Durante el mes de agosto, mi atención a la series televisivas ha sido también limitada como viene siendo tónica en este verano. Si junio y julio fue el momento de recuperar al Doctor Who y su universo, con poca atención a otras cuestiones, en agosto el tema ha ido por otros derroteros. Es cierto que hay por ahí alguna serie cuya primera temporada parece interesante, u otras ya veteranas que sirven de entretenimiento. Pero ya hablaremos de ellas más adelante. En agosto, he decidido prestar la atención de mis sobremesas a dos series que tenía guardadas de tiempo atras. Una ya la había visto, pero me quedé con ganas de prestarle una mejor atención, y la otra, una novedad de esta primavera en la BBC británica. Finalmente, otra novedad cortita, fresca del verano, también inglesa, muy detectivesca.
El desarrollo de la primera temporada de la «precuela» de Battlestar Galactica está durando más que la obra del Pilar, como decimos a orillas del Ebro. Si el piloto, en forma de largometraje televisivo, data de abril de 2009. Los siguientes 8 capítulos no se pudieron ver hasta el primer trimestre de este año 2010. Y la conclusión de la temporada, con otros 8 episodios, no será visible hasta el primer trimestre de 2011. Ya les vale. Dos años para contar lo que tengan que contar. Supongo que habrá motivos económicos para ello. O algo así. No sé.
El caso es que por diversos motivos, lo que se emitió hace unos meses no lo vi con la atención debida por motivos diversos que aquí no vienen al caso. Así que para este verano, recuperé los 9 episiodios emitidos hasta la fecha en alta definición. Ya que hay que volverlos a ver, pues que sea en la mejor calidad posible. Y busqué la mejor ocasión para verlos tranquilamente y disfrutarlos. Llegada dicha ocasión. He aquí mis impresiones.
Es muy difícil que pueda superar a su serie de referencia en los diversos aspectos que me ataron a la misma. Fundamentalmente, la sensación de aventura y la recreación de un universo en el amplio sentido de la palabra. En Caprica, ya no es lo mismo. Aunque teóricamente estamos en el mismo universo, en la práctica nos han limitado a una única ciudad, a caballo entre los culebrones y el cyberpunk, con sus dos versiones, la real y la virtual. Esta última mucho más interesante, de alguna forma.
Pero lo cierto es que, vista con calma, la serie es muy entretenida y tiene mucha miga. Sabe conseguir su propia imagen visual, identitaria, atractiva, que consigue algo básico de toda serie de ciencia ficción. Trasladarte a otro mundo. También tiene un conjunto de personajes que tienen su miga. Que no son planos. Que se van desarrollando con los capítulos y adquiriendo personalidad. Algo básico en una serie que poco a poco se configura como un drama coral, aunque haya algunos personajes interesantes. Es importante asimismo que las diferentes tramas que van apareciendo y desarrollándose en paralelo hasta su convergencia final, tienen todas ellas importancia y son tratadas con mimo.
Todo ello hace que, vistos «de tirón», en un plazo de un par de semanas, la cosa te sepa a poco. Te entran ganas de más. Sobre todo porque, como buena serie de acción e intriga que se precie, acaba con un triple cliffhanger (o cuádruple, ya he perdido la cuenta) de estos que «joden». En fin. Esperaremos hasta enero.
Mientras tanto… muy recomendable.

Edificios futuristas y accesos a modernos medios de transporte ferroviario; la Defense de París como un antecedente del mundo que vemos en Caprica - Panasonic Lumix LX3
Esta fue una serie que inicialmente ignoré. Va. Total, otra policíaca. Aunque sea de la BBC. Pero después leí por ahí algún encendido panegírico de la serie, y especialmente del papel protagonista y de su actor principal, Idris Elba. Así que la reservé para el verano. Una de las ventajas de las series inglesas es que muchas de ellas tienen temporadas de muy corta duración. Por lo tanto, en seis capítulo se plantea todo.
En este caso, el primer capítulo sirve de presentación de personajes. El policía torturado, la ex-mujer que le quiere pero que está harta, los compañeros que lo sufren y lo apoyan, la sociópata asesina que insospechadamente acabará siendo su aliada, el nuevo compañero de la ex,… Y también conocemos alguno de los secretos que lo torturan. Luego vienen una serie de capítulos con historias autoconclusivas, que demuestran que la guionistas no son nada complacientes. Aquí las víctimas la palma. Y los éxitos policiales a veces sólo lo son de forma relativa, o casi se podría decir que son fracasos. Para finalizar, dos capítulos relacionados, con finales tremendos, en los que el protagonista final no son los casos a resolver sino el propio Luther.
Buena realización, buenas interpretaciones, y un pero. Y ese pero es que algunas de las situaciones del último episodio no me las tragué. Su grado de inverosimilitud me sacó de la historia e hizo que mi natural escepticismo se apoderase de mi estado de ánimo. Una lástima. La serie pasó de ser excepcional a meramente entretenida y bien hecha. Pero seguramente, si hay una segunda temporada, le daremos una oportunidad. Especialmente a la pelirroja.

Qué puede haber más británico que Piccadilly Circus, en pleno Londres - Pentax P30N, 28 mm de marca desconocida (fue un préstamo)
Finalmente, los británicos han realizado y emitido recientemente una revisión de su detective más famoso de todos los tiempos; Sherlock Holmes. Eso sí, han trasladado la acción a la época moderna en la que, por ejemplo, el Doctor Watson es un médico militar herido y dañado psicológicamente por su participación en la guerra en Afganistán. Pero bueno, se mantiene la presencia de un inspector Lestrade, viene en el 221B Baker Street, y el malo, malísimo, malo sigue siendo el archienemigo de Holmes, Moriarty.
Dicho lo cual, estamos ante una producción de tres episodios solamente, pero de larga duración, en torno a los 90 minutos, con unos guiones muy bien planteados y unas interpretaciones bastante buenas, en la línea de lo británico. Hay que decir que uno de los artífices del producto es Stephen Moffat, uno de los responsables de las nuevas temporadas de Doctor Who.
Nunca he sido un fan del detective británico, pero la mini-serie está bastante bien, y es muy entretenida. Muy bien hecha. Y como termina en un cliffhanger bastante descomunal, supongo que vendrá con segunda temporada. Lo único malo… los episodios de 90 minutos se me hacen largos para mis costumbres televisivas.

Baker Street, residencia de Holmes, cerca de su confluencia con Marylebone Road, vista desde el segundo piso de los tradicionales autobuses londinenses - Fujifilm Finepix F10