[Recomendaciones fotográficas] Fotógrafos italianos y algunos otros que me han llamado la atención

Fotografía

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en Fotos en serie. Ola de calor. Temperaturas que rondan, y a veces sobrepasan, los 40 ºC. Antaño eventos puntuales a lo largo del verano, actualmente cada vez más frecuentes. Las altas presiones y la llegada del aire caliente de África dejan polvo en suspensión en la atmósfera. Y a las 9:30 de la mañana, el tono de la luz es mucho más cálido de lo habitual. Parece el tono de la hora dorada inmediatamente después de la salida del sol o inmediatamente antes de su puesta.

Esta semana pasada he estado con bastante trabajo, que me ha dejado cansado. No físicamente, pero si mentalmente. Por la tarde, cuando quedo libre de mis obligaciones profesionales, y más con el calor del verano, no tengo muchas ganas de hacer cosas. Me siento pasivo. Pero aun así, de los Substacks que me llegan por correo electrónico recojo algunas entradas sobre fotógrafos que me apetece recomendar. Los de hoy proceden de Photosnack y de Flakphoto. Yo mantengo dos líneas de publicación en Substack; Carlos en plata, en la que hablo de mis propias experiencias fotográficas, y Fotos en serie, cortas series de fotografías relacionadas, las más de las veces de mis viajes, pero no necesariamente, que luego enlazo en estas páginas. Como las de hoy que son fotografías que he realizado esta misma mañana, en la que he salido a caminar un rato antes de que el calor haga desagradable permanecer en el exterior haciendo ejercicio.

En primer lugar, he de hablar de Gianni Berengo Gardin (1930 – 2025) que falleció hace unos días, en los primeros de este mes de agosto en la ciudad de Génova. El fotógrafo italiano nació no lejos de la capital ligur, en Santa Margherita Ligure… podría haber seleccionado algunas fotografías de esa población costera del mar de Liguria para ilustrar la entrada. Si la memoria no me falla, aunque tengo recursos de las fotografías de Gardin desde hace por lo menos 30 años, fue en 2006 en Milán cuando conocí más a fondo la obra de este fotógrafo documentalista, en una exposición dedicada a su obra.Es de estos fotógrafos de los que se dice «es el Cartier-Bresson italiano» y lugares comunes similares. Porque tienen personalidad propia, visión propia y un trabajo original. ¿Por qué no decir que Cartier-Bresson fue el Gardin francés o alguna chorrada por el estilo? Lo importante es que fue un fotógrafo dedicado a su profesión, con una impresionante ética personal y laboral, que nos ha dejado un legado de cientos de miles de fotografías, que pueden sobrepasar el millón, y que es una fuente fundamental para entender visualmente como fue el siglo XX, especialmente en Italia y el conjunto de Europa. Una selección de su trabajo en Peter Fetterman Gallery.

Otro fotógrafo italiano que también me ha llamado la atención desde hace 25 años por lo menos… probablemente más, porque ya mis referencias temporales se van volviendo difusas. Franco Fontana, puro color, intenso. El que daban las diapositivas de antaño y la impresión sobre cibachrome/ilfochrome. Geometrías paisajísticas llenas de contraste cromático. Durante los años 90 era visitante frecuente de las revistas de fotografía, una década en las que había muchas, que poco a poco desaparecieron, porque se las comió el monstruo internet. Y con ello se perdió profundidad en la forma en la que conocías y llegabas a apreciar al artista. En el palacio de la Aljafería de Zaragoza hubo hace ya… no sé ¿quince años? ¿veinte años?… lo he encontrado, menos, en 2013, una exposición con algunas de sus obras, quizá de las menos conocidas pero interesantes aun así.

Philippe Halsman fue un fotógrafo divertido y optimista. O así lo hacían parecer sus dinámicas fotografías en las que la persona retratada, un famoso por algún motivo en general justificado, no como hoy en día que hay gente famosa sin que, yo al menos, sepamos por qué. Aquellos saltos intentaban reflejar la personalidad del retratado. En sus jumpologies, el retratado, preocupado por el salto, no puede impostar una expresión, un rostro, que enmascare quien realmente es. Esa es la teoría. Pero lo mejor es que miréis los retratos para ver qué descubrís del saltador de turno. No puedo olvidar tampoco de un retrato que hizo de Elizabeth Taylor, sin saltar, en color, con los típicos tonos de la Kodachrome, en el que siempre me ha parecido que es, fue, será la mujer más hermosa del mundo. En algunos de sus retratos, con o sin saltos, abrazó las influencias del surrealismo. Y uno de ellos, el más representativo de esta tendencia, el que hizo de Salvador Dalí, es el que me ha llevado a recordar a Halsman en estas páginas. Aunque dudo que Dalí no estuviese también actuando, a pesar del salto. No creo que Dalí se presentase ante el mundo de forma natural… nunca. Un genio como artista… ¿un imbecil como persona?

Termino con una nota breve sobre el fotógrafo Cyrus Mahboubian. Siempre he sentido la frustración de mi incapacidad para haber trabajado con la película instantánea en su época dorada. No las Polaroid o la Instax actuales. No. Más bien aquellas Polaroid y Fujifilm peel-apart, que daban una calidad exquisita en 9 x 12 cm, color o blanco y negro. Ahora… se hace lo que se puede con lo que hay, y siempre ha sido un medio que se ma ha atragantado. Pero el trabajo que realiza este fotógrafo con material que ha estas alturas debe estar caducado, pues hace años que dejó de fabricarse, me parece notable. Envidia cochina la que me da…

[Recomendaciones fotográficas] Saltando con Halsman y varias cosas más

Fotografía

Siempre es bueno recordar en las recomendaciones fotográficas a los clásicos de la historia de la fotografía. Y entre los clásicos, como nos recuerdan desde Magnum Photos, uno de los más divertidos fue Philippe Halsman, que hizo saltar a muchos de los famosos de la época. Retrato divertidos, dinámicos, sonrientes, muy propio de la optimista década de los 50 en los Estados Unidos, una época que a pesar de la Guerra Fría, de las cazas de brujas y del miedo a la «bomba», los norteamericanos vivían relajados, cómodos y teniendo muchos hijos. Y los famosos, con Halsman en la cámara, no tenían inconveniente en saltar para el público en general.

Algunas fotos más del viaje en el día a Tarragona del que ya os he hablado en un par de ocasiones.

Por cierto, siguiendo con Magnum Photos, es interesante ver el intenso trabajo para conseguir la fotografía final a partir del negativo. No bastaba la toma; luego, en el laboratorio, el encargado de copiar la fotografía tenía que trabajar con el fotógrafo para ver cómo había que trabajar la copia final. Reservas, quemados, filtrados, gradaciones, todo perfectamente detallado. Como las «recetas» que desarrollan los photoshoperos de sus fotografías, en las que nos cuentan las decenas de capas que superponen sobre la imagen original hasta conseguir que no la conozca ni el fotógrafo que la hizo,… pero en bien.

En Oldskull nos han hablado de Walter Rothwell, haciendo hincapié en que es ciego de un ojo. Lo cierto es que el, en su página web, no hace referencia al hecho. Y en la mayor parte de artículos o entrevistas que le hacen, tampoco. y probablemente con razón. La visión monocular tiene el inconveniente de la mala percepción de la visión tridimensional, no calculas bien las distancias, pero por lo demás se puede tirar para adelante. Estas personas acaban compensándolo a base de acumular experiencia sobre la perspectiva y el tamaño relativo de los objetos. Y así Rothwell es un fotógrafo interesante no porque sea ciego de un ojo, sino por que tiene una visión excelente para la fotografía documental. Un blanco y negro con película fotográfica tradicional que deja en ridículo a la mayor parte de los que se autoproclaman street photographers, especialmente aquellos que se dedican a invadir el espacio personal de su prójimo.

En Aesthetica Magazine nos hablan de Murray Fredericks, un fotógrafo australiano especializado en paisaje. Pero no entendamos estos como las miriadas de fotógrafos paisajistas que se ganan la vida como yutubers o que exponen en redes sociales su recargados y saturados paisajes abundantemente cocinados con photoshop o similares. Fredericks tira de minimalismo para sacar lo mejor de los inmensos paisajes de su Australia natal. Minimalismo en el que en ocasiones interviene, mezclando la fotografía con la performance. Grandes espacios, elementos mínimos, colores, texturas… tendencia a la abstracción. Un mundo por descubrir.

[Recomendación fotográfica] Colores de moda, proyectos fotográficos, fotoensayos y depresiones

Fotografía

Llevo unos cuantos días, demasiados, sin hacer recomendaciones fotográficas. Pero también es cierto que durante las fechas próximas al fin de años, los sitios dedicados a la fotografía, o a casi cualquier cosa, se dedican a hacer balance del año, y pocas novedades aportan. Pero algunas cosita he recogido, y voy a hacer un completo dedicado a los nuevos propósitos de año nuevo, que en fotografía suponen dos cosas; o aprendemos nuevas cosas, nuevas técnicas, o nos planteamos nuevos proyectos. O el más simple de practicar más a menudo la afición.

Años llevo documentando los límites entre la ciudad y el campo en el entorno de las huertas de Miraflores y Las Fuentes, en Zaragoza. Quizá algún día debería ordenar ese material, darle forma y exponerlo de alguna forma de un modo coherente. Transformación y paisaje alterado por el ser humano.

En primer lugar, podemos centrarnos en un proyecto sobre un color. Todos los años, Pantone nos habla de su propuesta como color del año, que para el 2019 es el llamado «living coral», coral viviente. A mí me gusta. No es extraño que en mis presentaciones profesionales, o en los álbumes de fotografías de los viajes, escoja para el texto resaltado un color similar, en lugar de usar negritas o cursivas. En Magnum Photos se han dedicado a buscar en su catálogo fotografías en las que este color o similar esté presente de forma significativa. Podéis hacer el mismo ejercicio con vuestros catálogos fotográficos. O plantearos como proyecto uno en el que este color sea predominante. U otro color de vuestro gusto. Que para gustos, los colores.

Pero si de proyectos nuevo estamos, los propios de Magnum han rescatado un texto de uno de sus más destacados y divertidos fotógrafos, Philippe Halsman, en el que nos propone una serie de claves para desarrollar nuevos proyectos fotográficos creativos. No estará de más echarle un vistazo. Y además las fotos de Halsman, que aparecen en el artículo, suelen poner de buen humor al contemplarlas.

Pero también viene bien el plantearse proyectos concretos. En varios sitios, por ejemplo en la NPR, ha aparecido estos días atrás el uso terapéutico de la fotografía. Y en particular nos han hablado del proyecto de la fotógrafa Tara Wray, que sufre episodios periódicos de depresión endógena, grave enfermedad mental que puede tenes consecuencias fatales. Su Too Tired Project, («Proyecto Demasiado Cansada»; el cansancio o sensación de fatiga permanente es uno de los síntomas de la depresión), es la consecuencia de este uso terapéutico de la fotografía para combatir la depresión. Que también se ha convertido en un libro.

Y si no queremos convertirnos en el objeto principal de nuestro propio trabajo, nos queremos fijar en un aspecto externo de la realidad, siempre podremos plantearnos realizar un ensayo fotográfico, un fotoensayo. Un ensayo, tradicionalmente una forma literaria diferente de la literatura de ficción, conlleva un análisis, una interpretación y una evaluación de los hallazgos realizados sobre un determinado tema. Cuando este análisis, esta presentación de hechos y esta interpretación y evaluación se realiza mediante fotografías, acompañadas o no de textos, estamos ante un fotoensayo. Y dicen en Magnum Photos que el maestro del fotoensayo por excelencia fue W. Eugene Smith. Y puede que no les falte algo de razón. Desde su visión de la realidad de la España rural de la dictadura en la posguerra, concretada en su visión de la población de Deleitosa en 1951, hasta las consecuencias del envenenamiento por mercuriales y otros metales pesados en la bahía de Minamata en 1971, pasando por otros ensayos célebres como Country Doctor, es desde luego una fuente de inspiración importante. Aunque no podemos olvidar que también se metió en algún proyecto que le sobrepasó… como el dedicado a su ciudad, Pitsburgh. Un proyecto de tres semanas al que al final dedicó un año, y consideró inacabado.