Se me había olvidado. Y ahora mientras llega la primera ronda de la noche lo cuento. En toda la tarde había funcionado el famoso chorro ginebrino (no digo chorro de Ginebra que es me ponen nerviosos los aficionados al gintonic), así que a saber el número de turistas que precisarán tratamiento psicológico por la frustración. Pero por la noche sí. Lo que producirá una epidemia de lamentables fotos nocturnas hechas con el móvil como la que ilustra esta entrada.
Carlos Carreter
http://carloscarreter.com