[Televisión] Cosas de series; en 3, 6, 10, 13, 20, 22 y hasta 24 episodios

Televisión

Es curioso. Desde que decidí que sólo escribiría de series de televisión cuando se me ocurriera algo que contar diverso, se me ocurren más cosas… En cualquier caso, la de hoy viene a cuento de que en estas semanas de mayo suelen terminar su temporada aquellas series que habiéndose estrenado al principio del otoño, finales de septiembre o principios de octubre, llegan hasta la primavera con 20 ó más episodios a cuestas. Esto es algo propio sobretodo de las series de las televisiones generalistas norteamericanas, un tipo de series que ha vivido en los últimos diez-quince años una época de oro, pero que para algunos es un modelo agotado.

Entre 20 y 24 capítulos son muchos. Es cierto que se extienden a lo largo de prácticamente tres trimestres. Entre septiembre de un año y mayo del siguiente suman unas 39 o 40 semanas. Un embarazo, vamos. Es decir, casi la mitad de ellas, especialmente en la época navideña y en otros acontecimientos de la sociedad norteamericana, hay interrupciones. Pero hay otros modelos.

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Repaso a lo que está apareciendo últimamente en mi tumblelog de viajes (al final, los enlaces); la playa de Peñíscola en el encabezado, o las estaciones de ferrocarril abandonadas en el Bajo Aragón en esta fotografía.

Por ejemplo, en la televisión británica existen series, generalmente muy prestigiosas, con temporadas de sólo tres episodios, que suelen ser auténticos largometrajes. Sherlock es un ejemplo claro. O Black Mirror

Es más frecuente que las series británicas, con una hora de duración, menos el tiempo de anuncios que no es mucho, tenga temporadas de seis a ocho episodios. Por ejemplo, Luther, aunque luego se ha asemejado más al grupo anterior. O Downton Abbey,… O Doctor Who,… Las de corte familiar pueden tener algunos especiales navideños. También hay comedias de situación, de menor duración, la mitad, con un número similar de episodios. A veces pueden aumentar el número de episodios, y en ese caso no es infrecuente que dividan la temporada en dos partes. Estamos por lo tanto ante producciones optan por gastar sus recursos en pocos episodios, pero intensos y muy cuidados. Está el tema de los capítulos de relleno… en las más caras… de los que hablaré más adelante.

2000, vacaciones en Menorca. carloscarreter.es | carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook

Recordando las vacaciones en septiembre de 2000 en Menorca.

Un modelo frecuente en las televisiones de pago, bien sea por emisión por cable o en los nuevos modelos de pago por visión o vídeo bajo demanda, las temporadas son de entre 10 a 13 episodios. También suelen ser series bien financiadas, que optan por echar el resto en pocos capítulos pero muy bien hechos. Game of Thrones sería el más representativo en estos momentos, pero también tenemos Shameless, Homeland, Jessica Jones, Girls, entre muchas otras. Como vemos, muchas de estas son de las series más prestigiadas. Como las británicas.

En este modelo, como en otros, solemos estar ante un esquema de una hora de duración para los dramas y media hora para las comedias. La duración exacta dependerá de la cantidad de anuncios que emite la cadena. Si la cadena es de pago, y no hay anuncios, estaremos en la hora de duración o la media hora. Si se financia con publicidad estaremos en los 42 minutos, o en los 23 minutos en el caso de las comedias de situación.

Estas duraciones no se cumplen en la televisión española. Tradicionalmente, en un modelo marcado desde los tiempos de la televisión única, estamos ante tandas de 13 episodios, que suponen un trimestre de emisión. Hay 52 semanas en un año. Lo que pasa es que las televisiones españolas tienen dos malas costumbres. Emiten muy tarde sus episodios, prácticamente a la hora de irme a dormir… por eso no veo casi, salvo alguna en diferido. Y encima son muy, muy, muy largos. Hablamos de 70 – 80 minutos de duración más la publicidad. Hora y media para un episodio, como poco. Si alguien se pregunta por qué veo pocas series españolas, empezará a encontrar algunas explicaciones. No las únicas, pero sí importantes. Si he dedicar hora y medio o más de mi tiempo a la televisión, de forma seguida, probablemente prefiera una buena película.

2001. Viaje a Bélgica. Brujas. carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook.

O un paseo en 2001 por el beguinaje de Brujas.

Y tenemos las series que comentaba de 20 a 24 episodios. A mí, este modelo cada vez me convence menos. El problema es que tiene muchos episodios de relleno, que son mero entretenimiento inane. Es cierto que hay excepciones a esta regla. Por ejemplo, el mejor episodio que he visto de la era moderna de Doctor Who, fue Blink, un episodio de relleno en el que, de hecho, la protogonista era Sally Sparrow (una jovencita y prometedora Carey Mulligan). Fijaos qué puntuación tiene en IMDb… un 9,8 sobre 10. Casi perfecto. O el Unfinished Business de Battlestar Galactica que, aunque menos apreciado por los votantes de IMDb, a mi me parece uno de los mejores de la serie. Y era un episodio de relleno, en el que de hecho no avanza la historia global. Además, y curiosamente, son episodios de bajo presupuesto, pero en los que los guionistas tienen ocasión de demostrar lo que valen. Pero esto no es lo habitual. Y por ello, culebrones como Grey’s Anatomy, que sorprendentemente sigo viendo, un auténtico «guilty pleasure», o comedias como The Big Bang Theory o Modern Family, que recientemente han terminado sus temporadas, cada vez me parecen más cansinas.

Apostemos por series de más calidad y con historias mejor tramadas y contadas. Cosas como Fargo… que es de lo mejor de lo mejor… por poner un ejemplo.

Pero… ¿de verdad que llevo ya 11 años viendo el culebrón de Grey’s Anatomy? Algo malo pasa en mi cerebro.

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O quizá sea hora de tomar unas cervezas en las terrazas de Nyhavn en Copenhague.

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; vuelve Black Mirror

Televisión

Poco hay que comentar de las series que habitualmente sigo, no hay novedades tan apenas. Todas siguen con sus cosas buenas y su cosas malas. A la espera de confirmar si The Americans mantiene el buen sabor de boca de su episodio piloto. El segundo episodio no estuvo mal, pero no estuvo a tanta altura. Ahora es momento de ir desarrollando un poco los personajes y las situaciones supongo. Y los Gallagher de Shameless siguen a un alto nivel de caos familiar. Lo demás, poco que reseñar.

Salvo que ha vuelto Black Mirror. Esta serie que tuvo una primera temporada con tres episodios fue muy celebrada por la reflexión que hacía sobre las nuevas tecnologías de comunicación visual. El mundo de la televisión, principalmente, aunque no sólo. Ha vuelto con un primer capítulo protagonizado por la interesante y guapa Hayley Atwell. El capítulo no ha estado mal,… salvo porque ha explorado un tema que ya se intentó en la serie precuela de Battlestar GalacticaCaprica. La posibilidad de reconstruir virtualmente la personalidad de una persona muerta a partir de los datos recogidos en los ordenadores y en las redes. Interesante de todos modos. Creo que es una serie a seguir. Veremos que dan de sí los siguientes episodios.

De todas formas, esta semana llevo mucho retraso con la visualización de las series. He estado liado. A veces como ayer que después de visitar algunas librerías que no conocía en el barrio de San Pablo, muy cucas, estuve de agradable cena con unos amigos.

Tiendas de diseño, librerías, imprentas, centros de música,... quien ha visto lo que era la calle de Las Armas.

Tiendas de diseño, librerías, imprentas, centros de música,… quien ha visto lo que era la calle de Las Armas.

Escenario al aire libre.

Escenario al aire libre.

San Pablo se asoma tras los edificios de la calle de las Armas.

San Pablo se asoma tras los edificios de la calle de las Armas.

Vivan los "jitanos",... pues "biban".

Vivan los «jitanos»,… pues «biban».

Comer, beber,... fotografiar.

Comer, beber,… fotografiar.

[Televisión] Cosas de series; vuelve, de alguna forma, Galactica

Televisión

Pocas cosas que comentar esta semana, en la que además llevo un poco de retraso con las series. Y algunas del otro lado del charco han hecho fiesta por las historia esa del Día de Acción de Gracias. Que maldita gracia les hizo a los nativos del lugar…

Canal plus se ha tirado a la arena internacional coproduciendo una serie policiaca con pretensiones. Va de un inspector de la policía sevillana. Falcón. No aguanté el primer capítulo entero. Un tostón. Adiós. The Mentalist, que está muy interesante, con su protagonista paseando por el lado oscuro, nos regaló un episodio con protagonismo de Lorelei Martins (Emmanuelle Chriqui). No me cansaría de llamar guapa a esta chica, pero es que además es un personaje que le da mucha salsa a la serie. Y el capítulo estuvo bien. Por lo demás, estoy a punto de abandonar Suburgatory. Con lo bien que empezó esta serie el año pasado, y es cada vez más sosa. En fin.

Creo que lo más interesante que puedo contar es el regreso de los cylones. Sí. Los de Galactica. Es precuela de la serie reciente, la buena, la que nos emocionó. Y se sitúa entre Caprica y aquella. Cuando Adama es un joven y temerario teniente recién salido de la academia militar, y están en plena guerra contra las «tostadoras». Se llama Battlestar Galactica: Blood & Chrome, y va saliendo en webisodios de unos doce minutos, dos a la semana, hasta un total de 10. Es decir, una película de 2 horas de duración. Supongo que si ven que tiene éxito podrían seguir adelante como serie de televisión, pero no es nada seguro. A lo mejor se queda simplemente en eso. Bueno. Menos da una piedra. En febrero, saldrá al mercado como película entera.

Locomotora nº 1 "Hulla" MFU

La «Hulla» en Utrillas… ¿una «ascendiente» lejana o una «descendiente» lejana de los cylones? No sé. Todo esto ha pasado antes y volverá a pasar. Tomada con una «analógica» Minox GT-E.

[TV] Caprica; lo que parecía, lo que fue y lo que pudo ser

Televisión

Me ha costado. Mucho más de lo que yo pensaba. Pero al final he terminado de ver Caprica, el spin-off en forma de ‘precuela’ de la excelente Battlestar Galactica. Y de alguna forma, me lo he tenido que proponer. Un poco a la fuerza. Por cabezonería. Quién lo iba a pensar cuando se estrenó el capítulo piloto en forma de telefilm haya por la primavera del año 2009. Un episodio piloto que me pareció sumamente interesante y que prometía mucho. Estaba claro que no iba a ser la serie madre. Que iba a ser otra cosa. Pero había buenos intérpretes, líneas argumentales interesantes y muy desarrollables, ideas,…

Sin embargo, la serie ha muerto por inanición. Por que no han alimentado esas ideas, esos argumentos y esos personajes. Por que no han alimentado correctamente al público potencial. Y porque la política de emisión de la serie en origen ha sido caótica. hasta tal punto que nunca tuve claro cuándo y dónde emitieron los últimos 5 capítulos que he terminado de ver recientemente. En fin. Pasaré a comentar esta fallida serie de ciencia ficción… o lo que fuera.

Lo que parecía

Pues parecía que iba a ser un apasionante retrato de una sociedad en vísperas de una revolución tecnológica que la sacudiese y la cambiase de arriba a abajo, a través del proceso de desarrollo de los nuevos seres metálicos, los Cylones. Con paralelismos evidentes con la sociedad norteamericana y mundial actual, que se está viendo sacudida por nuevas inestabilidades asociadas al terrorismo o al resurgir de grupos religiosos o antidemocráticos, mientras que la tecnología, especialmente la relacionada con la información y su difusión, ha producido una globalización de la misma que cambia la forma que tenemos todos de funcionar. Parecía una oportunidad inmejorable para reflexionar sobre las revoluciones tecnológicas e industriales, sobre las debilidades de las sociedades y de los imperios, sobre la manipulación de las gentes, al mismo tiempo que podía ser muy entretenido siendo fiel al espíritu de la serie original. No a la forma, ya que cambiamos una space opera con todo lo de espectáculo que conlleva, por una intriga empresarial y social.

Lo que fue

Pues lo que fue se ha visto condicionada por la falta de éxito de la serie. Evidentemente, el arco argumental estaba planificado a largo plazo, motivo por el que se introdujeron numerosas líneas argumentales en la serie, con un sinnúmero de personajes, más o menos importantes o accesorios. Las guerras empresariales, los mundos virtuales, las mafias, el terrorismo, las disputas religiosas, los intereses políticos,… Especialmente, tras el primer parón, en una huida hacia adelante, se introducen nuevos elementos, que aumentan la complejidad de la historia, justo cuando todo indica que va a tener un recorrido limitado. Como consecuencia, aunque tiene momentos muy buenos, también adolece de cierta confusión e indefinición sobre le camino que pretende tomar. Evidentemente, queda al final lastrada por el apresuramiento para cerrar como pudieron la serie. El último capítulo, que sin el epílogo final, podía haber quedado en un buen final de temporada. Quizá sólo le hubiese faltado el cliffhanger de rigor. Pero hubo que terminar la serie y entonces se añadió…

Lo que pudo ser

En los cinco últimos minutos del último de los dieciocho capítulos está la esencia, o se nos cuenta lo que debió ser la serie, bien concebida como una única temporada, o bien con todas las que hubo. En esos últimos minutos vemos surgir al primer skin-job (pellejudo), que es lo que realmente interesaba, ya que el diseño y multiplicación de los cylones metálicos parecían fáciles de explicar. Justamente ese epílogo ejemplifica que las ideas estaban ahí, pero que la serie no ha estado bien planteada, concebida y tratada. Y no ha progresado. Como se le permitió a su serie madre. También es cierto que, tras la miniserie inicial, la primera temporada de Battlestar Galactica es un ejemplo de cómo enganchar a la gente con pequeñas joyas de 40 minutos que son varios de los episodios de aquella temporada, que se pueden ver con afición independientemente del arco argumental global. Esto ha faltado en los enrevesados episodios de Caprica.

Conclusión

Para muchos hay una sensación de pena. Sigo pensando que había mucho material para hacer una serie interesante, a la que lo único que hubiera faltado es el apoyo del público. Pero no ha sido posible. Y han abandonado. La apuesta era arriesgada. El cambio de tono y orientación podía producir la desafección de los aficionados de las aventuras espaciales. Y no atraer lo suficiente a otros públicos que rechazasen la serie al verla como de aventuras espaciales, aunque no lo fuera. La cuestión es que parece que hay borrón y cuenta nueva, y que la cuenta nueva está en volver a intentarlo con las aventuras de un joven Bill Adama durante la primera guerra cylon. Algo más en la línea de las aventuras y de la space-opera. Empiezo a ser escéptico con el resultado.

Recomendación musical

Tanto la música de la serie madre, Battlestar Galactica, como la de la secuela, o precuela, como lo quieran llamar, Caprica, son del compositor Bear McCreary, y no están mal para escuchar como música ambiente poco intrusiva. En Spotify podemos encontrar el tema principal de Caprica.

Conjunción

Selene y Venus se hacen compañía en los cielos de Zaragoza en el amanecer del primero de marzo de 2011 - Panasonic Lumix LX3

A punto de salir para Amsterdam, me monto un fotoblog, y me dejan en ascuas con el cliffhanger del último episodio de Caprica

Fotografía personal, Páginas personales, Televisión, Viajes

Ufff, que estrés de título, ¿no? Y menos mal que no tengo película para comentar como la mayor parte de los martes, que si no el trabajo se me acumularía. O tendría que hacer más de una entrada en el día de hoy, y no tengo tiempo. Efectivamente, como ya se puede deducir del título, me voy a escapar estos días de fiesta a Amsterdam. Salimos mañana y hasta el domingo. Como es costumbre, si las conexiones a internet me bendicen, sabréis de mi viaje en estas páginas.

Ya visité Amsterdam hace 17 años, así que no era mi primera opción para un viajecito. Pero mejor es repetir un viaje que es factible, que empeñarse en algo nuevo que no puede ser. Curiosamente todavía no tengo digitalizadas las diapositivas de entonces, sólo un par de tomas en el museo del ferrocarril de Utrecht.

Vieja vaporosa Nº 8 en el Museo del Ferrocarril de Utrecht, Países Bajos - Canon EOS 100, EF 28-80/3,5-5,6 USM

Y por si fuera poco, explorando las posibilidades «fotográficas» del iPhone, y viendo a ver lo que se hace por la red, me he abierto un blog secundario que llamaré Fotos porque sí. No perderé mucho tiempo con él. Con un diseño básico, cada vez que me llame algo la atención y lo fotografíe con el iPhone, sobre la marcha los subiré al blog vía correo electrónico. Ayer por la tarde estuve haciendo pruebas, por lo que ya se pueden ver algunas imágenes. Ya veremos cuanto me dura el experimento.

Ha salido el sol en el Parque Bruil

Espero que nos haga sol durante el viaje, como el domingo en el Parque Bruil de Zaragoza; aunque dadas las latitudes que vamos, creo que la lluvia es inevitable - iPhone

Pero lo que me tiene jodido es que este fin de semana vi el último episodio de Caprica, la precuela de Battlestar Galactica, en uno de los mejores capítulos de lo que llevamos de serie, que terminó con un cliffhanger como de aquí a Valladolid, y me entero ahora que la emisión de nuevos episodios está parada hasta septiembre. Aggggg, ahora que se ponía interesante. Porque es una serie en la que había puestas muchas expectativas, con un excelente episodio piloto, que luego bajó un poco de tono, pero que poco a poco había vuelto a recuperar momento. No sé. Como falta mucho hasta que vuelva a empezar, igual me veo todos los capítulos otra vez y hago una entrada monográfica sobre el tema. Ya veremos.

En cualquier caso, me voy unos días de vacaciones. Y por cierto; para que veáis que no me olvido de hacer fotos con cámaras de verdad, aquí os dejo una del domingo por la tarde, momento en la que la climatología invitó a dar un largo paseo.

Canal

El Canal Imperial de Aragón a su paso por Zaragoza, poco después del cruce elevado sobre el río Huerva - Panasonic Lumix GF1, G 20/1,7 ASPH.

Battlestar Galactica; final,… para siempre, y que sea de verdad

Televisión

Allá por el mes de marzo, publicaba una entrada, una de las más populares que he escrito, sobre el final de la serie de ciencia ficción, Battlestar Galactica. Y anunciaba el final definitivo de la historia de los desencuentros entre humanos y cylones. Sin embargo, por aquel entonces ya se nos avisaba por parte de los productores de la serie, que habían quedado cabos sueltos, y que la cosa daba para más. Nos prometían que con el otoño llegaría una nueva entrega, en forma de largometraje para televisión, en la cual se nos contaría la historia desde el punto de vista de las máquinas. Pues bueno. Dada la alta calidad media de la serie, tampoco era cuestión de decir que no.

Y ya se puede ver por ahí esta secuela/precuela/lo que sea… The Plan se titula. El Plan.

Esto va a ser corto.

  • No aporta nada.
  • Desvirtúa o banaliza algunos hechos. Siempre es mejor dejar cosas sin explicar, que con una explicación decepcionante.
  • Ahora resulta que los cylon eran gilipollas. No cuadra.
  • Es mejor no verlo. Para qué. Sólo es una forma de ordeñar la vaca hasta dejarla exhausta. Sacar dinero. Porque no ha costado mucho. La mitad de lo visto son escenas rescatadas de la serie. Sólo llama la atención algunas escenas del ataque cylon a las colonias. Lo demás, tonterías.

El producto está terminado. Estaba terminado, ya. Que descanse en paz. En la memoria de todos nosotros. Fin.

La foto de hoy, de París, de las que estoy rescatando del olvido.

Noria de la Tullerías

Noria en Concorde, junto a los jardines de las Tullerías - Panasonic Lumix LX3

Miri y la Astral Queen (a modo de crónicas trekkies; 2)

Televisión

Comentaba el miércoles que un amigo me ha dejado los DVDs de la primera temporada de la serie original de La Conquista del Espacio. Ese fue el nombre con la que conocí la serie cuando era niño, así que… ese nombre le daré.

La verdad es que la serie es la caña. Desde dos puntos de vista. Si lo miras con los ojos de un ciudadano del mundo a finales de la primera década del siglo XXI, es que te partes. Es cierto que los creadores de la serie adelantaron algunos de los desarrollos tecnológicos del futuro, pero en otras no fueron muy sagaces. Lo cierto es que poca gente de aquella época lo fue. Cuando tenga más madura la idea, ya la desarrollaré. Pero si lo miras con los ojos de un ciudadano de cualquier provinciano país a finales de la séptima década del siglo XX, supongo que es una serie capaz de encandilar a la mente más soñadora, y de entretener a la más aventurera. Igual no están tan pirados estos trekkies. Bueno, cuando deciden vestirse todos con el esquijama, sí que están pirados. Por cierto, que tengo que averiguar qué significa el código de colores de los esquijamas.

Hoy comentaré dos curiosidades que han surgido en los capítulos que he visto.

La primera es sobre el episodio titulado Miri. En cuanto comenzó, ¡zas!, me vino a la memoria. Este episodio lo recordaba perfectamente de cuando era niño. Tal vez lo viese en la segunda tanda de emisiones que recuerdo, cuando titularon la serie al modo sudamericano, Viaje a las estrellas. Es lo más probable. Yo era más mayorcico. Recuerdo que me angustió en aquel momento. La verdad es que está muy bien. Muy «el señor de las moscas«. Y la chiqueta que hace de adolescente colgada del capitán, es un encanto.

Al comenzar a ver este episodio, me di cuenta que lo recordaba perfectamente, pero que había algo que me chirriaba. Hasta que decidí eliminar el color y verlo en blanco y negro. Y ahí estaba. Ese era el recuerdo. Aunque filmada en color, es evidente que la serie se rodó pensando en su emisión en blanco y negro. De echo, algunas combinaciones de colores resultan extrañísimas. Pero una vez puesto en blanco y negro, se ve muy bien. Esto es como Salomé en la Eurovisión. Aquella edición que se celebró en España, se emitió en color para aquellos países más adelantados que ya tenían esta tecnología. Pero la puesta en escena de la cantante se pensó para la España gris mediocre del franquismo. Y lo que los españolitos vimos fue un deslumbrante vestido blanco. Pero en realidad era de color azul celeste, muy chillón. Elegido para que diese bien en la tele en blanco y negro, pero causante de desprendimientos de retina en una tele en color. Pues eso… algo así con los colores de la teleserie.

Veamos el efecto del temible virus de la Tierra paralela sobre la estupenda ayudante Rand, en color y en blanco y negro.

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Momentos después de reprochar al capitán Kirk que no le mira las piernas.

La misma situación, pero en blanco y negro.

La misma situación, pero en blanco y negro.

Vayamos a la segunda curiosidad. En La Conciencia del Rey, el capitán liga con una bella actriz, hija de un tipo sospechoso de crímenes masivos. Un dictadorcillo reconvertido a la farándula. Ésta le comunica que van a trasladarse a su siguiente destino en una nave cuyo nombre el ¡Astral Queen! Pero, ¡alma cándida! ¡Si la Astral Queen es una nave prisión! ¡Cielos, me he equivocado de serie! La Astral Queen es una de la naves de la flota humana en Galactica. La base del avieso Tom Zarek. ¿Serían conscientes los creadores de Galactica que el nombre ya se había dedicado a una nave trekkie? ¿O es una coincidencia porque a quién no se le ocurriría ponerle el nombre de «reina astral» a una nave espacial? ¿Habrá un crossover en el futuro entre las dos series reimaginadas? Quién sabe.

En la foto de hoy, unos ababoles… amapolas en Castilla. En blanco y negro. Adivinad cómo se verían en color.

Amapolas

En los alrededores de Almudévar, Huesca - Canon EOS D60, EF 28-135/3,5-5,6 IS USM

Series varias: despedidas, cierres y nuevas incorporaciones

Televisión

En primer lugar, dedicaré unas líneas a la despedida definitiva de una serie de televisión que ha marcado época. Se trata de ER, en España, Urgencias. Con una realización que ha marcado tendencia en muchas otras series de temática muy diversa, se trata además de una de las pocas series, si no la única, que se ha aproximado al trabajo de los profesionales sanitarios con razonable veracidad. En la práctica, el resto de series de «médicos» u «hospitales» tienen poco que ver con la realidad del trabajo de estos profesionales.

Sin embargo, la serie fue razonablemente atractiva por una sabia mezcla de acción derivada del frenesí de la actuación de un servicio de urgencias, con las interacciones de unos personajes que crecían y se desarrollaban con el tiempo, y por los que podías coger cariño, amor, odio, manía,… de todo. Yo no he visto más que algunas temporadas y de forma intermitente. Me perdí todas las temporadas iniciales, cuando se hizo famoso George Clooney. Me enganché con el personaje de Abby Lockhart, mujer con un carácter entrañable, que empieza de enfermera, pasa a ser estudiante de medicina, hace su residencia y acaba siendo médico adjunto del servicio de urgencias hasta su salida de la serie al principio de la última temporada. Fue interpretada estupendamente por Maura Tierney. Es el cuarto personaje con más apariciones en la serie de toda la historia de la misma. Y mi favorito, claro.

La última temporada ha sido relativamente floja, porque se ha dedicado a cerrar hilos argumentales, y a homenajearse a sí misma con la aparición de múltiples cameos en distintos episodios de los personajes que fueron importantes en un momento dado. Pero me ha gustado verla, y dar un adiós a muchos de ellos.

A un nivel menos drástico, se han cerrado la primera temporada de United States of Tara y la segunda de Damages. Dos series emitidas por la televisión por cable norteamericana y de excelente nivel. Ambas son una demostración palpable de que temporadas de 9 a 13 capítulos son mejores que las de veintitantos.

Damages ya me gustó en la primera temporada; la segunda ha estado un poco más baja, pero bien en comparación con el panorama general. En cualquier caso, estará bien volver a ver cómo se hacen la puñeta mutuamente esas dos abogadas interpretadas de forma excelente por Glenn Close y Rose Byrne.

Las aventuras de Tara y sus multiples personalidades me han parecido un auténtico hallazgo, especialmente por el buen hacer de su protagonista Toni Collete. Pero no sólo ella. Todo los componentes de su disfuncional familia, y los actores que los representan, han estado a un nivel altísimo. Se ha convertido en una de mis series favoritas. Ganas tengo de que vuelva en su segunda temporada.

En cuanto a novedades de los últimos días, hay varias pero para saber si algunas de ellas merecerá la pena, habrá que esperar. Sólo comentaré dos nuevas incorporaciones.

Por un lado, un regreso. Volvemos a disfrutar y a sufrir con nuestro psicólogo favorito, interpretado por Gabriel Byrne, en In Treatment. Para mí, de lo mejor. Pequeñas obras de teatro de poco más de 20 minutos de duración, cinco por semana. Y con Dianne Wiest volviendo los «viernes» de cada una de estas semanas. Qué buenos diálogos, qué buenas interacciones, qué química… Y nuevos personajes con nuevos problemas… A no perdérselo.

Una de las carencias más notables desde hace unas semanas es la ausencia de algo bueno en el ámbito de la ciencia ficción, desde que se despidió Battlestar Galactica, de la que ya comenté de forma extensa su final. Pues bien, ya corre por ahí el episodio piloto de su spin-off, Caprica. La acción se sitúa 58 años antes del comienzo de la acción narrada en su serie madre. No es una space opera, así que el ambiente es distinto, pero por lo visto, volvemos a tener buenas interpretaciones y personajes fuertes. A mí, el piloto, me gustó bastante. Espero que siga adelante la serie. Y ya hemos podido ver al primer CYbernetic Life-fOrm Node. Y empezado a entender su odio hacia la humanidad… Al igual que su antecesora, la serie viene fuerte en temas: discriminaciones étnicas, mafias, fanatismo religioso, sexo,…

Supongo que por las fechas que estamos en próximas semanas hablaré de más cierres y tal vez de alguna otra novedad.

En la foto de hoy, una anciana reza ante su monoteista dios en la Karlskirche de Viena. Veremos conflictos entre monoteistas y politeistas si sigue adelante la nueva serie, Caprica.

Karlskirche

Nave central de la Karlskirche, Viena (Austria) - Pentax K10D, SMC-DA 70/2,4

Battlestar Galactica y Eva Mitocondrial

Ciencia, Televisión

Aunque el episodio final de una de las mejores teleseries, presuntamente de ciencia ficción, que he visto me gustó y me pareció divertido y razonablemente apropiado, he de reconocer que la deriva desde la ciencia ficción hacia el mundo de los misterios revelados no me gustó mucho. No basta para desmerecer el conjunto de la serie, pero para un escéptico, cartesiano y positivista como yo,… pues le bajó un puntito.

Así que, recordando mi vieja afición a leer y estudiar sobre la evolución humana, empecé a escribir una entrada a Eva Mitocondrial. Pero me salía demasiado larga, demasiado tocho. Así que para no castigar a todo el mundo que se asome por aquí con un «chorizo» de texto impresentable, he elaborado un pequeño ensayo sobre el tema en Google Docs. Y ahí lo podéis encontrar, bajo el título:

Battlestar Galactica y la Eva Mitocondrial

Así que si os apetece, ya sabéis por donde pasar.

Curiosamente, en mi excursión por Lérida este sábado, lo que más visité fue un monumento religioso… ¡qué se le va a hacer!

Seu Vella: Entrada a la iglesia

Seu Vella de Lérida, entrada a la iglesia desde el claustro - Panasonic Lumix LX3

Battlestar Galactica; final,… para siempre

Televisión

Aviso: Este artículo puede contener elementos que desvelen partes de la trama del drama televisivo Battlestar Galactica.

Se acabó. La serie ha finalizado. Es cierto que echarán un largometraje televisivo complementario, que nos cuente parte de la historia desde el punto de vista de los cylones… Es cierto que anuncian una «precuela»… Pero realmente, se acabó. No hay lugar a continuaciones. La historia se ha cerrado. Desde el punto de vista del argumento de la serie, el ciclo se ha cerrado.

El último capítulo de esta larga historia se debe contar incluyendo el episodio de la semana anterior. Es comparable tanto en el ánimo como en el desarrollo al último libro de El Señor de los Anillos, El retorno del rey. En ambos empezamos con la preparación de los héroes para la batalla. Esta es inevitable. La tensión argumental sólo se puede resolver con el enfrentamiento definitivo entre las dos partes que han contendido durante toda la historia. Antes de cerrar el conjunto del cuadro, es necesario que no haya más que un grupo, los vencedores… No es lo que yo esperaba. Esperaba un final con toques más trágicos. Pocos mueren de entre los principales protagonistas.

Así, las tensiones internas de la flota se diluyen en nada… no importan. Por ejemplo, el «harén» de Baltar y su ambición politica se despide de la historia con un portazo en la escotilla de un raptor. Nada más volveremos a saber de él. Da la impresión de que muchos de los conflictos internos de la flota sólo han tenido un fin; rellenar las temporadas con episodios que permitan llegar a los 20 por año. Siempre he pensado que la serie hubiese sido igual de válida con temporadas de 12 episodios, y más ágil. Pero bueno. El conjunto de la humanidad no se ve de aquí en adelante… sólo importan nuestros héroes y su confrontación final…

La confrontación final es… no, no es épica… es muy divertida, con mucha acción, muy bien llevada,… pero no es épica. Las historias épicas son trágicas. Algunos héroes y a veces la mayoría mueren. Aquí sólo se nos mueren lo cylones malos… incluyendo por supuesto a la redimida Boomer en un desenlace ampliamente previsto, y la siempre antipática Tory, en un acto de justicia poética del jefe Tyrol. Es más, salvo al pobre Helo, nadie de los que importan sale herido… Pero bueno, es divertido. Es divertido, y bien llevado, ver como la protagonista es la nave, cuando vemos que el tan traído y llevado Teatro de la Opera es la propia Galactica… Y es cierto, es el teatro en el que la obra sucede… esa parte bien.

Después del climax bélico, desencandenado por una siempre desconcertante Racetrack, q.e.p.d., y la intervención de la música de Bob Dylan en la mente y las manos de Kara Thrace, los finales definitivos, muchos de ellos previsibles una vez que vemos el continente africano recortado en la «nueva Tierra». Algunos emotivos. Otros irónicos. Y alguno… un poco decepcionante desde el punto de vista del trabajo de los guionistas, tan competentes a la hora de resolver los episodios de 42 minutos, pero que necesitan recurrir a un truco argumental para salir del paso de alguno de los principales hilos argumentales de la serie.

Y es que, de acuerdo con lo que dice un tal Brad, sería preferible no incluir a los dioses en las historias de ficción. No sé si Kara Thrace al final es un humana, elegida por el dios para ayudar al resto de la humanidad. O si es un ente angélico enviado por ese dios. O si es el propio dios hecho carne, que muere por nosotros, y resucita al tercer día al segundo mes, para redimirnos y llevarnos a la tierra prometida,… Lo que sí sé es que introducir un dios del que sabemos poco, al que podemos hacer omnipotente, desde el punto de vista del desarrollo argumental, es trampa. No es lo mismo escribir sobre civilizaciones que crean en dios o dioses a que el dios sea un protagonista esencial. Eso da una libertad de acción al guionista absolutamente inmerecida. No es tratar con inteligencia al espectador. Y eso no me gusta. Es el punto flaco de esta historia final y, por ende, uno de los puntos flacos del conjunto de la historia.

Por cierto, desde el punto de vista del rigor científico, el concepto de Eva Mitocondrial no es el que los guionistas proponen. La humanidad en su conjunto no desciende de una sola mujer. Las mitocondrias, sí.

La pareja «angélica» del Baltar y la Número Seis podrían haber sido muy divertidos si hubieran actuado juntos durante toda la serie… tienen pinta de tener mucha coña.

Se acabó.

Cuando veamos la imágenes en los templos de todo el mundo, ¿estaremos mirando el aspecto de nuestros antepasados cylones? Parece que de ellos hemos heredado el monoteísmo que nos agobia…

Bustos de santos

Bustos de Santos en la Seu Vella de Lérida - Panasonic Lumix LX3

BSG: -1

Televisión

Aviso: Este artículo puede contener elementos que desvelen partes de la trama del drama televisivo Battlestar Galactica.

Antes de comenzar a ver el desenlace final de Battlestar Galactica, una tarde que andaba relajado en casa esta semana decidí volver a ver el inicio de todo este embrollo. La miniserie que allá por el «remoto» año 2003 reimaginó la historia del genocidio de la raza humana a manos de los robóticos cylones. También volví a ver el primer episodio de la primera temporada tras la miniserie. Es el titulado 33, y su guion es magistral. Siempre he pensado que la miniserie, a la que accedí con mucho escepticismo dada la casposidad de la serie original, no me enganchó. Pero me produjo la suficiente curiosidad para echar un vistazo a este primer capítulo, en el que sí aprecié que esto no tenía nada que ver con la serie del pasado, y que era original tanto en su planteamiento, como en la naturaleza de los dilemas sociológicos y éticos a los que se iban a enfrentar nuestros «héroes».

En cualquier caso, el ejercicio de rememoración ha merecido la pena. Me ha situado en una nueva perspectiva de cara a afrontar la dramática resolución de la epopeya espacial. La serie ha evolucionado mucho a lo largo de las distintas temporadas. Cuatro más la miniserie más un largometraje, de forma oficial. Yo hace tiempo que veo la cuarta temporada como dos distintas con personalidades marcadamente distintas. No la veo como una temporada de 20 episodios, sino como dos de 10 episodios. No pasa nada. La primera temporada, en la que los productores arriesgaron lo justito puesto que no sabían como iba a funcionar la cosa, sólo tuvo 13 episodios. Y una gran ventaja sobre las demás. Que no tuvo episodios de relleno, todos fueron trascendentes. Cosa que no podemos decir de las temporadas dos y tres. Todavía tengo que pensarme si hay o no hay episodios de relleno en la 4 y la 4.5. Y también existen episodios de relleno que fueron estupendos… bueno…

En cualquier caso, el volver a ver la miniserie se ha mostrado especialmente trascendente ya que en el penúltimo episodio de la serie, antes de la traca final de doble duración de la próxima semana, una serie de flashbacks nos ha retrotraído al pasado en Caprica City, donde hemos podido ver cómo eran y cómo vivían algunos de los personajes clave de la serie. ¿Y quienes han sido estos personajes clave?

  • El comandante Adama (permitidme que use su graduación original), enfrentado a lo que parece ser el anuncio de los últimos coletazos de su carrera militar. Haciendo referencia a una hora final… que cinco o seis años después (cronología interna de la serie) se ha mostrado como una larga, larga, larga hora. Que a su vez tiene su hora final. La que ahora enfrentamos.
  • Gaius Baltar, que se muestra con su auténtico ser. Egoista, insolidario,… Acompañado de Caprica Six, que siempre ha sido una de las seises más ambiguas, moviéndose entre la frialdad del odio calculado hacia la raza humana que la lleva a matar a un bebé a «sangre» fría, y cierto grado de compasión hacia esa misma raza humana que le lleva a montar el follón de Nueva Caprica. ¿O tal vez la muerte del bebé fue un acto de compasión ante lo que se avecinaba. En cualquier caso, cualquier resquicio de simpatía hacía Baltar queda anulado cuando lo vemos golpeando a su anciano e incisivo padre con un periódico.
  • Laura Roslin, víctima de una desgracia familiar y personal,… que no acabo de encajar muy bien en la situación actual, moribunda en la enfermería de Galactica… ¿Qué queréis que os diga?
  • Lee Adama conociendo a Kara Thrace cuando es invitado a cenar al apartamento de esta cuando ya era la novia oficial de su hermano Zak… y sintiendo obviamente la desesperación de estar enamorado de alguien a quien no puede tirarle los tejos… y condiciona al mismo tiempo su relación y su fidelidad a largo plazo. Obviamente, aquí tenemos también un atisbo de quien era Kara Thrace, pero este personaje ha sido tratado mucho más a fondo a lo largo de la serie, y es uno de los misterios que todos esperamos se resuelva definitivamente.
  • Sorprendentemente, Samuel Anders, un personaje considerados por mucho instrumental en la serie, lo que los anglosajones llaman un plot device para permitir el avance de las tramas, y sobre quien nos ofrecen un destello de lo que fue en el pasado… supongo porque de alguna forma, una vez más hace avanzar la trama de la serie, y se merece pues un pequeño homenaje.

En este escenario, la relación entre Anders y Thrace actúa en esta primera parte del fin de la que ya hemos podido disfrutar como catalizador para que Bill Adama tome su decisiva decisión final. Ir a por todas contra Cavil y sus secuaces… Hay que recuperar al macguffin, en este caso personalizado por Hera, la niña humano-cylon. Y para ello, un grupo de voluntarios en una misión sin esperanza, atacando una gigantesca colonia cylon sitúada en el disco de acreción de una singularidad, un agujero negro.

¡Alabado sea Einstein! Tenemos todos los elementos del cine clásico de aventuras puestos al servicio del final de la serie. ¡Qué ansiedad! ¡Y todavía queda una semana! ¡Cómo soportar la espera!

Pequeños puntos que quedan ahí colgando y que me apetece comentar…

  • ¿Realmente Baltar no va a estar en el ajo? ¿Se va a quedar en la flota? Una de dos, o se redime para ser uno de los líderes futuros de la humanidad o la diña por miserable… pero tiene que estar en el follón… ¿verdad?
  • Creo que se masca una nueva traición de Boomer… me pregunto si en un alarde de simetría argumental no será ella la que le pegue el tiro al Cavil dominante de la misma forma que se lo pegó a Adama en su momento. Pero por ahí parece que pueden ir las cosas… Es necesario que las ochos tengan un papel trascendente. Eso me lleva al siguiente punto…
  • No se ha visto a Athena a ningún lado de la línea roja en la cubierta de vuelo. Se ha visto a Helo, por supuesto, y a una ocho en un par o tres de planos al fondo, densenfocada,… algo más tiene que participar Athena en el desenlace final ¿no?
  • Me alegro de que a Racetrack no la tiraran por una escotilla después del golpe de estado, y que la hayan sacado de su celda. Esta chica siempre me ha caído bien, a pesar de ser el epítome de personaje que tanto puede acertar como la puede cagar por completo… Es claramente un personaje muy secundario, pero ha estado ahí en muchos momentos importantes; se merecía una última oportunidad. ¡Hay Margaret, cuantos nos disgustos nos has dado estos últimos años!

En fin. Ahora, a esperar. Os dejo con una imagen de nuestra luna. Nuestra ventana al universo donde pasan todas estas cosas.

Lunas, lámparas

Dos lunas, dos farolas - Panasonic Lumix LX3

BSG: -2

Televisión

Aviso: Este artículo puede contener elementos que desvelen partes de la trama del drama televisivo Battlestar Galactica.

Es domingo, y como hice la semana pasada, subo el artículo especial dedicado a los últimos capítulos y la culminación de mi teleserie actual favorita. Título que probablemente quede vacante dentro de dos semanas, cuando la versión reimaginada de Battlestar Galactica llegue a su fin. El Plan aparte.

Pero antes de comentar el estado de la cuestión, creo que es necesario hacer un reconocimiento a uno de los elementos fundamentales de la serie. La banda sonora. Es una de las pocas teleseries en las que veo que se ha prestado la misma importancia, se ha dedicado la misma atención a la banda sonora que en los más emblemáticos largometrajes de la ciencia ficción. Es frecuente que se hagan populares las músicas de las introducciones de las series de televisión. Pero pocas veces se presta atención a la música acompañante de la acción. En algunas de las series actuales, es frecuente que se tomen canciones de la música popular para dar un transfondo musical a la acción. Pero pocas veces se realiza tanto esfuerzo para dotar de una banda sonora propia, con música incidental adaptada y que se ajuste a las necesidades de la acción, que identifique a los personajes, que acompañe al espectador en la comprensión de lo que está pasando en la pantalla. Es indudable la influencia de John Williams y su Star Wars en el hecho en que existen leitmotives que conceptualizan ideas, acciones o personajes. Además, es una música que se puede escuchar por sí misma. No es una sinfonía clásica, pero son piezas de buena calidad a las que merece la pena prestar alguna atención. Sus autores, Bear McCreary y Richar Gibbs.

Pero vayamos a como están nuestros sufridos héroes. Es una constante en esta última temporada, o semi-temporada, que después de un episodio frenético, con mucha acción, acción transcendente, o mucha información, información transcendente, llegue un episodio más tranquilo. Como si hubiese la necesidad de reposar los conceptos o las consecuencias de las acciones de los personajes. O simplemente es una forma de incrementar la ansiedad de los espectadores de cada a los dos últimos episodios, que puesto que se titulan igual, Daybreak (en castellano, amanecer), habrá que considerarlo como un episodio en dos partes. Mucho hay que resolver en dos episodios, aunque ya se nos ha avisado que en su conjunto tendrán más duración que los episodios habituales de 42 minutos.

En lo que se refiere a la situación actual:

  • Hemos visto a Boomer sufrir de algún tipo de conflicto interno tras secuestrar a Hera, y entregársela a John Cavil. Siempre desconcertante este ejemplar de Número Ocho, particularmente baqueteado por las circunstancias.
  • Hemos visto la Colonia, ese mundo hogar de los cylones que hasta hace bien poco tiempo era desconocido para nosotros, aunque se supusiese que algún lugar deberían de tener las máquinas que considerar su mundo capital.
  • Hemos visto cómo han convertido a Sam Anders en un híbrido, y lo han conectado a Galactica. Creo que en estos momentos, todos sospechamos que de un momento a otro va a soltar un ¡Jump!, y tendremos la gran confrontación final entre todos los caracteres de este galactico drama.
  • Hemos visto como Baltar, una de las incógnitas más profundas de cara al final del drama, conocía la realidad sobre Kara Thrace, que ésta en algún momento murió, y lo hace público a todo el mundo. Y cómo, Anders, en su nuevo papel de híbrido, volvía a anunciar a Thrace como agente de la perdición de la raza humana.
  • Y finalmente, hemos visto cómo Galactica está agonizando. Cómo se ha ido cobrando sus últimas víctimas, cómo se han generado distintos grupos dentro de sus entrañas, y cómo Adama tiene que tomar la triste decisión de abandonar la nave que ha sido su vida y su referente. Cada vez más voces reclaman que el líder moribundo que llevará a la humanidad a su nuevo hogar es la vieja nave.

Visto así, parece que el episodio ha tenido más enjundia de lo que parecía. Pero tendremos que esperan otros siete días antes de ver el comienzo del fin. Amanecer.

Laguna Veneta

El sol, apenas se eleva sobre el horizonte de la Laguna Veneta - Pentax K10D, SMC-A 100/4 Macro