Me and Earl and the Dying Girl (2015); vista el 10 de octubre de 2015.
Como tengo por costumbre, mantengo el título original del filme cuando lo he visto en versión original subtitulada. En la cartelera española es posible encontrarlo también con el título aproximadamente traducido para mantener el ripio de «Yo, él y Raquel».
Venía precedido de grandes expectativas este segundo largometraje de Alfonso Gomez-Rejon, un director que se había fogueado como ayudante de dirección o director de segunda unidad a las ordenes de diversos prestigiosos realizadores, así como en el mundo de la televisión. En los últimos años, está de moda que en la temporada de premios se encuentre presente alguna película con aire de cine independiente, y parece que esta es la de este año, que tuvo un gran éxito en la última edición del gélido festival de Sundance.
El problema, desde mi punto de vista, es que todo lo que sabía de la película me sonaba a caminos trillados. Y como el pesimismo nos invade por el flojo verano cinematográfico, que el mes de septiembre tampoco parecía apañar… Pero no nos adelantemos, que igual la cosa está bien.

Hoy es el día de la fiesta grande en Zaragoza, mi ciudad. El Pilar. Aunque a mí me abruma la cantidad de gente que se mueve por todos los lados.
Lo que se nos cuenta es una improbable amistad. La que surge cuando el retraído Greg (Thomas Mann), un adolescente que intenta pasar por su vida escolar lo más desapercibido posible, es obligado por su madre (Connie Britton) a visitar a una chica, Rachel (Olivia Cooke), de foma más o menos conchavada con la madre de esta (Molly Shannon), compañera del instituto con quien no se relaciona, porque le han diagnosticado una leucemia mieloide aguda. Hasta ese momento, Greg sólo se relacionaba habitualmente con Earl (RJ Cyler), para realizar versiones paródicas de grandes obras del cine. Esta nueva amistad le obligará a abrirse a otras personas, pero también le hará plantearse su vida y a salir de su zona de confort. En cuanto a Rachel,… bueno, eso forma parte de la intriga del filme.
La película es una mezcla de dos géneros. Uno tradicional, que aparece de vez en cuando, el de la pareja con una relación más o menos romántica o platónica, en la que uno de sus miembros está aquejado de una grave enfermedad, preferentemente incurable. El otro, muy en boga en los últimos años, la de los adolescentes inadaptados, que tiene que encontrar su sitio en el mundo remando contra corriente. Ya he dicho que sonaba a caminos trillados, porque es como coger algunos ingredientes de Love Story/Autumn in New York/The Fault in Our Stars… especialmente esta última, y mezclarlos con The Perks of Being a Wallflower. Pero no desesperemos. De alguna forma, en algunos momentos de forma tramposa y mintiéndonos de forma descarada, otra cosa es si todos nos creemos o no esas mentiras y nos olemos el final, la película se abre camino como producto original, con algunos momentos y escenas tremendamente conseguidas. Como ya he insinuado, que sorprenda o no el desenlace depende de cómo vayas interpretando la película,… y de tus conocimientos en medicina. Pero hace bueno lo que leí recientemente, no recuerdo donde. Es utópico esperar historias originales a estas alturas de la historia de la narrativa de ficción; lo que debemos esperar es que nos las cuente bien. Y acompañada de una estupenda banda sonora, esto es algo que consigue el director del film.

De hecho, a partir de mañana me escaparé un poco del follón en el que se convierte esta ciudad durante casi diez días.
Y ahora vamos a hablar de más cosas buenas del filme, pero también de lo malo. Son también muy buenas las interpretaciones. No sólo del llamémosle trío protagonista, lo cierto es que quien copa la película es Mann, ya que es un relato en primera persona por parte de Greg, sino también de los diversos secundarios que se asoman a la historia, que poco o mucho todos aportan. Las dos madres están estupendas, los pequeños momentos de asaltacunas alcoholizada de la madre de Rachel te dan ganas de mucho más de este personajes; pero en general todo el ecosistema montado alrededor de los tres chicos es fenomenal. Pero ya digo que aquí puede estar también una de las principales críticas al filme. Porque de verdad que son no he escuchado en mi vida a ningún adolescente de diecisiete años semejante nivel de diálogo y expresión. Especialmente el personaje de Rachel te da la sensación de que lejos de ser una adolescente, es una persona joven pero totalmente adulta. Falla de alguna forma la suspensión temporal de la incredulidad. No es un fallo grave, pero lo siento presente durante todo el metraje.
Como conclusión, ¿estamos ante una buena película? Sí. Sin duda. Tiene elementos narrativos muy conseguidos, consigue que nos importe, y mucho, lo que pasa con los personajes, con todos, nos emociona en varias ocasiones sin hacerse cargante, al mismo tiempo que consigue arrancarnos aquí y allí algunas sonrisas. Dudo que llegue muy lejos en la carrera de los premios gordos, pero seguro que es mucho más visible que algunas de las películas que participarán en esas carreras.
Valoración
- Dirección: ****
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ***

Y dejaré que mis conciudadanos discutan con pasión sobre si el nuevo cabezudo de la comparsa de Gigantes y Cabezudos del ayuntamiento de la ciudad, La Cigarrera del Tubo, debería o no lleva el cigarrillo en la comisura de los labios.