Hikari [光] (2017; 472017-2211)
Estamos ante la tercera película que veo en poco tiempo de la directora japonesa Naomi Kawase, que a través de su éxito en los festivales de cien ha ido encontrando su camino a la distribución de sus películas en occidente. De hecho, esta película es coproducción con una productora francesa, lo que aún garantiza más su exhibición en Europa. Nuevamente entramos en la intimidad de la vida de personas que viven en relativa soledad y con profundos conflictos internos, y que encuentran refugio en su relación con otras gentes con conflictos similares. Pero en esta ocasión, uno de los protagonistas encarna a un fotógrafo, por lo que la encontraréis en mi lista de películas sobre La fotografía en el cine.

Me chiva IMDb que la película está rodada en Nara y alrededores, Osaka y Kioto. Nos iremos a esta última, antigua capital del Imperio del Sol Naciente, pero siempre con imágenes con la luz como protagonista de una u otra forma.
Misako (Ayame Misaki) es una joven escritora que trabaja escribiendo audiodescripciones de películas para su proyección ante un público ciego o con una grave discapacidad visual. En el grupo de colaboradores en el que se discute su trabajo se encuentra Nakamori (Masatoshi Nagase), un fotógrafo que todavía no ha perdido totalmente la visión aún, pero siente que esa situación va a llegar pronto. Ambos sufren sensaciones de pérdida. Nakamori, la que podemos imaginar por su discapacidad. Misako tiene a su madre en un pueblo de las montañas, con una demencia, sostenida por la red de apoyo social de la sociedad rural, pero con la necesidad de buscar una solución definitiva para la enferma. Y añora la ausencia del padre; mucho. Ambas personas chocarán. Pero también encontrarán un posible camino para paliar sus respectivos sufrimientos.
Kawase es una directora muy personal, muy intimista, que bucea mucho en la interioridad de los personajes, que puede extasiarse filmando unas ramas de los árbales movidas por el viento, el romper de las olas en una playa solitaria, o en una puesta de sol. A veces desconcierta al espectador que está acostumbrado a la acción, que espera con ansiedad unos acontecimientos que no llegan. Pero es bastante hábil para trasnmitirnos la sensación de soledad, y hasta desamparo, de los protagonistas de sus películas. En esta ocasión cuenta con el buen trabajo de los protagonistas. Aunque con algún pero. La chica parece demasiado joven para determinadas reacciones hacia el veterano fotógrafo, que son un poco difíciles de “comprar” por parte del espectador.
Por otro lado, este tiene que estar especialmente atento a las resonancias que los temas y las situaciones tienen en las distintas capas de la película. Las historias de los dos protagonistas, pero también la de la película, ficticia, sobre la que están trabajando. A mí me ha merecido la pena.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: ***
- Valoración subjetiva: ***