Shashin no onna 写真の女 (2020; 25/20220425)
Con esta película japonesa del director Takeshi Kushida entraremos en el terreno de las «inclasificables». Su título en castellano es una traducción fiel del japonés, La mujer de las fotografías. Esas películas que no sabes muy bien en qué género encuadrar, o que, al final de la proyección, te quedas sin saber muy bien qué opinas de ellas. Y tras dejarlas reposar… pues sigues en las mismas. Pues algo así me ha pasado con esta película, que vi un poco de casualidad, simplemente porque no siendo muy larga, 89 minutos, la proyectaban en versión original en un momento y en un lugar convenientes. Y bueno… había leído alguna alabanza festivalera ante lo «nuevo» del cine independiente nipón.

Básicamente estamos ante una historia que entra dentro de eso que podríamos calificar como realismo fantástico, que transcurre en torno al negocio fotográfico de su protagonista masculino (Toshiaki Inomata). Este es un fotógrafo que se dedica al retrato, pero que se caracteriza por sus retoques en el ordenador. Y sus variantes principales son las fotos funerarias que le trae un cliente de un negocio funerario (Hideki Nagai), para que los fallecidos luzcan bien en su funeral, o como el caso de la mujer (Toki Koinuma) que quiere una foto para sus citas a ciegas con vistas a un matrimonio, donde quiere lucir joven y guapa,… aunque ya no sea tan joven… ni tan lozana. Y un día, en su afición a fotografiar insectos en la naturaleza, topa con una mujer joven (Itsuki Otaki), una bailarina venida a menos, que ahora se gana la vida promocionando productos en redes sociales, y que sufre un accidente que le genera unas heridas muy aparentes. Y ahí comienza una peculiar relación entre los dos, con intervenciones puntuales de los dos clientes.
Peculiar película con diálogos parcos. El protagonista… no habla. Los demás le cuentan cosas. En el que se tocan diversos temas. La soledad, la familia o su ausencia, la imagen personal frente a la apariencia personal, las expectativas frente a la realidad, la relación morbosa frente al romance basado en ¿qué? Con una realización austera, pero más que correcta. Sin banda sonora, pero con unos notables efectos de sonido que se apoderan de la imagen, ante la ausencia de diálogos. Y con unas interpretaciones que, a pesar de ser de intérpretes que se prodigan poco, o que proceden de otros campos, cumplen con un notable alto en sus peculiares papeles.

El principal problema del escueto largometraje es que toca tantos palos que, al final, no acaba de quedarte clara cual era la intención de director. ¿El extraño romance entre el maduro fotógrafo y la más joven bailarina? ¿Los problemas relacionados con la imagen personal y su representación en la sociedad, sea la real o sea la digital? ¿La soledad y la alienación del ser humano en la sociedad actual, un tema clásico en la ficción nipona? Muchas cosas para menos de 90 minutos de metraje, en las que se queda en la presentación de los temas pero sin profundizar realmente en ninguno. No sé si es recomendable. No es mala. Pero es inusual. Y poco compatible con los aficionados al cine contemporáneo más comercial, hollywoodiense. Así que cada cual sabrá si quiere correr el riesgo.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ***
