Esta semana no he tenido mucho tiempo para prestar atención a los agregadores de noticias, y no he acumulado muchas recomendaciones fotográficas. Pero alguna hay, y creo que son muy interesantes.
En Clavoardiendo nos comentan la inaguración en San Sebastián de una exposición sobre el retrato en la fotografía holandesa contemporánea. Exposición colectiva que recoge la obra de tres fotógrafas de los Países Bajos, Sanne de Wilde (instagram), Hellen van Meene (instagram) y Carla van de Puttelaar (instagram), y que, por su forma de aprovechar y utilizar la luz, se constituyen como herederas formales de la escuela flamenca del barroco holandés. Tengo una relación ambigua con la obra de los fotógrafos neerlandeses, o por lo menos por muchos de los más conocidos. Formalmente impecables, con una maestría técnica y compositiva innegables, muchas veces sus retratos me resultan fríos, incluso desangelados. Lo cual no necesariamente es un problema, porque muchas veces tratan de transmitir el desamparo de las personas en el mundo contemporáneo. En especial de los más jóvenes. En cualquier caso, creo que es más que recomendable darse un garbeo por la obra de estas tres excelentes fotógrafas.

La (buena) fama que creas alrededor de ti depende más de tu capacidad para las relaciones públicas que de tus méritos y cualidades. En el concierto de las naciones, las ideologías o las creencias religiosas pasa algo parecido. Suiza es uno de los países con mejor imagen del mundo. Neutral y pacifista. Sin embargo, buena parte de sus territorios los anexionaron en acciones bélicas, tuvieron una guerra civil a mediados del siglo XIX y es uno de los países con más número de armas por ciudadano en el mundo. La religión musulmana tiene en estos momentos un imagen nefasta, salvo en los países islámicos, claro está; mientras que los budistas están de moda, y la postmodernidad en masa se apunta a sus mindfullness, veganismos y otras modas venidas de oriente. Y también muy pacíficos ellos. Salvo cuando un país mayoritariamente budista como Myanmar, con una premio nóbel de la paz como primera ministra, o algo parecido, lleva a cabo un sistemático genocidio y expulsión del país de una minoría étnica de religión islámica. Uno de esos conflictos «incómodos» en occidente y en la hipócrita prensa occidental. En Feature Shoot compensan un poquito la cuestión con una artículo sobre el tema ilustrado por las fotografías de Saiful Huq Omi. Reflexionemos un poco sobre las «buenas famas»…

Ai Weiwei es sin duda alguna uno de los artistas contemporáneos más conocidos y mediáticos de China. Tanto por sus obras, abundantes, y en las que no falta la calidad conceptual, como por su oposición al régimen chino. No es un fotógrafo. Pero usa, con frecuencia, la fotografía para documentar sus trabajos, o para inmortalizar algunas de sus performances más significativas. Y también la usa como medio primario de expresión en ocasiones, y también es interesante conocerlas. En Lensculture nos hablan de esta cuestión y nos comentan la publicación de un libro que puede convenir a los interesados en la obra fotográfica de Ai Weiwei (muy desactualizado, mejor en instagram o twitter). Pensándomelo estoy.
