Hace poco más de un año que leí mi primer libro de Joyce Carol Oates, un libro que me dejó lo suficientemente intrigado sobre la forma de escribir de esta autora norteamericana como para que pocos meses después repitiese, y afrontase su obra más conocida. Ya en ese momento había decidido que iba a estar al tanto de las novedades sobre Oates y, eventualmente, recuperar alguna de sus obras anteriores. La cuestión es que es una escritora bastante prolífica, por lo que era difícil saber por donde tirar. Como aparte de sus novelas, también tiene afición a escribir relatos cortos, decidí seguir con una de sus recopilaciones de estos, la más reciente, publicada en castellano este otoño pasado. Y ya adelanto que no me arrepiento nada en absoluto…
Mágico, sombrío, impenetrable
Joyce Carol Oates; traducción de José Luis López Muñoz
Alfaguara, 2015
Edición electrónica

Muchos de los relatos de Oates suceden en la costa este de los EE.UU. y en ambientes cultos, universitarios.
Como decía, se trata una recopilación de 13 relatos cortos, que tienen un nexo en común. Sus protagonistas, o al menos un personaje fundamental en el relato es una mujer que de una forma u otra vive con un mayor o menor grado de dependencia de un varón. Esposas, hijas, amantes, colegas,… cualquiera que sea la relación, soportan de forma más o menos abnegada el egoísmo de esos hombres para quienes las mujeres son un accesorio. Incluso si son mujeres inteligentes, profesionales, con capacidad de autonomía personal, pero que no ejercen o no completamente. Y por ello, este conjunto de extrañas relaciones, pero llenas de veracidad, están llenas de magia, de esas sombras y de esa profundidad impenetrable que dan título al volumen, así como uno de los relatos, uno que tiene como protagonista masculino un poeta norteamericano histórico, aunque el relato sea ficticio. Lo que es evidente es que Oates no siente especial simpatía por el poeta…

El único sitio con estas condiciones al que me puedo trasladar es a Nueva York, donde transcurre alguna de las historias de esta colección.
El caso es que aunque el título de la colección induzca a pensar que los relatos son de naturaleza fantástica o gótica… sin embargo, no son así… o no de la forma que acostumbramos. Salvo uno, «Los payasos», que según he visto algunos consideran una historia de fantasmas. Yo no lo interpreté así… pero es quizá efecto, o defecto, de mi formación profesional y académica. Pero es cierto que dan miedo… miedo por cómo es la naturaleza humana, fundamentalmente. Bueno… hay otro… protagonizado por un joven de 27 años de origen filipinoamericano e hija adoptiva de un ricachón, que da miedo por sí mismo.
Los relatos se leen sin sentir. Te atrapan… algunos te desasosiegan. Pero entiendo que ese es justamente el efecto que te quiere producir la escritora. Y van «in crescendo»… Los más cautivadores están al final del libro. O a lo mejor es que en ese momento te has dejado llevar perfectamente por el espíritu del mismo y lo disfrutas más. El caso es que te quedas con las ganas de que hubiese más… más relatos, infinitos relatos, más mujeres y hombres, y Oates explorando sus relaciones. Unos terminan «bien», otros no también. En ocasiones, no arrancan sonrisas; francas, a veces, tristes, otras. En cualquier caso, yo os digo una cosa… Qué hacéis que no vais a leerlo todos ahora mismo.

Y concretamente nos acercaremos a Washington Square y alrededores, próxima a la New York University.