trata de las tensiones sociopolíticas en una humanidad que ha realizado su primera expansión por el Sistema Solar, colonizando la Luna, Marte, un cierto número de asteroides y algunos satélites de los gigantes gaseosos. Lo cual también ha provocado la pérdida de la unidad política, con el sistema Tierra-Luna como la potencia establecida, Marte como la potencia emergente, y con el sistema del cinturón de asteroides reivindicando su independencia. Y una serie de empresas aprovechando para obtener beneficios. En estas estamos cuando una serie de extraños eventos en los que se ve involucrados la tripulación de la nave espacial Canterbury, llevarán a tomar conciencia de que se ha descubierto una extraña forma de vida alienígena, ajena al sistema solar.

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Entre los elementos positivos de la serie está el rigor en el respeto a las leyes de la física que hace que pueda entrar dentro de la denominada ciencia ficción dura. La única disgresión que se permite, además de la especulación sobre la vida alienígena, claro, está en la alegría con la que consumen combustible para ir de un lado al otro por el sistema solar, en lugar de confiar en las leyes de la mecánica celeste. No sé combustible gastan esta naves… pero parece que cunde bastante.

Entre los elementos negativo… no carece de los recursos propios de la narración «prefabricada», esa que deben enseñar las universidades americanas en sus seminarios de literatura creativa, y que parece que consisten en enseñar a los futuros escritores a escribir todos igual y utilizando los mismos recursos y los mismos esquemas argumentales. Pero no está nada mal. Es entretenida. No es literatura de primera, pero tampoco es vulgar «macdonald’s» literario, tiene un razonable nivel. No hay motivo para el sonrojo, aunque tampoco estén a la altura de los grandes escritores de la literatura de anticipación. Es un producto de consumo muy digno, y recomendable para los amantes de la space opera, que pueden acercarse a este libro sabiendo que hay muchas muchas muchas muchas mucho peores, y que no hay tomaduras de pelo, hay unas dosis más que razonables de rigor.

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[TV – Series] The Expanse,… el sistema solar en guerra

Televisión

Justo el día en que la leyes de la mecánica celeste determinan que nuestra Luna va a quedar ensombrecida y ruborizada por la impertinente interposición de la Tierra entre el satélite y el llamado astro rey, Sol, que no es más que una estrella más, vulgar y corriente, de clase espectral G2, como muchas muchas muchísimas que hay en nuestra galaxia y no digamos en el universo, me animo a comentar la temporada tercera de The Expanse. La expansión.

Casi con toda seguridad la mejor space opera, actual de la televisión. No es que haya muchas más. Pero alguna hay, y esta es una producción bastante interesante que ha ido ganando en interés con el tiempo. Y esta temporada, además, ha estado dividida en dos partes, cada una de las cuales ha tenido su dinámica propia y sus logros. El caso es que estoy lo suficiente enganchado a las aventuras de la tripulación de la Rocinante, antigua MRCN Tachi, como para que incluso haya empezado recientemente a leer las novelas de James S. A. Corey, seudónimo conjunto de los escritores norteamericanos Daniel Abraham y Ty Franck, con la primera de la saga, El despertar del Leviatán. Aun me falta bastante para terminarla, pero ya adelanto que es una novela más simpática y entretenida que brillante.

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En el Parc des Deux Rives (parque de las dos orillas) en Estrasburgo hay representado un sistema solar a escala, con los planetas exteriores, más allá del cinturón de asteroides, muy separados unos de otros…

Si la semana pasada hablábamos del miedo de los seres humanos a las inteligencias no humanas, refiriéndonos a la singularidad tecnológica o inteligencia que surge a partir de las creaciones de los propios humanos, en esta ocasión el miedo o el peligro procede de las inteligencias alienígenas. O incluso de la existencia de una vida alienígena que, con inteligencia o sin ella, tal y como la definimos, pueda ser una amenaza para la especie humana. Porque quien te dice que a una especie alienígena hipotética se le puedan aplicar los mismos caracteres que a la psique humana. Vulgar antropomorfismo del que a duras penas nos deshacemos. El caso es que, aunque de momento no hay señales que indiquen que vivamos en un vecindario estelar plagado de vida y civilizaciones alienígenas, el tema ha sido motivo de cierta preocupación desde el siglo XX y hasta nuestros días.

H.G. Wells y su guerra contra los marcianos llevada varias veces al cine y televisión, y que causó el «famoso» pánico de la retransmisión radiofónica de Orson Welles. Toda la neurosis de los avistamientos de platillos volantes tras la Segunda Guerra Mundial, y las teorías conspiranoicas del Área 51 y similares. Las múltiples imaginaciones que la literatura de anticipación ha realizado del primer contacto con una inteligencia alienígena. Alguna de ellas muy pesimista, como la teoría del bosque oscuro que comentaba hace unos meses a propósito de una celebrada trilogía de un escritor chino. El proyecto SETI, para buscar hombrecillos verdes a través del análisis de las señales recibidas por los radiotelescopios. Incluso algún destacado científico ha hecho hincapié en la conveniencia de NO buscar hombrecillos verdes, que podrían tener mala leche… o directamente provocar un choque cultural, en los que siempre sale perdiendo la cultura más atrasada tecnológicamente.

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… y los planetas interiores, entre el Sol y el cinturón de asteroides, muy cerquita unos de otros.

Pero si en la expansión de la humanidad por el Sistema Solar surge el problema del contacto con la vida alienígena, tema que ha cobrado una especial relevancia y trascendencia en la segunda mitad de esta tercera temporada, no deja de reflejar de fondo las miserias de la política y las relaciones sociales humanas. Esa lucha por la hegemonía en el sistema solar entre la potencia antigua, la Tierra representada por las Naciones Unidas, y la potencia emergente, la República Congresual de Marte, con las discriminadas y poco consideradas colonias del cinturón de asteroides y los planetas exteriores como pringaos de la función, no deja de representar situaciones similares en nuestra sociedad actual, cuando sólo una docena de hombres han caminado sobre un astro distinto de la Tierra, la Luna que se eclipsará esta noche, y unas cuantas decenas han estado en órbita alrededor del planeta.

Bueno. Pues muy entretenido oye. Tal es, que me llevé un disgusto cuando oí que Syfy no iba a renovar una cuarta temporada. Muchos esperaron que fuese Netflix que emite con posterioridad la serie por todo el mundo, retomase la producción, que no debe ser de las más baratas de la televisión. Pero no,… ha sido Amazon Studios la que ha recogido el desafío. Pues nada… A por ello.

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Y luego ya cruzas la pasarela y estás en otra galaxia, la Germánica Galaxia.

[Televisión] Cosas de series; poniendo orden… que traigo varias

Televisión

Cuando la semana pasada dije en mi entrada televisiva que me dejaba dos series para comentar esta semana, no era consciente de que había alguna más que había olvidado, y que iba a terminar dos series más, añadidas a las que conscientemente dejé en el tintero. Como voy a tardar en hacer otra entrada televisiva, vamos a ver si dejo un comentario de todo lo que tengo atrasado.

Grey’s Anatomy – temporada 13

Sí. Es mi guilty pleasure por excelencia. Por qué sigo viendo esta serie está fuera de toda lógica. Yo era otra persona cuando empecé a seguir esta serie en 2005. Es un culebrón que constantemente se mueve entre el absurdo y el exceso, teniendo más vocación de drama de instituto que de drama médico. Y encima, 24 episodios por temporada… excesos por todas partes. Mi recomendación, siempre, es «no merece la pena». Pero si os engancháis a algo de esto,… dejaos llevar y disfrutar. Al fin y al cabo, todos tenemos derecho a algunos guilty pleasures.

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Como los escenarios han sido muy diversos, voy a hacer un recordatorio de mi Tumblr viajero, con algunas fotos de los lugares que están apareciendo últimamente, años 2004 y 2005. En el encabezado, Holland Park en Londres. En esta fotografía, la catedral de Santo Domingo de la Calzada, La Rioja (España).

Broadchurch – temporada 3

Esta serie británica es una buena serie policiaca. Probablemente porque los casos policiacos son una mera excusa para desmenuzar las grandezas y las miserias de las comunidades humanas. Con una pareja protagonista que ha alcanzado un razonable equilibrio entre el histrionismo de David Tennant y la actuación mucho más contenida de Olivia Colman. Ambos son buenos intérpretes, aunque cada uno a su modo. En esta tercera temporada, de todos modos, los guionistas de la serie han dado una tregua a sus torturados personajes, que han actuado más de guías en una nuevo paseo por esta pequeña comunidad inglesa, idílica aparentemente, pero en la que las miserias humanas también residen. En esta ocasión, a propósito de los crímenes contra la libertad sexual contra las mujeres. Me sigue pareciendo recomendable. Ha perdido intensidad, pero no profundidad.

Ha sido, al parecer, su última temporada, quizá de ahí venga la intención de sus creadores de dejar a sus personajes con el espíritu relativamente en paz. No ha sido un mal final.

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Castillo de Peracense, Aragón (España)

Lucifer – temporada 2

Siempre tuve la sensación de que esta serie fue un relleno que les funcionó bien y se ha convertido en un éxito. Bien valorada por público y crítica. El esquema es el típico de policía (Lauren German) a quien ayuda un no policía (Tom Ellis). Lo que pasa es en esta ocasión, en lugar de un científico, un médico, un escritor, un antropólogo o similares… es el propio diablo, Lucifer, hijo de Dios… y de una señora que está muy buena (Tricia Helfer).

Por otra parte, también he pensado siempre que su premisa de base no daba para mucho. Su segunda temporada también ha estado entretenida, mezclando el procedimental policiaco con el arco argumental de la madre de Lucifer que se ha escapado del infierno y ronda por la Tierra. Pero sus 18 episodios respecto a los 13 de la primera temporada me han parecido excesivos. Y también le ha pasado otra cosa. Aunque su protagonista masculino se sostiene muy bien, la femenina se ha ido viniendo abajo. Especialmente por las excelentes presencias de la madre de «Luci», de la loquera (Rachael Harris), de la diablesa (Lesley-Ann Brandt), e incluso de la forense o policía científica (Aimee Garcia). Cualquiera de ellas ha tenido momentos mejores que la protagonista.

En fin… arco argumental terminado, ya veremos si aguantan el tipo con una nueva historia de fondo.

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Canal del Midi a su paso por Toulouse (Francia).

Tokuyama Daigorō wo dare ga koroshitaka (徳山大五郎を誰が殺したか?)

Esta «¿Quién mató a Daigorō Tokuyama? es una serie japonesa de 12 episodios de algo más de 20 minutos de duración, que se puede ver en Amazon Prime Video. Basta con que tengáis una suscripción premium a Amazon, esa que tiene mucha gente para que los envíos salgan gratis, para poder disponer de esta y otras diversas series y películas. L lástima es que no es compatible con el Chromecast y no la puedo ver en el televisor. Pero así, con episodios cortitos, se convirtió durante un par de semanas en lo que veía al acostarme, mientras conciliaba el sueño.

Una clase de adolescentes en un instituto femenino japonés se encuentra una mañana al llegar a clase a su profesor, el Daigorō Tokuyama del título, sentado, muerto, apuñalado, en uno de los pupitres de la clase. Las chicas, en lugar de salir corriendo e informar, lo esconden en una taquilla y deciden investigar quién lo mató.

Con ciertos regustos a cierta película, muy divertida, de Alfred Hitchcock, estamos ante una curiosa serie que se mueve entre el absurdo y el policiaco, en un microcosmos en el que aparecerá la corrupción, el acoso sexual, las complejas y crueles relaciones entre adolescentes, las mafias,… Todo ello rodado con una técnica oscura, con fuertes dominantes de color, a veces fríos, a veces cálido, y con un conjunto de jovencitas niponas de lo más inquietantes, aunque muy monas muchas de ellas. Es curiosa. Y creo que está bien. Yo me he divertido. Dadle una oportunidad si podéis. Eso sí, no está doblada al castellano y tendréis que verla con subtítulos.

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Ermita de Santa María de Iguacel, en el Pirineo aragonés (España)

The Expanse – temporada 2

No, no llega al nivel de Battlestar Galactica, pero sí, sí es una buena space opera, de lo mejor que he visto en televisión. Es cierto que dentro de lo que es ciencia ficción se toman sus licencias con la parte «ciencia», pero definitivamente on esta segunda temporada han consolidado una serie que empezó un poco morosa en su primera temporada, sin acabar de definirse, presentando a muchos personajes y muchos escenarios, y tardando en hacerlos confluir.

Pero en esta segunda temporada, el drama político-bélico de acción ha estado bien coordinado, y hemos asistido con interés a las aventuras de los tripulantes de la Rocinante, me encanta que tenga este nombre la nave espacial, mientras recorre de un lado a otro el sistema solar, al mismo tiempo que en paralelo se iban desarrollando otros dramas relacionados. Me he divertido. Bastante. Ya tengo ganas de una tercera temporada, que imagino no llegará hasta la primavera del año que viene como pronto.

No es perfecta. De hecho, esta segunda temporada que ha tenido momentos muy buenos, ha venido en su recta final hasta cierto punto lastrada por el excelente episodio 5 Home, que está lleno de acción y emoción. Casi se podría decir que ese episodio ya justifica la preparación del mismo en el inicio de la serie, sin problema, y que está a mayor altura que muchas producciones cinematográficas situadas en el espacio. Como digo, lastrando la serie en el resto de la temporada ya que, aunque ha seguido con buen tono, no han sido capaces de volver a conseguir un pico de emoción del mismo nivel, ni siquiera en el capítulo final de la temporada.

En fin… que las cosas están calientes en el Sistema Solar de dentro de tres o cuatro siglos. Veremos que pasa en el futuro.

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Y un recuerdo de mi viaje más reciente, Constanza (Alemania)

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; tras acabar con Napoleón y temblar por amenazas biológicas estelares, limpio mi cartelera

Televisión

Sí. Básicamente esta semana me he dedicado a limpiar mi cartelera. Porque no tengo tiempo de ver tantas series… Por ejemplo, hasta hace poco solía ver un episodio de una serie mientras comía al llegar a casa después de trabajar. En las últimas semanas apenas he podido hacer tal cosa. Y las que se me han caído de la cartelera son casi todas ellas productos de esta temporada, recién estrenados. No voy a seguir Outsiders, Mercy Street, Jericho, The Magicians y Second Chance. Ninguna de estas series ha conseguido engancharme realmente. También están en el alero Lucifer, notable bajón de interés entre el piloto y su segundo episodio, y American Crime Story. Esta última, un estreno de la última semana que pretende reproducir el caso O.J. Simpson, y que llama la atención por su reparto lleno de nombres conocidos. Pero ya veremos… Realmente, tengo la sensación que poco se pierde no viendo cualquiera de ellas. Y todas estrenadas en las últimas semanas…

La novedad del mes de enero que se ha afianzado totalmente en mi cartelera televisiva es Billions, que tras un comienzo dubitativo ha empezado a ofrecernos algún que otro episodio realmente bueno, con ese duelo entre Paul Giamatti y Damian Lewis, que paradójicamente no coinciden prácticamente en pantalla.

Como en otras entradas televisivas, un repaso a lo que pasar en mi tumblelog (enlaces al final). En el encabezado, paisaje cerca de Torre los Negros en Aragón (España). Y aquí, la iglesia del monasterio de Rueda, también en Aragón.

Como en otras entradas televisivas, un repaso a lo que pasar en mi tumblelog (enlaces al final). En el encabezado, paisaje cerca de Torre los Negros en Aragón (España). Y aquí, la iglesia del monasterio de Rueda, también en Aragón.

Pero tenemos dos finales que son interesante. En un caso es fin de temporada, para The Expanse, drama de ciencia ficción, y en el otro, final definitivo, pues se trata de la miniserie con la última adaptación de la meganovela de Tolstói War and Peace. La dos tienen algo en común. Empezaron un poco dubitativas, pero se fueron entonando con el paso de los episodios, ofreciéndonos tramos finales bastante interesantes. Pero son dos productos distintos.

En The Expanse se ha querido ver una nueva producción de ciencia ficción, una nueva space opera ilusionante para los aficionados al género, algo que se está buscando desde la existosa versión reimaginada de Battlestar Galactica. No la encuentro al mismo nivel. Diré que en Galactica, tras la interesante miniserie inicial, bastaba ver 33, el primer episodio de la primer temporada regular, para engancharse irremediable. Pedazo de guion y puesta en escena. En The Expanse, el interés ha tenido que ir construyéndose, especialmente conforme dos de sus tres líneas argumentales han ido convergiendo. La tercera línea, la que sucede en el planeta Tierra es muy insulsa. Pero la línea argumental que sucede en Ceres y la de los aventureros de la Rocinante han ido creciéndose. Al final, pura space opera con buenos mimbres, pero que todavía podría ser mejor. Ayudaría algunas interpretaciones más sólidas, apartado relativamente mediocre, y unos guiones un poco más cuidados. Estaremos al tanto.

Gran nevada en febrero de 2005, vista desde el tren Huesca-Zaragoza cerca de Tardienta.

Gran nevada en febrero de 2005, vista desde el tren Huesca-Zaragoza cerca de Tardienta.

Con respecto al drama de Tolstói… Un poco de antecedentes. Hay una novela que me apasiona, y que he leído dos veces, que salió de la pluma del ruso. Se trata de Ana Karénina, novela de cuyas adaptaciones cinematográficas desgraciadamente nunca he quedado satisfecho. Y el principal motivo de que me gusta la novela es porque de la pluma de Tolstói salió un personaje femenino absolutamente universal, el de Ana,… y que paradójicamente el conservador y moralista escritor ruso maltrata miserablemente, mientras que los hipócritas hombres con los que se mezcla salen de rositas. Y eso ha generado en mí una relación de amor odio con el escritor. Para unos, Tolstói se limita a reflejar con realismo las circunstancias de la época… Pero yo siempre he opinado que dada la evolución de la relación entre Lyovin y Kitty, Tolstói eran un moralista conservador que castigaba a las mujeres «pecadoras», igual que la sociedad de su tiempo las apartaba. Guerra y paz también es una obra moral. También en ella se castigan los «pecados» capitales,… lujuria, soberbia, avaricia, gula,… y también en ella se premian a los arrepentidos y sencillos. No he leído la novela… confieso que alguna vez me he quedado mirándola en alguna librería, y su tamaño me ha producido una congoja excesiva. Pero tengo indicios suficientes para considerar que hay una razonable fidelidad en esta adaptación que nos ocupa hoy para opinar sobre este conservadurismo moral del escritor. Por lo demás, la serie tiene unos primeros episodios normalitos, en los que su reparto de campanillas, muy desaprovechado en algunos nombres, no consigue aumentar el interés, para ir poniéndose más interesante conforme avanzan los episodios, ofreciéndonos un episodio final que es un auténtico largometraje sobre la ocupación napoleónica de Rusia. No ha estado mal,… pero tengo la sensación de que podría estar mejor, que debería estar mejor… y que como me pasa con Ana Karénina, me va a resultar difícil encontrar nunca una adaptación cinematográfica o televisiva a la obra de Tolstói. Igual me tengo que conformar con la parodia que en su momento nos ofreció Woody Allen.

Acantilados de Moher, Irlanda.

Acantilados de Moher, Irlanda.

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; entre la comedia y el drama, algo de ciencia ficción

Televisión

Mucho movimiento en mi cartelera televisiva en estos días previos a las fiestas invernales. Además de la space opera The Expanse, cuyo piloto comenté hace unas semanas, tenemos la segunda temporada de Transparent, excelente comedia dramática o drama con notas de comedia sobre las andanzas de los miembros de una familia con serias disfunciones, que fue una de las grandes y agradables sorpresas hace una año.

Y una miniserie de ciencia ficción, que se basa en la novela del mismo nombre de Arthur C. Clarke, Childhood’s End (El fin de la infancia). Leí esta novela hace ya años… no la tengo precisamente fresca en la mente. Sé de que iba, sé como terminaba, recuerdo perfectamente el tono de la misma, entre el optimismo de la utopía y la nostalgia de lo que se pierde. A partir de una invasión alienígena, formalmente benévola, se plantea la cuestión de la evolución trascendente, cuestión que también aparece en otra obra emblemática de Clarke, 2001, una odisea del espacio. Planteada como seis episodios emitidos de dos en dos, o una serie de tres largometrajes si lo prefieres, he visto la primera de las tres partes, en la que hay algunas diferencias con el original, pero mantiene su esencia. Sin embargo, no tengo claro que hayan dado con el tono, o no he recuperado el tono melancólico o nostálgico que como digo impregnaba la obra literaria. De todas formas, no está mal… y habrá que ver como sigue. Dentro de una semana os lo cuento.

2012. Encendido de la "Hulla", locomotora de vapor del ferrocarril minero de Utrillas, España. carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook.

Traigo hoy fotografías de lo que está saliendo últimamente en mi Tumblr, De viaje con Carlos (enlaces al final). Como los paisjaes de los «lochs» escoceses del encabezado, o la locomotora de vapor «Hulla» en Utrillas.

Hubiera tenido que ver el primer episodio de la cuarta tanda de Luther,… pero no me ha dado tiempo. Hay una cuestión que tengo clara… En Luther, «everything is better with Alice Morga (Ruth Wilson)», y todavía no sé si este estupendo, cínico y desalmado personaje vuelve o no vuelve….

Tengo también que comentar que he llegado a tres finales de temporada.

Dos comedias. Los diez episodios de Master of None, serie producida, escrita e interpretada por el norteamericano de origen indio Aziz Ansari, que nos ofrece la versión masculina y étnicamente diversa de Girls, con menos cinismo y más esperanza. Me costó un poquito arrancar, pero luego me fue entonando y he disfrutado mucho con la serie, con uno de los romances más simpáticos que se han podido ver en el tele últimamente. Si bien el final tiene un tono agridulce, no deja de ser una serie optimista, llena de buenas intenciones, sin llegar al buenismo tonto. Enamorado de la simpatiquísima Rachel (Noël Wells). Espero que regresen las aventuras de estos diversos y diversificados neoyorquinos de hoy en día.

O el magnífico «palazzo della Ragione» de Padua, en Italia.

Quienes no abandonan el cinismo y su mala leche, aunque también son capaces de ofrecer muestras de humanidad, son los profesionales sanitarios, médicos y enfermeras, de la sala de geriatría del Mount Palms Memorial Hospital en Long Beach, California, que conocemos en Getting On. En esta temporada, han seguido con sus absurdos y sus egoísmos particulares, mientras que sus ancianos pacientes contemplan sorprendidos las evoluciones de estos profesionales de la sanidad tan improbables, como humanos. Muy divertido el episodio en el que realizan un crossover con la serie inglesa del mismo título que adaptan para el público norteamericano.

Finalmente, hemos llegado al final de la segunda temporad de Fargo. En estos momentos, casi me atrevería a afirmar que esta serie es lo mejor de la ficción televisiva actual. Humor, drama, acción, ironía, un lenguaje cinematográfico de primer orden, excelentes interpretaciones,… originales sin perder el referente e inspiración que fue la película del mismo título. Ya he perdido la cuenta de escenas, episodios o personajes dignos de figurar en una antología de lo mejor de la historia de la televisión. Intérpretes bien conocidos del cine, que se ponen el mono de trabajo y se curran el personaje y la historia como uno más… fenomenales Kirsten DunstTed DansonPatrick WilsonJesse PlemonsJean Smart. Nos sabe a poco el tierno personaje que interpreta la encantadora Cristin Milioti, especialmente cuando tiene la visión que liga esta segunda temporada con la primera. Ya estoy deseando que vuelvan con una tercera temporada. Buenísimos.

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O el ocaso en los paisajes de la Cuencas Mineras de Aragón, cerca de la Hoz de la Vieja.

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; cuando el thriller y la novela negra se dan la mano con los superhéroes

Televisión

Esta semana he estado en modo casi monográfico.

Sí que al final de la semana pasada vi algún episodio de mis series habituales de cartelera…

No dejé de pasar el episodio de turno de Doctor Who… nos habían anunciado que Clara Oswald (Jenna Coleman) podía salir de la serie y podía ser en este momento, y uno no se pierde un momento solemne como ese…

También le he dedicado tiempo al adelanto de una nueva space opera que nos va a llegar desde SyFy… quien sabe si algún día darán con la receta que les permitió emitir algo tan estupendo como la versión reimaginada de Battlestar Galactica. The Expanse se llama el nuevo intento, no creo que llegue a tanto, pero de momento me apetece saber cómo sigue…

Pero bueno,… lo cierto es que como digo he estado en modo casi monográfico, dedicado a la nueva serie de los superhéroes Marvel que se puso a disposición del público por parte de Netflix el fin de semana pasado, Jessica Jones. Y me la he visto entera.

Estas series de superhéroes Marvel suelen tener Nueva York como escenario principal.

Estas series de superhéroes Marvel suelen tener Nueva York como escenario principal.

Una vez más lo digo. Normalmente, no me gustan las películas de superhéroes. Especialmente las de Marvel, aunque en general. En el mejor de los casos, me parecen productos estandarizados en los que una vez visto una película, vistas todas. En el peor, me parecen una exhibición de una serie de tipos ceñudos vestidos con pijamas de colorines haciendo el memo en situaciones ridículas. En el ámbito de las series de televisiones, hasta ahora sólo he estado enganchado a alguna, que he clasificado como un guilty pleasure. Incluso podría estar enganchando a alguna otra con el mismo nivel de interés. Series que me parecen malas, pero que por algún motivo no puedo dejar de ver. No entraré ahora a analizar esta peculiar incoherencia personal. Solo Agent Carter había conseguido gustarme realmente hasta ahora, y en gran medida se debe al encanto de su protagonista.

Pero hace unas semanas os comentaba mi sorpresa al darle una oportunidad a Daredevil, una serie con formato de thriller, en concreto de lucha contra el crimen organizado, bien planteada, bien rodada, bien interpretada, y en la que la cuestión «superhéroe» era sólo un punto más, que no molestaba. Después de la nefasta adaptación cinematográfica del personaje de hace algo más de una década, fue no sólo una sorpresa, sino un hallazgo. Me pareció muy divertida e interesante.

Fundamentalmente suceden en el barrio llamado Hell's Kitchen, la Cocina del Infierno.

Fundamentalmente suceden en el barrio llamado Hell’s Kitchen, la Cocina del Infierno.

Ahora nos llega una nueva superheroína. Más bien una nueva anti-superheroína. Porque Jessica Jones (Krysten Ritter) es una investigadora privada, amargada por diversos acontecimientos de su pasado, bastante asocial, con una marcada tendencia al alcoholismo… bueno… totalmente alcohólica, que además tiene «poderes». Es tremendamente fuerte. Y puede volar… bueno esto último,… lo hace muy mal. Su profesión y características personales la engarzan totalmente en la tradición de los investigadores privados de la novela negra americana. Y los responsables de la serie explotan ese ambiente a su favor.

Por otra parte, es un thriller. Hay un villano, Kilgrave (David Tennant). Y un enfrentamiento entre ambos que aunque tiene momentos físicos es sobretodo un enfrentamiento de inteligencias y un enfrentamiento psicológico. No ganará el más fuerte, Jessica, o el que tenga poderes más notables, Kilgrave. Ganará el que tenga más aguante, más inteligencia, más capacidad de sufrimiento, más paciencia, más capacidad de aguantar el envite final, vaya de farol, con las cartas marcadas o con una buena jugada. Y el villano es fundamental. Porque estamos ante uno de los mejores villanos de los últimos tiempos en televisión. Con una producción muy similar, con un planteamiento parejo, desarrollada en el mismo universo, en el mismo Nueva York que Daredevil,… Jessica Jones me parece muy superior porque el villano es mucho mejor, y el enfrentamiento mucho más personal.

Pero durante mi visita a Nueva York no paseamos por allí, aunque no estuvimos lejos.

Pero durante mi visita a Nueva York no paseamos por allí, aunque no estuvimos lejos.

Hay más personajes… de todo tipo, unos más conseguidos y otros menos. Fundamental Trish Walker (Rachael Taylor), la hermanastra de Jessica, que participa tanto en los momentos dramáticos como en los momentos ligeros. Impagable el momento «put a bullet in your head». Entre otros. Cargante el «novio» que se busca la guapa Trish, que me parece que aporta poco a la trama y a ratos molesta. Pero en general el reparto está muy bien en su conjunto. Bueno… todavía me pregunto si se han equivocado al poner en el reparto a Rebecca De Mornay, y si no, por cuanto habrá demandado esta a su cirujano plástico… Irreconocible.

Entendamonos. Es un producto de entretenimiento. Pero es un entretenimiento asumible por una persona adulta… no es necesario ser un adolescente o un friqui de los superhéroes para disfrutarlo y mucho. Dicen que este universo de superhéroes para adultos va a tener un par de variantes más. Pues a ver si les salen como los dos primeros y a disfrutarlos. Pero vaya por delante una afirmación categórica. Es el mejor producto sobre superhéroes, historieta, película o serie de televisión, que he visto en mi vida.

En cualquier caso, como muchas veces digo, Nueva York es un personaje más de estas series.

En cualquier caso, como muchas veces digo, Nueva York es un personaje más de estas series.