[TV] Cosas de series; «space operas» y otros delirios

Televisión

No ando sobrado de tiempo esta semana para publicar entradas en este Cuaderno de ruta. Aun así, y contra todo pronóstico, he encontrado un momento para hacer una entrada televisiva. Que creo que irá un poquito rápida.

Están de modas en estos momentos las «space operas» en mi cartelera televisiva. Es decir, las aventuras espaciales. Ha vuelto The Orville, la parodia de Star Trek que me parece mejor que casi cualquier cosa de Star Trek. Ha vuelto Star Trek: Discovery, la serie Star Trek que no se parece a lo anterior de Star Trek, y quizá esa sea su gracia. Especialmente si aparece la «emperatriz» Michelle Yeoh, momento en el que sube varios enteros el interés de la serie. He comenzado a ver las desventuras de la Nightflyer, escrita de la mano de George R. R. Martin, a la caza de una nave alienígena,… creo. Y me entró la curiosidad de ver, por comparar, la última serie que se hizo de la franquicia Star Trek, Star Trek: Enterprise, antes de que cerraran el garito de las series hasta el año pasado. No pensaba que me fuera a enganchar, nunca me he enganchado a ese universo, pero aunque la serie tiene muchos de los defectos que tradicionalmente me han echado para atrás en esa franquicia, he sentido cierta empatía hacia esta tripulación estelar, y de momento ya he visto la primera temporada. Y buena parte de la segunda. Si termino las cuatro temporadas, ya le dedicará un comentario más extenso.

No he visitado las Svalbard… caen un poco a desmano. En su lugar, la isla más helada y «alienígena» que he visitado, aunque muy bella, es Islandia. Así que allí nos vamos fotográficamente.

Mientras, hemos tenido la tercera, y parece que última, temporada de Fortitude. Esa producción británica de ambiente noruego que ha mezclado el género policiaco con la ciencia ficción y el terror, bajo la fórmula de la huída hacia adelante en cuanto a lo demencial de su argumento y de las cosas que han sucedido. Me cuesta decidir si me ha gustado o no. Lo cierto es tiene momentos muy interesantes, que a veces parece que rondan más el humor negro, negrísimo, que el terror, con interpretaciones bastante interesantes, pero con un argumento que pone a prueba la más dedicada suspensión temporal de la incredulidad en el espectador. En cualquier caso, el claustrofóbico ambiente de las Svalbard, disfrazadas de archipiélago ficticio en el fin del mundo ártico, mezclado con un reparto britániconórdico de no poca calidad, tiene su interés misterioso.

Y hemos tenido la tercera temporada de The Good Place, en la que nuestros demonios favoritos junto nuestros no menos favoritos condenados por toda la eternidad han tenido nuevas aventuras con un principio de temporada flojo, pero que poco a poco se ha venido a más hasta alcanzar momentos muy entretenidos y muy muy divertidos. Con un reparto también que tiene un buen nivel interpretativo e interesante vis cómica. En cualquier caso, un excelente alegato contra el maniqueísmo absurdo y contra las no menos absurdas definiciones absolutas del bien y el mal de las principales religiones que asuelan la faz de la tierra.

Y dejo para otro día en el que tenga más rato para pensar las ideas que redacto para el final de las desdichas de los Beaudelaire, y para la educación sexual según Netflix.

[Televisión] Cosas de series; más interesantes o menos interesantes, sólo una es imprescindible

Televisión

Sí, hoy traigo tres series cuyas respectivas temporadas he finiquitado recientemente. Cuyo interés es mayor o menor según los intereses de cada cual. Pero hay una de las tres que cada vez considero como más imprescindible. Y que por algún motivo, en un momento dado se dejó de hablar de ella habitualmente.

Vamos de menos a más, según mis gustos.

En Netflix me he merendado Girlboss, una serie cuya primera temporada, no sé si habrá segunda, ha tenido trece episodios de media hora. Y que está basada, nos advierten que muy vagamente, o sea que no nos creamos que las cosas fueron exactamente así, en la vida de la joven empresaria norteamericana Sophia Amoruso, una individuo que de ser bala perdida se convirtió en empresaria multimillonaria a base de vender ropa usada o que lo pareciese. Como la tal Amoruso es también productora ejecutiva de la serie, ya que esta se basa en un libro escrita por ella misma, y dado que la serie tiene un tono general de comedia, con algún ratito de drama, damos por sentado que no van a presentar a la protagonista, Sophia (Britt Robertson), y su mejor amiga Annie (Ellie Reed), desde un punto de vista negativo. He de decir que la serie me ha parecido irregular, con un comienzo bueno pero luego con altibajos. Episodios inspirados y otros no tanto. Supongo que porque tarda en arrancar, y en realidad tampoco hay tanto que contar que interese. Las dos chicas protagonistas lo hacen bien, y en general entretiene. Pero vamos,… sin mucho más.

Carlos Carreter

Fortitude… ejem,… el archipiélago de Svalbard forma parte del reino de Noruega, algunos de cuyos fiordos, como el Hardangerfjord, y ciudades, como Bergen, pude visitar hace unos años. Próximamente espero hacer otra visita a algunas de las regiones más nórdicas de este bello país.

Me he visto también la segunda temporada de Fortitude, una serie cuya primera temporada me dejó un sabor agridulce, porque cambió de género en un par de ocasiones, y no sé si siempre le sentó bien. Policiaca en principio, con sus asesinatos y esas cosas, ambientada en una ficticia comunidad en una islas árticas con una sospechosa similitud con Svalbard (aunque está rodada en Islandia, que no hay osos y es menos peligrosa), ha seguido con su mezcla de serie de crímenes, con ciencia ficción y con fenómenos paranormales. Lo bueno que tiene la serie son las sólidas interpretaciones y momentos… Tiene momentos muy buenos, excelentes, por los que merece la pena aguantar, aunque haya momentos de bajón. Para quienes quieran ver algo distinto. Por cierto… es un poco a lo Game of Thrones… ni siquiera los protagonistas tienen garantizado que sobrevivan. Si a alguien le cuentan que se puede encontrar en Amazon Prime, que es gratis para los suscriptores premium de Amazon, que sepa que es España,… no se puede ver a  través de este servicio, que es racanillo a la hora de generalizar por el mundo su oferta. Pero bueno… en este servicio estoy viendo una cosa curiosísima. Ya os lo contaré.

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La serie que considero imprescindible es Homeland. Ya con su sexta temporada acabada, y sabiendo que al menos tendrá ocho temporadas, es probablemente una serie de espionaje de referencia, con muy pocas otras que le puedan toser. Desde luego está por ahí The Americans, que es un enfoque muy distinto, y luego están algunos productos británicos que tienen un sello especial. Esta serie estuvo muy marcada por el primer arco argumental, que duró tres temporadas. En la primera subió a los cielos, en la segunda muchos se quedaron mirando sin saber muy bien,… y en la tercera, algunos/muchos, no sé, la condenaron al infierno, tal vez insatisfechos con la resolución de dicho arco argumental, que a mí ni me disgustó. Ni mucho menos. Yo seguí dándole oportunidades… Mejor dicho, yo seguí disfrutando con ella, porque más allá del entretenimiento televisivo, ofrece buenas historias, notables interpretaciones y agudas reflexiones sobre la actualidad política mundial. Es más, ha sabido actualizarse con habilidad. E incluso si no ha acertado con sus predicciones políticas, eso no ha impedido que su proposición fuera más válida que nunca. No. No hay una presidenta en EE.UU. Pero da igual, muchas de las cosas que han pasado en esta sexta temporada son reflexiones válidas. Al mismo tiempo que sus responsables han sabido hacer crecer a sus protagonistas, cada vez más maduros y más ricos en matices, también han sabido ser más osados en sus planteamientos. Del tópico de la amenaza islámica han ido evolucionando, con los previsibles choques con los servicios de espionaje rusos, y sobretodo, en esta última, en la que el enemigo está en casa. Y no es el enemigo de los protagonistas. Es el enemigo de un sistema político, la democracia representativa, que muchos dan por consolidado y por dado, pero que está en fuerte riesgo. Si no lo podemos considerar ya gravemente dañado, viendo lo acontecido en los últimos diez años. Obsérvense las últimas citas en las urnas de EE.UU., Reino Unido y Francia. Tengo mucha curiosidad por saber por donde seguirán en el futuro. Pero desde luego ahí estaré para enterarme, salvo causas de fuerza mayor.

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[Televisión] Cosas de series; de terrores árticos y viajes en el tiempo

Televisión

Hoy tenemos un par de finales de temporada, a uno de los cuales, una serie española, le dedicaré una cierta extensión. En el ámbito de novedades, decir simplemente que tenemos de nuevo entre nosotros dos series que en poco tiempo se han convertido en auténticos clásicos, con estilos totalmente distintos. Me refiero a la ansiada quinta temporada de Game of Thrones, la que en teoría va a empezar claramente a seguir un camino realmente distinto de los libros en los que se basa, y la séptima temporada de Nurse Jackie, que va a ser la última. Con la gran pregunta que nos hacemos todos, ¿se redimirá o se terminará de hundir en sus miserias y adicciones nuestra enfermera de urgencias favorita? La cosa parece que está en un «fifty/fifty».

Las fotografías de hoy quieren recordar que casi todos los días publico fotografías de mis viajes en Tumblr.

Las fotografías de hoy quieren recordar que casi todos los días publico fotografías de mis viajes en Tumblr.

El primer final de temporada ha sido el de Fortitude. Una ambiciosa serie británica, ambientada en una población de lo que podrían ser unas islas del Ártico como las Svalbard, está rodada en Islandia, y que se nos presentó como una historia policíaca, con un crimen a desentrañar a lo largo de toda la temporada. Un reparto destacable, con algunos nombres llamativos tanto del cine como de la televisión, americanos, británicos, noruegos y con presencia española. Reparto coral en el que no hay claros protagonistas ya que todos tienen su capítulo o sus minutos de protagonismo. Ambiente claustrofóbico, frío, relaciones humanas muy torcidas, muy engañosas, auténtica reunión de personajes con pasado más o menos turbio, y que se tienen que enfrentar a uno o varios crímenes en un entorno prácticamente cerrado, por la dificultad de comunicación con el continente. Prometía bastante. Y de hecho, ha tenido momento muy bueno, acompañados por una realización espléndida y por las buenas interpretaciones. Pero…

El «pero» fundamental de la serie es que nos engaña. Que se nos plantea que va de una cosa, pero al final va de otra. La resolución de los misterios entra más en el terreno del terror que de lo policiaco. Un terror no sobrenatural, un terror especulativo en el campo de la ciencia ficción, a vueltas con el calentamiento global; pero terror. Yo me lo fui imaginando. La serie poco a poco da pistas. Hay informaciones que sugieren por donde pueden ir los tiros; pero no se decanta prácticamente hasta los dos últimos episodios. El problema, para mí, es que el cambio de género le resta atractivo desde el punto de vista de lo que son mis intereses habituales. Han anunciado una segunda temporada, que no sé muy bien por dónde van a tirar. En cualquier caso, no tengo claro que me apetezca verla. No soy muy aficionado a las películas de sustos y «monstruos». Lo único que me puedo plantear en su momento es ver el primer episodio y decidir en función de por donde tiren.

Que los viajes aparecen por ciclos cronológicos. Ahora estamos a un par de semanas de cerrar uno, porque empezamos con fotografías del año 2014.

Que los viajes aparecen por ciclos cronológicos. Ahora estamos a un par de semanas de cerrar uno, porque empezamos con fotografías del año 2014.

Y vamos allá con el loable intento que ha sido la primera temporada en El ministerio del tiempo. Incursión de la televisión española en el ámbito… no sé si decir de la ciencia ficción o de la fantasía… Son viajes en el tiempo, pero más me decantaría por situarla en el campo de la fantasía que en el de la ciencia ficción. Sí que es cierto que como decía hace unas semanas, la primera sensación era una mezcla de Men in Black con El fin de la eternidad.

Antes de seguir con la valoración de lo que ha sido la serie, vamos a hacer unas consideraciones sobre la ficción basada en los viajes en el tiempo. La novela de Isaac Asimov que he mencionado, El fin de la eternidad, fue una obra que leí siendo muy joven. Y me gustó. Mucho. Y la he releído varias veces. Y me sigue pareciendo una obra notable, que además fue escrita hace ya un tiempo, fecha de publicación 1955, que plantea muy bien muchas de las cuestiones relacionadas con el viaje en el tiempo, aparte de otras consideraciones sobre la libertad en las sociedades humanas, y la necesidad de un estímulo, de una última frontera, para el desarrollo de las mismas. La «Eternidad» de Asimov resolvía de forma muy elegante muchos de los problemas y paradojas que implican el viaje en el tiempo. El sistema de puertas del «ministerio del tiempo» tiene muchas semejanzas y muchas posibilidades del estilo de la «Eternidad» de Asimov, aunque ya adelanto que no se aprovechan más que de modo anecdótico.

Después vendrá lo que llevamos en 2015, y vuelta a empezar con fotografías desde 1989, y quien sabe si anteriores cuando rescate otras de mis archivos.

Después vendrá lo que llevamos en 2015, y vuelta a empezar con fotografías desde 1989, y quien sabe si anteriores cuando rescate otras de mis archivos.

El viaje en el tiempo tiene varios problemas, y con los datos actualmente disponibles en el mundo de la física hay cierta seguridad de que sólo es posible en un sentido. Desde el presente hacia el futuro. Se le llama vivir. Y lo hacemos constantemente todos y cada uno de nosotros. Pero hacia el pasado… La imposibilidad de romper las cadenas causales y la segunda ley de la termodinámica que impide pasar de un universo más «desordenado» a otro más ordenado parecen obstáculos notables. Siempre se pueden buscar o crear dimensiones extras para permitir estos desplazamientos, como la «eternidad» de asimov, o esa quinta dimensión que veíamos hace unos meses en Interstellar, y que permitía al protagonista interaccionar en el pasado con su hija. Pero el hecho de que haya una imposibilidad física de acuerdo al conocimiento actual de la especie humana, especular es gratis, pero no sin costes intelectuales, no impide que en el ámbito de la ficción, y aprovechando la suspensión temporal de la incredulidad del lector o espectador, no se pueda plantear un escenario de viaje al pasado o al futuro, y explotar creativamente las paradojas causales que necesariamente se establecen. O introducir elementos añadidos al universo, como nos enseña por ejemplo Doctor Who, tales como los universos paralelos, las realidades simultáneas o alternativas, las divergencias de acontecimientos en el tiempo, o los momentos fijados en el tiempo, aquellos que hagas lo que hagas por modificarlos, el universo se encarga de reconducir para conservar la cadena de causas y efectos, para mayor frustración de los protagonistas que quieren salvar a la humanidad, evitar la segunda guerra mundial, salvar a su amada o a su hija de una muerte accidental o criminal… lo que queráis. El universo no puede permitir que los efectos se modifiquen cuando llegas de un futuro dado, y alteres lo que alteres, se reordenará para llegar al punto que querías evitar. Hay otros escenarios, por suspuesto, en función de la imaginación del autor, y de su respeto por el conocimiento científico actual.

Como vemos, las posibilidades son enormes. Pero exige escritores, sean de novelas o relatos más o menos extensos, sean de guiones televisivos o cinematográficos, con habilidades exquisitas para producir historias con visos de coherencia, al mismo tiempo que con el enganche emocional que el espectador requiere. ¿Ha aprovechado mínimamente El ministerio del tiempo todo esto? Veo que ha surgido una muchedumbre de entusiastas de la serie, que ha permitido la renovación para una segunda temporada. Entusiastas que alaban las virtudes y la osadía de esta producción televisiva. Mi opinión es que no. No, ha habido un aprovechamiento integral de todas las posibilidades dramáticas que he mencionado antes. Creo que la ficción española está en mantillas en comparación con la norteamericana y la anglosajona. Falta tradición. Y la poca que hay, se mueve más en el terreno de la fantasía que de la ciencia ficción. Apenas se han aprovechado las paradojas. Algún apunte dramático personal se ha hecho sobre las relaciones inmutables de causa-efecto, sobre los hechos fijados en el tiempo. Se ha ido con mucho tiento, como si hubiera miedo de ahuyentar a la audiencia. Cuando hay una audiencia no desdeñable que en estos momentos es fiel a la ficción de allende los mares, que está mucho más educada de lo que se piensa en los cuidados contenidos de las series de televisión.

Al final de la entrada, encontraréis la dirección el enlace al Tumblr.

Al final de la entrada, encontraréis la dirección el enlace al Tumblr.

La serie es simpática. Los personajes, y quienes los interpretan, han sabido calar en el espectador. Pero salvo algún detalle en algún capítulo más osado, como el cuarto con Torquemada, el excelente septimo con la venganza del agente díscolo y elementos del octavo y último, en el que se entra en los dramas personales de los protagonistas, el resto se han movido más en lo anecdótico que en otra cosa.

La serie tiene posibilidades, todo un universo literalmente de posibilidades y de reimaginación del mundo. Hay personajes que muestran carisma elevado. Queremos ver a un subsecretario (Jaime Blanch) con más duplicidad, con doble agenda, que genere dudas sobre sus motivos y los del ministerio. Queremos ver mucho más de la temperamental Irene (Cayetana Guillén Cuervo) que nos ha regalado algunos de los mejores momentos de la serie. Necesitamos más protagonismo en la presunta villana de la serie, esa mujer llena de duplicidades y motivos presuntamente egoístas que es Lola Mendieta (Natalia Millán). Y hay que arriesgar más con las emociones y las acciones del presunto trío protagonista, que no lo hacen mal, pero que quedan fácilmente eclipsados por los anteriores. Y más osadía por parte del equipo de guionistas. Que se hagan un máster y un repaso del género y que se sumerjan sin dudarlo, que es muy divertido.

A falta de otras posibilidades, para mí es una buena forma de viajar en el tiempo, en mi pasado, y recordar aquellos lugares que he visitado.

A falta de otras posibilidades, para mí es una buena forma de viajar en el tiempo, en mi pasado, y recordar aquellos lugares que he visitado.

No olvidéis visitar: De viaje con Carlos

Una fotografía al azar.

[Televisión] Cosas de series (y de rugby); montón de tele por culpa de la gripe

Televisión

Pues sí… Esta semana he tenido la salud hecha unos zorros, y aun arrastro algunas complicación de la maldita gripe. Prácticamente un semana de mi vida perdida, salvo en el aspecto televisivo.

Novedades, lo que se dice novedades… pues alguna que otra hay. Ha regresado a pantalla un guilty pleasure. Una de hombres y chica lobos canadiense, Bitten, que es bastante floja. Pero mucho. Ya digo que no entiendo porque la veo… esas cosas que pasan. Creo que ni siquiera se justifica porque la «prota» esté buena… En fin… durará en mi cartelera lo que dure…

Debido a las buenas críticas, decidí recuperar una serie británica que había decidido no atender, Catastrophe. Menos mal que he rectificado. Las peripecias de esta pareja de «maduritos», ella irlandesa afincada en Inglaterra y el norteamericano, que tras un encuentro casual y fogoso se reúnen para iniciar una vida en común debido al inesperado embarazo de ella me parece buenísima. Humor del bueno al británico modo. No perdérsela.

Breaking Bad es una serie ya finiquitada que ha recibido en estos últimos años el aplauso generalizado de aficionados y crítica. Sin embargo, ninguna de las dos veces que la he «probado» me enganchó. Ahora le llega el turno a su spin off, Better Call Saul. Todavía no sé si me enganchará. Pero ya le he dado el doble de oportunidades que a su antecesora. He visto dos capítulos. Creo que todavía no hemos visto del todo por dónde va a ir, aunque se empieza a intuir… Qué difícil es ganarse holgadamente la vida en la sociedad moderna de forma honorable…

La leyenda de la simpática y animosa Korra, aunque un producto occidental, se desarrolla en un universo no notables resonancias orientales.

La leyenda de la simpática y animosa Korra, aunque un producto occidental, se desarrolla en un universo no notables resonancias orientales.

Un estreno de la semana pasada más curioso y que tiene potencial es Fresh Off the Boat. Es una comedia de situación que acompaña las peripecias de una familia de chinos originarios de Taiwan y establecidos en los EE.UU. que en la mitad de la década de los años 90 del siglo XX se trasladan a vivir desde Washington D. C. a Orlando, Florida. Contado desde el punto de vista de los recuerdos del niño mayor de los tres de la familia. Y su negocio es un restaurante… pero no un restaurante chino, sino uno típico norteamericano, de costillas, chuletones y aros de cebolla… que no va especialmente boyante. Una mala leche moderada, no tremendamente agresiva, y críticas a la sociedad norteamericana en general dosificadas con humor hace que tenga su gracia, aunque está por ver cuándo dará de sí…

Ya comenté que he recuperado series ya finiquitadas. Una reciente, de dibujos animados, destinada al público juvenil, The Legend of Korra. Como consecuencia de que me ha sobrado tiempo de aburrimiento, ya he visto la primera temporada y me he metido en la segunda. Un entretenimiento bien hecho que efectivamente va destinado a la chavalería más mayor, pero que no desagradará a adultos con imaginación.

Otra serie que también ha recibido un buen empujón, de ver un episodio a la semana como pensaba llevo ya la mitad de la primera temporada, es la revisión de la mítica Twin Peaks. Hay que reconocer que por mucho que haya influido en la televisión posterior, no se ven cosas como esa habitualmente. Desde luego la primera temporada fue muy inspirada, con su peculiar agente del FBI, un montón de extraños personajes de pueblo, y su perturbadora colección de guapas adolescentes y otros personajes femeninos con más o menos morbo. El caso es que si analizamos la cantidad de series que parten de una premisa similar, personaje asesinado e investigación que se prolonga en todo el transcurso de la serie, en un lugar que parece apartado del resto del mundo, y a ser posible con un investigador llegado de fuera,… pues hay un montón. Pero es una experiencia curiosa ir viéndola al mismo tiempo que la británica Fortitude, recientemente estrenada. A pesar del distinto tono entre ambas producciones las similitudes son también muy notable.

Supongo que eso consigue dos efectos. Uno, el artístico, dar una ambientación interesante a la serie.

Supongo que eso consigue dos efectos. Uno, el artístico, dar una ambientación interesante a la serie.

Y me lanzado a volver a ver Quark. Aquella parodia de las aventuras galácticas que duró una breve temporada, que en España se denominó La escoba espacial, que casi nadie recuerda haber visto, pero algunas de cuyas bromas he oído citar a gente que no tiene ni idea de la existencia de la serie… Misterios de la transmisión de la información en el mundo moderno. De momento, no me defrauda… es exactamente como yo la recuerdo de mi adolescencia… Y sí, Betty y su clon, sea cual sea Betty o cual sea el clon, estaban estupendas, a su setentero modo. No me extraña que mi otro yo adolescente se enganchara a la pequeña pantalla en las sobremesas del verano de 1980, tan amargo por otros motivos que no vienen a cuento por no ser de naturaleza televisiva… ay, qué pardillo es uno con 17 años… Me consta que alguna vez lee estas entradas. A estas alturas supongo que sabe que nunca la perdonaré…

Y en algún momento tendría que encontrar un momento para comentar sobre The Americans… ¿Por qué pasa tan desapercibida una serie que creo que es de las mejores de la televisión actual? ¿Tan bien interpretada? ¿Con tan buenos guiones? Una incógnita para mí…

Y finalmente, rugby. Ha comenzado el torneo de las Seis Naciones 2015. Este año no me voy a empeñar en ver todos los partidos. Sólo aquellos que me pillen a mano. Es que si no pringas todo el fin de semana entre un partido y otro, y hay otras cosas que hacer y que ver. En la primera jornada vi el final del Francia contra Escocia en Saint Denis, y vergüenza les debería dar a los gabachos, jugar como juegan aunque ganen estos partidos. Y también, muchíiiiiiiiiiiiiisimo más interesante, el Gales contra Inglaterra en Cardiff, en el que por mucho que me fastidie los de la Rosa fueron merecedores vencedores de un partido bonito y emocionante, hasta que los galeses se fueron desarbolando ante la solidez inglesa en defensa.

El otro, el comercial, abrir mercados en Asia y entre los aficionados al manga y demás tebeos orientales.

El otro, el comercial, abrir mercados en Asia y entre los aficionados al manga y demás tebeos orientales.

[Televisión] Cosas de series; del frío ártico a las rocosas y la vida de Susan Sontag

Televisión

Semana con menos novedades, así que haré un repaso rápido de novedades.

Retornos destacados, sólo uno, The Americans. Y sigue tan intenso como de costumbre. Y cada vez es más peligrosa la vida de nuestros dos agentes encubiertos de la KGB. La tercera temporada de esta interesantísima serie promete. Qué bien.

Novedades absolutas, sólo una, Fortitude. Serie británica con la acción localizada en algún lugar de Noruega en el Círculo Polar Ártico. Un lugar donde no hay crímenes, porque nadie necesita cometerlos para vivir bien. Suponiendo que se pueda vivir bien en un témpano de hielo, rodeado de glaciares. Hasta que se comete uno. Un asesinato, ni más ni menos. Para qué vamos a andarnos con tontadas. Parece interesante. Y encima tenemos a la ubercharming Jessica Raine, que ha pasado de comadrona a esposa engañada. Su rival, mira tú por donde, la española Verónica Echegui… ¿Quién prefiere a quién?

Como con Fortitude, viajaremos a Noruega, aunque no tan norte o con tanto frío. Nos quedaremos en sitios templados como en la meseta de Hardangervidda en verano.

Como con Fortitude, viajaremos a Noruega, aunque no tan norte o con tanto frío. Nos quedaremos en sitios templados como en la meseta de Hardangervidda en verano.

Documentales, sólo uno, Regarding Susan Sontag (Recordando a Susan Sontag). Un mujer muy interesante, muy poliédrica, que no tiene despedicio. Yo he leído tres de sus obras. La enfermedad y sus metáforas, incorrecta traducción de Illness as Metaphor, y El sida y sus metáforas, esta vez sí correcta traducción de Aids and Its Metaphors. Se conoce que al editor español le apetecía que los dos se titulasen de la forma más parecida posible. Y en otro tono, he leído Sobre la fotografía (On Photography). Pero algún día me tengo que poner a leer alguna cosa más.

No hay que asustarse, que no demasiado lejos de esas nieves encontramos el verano noruego en todo su verde esplendor.

No hay que asustarse, que no demasiado lejos de esas nieves encontramos el verano noruego en todo su verde esplendor.

Y viajo en el tiempo. Si ya comenté hace unos días que he recuperado para su visualización la serie ya finiquitada, The Legend of Korra, he tomado la decisión de volver a recuperar un clásico de la televisión, también finiquitada. Hace más de 20 años. Leí recientemente que se aproxima una secuela de Twin Peaks, serie de culto por excelencia. Yo he visto la primera temporada, pero nunca terminé la segunda ni vi el largometraje posterior. Por si acaso David Lynch nos trae en 2016 un producto digno de aquella primera temporada, he decidido darme unos meses para verla completa.

Madre cómo se pone esto, que David Lynch vuelve a la tele y Woody Allen anuncia que en el 2016 no estrena película de cine sino serie de televisión…

Y entre ambos puntos, podemos tomar el Flåmsbana y bajar al Nærøyfjord, parando antes a "tomar una ducha" en el salto de agua de Kjosfossen.

Y entre ambos puntos, podemos tomar el Flåmsbana y bajar al Nærøyfjord, parando antes a «tomar una ducha» en el salto de agua de Kjosfossen.